Sobrecoge el reparto de Vida privada encabezado por la siempre intensa Jodie Foster. Antes de que aparezca el título, su realizadora, Rebecca Zlotowski, ya nos ha mostrado un conflicto vecinal, un problema profesional con un cliente enrabietado y una muerte con un enigma irresoluto. O sea que, en apenas cinco minutos, el tono y el contenido de Vida privada irrumpe sugerente y abrumador. Luego lamentaremos que su continuación sea decepcionante, con cambios de tono, salidas incomprensibles y una conclusión final que carece de ese plus extraordinario que se le pide a lo que merece permanecer.