A las dos de la tarde del día de Navidad, la comida se sirve en Casa Véritas, en Alicante, con la puntualidad de un hogar. No es un comedor al uso, es una residencia para personas con enfermedades crónicas y un desarraigo total, sin familia ni ingresos y también para quienes viven en la calle y sufren patologías graves incompatibles con seguir allí. “En Casa Véritas atendemos a personas sin hogar que tienen problemas graves de salud”, resume Joaquín Sansano, responsable de comunicación de Cáritas.