Bajo el puente de la autopista C-31 en Badalona, solamente la solidaridad de las entidades sociales que reparten comida y bebida calientes a las personas que ahí malviven puede recordar remotamente que es Navidad. Esta zona de la ciudad, fronteriza con Sant Adrià de Besòs, acoge desde hace más de una semana a decenas de personas que procuran resguardarse del frío y la lluvia, tras ser desalojadas el 17 de diciembre del antiguo instituto B9. "Hace cuatro días que no puedo comprar leche para alimentar a mi hija", lamenta Ousmane, que desde que se desocupó el equipamiento municipal no puede salir a recoger chatarra por la calle, lo que supone la pérdida de lo que era su único sustento vital.