La estrella Michelín que brilla en verde, blanco y negro

«Hay gente que cuenta que quería dedicarse a esto de toda la vida. Otros, que siempre han tenido el sueño o que lo han heredado de sus padres. En mi caso, siempre ha habido mucho amor por la cocina, pero nadie de mi familia ha vivido de ello». Así lo revela el chef Rubén Hernández al inicio de una entrevista con este diario. El extremeño inauguró EMi, su primer restaurante, el pasado mes de julio y ya ha logrado una Estrella Michelín, galardón muy difícil de alcanzar en el firmamento gastronómico. Un reconocimiento que además cobra más valor cuando el cocinero se sincera: su camino se topó con los fogones de manera totalmente improvisada.