Dicen que 'quien tiene un amigo tiene un tesoro' . Lo que muchos no saben es que la amistad , además de aportar numerosos beneficios a nuestra salud mental, también puede ser la clave para alargar nuestra vida . La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que la interacción con otras personas actúa como un verdadero escudo para la salud a lo largo de toda la vida: «Puede reducir la inflamación , disminuir el riesgo de problemas de salud graves , fomentar la salud mental y prevenir la muerte prematura ». En cambio, la falta de contacto humano tiene efectos profundos y muy peligrosos , como el notable incremento de la probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, diabetes o deterioro cognitivo. En el plano psicológico, el impacto es igual de alarmante: «Las personas solitarias tienen el doble de probabilidades de deprimirse ». Además, la soledad puede desencadenar ansiedad intensa y pensamientos de autolesión , convirtiéndose en un factor de riesgo que no debe subestimarse. Al hilo de lo expuesto por la OMS, el experto en longevidad Dan Buettner , advierte en Instagram que «las personas que se sienten solas , que no tienen interacción social regular o que al menos no sienten que la tienen, mueren unos ocho años antes que las personas que tienen al menos dos o tres amigos con los que pueden contar». La buena noticia es que la soledad no es irreversible. «Una de las mejores estrategias para vivir más tiempo si te sientes solo es llamar proactivamente a un amigo , ir a un lugar donde sea probable que conozcas gente nueva o hacer voluntariado », propone el experto, conocido por su trabajo en las llamadas Zonas Azules, los lugares del planeta donde se vive más y mejor. Buettner argumenta su explicación señalando que «nuestra especie evolucionó cooperando entre sí». «Y, por regla general, las cosas que favorecen nuestra supervivencia también las encontramos placenteras , como comer cuando tenemos hambre o tener relaciones sexuales. Lo mismo ocurre con la interacción social«, añade, remarcando que por eso la necesitamos. En la infancia , basta con un «¿quieres ser mi amigo?» o «¿quieres jugar conmigo?» para conocer alguien, pasar un rato agradable con esa persona y por qué no, construir una bonita relación de amistad. De mayor, sin embargo, este proceso se complica, así como el de conservar los amigos que ya tenemos. Las exigencias laborales , el cuidado de los hijos o de padres mayores , los cambios de intereses o incluso una mudanza pueden levantar barreras invisibles que nos alejan de los demás. Por ello, desde la Clínica Mayo señalan que es normal sentirse desconectado en determinadas etapas de la vida. Sin embargo, la institución recomienda tratar de crear o mantener vínculos sociales para no cronificar esta sensación y ofrecen una serie de recomendaciones para lograrlo. En cualquiera de estos pasos, hay que mantener una actitud positiva , un factor clave para que las relaciones florezcan. Cumplir estas recomendaciones puede suponer un arduo trabajo para muchos, el resultado, tener una vida más larga y feliz , merecerá la pena.