La encrucijada de Nayib Bukele

La encrucijada de Nayib Bukele

Un millón de muertos en tres meses fue la cifra aproximada que dejó el genocidio de Ruanda en 1994, en el que las masacres –perpetradas a machetazos por milicias y la gente común– ocurrían a plena luz del día y en todas partes. La sociedad ruandesa descendió a los niveles más abismales de depravación que se haya visto jamás. Luego de la dramática intervención de Paul Kagame y su milicia –el RPF– para detener la barbarie, este impuso un régimen autoritario sin ninguna apariencia de democracia, que perdura hasta el día de hoy y ha transformado a Ruanda de Estado fallido en uno de los países más prósperos de África. Si bien la violencia en El Salvador nunca llegó a semejante intensidad, la situación de este país no era mucho menos grave cuando Nayib Bukele tomó el poder en el 2019, pues sufrían del índice de homicidios más alto del mundo y se encontraban en medio de una guerra sangrienta contra las pandillas (o maras). Si a esto le sumamos la guerra civil de los ochenta y noventa, El Salvador llevaba más de 40 años sumido en una creciente espiral de violencia.