Cuando el dolor no te toca

Cuando el dolor no te toca

A fines de los años sesenta, mi tío Enrique salía a marchar con el puño en alto. Hoy es un señor mayor que vive en la playa, vota a la derecha, sintoniza Willax y cree que Perú necesita un Bukele para salir adelante. Hace medio siglo, sin embargo, él y sus compañeros de la universidad –inspirados por las revueltas de mayo del 68 en Francia y las protestas contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos– marchaban pidiendo más justicia, más reformas sociales y más protección a la soberanía nacional. Curiosamente, no marchaban contra el presidente Juan Velasco, sino a favor, pues sus demandas sintonizaban con el predicamento del régimen militar (poco les importaba que se tratara de una dictadura). Dice mi tío Enrique que la prensa limeña de la época bautizó a los participantes de aquellas movilizaciones como los miembros de la «Generación del Reformismo».