Restos

Restos

Lógicamente, en Navarra cayeron restos. Digo lógicamente porque ya saben mi teoría desde hace años de que el Gordo está amañado y va cayendo en zonas que lo han pasado mal y que la gente que sale celebrando son extras cinematográficos que actúan allá donde les mandan. O sea que, aquí, restos. Somos más o menos el 1,4% de la población y no cayó en total de los premios gordos ni un millón de euros entre todo lo que tocó. He hecho las cuentas y entre el gordo, el segundo, el tercero, los cuartos y los quintos se reparten nada menos que 1.312 millones de euros y leí que por esta pequeña y apartada aldea gala cayeron en total unos 600.000 euros. Vamos, una miseria, el 0,04%.

Regalos para unos, carbón para otros

Regalos para unos, carbón para otros

Si Olentzero y Mari Domingi acudieron este jueves al frontón Astelena de Eibar, se fueron con el saco vacío. Repartieron lo que les quedaba. Aitor Elordi y José Javier Zabaleta se llevaron los regalos en la apertura de la sexta jornada del Campeonato de Parejas, tras un encuentro que solo tuvo el color azul y que dominaron de cabo a rabo. Un rodillo en un amago de contienda. 6-22 en una cita en la que se registraron 222 pelotazos a buena en 38:50 minutos de juego. Saquen conclusiones, pero la realidad es que apenas hubo partido. De hecho, al primer descanso largo, el 2-12, se alcanzó con apenas 92 pelotazos. Estepicursores rodando por medio del desierto. Un rodillo en un encuentro frío, gélido, congelado. Nada más.

Ese fachapobre

Ese fachapobre

En la concentración de apoyo a los inmigrantes desalojados en Badalona, se cantó esto a los vecinos hartísimos, que ahora estarán muy contentos: “¡Qué feo debe ser, ser un fachapobre y querer tener poder!”. El lema ha hecho fortuna en las redes. Total, para qué preguntarse por las causas del hartazgo, con lo fácil que es echarles un piropo asquerosamente clasista y así zanjar el problema, el ético y el social. Sin duda ese fachapobre exagera el deterioro de su vida cotidiana, porque es guay tener junto a tu casa un edificio, una vieja ikastola Jaso gigantesca, okupado por cuatrocientas personas. Quién no desearía gozar de esa oportunidad de conocer mundo sin salir del barrio.

Y tú, ¿qué crees?

Y tú, ¿qué crees?

Mal momento para examinar creencias ese de la mañana de Nochebuena; sin embargo, las dos testigos de Jehová desafían cualquier tipo de resistencia: pulsan los timbres, aguantan el primer bufido incómodo, extienden un pequeño papel con el que invaden el espacio físico y doméstico, sostienen la mirada una décima de segundo que es determinante para entablar comunicación y arrancan con su propósito.