Superheroína del feminismo pop: las nuevas generaciones redescubren a ‘La mujer murciélago’

Superheroína del feminismo pop: las nuevas generaciones redescubren a ‘La mujer murciélago’

DOMINGA.– Algunos de sus alumnos acudían con el rostro cubierto por pasamontañas. Maura Monti dice que los zapatistas se consideraban a sí mismos seres nocturnos, ya lo había dicho antes el Subcomandante Marcos. Y eso le parecía una justicia poética que aludía a sus viejas aventuras en el celuloide, de aquel frenesí de rodajes y lujos –estrenó 13 películas en 1968–, que ella misma recuerda como “un divertimento de juventud”.Entonces, Maura también llevaba el rostro cubierto, en los albores del zapatismo en Chiapas. En los talleres de escritura que impartía a inicios de los noventa, decidió ocultar que había sido modelo y actriz. Suponía que, si les revelaba “ese secreto”, perdería seriedad ante sus alumnos encapuchados. Pero hay secretos que no se pueden ocultar, ellos lo descubrirían después al comparar sus voces.Si viéramos su monograma proyectado en el cielo por la noche, como ocurre en los cómics, sería una doble eme: MM. Las iniciales tendrían dos significados, su nombre artístico: Maura Monti. Pero también su personaje más icónico en el cine: laMujer murciélago. Una vigilante nocturna que lucha contra los malos –un científico loco o un monstruo marino– y cuya verdadera identidad es la de una excéntrica millonaria que se llamaba Gloria.Era una heroína en bikini, antifaz, capa y guantes color azul rey a la que, en la bahía de Acapulco, se le veía saltar en paracaídas, bucear, manejar motocicletas y autos deportivos y aplicaba llaves de lucha a los maloras. Pero detrás del antifaz de la Mujer murciélago, está la italiana Maura Fazi Pastorino. Una mujer en sus ochenta y pocos años, que me recibe en su casa en Cocoyoc, Morelos. Pide que la conversación no gire sólo en torno a La mujer murciélago –recientemente restaurada y exhibida en la Cineteca Nacional Chapultepec, considerada una película clásica del género fantástico y de aventuras–. Tampoco quiere hablar de las otras 34 películas que filmó entre 1965 y 1971. “He hecho cosas mucho más importantes que estas películas intrascendentes”.Un día se quitó el antifaz y se encontró a sí misma en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y luego al estar haciendo periodismo televisivo junto a Ricardo Rocha. Después se fue al sur a crear un centro cultural y escuela para escritores en San Cristóbal de las Casas, que levantó de cero –junto al escritor José Antonio Reyes Matamoros– mientras el movimiento zapatista nacía y corría con fuerza. Se convertiría en escritora y pintora. Vivió la rebelión zapatista en las calles y plazas de San Cristóbal. Dejó de pelear contra villanos de ficción para hacer conciencia por la pobreza de los indígenas en Chiapas. Los inicios de Maura Monti como una modelo de Vogue Cuando su familia llegó a México, Maura ya había estudiado en una finishing schoolpara señoritas –una escuela especializada en etiqueta– en Royal Tunbridge Wells, Inglaterra, y durante su estancia en Venezuela incursionó en algunos desfiles de moda. Por su bello rostro con ojos verdes, dominio de varios idiomas y refinamiento en sus modales atraía la atención de quienes la rodeaban. Gracias a su estatura de 1.70 y buena figura se incorporó al programa de televisión Gimnasia en su hogarque cotidianamente transmitía Telesistema Mexicano. Así, mientras el profesor Federico Vellanoweth marcaba el ritmo de los ejercicios –un, dos, tres, cuatro, un, dos, tres cuatro–, Maura, enfundada en un leotardo y mallas negras, mostraba ante las cámaras cómo había que hacerlos. Desde que empezó su carrera como modelo en las pasarelas de aquí y de allá, sintió la suave textura de la ropa fina, las joyas y las pieles más caras del mundo. De esta etapa, recuerda una anécdota de película, pero es real. Al modelar para la casa Vogue, el productor de ese desfile de modas, satisfecho con el resultado, decidió comprar un entero de la lotería. Lo partió y repartió entre el grupo de modelos. Maura recibió –no recuerda con exactitud– si uno o dos cachitos del billete completo.El caso es que, al día siguiente, cuando estaba frente las cámaras de la televisión en los ejercicios marcados, vio que al fondo del foro le hacían señas. Como pudo salió de cuadro para contestar una llamada de urgencia: –Maura, ¡que nos sacamos el premio gordo! –le dijo otra de las modelos del desfile de Vogue.En ese momento no entendió muy bien lo que estaba pasando, pero nunca olvidó el número 35955. Aunque no tenía el billete completo, su premio consistió en un “dineral” que su madre cobró con discreción, ella era todavía menor de edad.Es curioso que este tipo de suerte nunca la abandonaría en los innumerables viajes anuales que, ya como mujer adulta, realizaría a Las Vegas, hasta que llegó el punto en que los juegos de azar y compras por comprar la hartaron y dejó de ir. El frenesí de películas de bikinis y aventuras Para su nombre artístico eligió el de Maura Monti. Para ella el cine fue algo casual, nunca lo buscó. Después de un par de pequeñas intervenciones que pasaron sin pena ni gloria, casi de inmediato obtuvo su primer papel importante: la María Magdalena en El proceso de Cristo, estelarizada en 1965 por Enrique Rocha y dirigida por Julio Bracho. De ahí, las películas le cayeron en cascada: filmaba al menos unas cinco al año. De tal modo que para 1968, llegó a estrenar unas 13 cintas. Mucho antes de la época del cine de ficheras, Maura Monti participó en sexicomedias pícaras pero blancas en las que chistoretes o situaciones chuscas daban pie a que luciera su espectacular figura en trajes entallados con grandes escotes y bikinis mínimos. Era un cine ahora considerado ‘kitsch’ o ‘camp’. Eran títulos como SOS Operación Biniki, Blue Demon destructor de espías, El planeta de las mujeres invasoras, Modisto de señoras.Entre todas destaca La mujer murciélago, sobre una heroína cuyo peculiar atuendo incluía un bikini, guantes, capa y antifaz color azul rey, dirigida por René Cardona, producida por Guillermo Calderón. Aunque la película se inspira en la Batichica, el famoso personaje de Barbara Gordon de DC Comics que gozaba de gran popularidad por la serie de Batmande la ABC en los sesenta.La cinta nos presenta a un personaje femenino que es una mujer en toda forma y para nada asexuada, como la de la historieta. Paradójicamente la cinta llegó a las pantallas apenas unos meses antes del estallido del movimiento estudiantil que concluyó con la fatídica masacre del 2 de octubre.La película se rodó un año antes, cuando recibió una Diosa de Plata por su interpretación en Su excelencia, de Mario Moreno Cantinflasy quien, en la vida real, se convertiría en su padrino de bodas con Gascón de Anda. Desde que llegó a México dice Maura: “me convertí en la niña consentida a la que todos cuidaban. Nunca se me faltó al respeto”. En medio de un frenesí fílmico, la primera Batichica del cine mexicano se enteró de la efervescencia estudiantil, a través de su madre que trabajaba como traductora oficial de la delegación italiana que participaría en los Juegos Olímpicos del 68. Cuando la periodista Oriana Fallaci resultó herida durante el aciago mitin de Tlatelolco, Anna Pastorini tuvo que buscar al médico Giorgio Galli para que operara a Fallaci en el Hospital Francés, al que fue trasladada cuando descubrieron que había sobrevivido a los tres balazos que recibió en la espalda. Ese médico le inyectó después penicilina a la actriz, quien también estuvo a punto de morir, pero de un gripón que amenazaba con convertirse en pulmonía fulminante.A La mujer murciélagole siguieron once películas; sin embargo, Maura Fazi empezaba a sentirse vacía: “era como estar encerrada en un capelo que, aunque hermoso, sentía que me ahogaba”. Poco a poco se desencantó de la farándula y esas fracturas dieron paso a una incipiente preocupación e interés por las enormes desigualdades sociales que atravesaba México.​Maura Monti se quitó el antifaz y encaró la vida real Maura Monti filmó su última película en 1971. Invasión siniestra, de terror y ciencia ficción de bajo presupuesto, dirigida por Juan Ibáñez y Jack Hill y en la que Maura compartió créditos con Boris Karloff, Enrique Guzmán y Christa Linder, entre otras figuras. Abandonó su carrera como actriz, debido a que se estaba popularizando un nuevo género: el cine de ficheras que dejaba muchas ganancias a sus productores. Y dijo: “basta, mejor me retiro”. Una cosa era lucir su escultural figura en tramas que justificaran el uso de bikinis y ropa ajustada en medio de situaciones chuscas y otra, muy distinta, participar en un cine que le parecía de corte vulgar, que presentaba una imagen de las mujeres que, para Maura y otras, consideraban denigrante: objetos sexuales de cantinas y burdeles.“No me dolió tomar esa decisión, ya que el cine me había dado lo mejor: la oportunidad de convivir con personalidades interesantísimas. Sin embargo, al estar rodeada de gente bonita, estaba alejada de cualquier sensibilidad social y humana, equivalía a seguir encerrada en una burbuja irreal”. La italomexicana dedicó, entonces, sus días a su marido y a sus dos hijos, en medio de un lujo extravagante que muy pronto se convirtió en algo monótono. Vivía en una mansión en el Pedregal, en el sur de la Ciudad de México, en la que terminaba aburrida como un ostión. Esa vida burguesa–reuniones y fiestas, viajes a Las Vegas, tratamientos de belleza aquí y allá aderezados con la compra de más y más objetos de lujo inútil— se le volvió insoportable.“Sentía que algo me seguía haciendo falta […], me sentía insatisfecha, a pesar de tener todo lo material que pudiese desear. Perdí el sentido de la vida. Dejé de ser feliz. Sumida en la vacuidad”.De manera inesperada apareció luz en el camino. Estudió Letras Hispánicas en la UNAM. Ahí descubrió su gran pasión por la lectura y descubrió que existían otros mundos diferentes al de los confines de su mansión. Entraría también a la Sogem, la escuela de escritores que dirigía José María Fernández Unsaín. Incursionó en el periodismo durante un poco más de una década. Entre 1978 y 1989, elaboró entrevistas y reportajes para el programa de Televisa, En vivo, conducido por Ricardo Rocha, quien le enseñó a escribir los guiones para piezas periodísticas de mayor alcance que incluyeron reportajes sobre Frida Kahlo y entrevistas a personalidades como María Félix. Lejos del cine, se empezó a sentir más inquieta. Y un día decidió explorar posibilidades. Tomó un avión, lo abandonó todo y se estableció en San Cristóbal de las Casas. “De golpe pasé de los lujos de la burguesía a lo más lacerante de la miseria en la que vivían los indígenas de la región. Las páginas de Rosario Castellanos tomaron la forma concreta al ver a una indígena parir en medio del lodazal de una plaza, acompañada sólo por su gran dignidad”. “[Cada día] me sacudía más y más constatar la serie de injusticias que sufrían los indígenas. Ya no podía permanecer indiferente ante lo que veía, me dolía muchísimo su situación”. Llegó el momento en que, en una banca, a la mitad de un parque, “comencé a reflexionar sobre lo que había sido mi vida”. Maura no tardó en encontrar en su camino al escritor y promotor cultural José Antonio Reyes Matamoros, quien se convertiría en compañero de vida. Con él cofundaría el “Centro Cultural Jaime Sabines: Los Amorosos”, también conocido como la Escuela de Escritores de San Cristóbal de las Casas.Reyes Matamoros traía su propia historia: después de haber participado en la guerrilla, hizo a un lado las armas y llegó a San Cristóbal para convertirse en educador y maestro cuya labor se ganó el respeto y admiración por haber formado a muchos de los actuales escritores y artistas que destacan en Chiapas. Por su escuela pasaron 16 generaciones de escritores. Más aún, dado a su particular forma de ser, no dudaba en internarse en lo más profundo de la selva para convivir con los grupos originarios más marginados y conocer a profundidad y de viva voz.La cinta tomó un giro inesperado: de “churro” a película de culto En otro punto del país, Tepoztlán, Morelos, la documentalista Viviana García Besné –actual propietaria de los derechos de las muchas películas que produjo su tío-abuelo Guillermo Calderón– fundó el archivo fílmico Permanencia Voluntaria con el propósito de preservar y restaurar películas que representan una época del cine de carácter popular, como las de personajes de la lucha libre. Una cinematográfica poco estudiada y valorada.Sin embargo, de todas las películas que produjo su tío Guillermo, nunca ha podido desprenderse del impacto que le provocó el personaje interpretado por Maura Monti. Su admiración fue tal que, de manera paralela al archivo, García Besné fundó “El Baticine”, un pequeño espacio alternativo dedicado a la difusión fílmica y cuyo nombre fue un abierto homenaje a la primera mujer murciélago mexicana. Sin que ninguno de los participantes de La mujer murciélago se lo propusiera, con el paso del tiempo, la película ha empezado a ser revalorada y vista como la expresión de un “prefeminismo”, que en su momento rompió con los roles de género al presentar a una heroína cubierta con un antifaz y a la que se le veía saltar en paracaídas, bucear, manejar autos deportivos y motocicletas, disparar pistolas, aplicar llaves de lucha a los malos, explica María de la Cruz Castro Ricalde, especialista en temas de género.“Era un personaje que si bien luce su cuerpo en un bikini espectacular [en un color que recuerda al de Blue Demon], ya no se le presenta de manera pasiva para el disfrute de la mirada masculina. Provocó reacciones inesperadas en públicos que no estaban previstos, como las mujeres jóvenes que se identificaron y encontraron en ‘La mujer murciélago’ un imaginario que rebasaba las posibilidades asignadas a las mujeres”.Lo cierto es que los empeños de García Besné rindieron ya sus primeros frutos: luego de ser restaurada en formato 4K, los derechos de distribución de la película fueron adquiridos por la compañía británica Powerhouse Films Ltd, cuya parte importante de su catálogo está dedicada a la difusión del cine fantástico y de horror, géneros en los que cine mexicano ha encontrado un nuevo nicho, que se suma a las revisiones de carácter feminista.La mujer murciélago es un filme de culto con el que Maura Monti/Maura Fazi ya se ha reconciliado. Y que no envejece. Cuando se proyectó el pasado mes de agosto de 2025 en la Cineteca Nacional Chapultepec, hubo gran convocatoria. En Instagram un usuario escribió: “Uffff hasta que pasan algo bueno”.GSC/LG

Los días de Juan Gabriel en Lecumberri: falsas acusaciones, espionaje y abuso de poder

Los días de Juan Gabriel en Lecumberri: falsas acusaciones, espionaje y abuso de poder

DOMINGA.– Detrás de los auditorios a reventar, las canciones que se volvieron himnos generacionales, la gloria y la fama de Juan Gabriel –el Divo de Juárez–, se esconde un capítulo oscuro que marcó para siempre su carácter y obra: el tiempo que estuvo recluido enLecumberri, bajo cargos falsos de robo, en un proceso lleno de irregularidades, producto de un decadente sistema penitenciario. Su paso por la cárcel fue breve en términos de los días y los meses del calendario –entre los años de 1970 y 1971– pero determinante en lo simbólico. Allí conoció las penurias de los presos en el olvido, la violencia, el hacinamiento y la corrupción. Pero también encontró gestos de solidaridad que lo rescataron, “casi milagrosamente, de caer en la locura”, como lo compartió en vida ya convertido en estrella. Juan Gabriel fue detenido la mañana del martes 14 de abril de 1970, acusado de robo y daños en propiedad ajena. Estos cargos, como lo relató en la película Es mi vida(1982) y la bioserie Hasta que te conocí(2016), fueron un invento de la dueña de una casa a la que él y un grupo de músicos habían sido invitados a cantar. Los encontró afuera de un centro nocturno enEje Central. Y les advirtió que se prolongaría hasta tarde y ahí podrían pasar la noche.Por esos años, acostumbrado a dormir en las bancas de la Alameda Central, en alguna terminal camionera o afuera de laBasílica de Guadalupe, el joven Alberto Aguilera Valadez –su nombre real–, de apenas 20 años y casi recién llegado deCiudad Juárez, Chihuahua, agradeció tener dónde dormir y aceptó pasar la noche en aquella casa. Pero cuando despertó, se encontró siendo acusado del saqueo que había sufrido el lugar, tras aquella fiesta que se salió de control.El expediente judicial de Juan Gabriel se encuentra perdido en el Archivo General de la Nación, por lo menos oficialmente. Tal extravío –según una excolaboradora del cantante– fue un regalo personal que un político y su esposa le hicieron al artista en los años ochenta, como un gesto de amistad, una muestra determinante de que ese pasado de hambre y vejaciones había quedado atrás. Seis páginas de un legajo, perteneciente a una investigación hecha por la Dirección Federal de Seguridad (DFS) –la temida agencia de inteligencia–, salieron a la luz recientemente y pueden ser consultadas en el Archivo, pero lo cierto es que hoy sólo los muros del Palacio Negro conocen lo que realmente sucedió. Juan Gabriel declaró que no era ningún ladrónAños después, Carmen Salinas confirmó que la anfitriona de aquella fiesta había sido la actriz Claudia Islas –entonces una principiante de 24 años– que mantenía un amorío con un agente de la DFS, dijo, con quien urdió un plan para acusar a ese joven pueblerino y así cobrar el seguro de joyas, teles y demás artículos que supuestamente habían desaparecido. Ese mismo agente lo trasladó a una delegación y con intimidación y amenazas trató de convencerlo de reconocer la culpa. Pero de Juan Gabriel obtuvo sólo una respuesta: “Yo no soy un ladrón, señor, ni conozco a los que estaban en la fiesta. A mí sólo me invitaron a cantar”.Otros documentos filtrados a la prensa en 2022, de los archivos clasificados de la extinta dependencia de espionaje del gobierno, señalaban que el expediente original se había extraviado y que ese sólo era un resumen en el que se omitieron detalles, obedeciendo a la entonces vigente Ley de Protección de Datos Personales. En folios contenidos en la caja 298 del fondo de la DFS de 1984, quedó testimonio de que dicho archivo habría pasado por las manos del entonces titular José Antonio Zorrilla Pérez, y que en sus páginas había una resolución clara:El acusado fue sentenciado a tres años de cárcel y trasladado a la Cárcel Preventiva de la Ciudad de México, el penal de Lecumberri.Juan Gabriel entró a la prisión a bordo de una “julia” –como llamaban a los coches patrulla de la época–, junto a otros cinco hombres detenidos por distintos delitos y, una vez ahí, ya nadie más lo escuchó. El proceso era el mismo para todos: primero, daban los datos generales a un secretario que preguntaba nombre, edad, lugar de nacimiento, estado civil, estudios, nombres de los padres y hasta la religión que profesaban. Dos guardias les retiraban sus pertenencias. En caso de ser fumadores, podían ingresar con tres cigarros, para luego llevarlos a una oficina con cinco escritorios donde les medían la estatura, registraban las huellas dactilares y los fotografiaban para ser “fichados” oficialmente por las autoridades del penal. Juan Gabriel pudo conservar su guitarra.Después vendrían más oficinas, con las mismas preguntas y algunas ofertas. “Con 10 mil pesos, hago que salgas hoy mismo”, le dijeron a aquel jovencito que hasta ese momento sólo tenía una guitarra como medio de vida. En el último cubículo, los hacían bajarse el pantalón hasta los tobillos y procedían a una exploración física: “¿Tienes alguna enfermedad? Abre los brazos, da media vuelta, ahora una vuelta completa…”. Como nuevo interno, a Juan Gabriel lo llevaron al dormitorio H de turno, la primera parada para quienes no tenían una sentencia definitiva. Seguramente aterrado ante el ambiente amenazador del lugar, vio por primera vez lo que sería su hogar por los próximos meses. Y como lo registróArturo Ripstein en su documental Lecumberri, el Palacio Negro(1976), cada vez que entraban nuevos reclusos “podías sentir las miradas de los lobos, viendo quién tenía algo de valor. Era mejor no traer nada. Y se oían cosas como: ‘ya llegó un quinto’, ‘bizcochito’, ‘arrímate pa’ca’”, describe el narrador.Los murmullos en la oscuridad de LecumberriInaugurada en 1900, la Cárcel Metropolitana –conocida después como Lecumberri, dado que se construyó en los antiguos predios de un noble español apellidado así– fue presentada como el penal más moderno de América Latina, inspirado en los modelos panópticos europeos. Para la década de 1970, su nombre era ya sinónimo de hacinamiento y violencia. Escritores como Álvaro Mutis en Diario de Lecumberri(1960) y José Revueltas en El apando(1969) han dejado constancia del ambiente: la suciedad de los pasillos, el hedor de las letrinas desbordadas, los motines sangrientos, los pactos entre presos y carceleros, el absoluto caos. El penal albergaba entonces a delincuentes de alto perfil, desde narcotraficantes y homicidas hasta presos políticos del movimiento estudiantil de 1968. Entre 1970 y 1972, nombres como el propio Revueltas, asesinos como Goyo Cárdenas o Ramón Mercader –el que mató a Trotski–, y distintos líderes estudiantiles seguían poblando las crónicas del sofocante lugar. Todos compartían espacio con criminales violentos, generando un ambiente explosivo donde el más débil quedaba expuesto a todo tipo de abusos.La cárcel, que debía regenerar a los presos, se convirtió en un infierno. Revueltas escribía que “el preso era castigado no por lo que hacía dentro, sino por lo que era afuera”. Mutis, por su parte, narraba en su diario los interminables días de tedio, los murmullos en la oscuridad y la sensación de que Lecumberri era “una ciudad dentro de otra ciudad, donde la ley es apenas un eco”.Apenas habían pasado un par de días cuando Juan Gabriel pudo llamar a un amigo de Ciudad Juárez quien, luego de hacer una colecta por los cabarets en los que llegó a cantar –bajo el nombre artístico de Adán Luna–, logró reunir una cantidad y venir a la capital dispuesto a pagar su fianza, fijada en 10 mil pesos. Pero al llegar le dijeron que no había nada que hacer, ya estaba sentenciado en un proceso lleno de irregularidades: lo procesaron en fin de semana, sin la presencia de un abogado, testigos de cargo ni pruebas contundentes. En entrevistas posteriores, Juan Gabriel confesó: “Entré a Lecumberri siendo inocente, pero ahí aprendí lo que es la injusticia. Vi cosas terribles, cosas que no se olvidan. Aprendí que la vida se puede perder en un segundo”.Las penurias de un preso llamado Alberto AguileraDentro de Lecumberri, Juan Gabriel padeció las mismas penurias que el resto de los internos: el hacinamiento en celdas de dos por tres metros, con paredes de metal, una letrina y diseñadas para una o dos personas, pero que llegaban a albergar hasta a 18 internos que muchas de las veces dormían de pie o atravesados en las incómodas literas de hierro. La escasez de agua, la comida podrida, los castigos arbitrarios y la violencia latente en cada pasillo eran cosa de todos los días.“Dormíamos amontonados, con miedo a que nos robaran o golpearan”, relataría años después el cantante. La limpieza de las celdas y pasillos se conocía como “fajina” y era obligatoria para quienes no tenían dinero. “Si querías vivir en una de las celdas de arribita, le costaba a uno la módica cantidad de 50 pesos diarios, y por comodidades –usar los baños, por ejemplo–, nos cobraban 20 pesos más. Ya si no querías hacer fajina, eran otros 50. En total 120 diarios para poder gozar de esos beneficios”, relataba un exhabitante del penal en el documental de Ripstein.Trece crujías y 880 celdas pensadas –en un principio– para 800 hombres y 80 mujeres, llegaron a albergar a casi 5 mil personas a inicios de los años setenta. Contaban con ocho talleres para distintos oficios y, según el plan de readaptación de la época, por cada dos días trabajados se reducía uno a la pena que se estuviera purgando. Aunque esas reglas sólo se aplicaban para algunos privilegiados. En ese entorno hostil, el joven cantante se aferró a su voz. Cantaba en patios y pasillos, convirtiéndose poco a poco en un alivio para otros presos que encontraban en su talento un respiro frente a la dureza de la cárcel. Algunos testimonios de exreclusos, relatados durante el rodaje de Es mi vida, señalaban que “ese muchacho de Juárez llenaba los muros con canciones o las apuntaba en una libretita, y por un momento todos olvidábamos dónde estábamos”.Una mano providencial sacó a Juan Gabriel del penal de LecumberriLa cantante Enriqueta Jiménez La Prieta Linda(hermana de la actriz Flor Silvestre) visitaba ocasionalmente el penal para cantar unas rancheras a los presos. Tenía una estrecha amistad con el general Andrés Puentes Vargas –director del penal– y Ofelia Urtuzuástegui, su esposa. En una ocasión se encontró con Juan Gabriel y desde entonces comenzó una cruzada para liberar a aquel joven músico.“Sabía que Alberto era un muchacho bueno, incapaz de hacer daño. Su lugar estaba en los escenarios, no en una celda”, declaró posteriormente. “Cuando entré a su celda la primera vez, me encontré con un joven, casi un niño, que pesaba unos 50 kilos. Pero lo que vi no fue a un Juan Gabriel derrotado ni llorando; vi a un hombre grande, fuerte, que sabía que sería triunfador. No obstante, yo no entendía cómo era posible que un niño estuviera encerrado”, recordó.Unos meses después, la intérprete fue la primera en grabar una canción de Juan Gabriel, titulada “Noche a noche”, y cuando llegó a darle la noticia a su joven amigo, lo encontró más delgado, deprimido y totalmente sobrepasado por la situación. Fue entonces que convenció a Ofelia de usar sus influencias y, con el pretexto de que lo llevarían a amenizar una fiesta familiar por orden del general Vargas, simplemente lo subieron a su auto y terminaron con el encierro de aquel muchacho, 14 meses antes de que cumpliera su condena. Después se haría oficial la liberación, “y Ofelia se lo llevó a su casa, porque alguien debía quedarse como responsable de él, pues aún no era mayor de edad”, contaba orgullosa Enriqueta Jiménez, pese a que la mayoría de edad ya había pasado oficialmente de 21 a 18 años.Paradójicamente, años más tarde Juan Gabriel regresó a Lecumberri, pero no como reo, sino como protagonista de Es mi vidaen la que narró a manera de autobiografía parte de su experiencia, y compartió créditos con Narciso Busquets, Meche Carreño y la propia Enriqueta. El rodaje incluyó escenas filmadas dentro del penal, convertido ya en el Archivo General de la Nación. Según declaró a los periodistas, para él fue una catarsis volver al lugar que lo humilló pero ahora como estrella en ascenso, dueño de su voz y de su historia. “Fue muy doloroso pero necesario. Era mi manera de decirle al mundo lo que me había pasado y de demostrar que seguía de pie”, comentó.El espionaje y el expediente filtrado del Divo de JuárezPero nunca se borró la sombra de la prisión. En los años noventa y después, hace apenas tres años, un supuesto expediente oficial de su encarcelamiento circuló en los medios nacionales, revelando detalles de las acusaciones y confirmando la fragilidad de las pruebas que lo llevaron a prisión. El documento apuntaba a que las autoridades lo habían considerado “sospechoso habitual”, por su condición de joven sin respaldo familiar, humilde y afeminado, reflejo del clasismo y los prejuicios de la época.También se divulgaron supuestas citas del expediente que muestra lo que la agencia de inteligencia estaba interesada en recabar: “Durante su estancia en dicha cárcel, Aguilera Valadez sostuvo relaciones ‘íntimas’ con su compañero del dormitorio H […], este último procesado por el homicidio a pagadores de una oficina de la Secretaría de Hacienda. También se investigó que Juan Gabriel mantiene [en los ochenta, cuando se redactó el documento] relaciones “íntimas” con […] quien trabaja en Petróleos Mexicanos. Así como con el artista y cantante […]”. Según el informe, del que fueron eliminados varios datos, “únicamente permaneció en Lecumberri ocho meses, en virtud de que el general Andrés Puentes Vargas, Enriqueta Jiménez La Prieta Linda, y Efraín Bloussman Pinker, quien tiene antecedentes de tráfico de estupefacientes, gestionaron y pagaron la fianza para que fuera dejado en libertad. Cabe señalar que el expediente de Alberto Aguilera Valadez se encuentra extraviado”.Además, tras su éxito internacional, Juan Gabriel fue objeto de un seguimiento por parte de distintas corporaciones. Archivos desclasificados tras su muerte, ocurrida el 28 de agosto de 2016, confirmaron que había sido vigilado durante décadas, bajo sospechas que iban desde su cercanía con políticos hasta su vida privada. Juan Gabriel, sin embargo, ese tema lo tomó siempre con ironía: “Si me espiaban, pues qué bueno, al menos tenían buena música de fondo”, declaró en tono jocoso en una entrevista televisiva.Su sensibilidad hacia los marginados, su insistencia en cantar a los olvidados y su capacidad para convertir el dolor en arte se entienden mejor a la luz de aquellos meses tras las rejas en el Palacio Negro. Precisamente, en 1972, tan sólo unos meses después de haber abandonado la cárcel, el sistema penitenciario se intentó modernizar con la Ley de Normas Mínimas de Readaptación Social que, según un boletín de prensa, buscaba “cerrar las puertas de la prisión para que no ingresen en ella quienes nunca debieron entrar, y abrirlas para que salgan quienes ya estén calificados para vivir en la comunidad libre”, decía.Según el Censo Nacional de Sistema Penitenciario Federal y Estatales de 2025, el año pasado había casi 237 mil personas privadas de la libertad dentro de los 325 centros penitenciarios que existen en nuestro país. De ellos, la Comisión Nacional de Derechos Humanos estima que cuatro de cada 10 continúan recluidos a la espera de una sentencia, sin contar los casi mil 500 jóvenesen alguno de los 50 centros de detención especializados para adolescentes. ¿Cuántos “juangabrieles” habrá al momento dentro de esas celdas?Hoy, mirar ese capítulo no sólo ilumina la biografía del artista, sino también la historia de un México donde la cárcel sigue siendo un símbolo de corrupción y abuso de poder. Juan Gabriel transformó esa herida en música, y al hacerlo, convirtió su tragedia personal en parte de un legado que sigue conmoviendo a millones.GSC

Lo acusaron de ‘vendehumo’, pero un mexicano podría llevar a Nicaragua a su primer mundial

Lo acusaron de ‘vendehumo’, pero un mexicano podría llevar a Nicaragua a su primer mundial

DOMINGA.– El balón está en la cancha. Faltan cinco días para que Nicaragua dispute el partido más importante de su historia: la ronda final rumbo al Mundial 2026, contra Costa Rica y Haití. En la banca, lejos de los reflectores, un mexicano observa. No patea el balón, no da instrucciones, pero su huella está en cada jugada, contratación y patrocinador que hizo posible que esta selección –la de un país que nunca ha pisado un Mundial– sueñe con que puede lograrlo.Javier Salinas Hernández, desde hace casi cuatro años, es director de Selecciones Nacionales de la Federación Nicaragüense de Futbol. Su misión: llevar a un país futbolero, pero sin historia mundialista, al evento más grande del planeta.La revolución en el país centroamericano comenzó muchos años antes. Desde hace dos décadas, los dueños de los clubes de la Liga Primera luchaban a cuestas por transformar el balompié local sin infraestructura, sin planes deportivos y sin logros internacionales. Querían cambiar la historia y buscaron talento fuera del país.La prensa nicaragüense acusó a Javier Salinas de vendehumo, pero lo eligieron por dos razones: tres décadas de experiencia en el mundo del futbol –inició como jefe de prensa de Monarcas Morelia en los años noventa– y su paso como director de mercadotecnia de la Federación Mexicana y la Liga MX (2010-2015), donde destacó como pionero en marketing digital y patrocinios. “El futbol mexicano está lejos de ser tan malo como creemos”, dice Javier a DOMINGA. México, pese a sus críticas internas, está en el lugar 14 del ranking FIFA –entre 211 selecciones–, una de las ligas más sólidas de América Latina, detrás sólo de Brasil. Y más que espectáculo, es una industria que sostiene miles de empleos: jugadores, entrenadores, cuerpos técnicos, agencias, operadores de estadios. Los 18 equipos de la Liga MX emplean a más de 2 mil 700 personas, más otros 600 trabajadores en la Federación Mexicana, calcula Salinas. Para él, el deporte es una rueda de la fortuna. Se gana, se pierde y se vuelve a empezar. Su mayor aprendizaje no fue en la cancha, sino en la oficina: entendió que dirigir un equipo se parece más a llevar una empresa que a un vestidor de deportistas. Y en Nicaragua aplicó esa visión: diseñó un plan con preparación física innovadora, psicología, nutrición, medicina e inteligencia deportiva. El principio era claro: poner al jugador en el centro para elevar su potencial competitivo.Si Nicaragua clasifica al Mundial, se sabrá el 5 de septiembre, cuando reciba a Costa Rica en Managua. En la cancha, el chileno Marco Antonio Fantasma Figueroa lidera el sueño rumbo a 2026.¿Un rey Midas del marketing deportivo?No estamos habituados a contar las historias de los mexicanos que exportan talento, estamos más acostumbrados a recibirlas. Javier lo resume con una metáfora: “Compartir lo que sabes es como jugar un Mundial: no se gana quedándote en casa, sentado en un sillón”, sentencia.Antes de 2006, Javier dice que nunca imaginó que otros países podrían pagarle por transmitir su experiencia. Todo cambió cuando lo invitaron a hablar de marketing deportivo en una conferencia en Ecuador. “¿Cómo podía soñar con ser un ponente internacional, si estaba acostumbrado a escuchar al extranjero, no a que me escucharan a mí?”, recuerda. Después vinieron asesorías y conferencias en Paraguay, Perú, Panamá, Jamaica. Cada viaje reforzó una certeza: México puede exportar talento si se atreve a mostrarlo. Pero no es fácil: dar conferencias ni asesorías fuera del país se siente como jugar una final. Nervios, miedo a equivocarse, público dividido entre el escepticismo y la sorpresa. Pero “es necesario un poco de atrevimiento”, resume.​En 2022 aceptó la dirección en Nicaragua. Su historia funciona como un espejo incómodo: en la cancha, los negocios o la academia, solemos jugar con temple en casa pero, cuando se trata de salir, muchos “se achican”. “Amigos míos lo han hecho: prefieren decir ‘no’ antes que atreverse a salir”, asegura. “Somos malos vendedores de nosotros mismos. Y más si nos comparamos con países que tienen tradición de enseñar y que saben venderse muy bien”, lamenta.El contraste es evidente. Los estadounidenses repiten hasta el cansancio que son los mejores. Los chinos venden cualquier imitación. Los argentinos piensan en ganar siempre. Mientras tanto, el mexicano –moldeado en la humildad– suele confundir esa virtud con el silencio cuando se trata de mostrar lo que vale. Javier Salinas dice que esa resistencia es cultural.“Nosotros estamos en una situación geográfica muy favorable. El clima es bueno todo el año, y eso hace más difícil soportar temperaturas extremas. Además, venimos de núcleos familiares muy unidos. Nos cuesta trabajo desprendernos”. Ese desfase cultural tiene nombre y apellido: el síndrome del Jamaicón, en memoria de José Villegas, un defensa, que en 1958 se negó a cenar en Suecia porque extrañaba sus sopes y chalupas. El mal de la nostalgia. ​Ser un ejecutivo deportivo se parece más a dirigir una empresaEn el futbol, mientras más joven empiezas a entrenar, mejor se llega a primera división. Javier Salinas comenzó a los 15 años en el Sistema Michoacano de Radio y Televisión: entrevistaba a los jugadores de la Liga mexicana, cargaba cables, corría por tortas. A los 16 ya narraba partidos en radio y, poco después, escribía columnas deportivas por 500 pesos. La disciplina lo formó a golpes en uno de los periódicos locales de Michoacán: “Si tu nota tenía más de tres errores de dedo, te descontaban el día. Tenía que ser un escritor pulcro. Si hacías entrevistas banqueteras, no te las publicaban y te regañaba ese jefe mal encarado con más de 40 años de experiencia”. A los 22 años, en el Mundial de Francia de 1998, se quedó solo en la redacción, su editor en jefe se fue de vacaciones durante el evento más importante del año. En automático, Javier se quedó a cargo del suplemento mundialista y se convirtió en reportero, editor y diseñador. Sin saberlo, ya armaba sus alineaciones narrativas para el futuro. Ese rigor lo llevó al Monarcas Morelia y más tarde a la Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX.Ahí descubrió que ser un ejecutivo deportivo se parece más a dirigir una empresa que a un vestidor: cuidar el producto, conseguir a los mejores jugadores, generar ingresos, controlar gastos, hacer crecer la marca.“La mayor satisfacción para un ejecutivo del deporte está en ver al aficionado disfrutar del espectáculo por el que pagó. Si lo hizo es porque se sintió seguro, se la pasó bien y salió feliz del estadio”.En el futbol mexicano fue pionero en mercadotecnia digital y en el manejo de patrocinios. “Primero para salir al extranjero, tienes que haber hecho algo trascendente en tu país.” Y Salinas lo había hecho: en el Mundial Sub-17 de 2011 ayudó a romper el récord de venta de boletos en la categoría.Las mujeres en el organigrama deportivoSi algo ha hecho Javier es abrir puertas que parecían cerradas con candado. En 2004 nombró a Mónica Pérez como la primera jefa de prensa de un equipo de primera división en México. La resistencia fue tan brutal que el director técnico se bajó del autobús en el que viajaban a la Ciudad de México para jugar contra Cruz Azul diciendo: “Yo no viajo con una mujer”. Más tarde, en 2017 cuando lo nombraron presidente de la Liga Mexicana de Béisbol, Javier Salinas hizo 60 cambios estructurales para modernizar y profesionalizar el circuito, entre estos, algo fundamental fue impulsar la equidad de género. Nombró a Luz Alicia Gordoa como la primera árbitro en el país en un juego entre los Diablos Rojos de la Ciudad de México y los Guerreros de Oaxaca, siete años antes de que ocurriera en Estados Unidos. La crítica más leve que escuchó de un sector de aficionados fue que la había designado árbitro “porque era un homosexual”.En el fondo, cada brecha abierta es un homenaje a su madre, que trabajaba turnos de 24 a 48 horas en un Ministerio Público, para mantener a él y a su hermano menor. Y también es un ejemplo para su hija, Frida, quien hoy tiene E18 años.La prensa nicaragüense lo acusó de vender humoPara salir a jugar en otro país no basta con talento: necesitas un plan de juego, ambición y una piel muy gruesa. En 2022, los dueños de los clubes de la Liga Primera lo llamaron. Querían cambiar la historia. Y Javier aceptó el reto. No fue nada fácil. Innovar tropieza con resistencias, incredulidad e intereses enquistados. Algunos sectores de la prensa lo acusaban de vender humo o de engañar a los nicaragüenses de que su selección podría competir en torneos de alto nivel. Fueron días muy complicados, dice, porque había quienes preferían seguir anclados en la mediocridad.Uno de sus rivales más duros a vencer fue la soledad –pese al respaldo de los clubes y de su equipo de trabajo–. Porque incluso con resultados positivos, siempre estaba lejos de casa.Casi cuatro años después, el guion cambió: de cero patrocinadores en 2022 pasaron a tener 14 en 2025. Un nuevo escudo, con la “N” de Nicaragua y los símbolos de sus lagos y volcanes. De no vender ningún jersey a vender 15 mil. De tres mil asistentes a llenar las 20 mil butacas del Estadio Nacional en Managua. Y avanzaron, del lugar 144 en 2022 al 130 en 2025 en el ranking de la FIFA. Javier entendió que había urgencias básicas, en específico, la salud mental y física de los jugadores. Sobre todo, cuando había deportistas que tenían 20 caries, lo cual obstaculizaba su desarrollo deportivo. La psicóloga Alejandra Fajardo evaluó al plantel y descubrió que muchos cargaban con infancias duras. Su misión fue clara: trabajar la autoestima y dotar a los futbolistas de herramientas emocionales para que no se “achicaran” ante ambientes hostiles, por ejemplo, escuchar a casi cien mil aficionados en contra ante un México en el Estadio Azteca. Para Javier Salinas, este trabajo es poner el nombre de México en alto. “Cuando sales te conviertes en promotor de tu país. Yo he tenido que explicar desde el grito de ‘puto’ en los estadios hasta hablar de Chespirito, de la historia de Luis Miguel o la diferencia entre el PRI, el PAN y Morena”. Hoy, a días del partido que podría cambiar la historia de Nicaragua, Javier sabe que su lugar está detrás de un escritorio, en el mismo sitio que ha jugado: abriendo espacios, creando ideas, derribando miedos. Quizá, dentro de algunos años, en Nicaragua, se diluya su nombre. Pero sí recordarán que un mexicano les permitió soñar con llegar a un Mundial.GSC/ASG

La leyenda del asaltante Ríos Galeana inicia lanzando tiros desde su LeBaron guinda

La leyenda del asaltante Ríos Galeana inicia lanzando tiros desde su LeBaron guinda

DOMINGA.– Cuando los agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) se instalaron en distintos poblados de Guerrero para tratar de entender, a través de amigos y enemigos, quién era Alfredo Ríos Galeana, se llevaron una gran decepción: no era más que un ebrio y un buscador de pleitos de cantina.El informe que firmó el comandante Roberto Quintero Vieyra es hoy una especie de biografía en la que los agentes reconstruyen, a través de testimonios de viejos conocidos, los escándalos pueblerinos del que ya era considerado el asaltante de bancos más famoso de todos los tiempos.Para ese entonces había asaltado 26 bancos en el Estado de México, había sido detenido y encarcelado en el Centro de Readaptación Social en Hidalgo, del que se terminó fugando.En diciembre de 1981 logró introducir desde el exterior un mástil metálico de siete metros, como los que se usaban para sostener las antenas de televisión en las azoteas de los ochenta. La pieza había sido rellenada con cemento para darle peso y rigidez. Con ayuda de cómplices dentro y fuera de la cárcel, lo colocaron contra el muro del penal. La combinación de su longitud y solidez permitió que Ríos lo utilizara literalmente como puente para trepar el muro perimetral.Una vez prófugo, la policía de espionaje montó un operativo de vigilancia encubierta en marzo de 1982, en el lugar donde Alfredo Ríos Galeana había nacido y al que tenía la debilidad de regresar: Arenal de Álvarez, una pequeña localidad costera de Guerrero que se extiende entre el cauce del río Atoyac y el océano Pacífico, rodeada de manglares, esteros y playas abiertas al mar.A pesar de que toda la policía del país estaba detrás de su paradero, según el informe, el 13 de marzo de 1982 Ríos Galeana llegó en un carro de lujo a su tierra.No podía resistirse a la fiesta: era la boda de una de sus primas y, como no se permitiría quedar mal, se había apuntado como padrino de música. Esa noche se emborrachó y bailó con todas las primas al son de la banda de viento que tocaba piezas del estilo Chile Frito, muy popular por allá.Sólo una semana después de organizado el operativo, Ríos Galeana regresó a Arenal de Álvarez. Cerca de las diez de la noche se metió directamente a un billar de un viejo amigo, Jorge Cabrera, y pidió una botella de mezcal. Cuentan los borrachos que, cuando se fue del lugar, se subió a su carro, un Chrysler LeBaron color guinda con interiores de terciopelo, considerado muy lujoso en esa época.La escena se quedó grabada como una hazaña: mientras manejaba con una sola mano, tomó un rifle AR-15 del asiento de al lado, lo sostuvo con la otra y lo sacó por la ventana. Ríos Galeana, el hombre más buscado del país, gritaba y reía cuando de pronto empezó a disparar una ráfaga de tiros para anunciar que ya se iba.Los pobladores declararon que Ríos Galeana se sentía tan protegido en su pueblo que incluso a veces llegaba acompañado de su madre, a quien conocían como La Güera María, y de su hijo de apenas doce años. Les gustaba exhibir que finalmente había triunfado.La gente contaba que La Güera se había ido de Arenal de Álvarez con Alfredo muy pequeño, rumbo a la capital, para huir de la miseria. Los carros, las armas y sus decenas de ahijados demostraban que lo habían conseguido.Durante la investigación que montó la DFS en el pueblo, lograron reconstruir la ruta de aquellos días prófugo: primero llegaba a la cantina El Siete Mares, luego se pasaba a El Avispero, después al billar de su amigo Jorge Cabrera y finalmente a la casa de una tía que tenía un hijo adolescente de nombre Andrés.A este último, Alfredo le había regalado una guitarra que él mismo tocaba cuando estaba recluido en el penal de Hidalgo y que había mandado sacar tras su fuga.“También se ha logrado saber que, cuando llega a Los Arenales, lo hace en dos vehículos, deja uno en la entrada para que lo protejan y también usa peluca.”Esta es la historia de los primeros asaltos de Alfredo Ríos Galeana, del primo que lo traicionó y de su debilidad por El Arenal, el pueblo donde nació. Esta es una colaboración de ARCHIVERO para DOMINGA, que reconstruye este caso gracias a expedientes olvidados entre cajones y viejas oficinas públicas. Casos como este revelan que en México la verdad oficial siempre está en obra negra.Durazo bautizó a Ríos Galeana como el “Enemigo Público No. 1”En una caja del Archivo General de la Nación (AGN) hay un expediente poco revisado: es sobre los primeros años de Alfredo Ríos Galeana, un exmilitar y policía que al mismo tiempo era asaltante de bancos.Un hombre que hacía de cada golpe un espectáculo de precisión. El mito que se construyó en torno a que tras su espectacular fuga de 1981, fue bautizado por Arturo El Negro Durazo –entonces jefe de la policía del Distrito Federal–, como el “Enemigo Público número uno” de la nación, señalaba Ríos Galeana.Pero fue su primo Evaristo Galeana Godoy, conocido en el bajo mundo como El Tito, quien contó a través de una declaración localizada en los archivos cómo se fue formando la primera banda de asaltantes.El Tito declaró que él había crecido en el poblado de San Jerónimo de Juárez y su primo Alfredo, en Arenal de Álvarez, comunidades vecinas divididas por el río Atoyac. Durante toda la adolescencia trabajó en panaderías, mientras que su familiar había emigrado con su madre al Distrito Federal.Relató que, en una de sus visitas, Alfredo le confesó que desde 1973 había sido nombrado sargento del Ejército mexicano.Le contó que utilizaba su cargo para robar automóviles junto a otros hombres: Alfredo Arciniega, Félix Palaciano y un cabo de apellido Guadarrama. Ríos Galeana presumía que estaban bien organizados y orquestaban los robos desde una lonchería en el Estado de México, El Molinito.Sus favoritos eran los Volkswagen: prácticos, baratos y usados como taxis. Los robaban en colonias como Polanco, Las Lomas y Las Águilas, en el Distrito Federal. Luego los llevaban a Guerrero, donde eran vendidos sin preguntas incómodas.A principios de 1974, El Tito fue invitado a unirse a la banda de robacarros en el Estado de México. El gusto le duró poco: fue detenido en abril de ese año y recluido en el penal de Lecumberri. Dos años después quedaría absuelto gracias a la defensa de un abogado especializado.Cuando fue liberado, El Titoregresó a San Jerónimo de Juárez con su madre. Para entonces se enteró de que su primo Alfredo había sido nombrado comandante de la policía en Santa Ana Ixtlahuatzingo, Estado de México, y que estaba bien conectado con el alcalde. Con todo y sus antecedentes penales, Alfredo lo colocó como subcomandante de las fuerzas armadas del pueblo.Recordaba que, para marzo de 1978, Alfredo ya había ingresado a las filas del Batallón de Radiopatrullas del Estado de México. La corporación surgió en los años setenta como un cuerpo policiaco especializado en patrullaje rápido y respuesta inmediata.Con vehículos equipados con radio y armas largas, representaba –en el discurso oficial– la modernización de la seguridad pública. En la práctica, pronto se convirtió en un grupo con enorme poder operativo y escaso control institucional.Muchos de sus integrantes fueron vinculados a extorsiones, protección a delincuentes y participación directa en asaltos bancarios. El más famoso: Alfredo Ríos Galeana. Según El Tito, desde ese puesto aprendió a vigilar cómo operaban los bancos y descubrió la escasa capacitación de los policías.“Lo hizo sin despertar sospechas”, declaró.Robaban fortunas de bancos y se escondían en AcapulcoEn marzo de 1978, Alfredo Ríos Galeana invitó al Tito a cometer su primer asalto bancario. La organización siempre se planeaba en su casa, en la calle Filiberto Gómez número 36, de la colonia Ahuizotla, Estado de México. Generalmente, una noche antes robaban un automóvil en Polanco.Para el primer asalto eligieron un Ford Maverick color verde, último modelo. Ese 26 de abril de 1978 se dirigieron al Banco Continental, en Tlalnepantla. Entraron haciendo un desastre. Lo primero que hizo Ríos Galeana fue desarmar al policía bancario y quedarse con su pistola calibre .45.A gritos, mentadas de madre y amenazas de muerte, él y Florentino Vargas Díaz ordenaron a los presentes tirarse al piso. Su primo entró a la bóveda, donde rápidamente guardó el dinero en bolsas. Ese día se llevaron 700 mil pesos, de los cuales Tito recibió 100 mil: una cifra que le parecía una verdadera fortuna.Durante cuatro meses se escondió en su pueblo, mientras su primo se dedicaba a comprar autos llamativos y pasearse con mujeres. Tito, aunque temeroso, ya conocía el olor del dinero fácil. Por eso, cuando Alfredo lo visitó, aceptó sumarse a nuevos asaltos.El 27 de septiembre de 1978, por ejemplo, cometieron uno de los atracos más célebres: llegaron al Bancomer ubicado frente a las Torres de Satélite. Usaron un Volkswagen azul robado.“¡Esto es un asalto, nadie se mueva!”, gritaron. A lo que siguió el mismo ritual: desarmar al guardia, tirar a los trabajadores al piso, entrar a la bóveda y huir. Ese día robaron 730 mil pesos que se repartieron en su casa del Estado de México. Después, los escondites también cambiaron: ahora se refugiaban en Acapulco, entonces destino de artistas y estrellas de Hollywood, donde derrochaban el botín en borracheras y mujeres.El 15 de enero de 1979 asaltaron un Banamex. El 13 de febrero repitieron el golpe al Banco Continental. Finalmente, el 14 de marzo de 1979 serían detenidos Gabriel García Chávez, Florentino Vargas Díaz y Evaristo Galeana Godoy, primo de Alfredo, quien revelaría todos los detalles de los asaltos y aportaría la primera información biográfica de Ríos Galeana. Ese día, Florentino Vargas declaró que Ríos Galeana reclutó a hombres originarios de Guerrero y muy pobres, como él mismo lo había sido. Contó que lo conoció a principios de 1978, cuando trabajaba como pescador en las lagunas de Tuxpan. Relató que, una tarde, Alfredo –que andaba bebiendo y de parranda, como de costumbre– le pidió que le sacara unas mojarritas para comer.Estuvieron riendo y comiendo juntos hasta que Ríos Galeana pareció compadecerse de él y le dijo que, si quería salir de la pobreza, tenía un trabajo para ofrecerle. Lo llevó con él a la Ciudad de México y, una vez ahí, le explicó que el “trabajo” consistía en asaltar bancos. Le aseguró que era seguro, pues él había sido policía y conocía cómo se movían las cosas en el Estado de México. Las fugas y capturas de Alfredo Ríos GaleanaEn 1985, Alfredo Ríos Galeana sería recapturado en la capital del país tras varios intensos operativos de la DFS y de la policía.Sin embargo, no permanecería mucho tiempo bajo custodia. Y en 1986 se fugó del Reclusorio Sur, nuevamente con apoyo dentro y fuera del penal. Esta fuga profundizó la percepción de colusión entre autoridades penitenciarias y su organización criminal. Volvió a ser detenido en 1987, pero logró escaparse de nuevo.Estas repeticiones de detención y fuga lo convirtieron en uno de los criminales más humillantes para las fuerzas de seguridad mexicanas.Para 1989 fue arrestado por tercera vez en el Estado de México. A partir de ahí desapareció de la escena pública. Algunos testimonios apuntan a que viajó a Estados Unidos con identidades falsas.Según reportes periodísticos, durante la década de los noventa vivió en California bajo el alias de un pastor cristiano. Se hacía llamar Arturo Montoya y llevaba una vida aparentemente tranquila, predicando en iglesias y trabajando en oficios menores.En 2005 el FBI lo localizó en Los Ángeles. Fue arrestado y extraditado a México, donde enfrentó finalmente sus pendientes judiciales. A diferencia de las décadas anteriores, ya no pudo escapar. Desde entonces permaneció preso hasta su fallecimiento en el 2019.GSC / MD

Del cielo de Durango cayó su nombre: ‘El Mayito Flaco’, el heredero invisible del ‘Mayo’ Zambada

Del cielo de Durango cayó su nombre: ‘El Mayito Flaco’, el heredero invisible del ‘Mayo’ Zambada

DOMINGA.– Objetos extraños volaron por el cielo de Durango. Ocurrió el martes 26 de agosto de 2025, cerca de las nueve de la mañana, cuando una aeronave sobrevoló a baja altura la capital del estado y, de pronto, dejó caer cientos de volantes. Una lluvia de papel impreso en blanco y negro cayó en la zona centro de Victoria de Durango, mientras los negocios locales aún se desmañanaban.Pocos medios de comunicación nacional reportaron ese hecho. Tal vez porque los policías acordonaron de inmediato la zona, desde la catedral de la Inmaculada Concepción hasta el templo de San Juan Bautista de Analco, para confiscarlos. Pero eran cientos y volaron hacia tantas direcciones que fue imposible decomisar todos. Algunos volantes quedaron en las azoteas de negocios, otros en las copas de los árboles y algunos más en los patios de las casas coloniales.#Durango ????️| Como si se tratase de #Culiacán, usuarios en #RRSS señalan que una aeronave arrojó volantes en el Centro de la ciudad y en otras zonas. Esto, a pocos días del Tercer informe de gobierno de @EVillegasV. pic.twitter.com/UHHUPvgFPG— Zoé (@citlazoe) August 26, 2025 Varios vecinos les tomaron fotos y las subieron a las redes sociales. Eran los siguientes objetivos de los hijos de El Chapo en su guerra contra La Mayiza, la facción que honra a Ismael Zambada García. “Durango, el narcoestado fallecido del que nadie habla” se titulaban las copias fotostáticas lanzadas por el cielo.Contenían 32 fichas de presuntos colaboradores de El Mayo, hoy preso en Estados Unidos y culpable confeso de cofundar el Cártel de Sinaloa. Las primeras 31 fichas se integraban de nombres conocidos para quienes viven en el noroeste mexicano: gobernadores, senadores, diputadas, militares, policías y criminales temidos, como los hermanosCabrera Sarabia. Pero la ficha 32 era la más relevante. Venía en un espacio aparte en esas hojas de media carta: ahí estaba el líder de todos esos poderosos, de quien dicen las agencias de seguridad de Estados Unidos que es el patrón de hombres y mujeres sentados en curules, con uniformes militares o cobrando en palacios legislativos. Tiene apenas 43 años y heredó el trono de su padre: Ismael Zambada Sicairos, El Mayito Flaco, el hombre a cargo de esta guerra.Y para que no quede duda que aprendió bien del padre, la imagen del volante es una fotografía vieja, desactualizada, que probablemente ya no lo representa tras cambios de peso o incluso cirugías. Discreto y de bajo perfil, aprendió a ser esquivo de las cámaras indiscretas. Pocos saben cómo luce hoy, al igual que pocas personas sabían cómo lucía el padre hasta que fue entregado a Estados Unidos, el 25 de julio pasado. Negociador pero duro, sanguinario y respetado, dicen quienes lo han conocido.Al Mayo Zambada García se lo llevaron del país y no volverá. Pero su hijo, su escuela y su manera de hacer negocios siguen recorriendo México como un fantasma que se rehúsa a desaparecer.Pocas certezas sobre el hijo de El Mayoque sigue en pie en MéxicoIsmael Zambada García tiene muchas versiones de sí mismo. A veces, se hacía llamar Gerónimo López Landeros o Jesús Loaiza Avendaño o Ismael Higuera Rentería. A ratos se presentaba como ganadero, luego como empresario y a veces como administrador de ranchos. Así obtuvo hasta ocho fechas de nacimiento que iban desde 1927 hasta 1956. Nadie sabe –ni la DEA– si la fecha que ha elegido para firmar su acuerdo de culpabilidad es la correcta. Su identidad dependía del humor con el que se levantaba en la Sierra Madre Occidental para administrar la que alguna vez fue la empresa criminal más grande del mundo, el Cártel de Sinaloa.A veces decía, como le dijo al periodista Julio Scherer, que mantenía cinco mujeres al mismo tiempo; otras, repetía que sólo tenía una esposa pero distintas amantes, como Rosalinda, Dora Alicia, Leticia, María del Refugio, Margarita Imperial o Ana María. Sólo él sabe cuántos nietos y nietas realmente tiene, en Sinaloa hay decenas que dicen llevar un poco de su sangre en las venas; y tampoco hay certeza en su biografía sobre el tamaño de su prole.Entre los pocos datos fehacientes, se sabe que tuvo cuatro hijos que compitieron por su corona, creando el mito de que El Mayo sólo dejaría el poder criminal con una muerte natural en su querido Álamo, la sindicatura de Costa Rica, en el municipio de Culiacán, Sinaloa. Sin embargo, uno a uno cayeron en manos de las autoridades, una suerte indigna para cualquier hijo del legendario capo: Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, detenido en 2009; Serafín Zambada Ortiz, El Sera, arrestado en 2013; Ismael Zambada Imperial, El Mayito Gordo, corrió con la misma mala fortuna un año después.Sólo quedó en pie El Mayito Flaco. El único que no ha sido detenido y que podría continuar el legado del jamás alcanzado. El hijo que aprendió la mejor técnica de supervivencia del padre: el anonimato. Hasta hoy, tampoco hay certeza de su fecha de nacimiento. Las agencias estadounidenses como el FBI y la DEA, y hasta Wikipedia, sólo consignan el año en que nació en Sinaloa, 1982. Su estatura es un misterio, igual que su peso y hasta vello facial.Es una sombra de la que se sabe, apenas, que se formó en las filas de un viejo narco llamado Alfonso Limón Sánchez, quien le enseñó desde muy joven cómo se movía la droga de estado a estado. Al cumplir 18 años, su familia le regaló su primer cargamento de cocaína para que se estrenara en el envío de drogas hacia Estados Unidos y eligió el estado de California como su lugar de coronación. Ahí mismo, en 2013, la Corte Federal del Distrito Sur lo acusó de conspirar para distribuir e importar drogas y lo fichó como fugitivo. Lejos de preocuparse por los cargos en su contra, los festejó como una graduación para convertirse en un capo internacional.A diferencia de sus archienemigos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, El Mayito Flaco no acude a antros, restaurantes o encuentros en zonas urbanas. Aprendió de su padre que el monte es la salvación. Para no ser detenido hay que memorizar ramajes, arroyos, cuevas. Bajar la cabeza, caminar en silencio, salirse del estruendo. Y ha elegido Durango como su centro de operaciones, tal y como lo expuso La Chapiza con los volantes que dejó caer de una aeronave. Con ese acto se cumplió la profecía del padre, quien hace 15 años lo advirtió a la revista Proceso: “La tierra siempre es buena, el cielo no”.Las enseñanzas del Mayo: ir por la sombra y crear alianzasEl Mayo morirá en prisión pero La Mayiza sigue viva en las calles. Ese es su legado, su escuela. Y el director es Zambada Sicairos, quien comanda una tropa de entre mil 500 y 3 mil pistoleros, según cálculos del gabinete federal de seguridad. Están integrados por distintos brazos armados: unos son Los Mayitos Flacos, Las Fuerzas Especiales Avendaño, La Gente del Mayo, La Gente del Flaco, La Sombreriza, Los Ántrax, La Gente del P1, Los Rusos,Los Rugrats, Los Venados, La Cabreriza y Los Flechas MZ, entre sus grupos más destacados. Cada uno se divide por comandantes y zonas pero todos responden al hijo predilecto del Mayo Zambada.El último grupo, Los Flechas MZ, son quienes mejor han aprendido del maestro la lección más importante: la paciencia. El Mayo sobrevivió a todos los capos de su generación no porque disparara más rápido, sino porque supo esperar el momento indicado para actuar o replegarse. Esas lecciones las llevan en el nombre: se dicen flechas por silenciosas, mortales y discretas. Las cualidades que le dieron a Zambada García cinco décadas de operación ininterrumpida.Otra enseñanza de esa escuela maldita es la discreción. Mientras otros cárteles convirtieron las calles en vitrinas de armas y camionetas blindadas, La Mayiza, inspirada en el estilo del patriarca, se mueve en las sombras. Los jefes de plaza que son sorprendidos en excesos son asesinados; sus guardaespaldas deben guardar siempre la compostura y cubrirse con la sierra, tal como lo hizo durante décadas. También entendieron que la calidad de las alianzas es indispensable. Junto al Chapo, El Mayo tuvo la audacia de soñar con un gran sindicato de narcotraficantes por todo el país que respodieran a ellos pagando una especie de membresía. En 2001 le llamaron La Federación, un sueño roto por los egos de los capos michoacanos, chihuahuenses y tamaulipecos que no querían someterse a las directrices de Sinaloa.Ahora, El Mayito Flaco sigue esa tradición de crear grandes alianzas: en cuanto comenzó la guerra se plegó a la familia de Dámaso López y también forjó una alianza con el Cártel de Guasave, liderado por El Chapo Isidro. Al mismo tiempo consolidó sus tratos con la familia Cabrera Sarabia, con el viejo clan Limón y hermanos de larga data criminal como los Arzate. La lealtad es exigida, no pedida.La Mayiza sabe perder cargamentos pero no territorios: cada vez que la coyuntura lo exigió, su líder moral cambió de socios y aceptó las derrotas. Cuando el Cártel de Sinaloa rompió en 2008 con los Beltrán Leyva perdieron casi todas las plazas del centro del país, pero de esa adversidad se hicieron más fuertes, aun cuando parecía que el final estaba escrito.Otra lección invaluable fue la del bajo perfil familiar. Si los hijos de capos rivales se exhiben como príncipes en redes sociales, La Mayiza eligió guardar silencio digital, esconder apellidos y borrar rastros de linaje. En esta facción, a diferencia de Los Chapitos, la estridencia de los “narcoinfluencers” es mal vista y poco deseada. Una enseñanza directa de El Mayo, quien hizo de la invisibilidad de sus descendientes una de sus principales fortalezas. La violencia excesiva es un arma de doble filoLa Mayiza también copió la fórmula de la descentralización. Ningún líder es absoluto, ningún general es intocable: las células operativas sobreviven aunque se corte una cabeza. Y todas ellas deben dosificar el terror, pues la violencia excesiva es un arma de doble filo. Por eso, La Mayiza no reivindica masacres públicas y suele hablar a través de narcomantas y volantes. Ese método les permite mantenerse relevantes sin provocar que el Ejército concentre toda su fuerza en exterminarlos.Al final, lo que La Mayiza ha hecho es imitar la filosofía de su líder amoral. Copiaron sus reglas de oro y aprendieron de su caída de plomo. Las lecciones del Mayo Zambada son la columna vertebral de un grupo armado que, pese a los embates y traiciones, sigue vivo en la guerra de Sinaloa que ya cumple un año.El Mayo no está en México, pero sí está. GSC/ATJ

Villahermosa arde: las balas y el miedo quebraron la calma de Tabasco

Villahermosa arde: las balas y el miedo quebraron la calma de Tabasco

DOMINGA.– Cuando llego a Villahermosa, esa ciudad de Tabasco que en una época del año arde a más de 40 grados, la percibo serena, casi adormecida, con una tranquilidad de pronto inquietante. Pero, a pesar de las advertencias de las noticias y las voces alarmadas de algunos amigos, la recorro con sensación de seguridad.Es una ciudad pequeña, que aún no alcanza el millón de habitantes. Apenas 972 mil almas respiran en sus calles. En auto, cualquier punto puede estar a sólo 15 minutos de distancia, incluso el aeropuerto. Esa cercanía le daba un aire casi de pueblo grande, donde todo es alcanzable y nada parece demasiado lejos, ni siquiera la violencia, hasta que llegó.He caminado ciudades donde la violencia se percibe en el aire como el olor de una tormenta inminente. Pero aquí, hasta finales de 2023, no había nada que activara mis alarmas, ningún indicio que rozara mis límites de tolerancia. Todo cambió el 22 de diciembre, cuando un tiroteo irrumpió en la quietud del Club Campestre, uno de los enclaves más exclusivos de Villahermosa, donde residen empresarios y funcionarios públicos. Aquella noche, las detonaciones quebraron la burbuja. Se habló de una persecución entre vehículos que terminó en enfrentamiento con la seguridad privada. Pero la versión oficial fue una mentira más. Desde entonces, algo se quebró. O quizá, simplemente, algo se reveló: que Villahermosa ya estaba tomada, que la delincuencia no era un rumor lejano, sino una presencia enquistada en los pasillos del poder. Después vinieron los motines en dos penales. Dieciséis vehículos incendiados en distintos puntos de la ciudad. El miedo caminaba descalzo por las avenidas, dejando huellas de ceniza. Y como si esa combustión no fuera suficiente, cuando finalizaba el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, en noviembre de 2024, casi un año después, Villahermosa volvió a arder –esta vez de forma literal y desgarradora– cuando un grupo armado irrumpió en el antro DBar: seis muertos, diez heridos.La ciudad, entonces, dejó de fingir su calma. Comenzó entonces a percibirse la angustia de su población. Ambos hechos se volvieron símbolos: uno en la cima, en el fraccionamiento de élite; otro en la noche popular, entre música y alcohol. Dos puntos extremos que enmarcan el mismo temor.Las tragedias tienen rostro. Villahermosa ha vuelto a arderRecorro Villahermosa de norte a sur, de este a oeste. Son las siete de la noche en cualquier día de enero, febrero, marzo, abril o mayo y las calles, avenidas y plazas comerciales están vacías. Nadie lo ordenó, pero la gente ha impuesto su propio toque de queda. Se cuidan entre ellos con mensajes en los grupos de chat: “no vayas para allá”, “acaban de matar a uno”, “hay un bloqueo”. Cada advertencia es una línea más en el mapa del miedo.En las calles aparecen los rastros: zonas acordonadas por crímenes, convoyes de la Guardia Nacional, patrullas del Ejército con vehículos artillados. Historias que se repiten: un disparo en la cabeza; un ataque en moto; un video viral mostrando a un joven desangrándose en medio de una plaza comercial.Villahermosa es pequeña. Las tragedias tienen rostro, voz: una señora me dijo que iría a la misa de cuerpo presente de un amigo, uno de los muertos en el DBar. Otra me contó que su sobrino recibió balazos en ambas piernas durante el mismo ataque. No son anécdotas lejanas. Son heridas abiertas.Y he sido testigo de incendios: dos Oxxos devorados por las llamas, una camioneta ardiendo mientras un hombre vaciaba una cubeta de gasolina. Pensé en bajarme a ayudar, creyendo que se trataba de un accidente. Pero no. Era fuego con intención. Luego vi cómo en un puente bajaban a un hombre de su auto. Iban a prenderle fuego. Todos dimos reversa al mismo tiempo, como si retroceder pudiera alejarnos del horror. Durante días me dediqué a escuchar. Las voces del pueblo son más elocuentes que cualquier boletín de prensa:–¡Ala!, están disparándose.–¡Ala mecha!, ya mataron a otro.–¡Ala máquina!, están quemando carros. “Ala madre, Villahermosa arde”, pensé.La ciudad ha vuelto a arder. Y el miedo, también, tiene estadística. Entre enero y mayo de 2024, la cifra alcanzó los 246 muertos. Un promedio de 1.64 ejecuciones diarias. Una muerte al día. En la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, correspondiente al cuarto trimestre de 2024, 95.3% de la población tabasqueña dijo sentirse insegura. Villahermosa superó incluso a Uruapan, Michoacán, y Culiacán, Sinaloa. Y en lo que va de 2025, la situación no ha sido muy diferente.Los dos hechos –el del Club Campestre y el del DBar— no fueron accidentes. Fueron el estallido de una verdad más profunda. En el Campestre vivía (y digo vivía, porque hoy está prófugo) Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública del entonces gobernador, Adán Augusto López. Hoy es señalado como el jefe de la organización criminal conocida como La Barredora, a quién se le atribuye esta ola de inseguridad.Disparos entre mandos de La Barredora y CJNGEl 22 de diciembre de 2024 no fue una disputa entre particulares, como dijeron por radio. Fue una guerra interna. Un vecino me contó que los disparos no fueron entre extraños, sino entre miembros del mismo grupo: mandos de La Barredora peleando con el Cártel Jalisco Nueva Generación. La pelea por el poder apenas comenzaba. Hubo dos muertos, ambos policías. Sus cuerpos fueron ocultados y hallados meses después, ya en la frontera de Tabasco y Chiapas.Recordé que, en 2006, cuando en Michoacán el grupo criminal de la Familia Michoacana se iba apropiando poco a poco de los pueblos, un presidente municipal me contó que los criminales le ofrecieron todo el poder político, a cambio del control total sobre su aparato policiaco. Tenía mucho sentido porque si cuentas con el control de la policía, tienes el control de los uniformes, tienes el control de las armas y tienes el control de la impunidad. Lo mismo ha ocurrido en Tabasco. Lo mismo en el Bajío, en Tamaulipas, en Coahuila. En Ciudad Juárez, Chihuahua, incluso, los propios policías remataban a los enemigos del cártel. El uniforme se ha vuelto camuflaje. Una piel más para el crimen. Joaquín Guzmán LoeraEl Chapo fue fotografiado en uniforme militar. Y quién no recuerda el escudo de las Fuerzas Especiales de Arturo, que portaban en sus uniformes los integrantes de la célula de protección de El Botas, Arturo Beltrán Leyva.En Villahermosa, el exsecretario de Seguridad Pública, con todo y su uniforme policial fue señalado como jefe de La Barredora. Por eso el caos. Porque el gobierno se resistía a ceder el poder, y el cártel rival no estaba dispuesto a esperar. Por eso la violencia llegó no sólo a Saloya, Gaviotas o Indeco –en las zonas periféricas de la capital tabasqueña– sino al corazón de la ciudad, al fraccionamiento Campestre.La guerra sigue. Dejará más muertos. Pero incluso con todo esto, Villahermosa, en mi memoria, conserva algo de su alma tranquila. No es aún como otras regiones donde la vida y la muerte se deciden en segundos y a plena luz del día. Hace unas semanas, en Bosques de Saloya, hablé con una señora que me explicó lo que los informes nunca dicen:–Anoche les cayeron aquí, donde está el punto. Tampoco crea que son maleantes. Son familias. Viven de eso. Ni armas tienen para defenderse. No son como los otros, los que llegaron. Esos sí traen de todo.Una trabajadora del gobierno me resumió lo que muchos piensan:–Aquí en mi Villahermosa la gente es bronca, sí, pero no de pistola. Se agarran a golpes, a lo mucho. A lo máximo, un MC1 –un mangle colorado de un metro–, eso sí.Villahermosa arde, sí. Pero no ha perdido del todo su costumbre de resistir en silencio. Y en esa resistencia, aún hay quienes creen que la paz puede volver a encenderse. No como fuego, sino como luz.GSC/ATJ

La política de castigos de Trump; investigaciones y despidos

La política de castigos de Trump; investigaciones y despidos

Israel González Tras dejar la Casa Blanca después de su primer mandato Donald Trump fue objeto de varias investigaciones, entre esas la de la presunta intervención rusa en las elecciones que ganó en 2016 y la de alentar el asalto al Capitolio el 6 de enero del 2021. Ahora, en su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, Trump ha insistido en su deseo de investigar y enjuiciar a sus “enemigos internos”. También, ha tomado represalias con funcionarios que han contradicho sus logros en la actual administración o que han obstaculizado sus políticas. Barack Obama Donald Trump acusa a Obama y a Hillary Clinton de difundir información falsa para desprestigiarlo sobre la posible interferencia rusa en las elecciones del 2016. La directora de la inteligencia nacional, Tulsi Gabbard, pidió que se procese a altos cargos del gobierno de Obama por “conspiración traicionera”. Letitia James El Departamento de Justicia de Estados Unidos abrió investigaciones sobre la fiscal general de Nueva York para examinar si si la oficina de James había violado los derechos de Trump por un caso de fraude civil. James inició el proceso civil contra Trump, en febrero del 2024, por inflar ilegalmente su patrimonio y manipular el valor de sus propiedades para obtener préstamos bancarios o condiciones de seguro favorables. Miles Taylor y Christopher Krebs El exjefe del Departamento de Seguridad Nacional durante la primera administración de Trump fue acusado por el republicano de inventar historias sobre su gobierno para vender su libro y ordenó a la secretaria de Seguridad Nacional y otras agencias gubernamentales investigarlo. Trump también ordenó una investigación federal contra Christopher Krebs, exdirector de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad, quien negó las afirmaciones del republicano sobre un fraude en las elecciones del 2020 –que ganó Joe Biden– y dijo que fueron “las más seguras de la historia” de EU. James Comey y John Brennan La policía federal de Estados Unidos (FBI) abrió una investigación penal contra su exdirector, James Comey, y también contra el exjefe de la CIA, John Brennan. El FBI se centra en “posibles irregularidades” en las investigaciones de ambos sobre las acusaciones de interferencia rusa en las elecciones de 2016 y supuestas declaraciones falsas en el Congreso. Adam Schiff El Departamento de Justicia investiga al senador de California por acusaciones de presunto fraude hipotecario. Schiff dirigió la primera investigación de juicio político contra Trump en 2020 por presunto abuso de poder y obstrucción al Congreso. Luego presidió el comité sobre el asalto al Capitolio en 2021. Lisa Cook Trump ordenó esta semana el despido de la gobernadora de la Reserva Federal, al acusarla de fraude hipotecario. La Fed se ha negado a bajar las tasas de interés pese a la presión del presidente. Cook presentó una demanda contra la decisión de su cese. Liz Cheney Después de ganar las elecciones del 2024, Trump presionó al FBI para que investigara a la republicana por su papel como copresidenta del Comité del 6 de enero del 2021. El republicano acusó que la excongresista manipuló pruebas de la investigación del Congreso. Erika McEntarfer El presidente ordenó a principios de agosto el cese de la responsable la Oficina de Estadísticas Laborales por, según él, manipular las cifras que mostraban una caída de contrataciones. Jack Smith El Fiscal Especial acusó a Trump de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020 y de manejar indebidamente documentos clasificados después de abandonar la Casa Blanca. El senador republicano Tom Cotton pidió a la Oficina del Asesor Legal Especial que investigara si las acciones de Smith habían sido diseñadas para influir en las elecciones de 2024. John Bolton El FBI allanó hace unos días la casa del exasesor de seguridad nacional de Trump durante su primer mandato y convertido luego en su ferviente crítico. Según The New York Times y otros medios estadunidenses, el registro se ordenó para determinar si Bolton había compartido o poseído ilegalmente información clasificada. Jeffrey Kruse El jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa fue removido luego de la publicación de una evaluación que indicaba que los ataques estadunidenses contra Irán en junio retrasaron sólo unos meses el programa nuclear del país y no lo destruyeron por completo. Contenidos Relacionados: ‘Le deseo mucha suerte’: Donald Trump reacciona al compromiso de Taylor Swift y Travis Kelce Donald Trump pide a Roger Clemens en Salón de la Fama La razón por la que Donald Trump tuvo permiso de tocar el trofeo de la FIFA

Frentes Políticos / 31 de agosto de 2025

Frentes Políticos / 31 de agosto de 2025

1. Nunca . La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó tajantemente la propuesta de EU para desplegar tropas en México, en nombre de la lucha contra el narcotráfico. El diputado Alfonso Ramírez Cuéllar la respaldó. “Aceptar tropas sería abrir la puerta al intervencionismo”, dijo. México ya ha entregado decenas de reclusos y exige lo mismo contra el tráfico ilegal de armas que cruza la frontera. Fortalecer la inteligencia binacional es cooperación real, no la ocupación disfrazada de ayuda. La seguridad nacional se protege sin ceder soberanía ante las exigencias de Donald Trump . Ese principio no se negocia, menos ahora. 2. Etiquetado . A Adán Augusto López lo persiguen los gritos que resumen la percepción pública. “¡Ése de La Barredora!”, le lanzó un ciudadano en pleno Centro Histórico, por su nexo con el fugado Hernán Bermúdez . El líder de Morena en el Senado caminaba entre restaurantes y puestos de gorditas, rodeado por reporteros y custodiado por su equipo de comunicación. Luisa María Alcalde , líder nacional guinda, lo ha defendido a capa y espada. Pero mejor rehuyó hablar del desalojo de vecinos, rechazó preguntas y declinó hasta una comida corrida. La gente lo identifica y no olvida. 3. Abuso de poder . En el siglo XXI, en las casi dos décadas de gobiernos priistas en Campeche, con José Antonio González Curi , Jorge Carlos Hurtado , Fernando Ortega , Alejandro Moreno y Carlos Miguel Aysa , nunca hubo una medida judicial que censurara a un medio. Hoy, bajo Layda Sansores , el Tribunal local impone a Tribuna y al periodista Jorge Luis González Valdez una “supervisión” permanente, no podrán publicar nada sobre la Layda sin avisar. En los hechos, censura en su más vil expresión. El poder que no tolera la crítica ya cruzó la línea. La libertad de expresión en Campeche está secuestrada por la mismísima gobernadora. Terrible. 4. Gravedad . Mientras el Senado se descompone en pleitos a gritos, en tierra firme la violencia cobra vidas. En Veracruz, gobernado por Rocío Nahle , fue asesinado hace un par de días el exalcalde de Las Minas, Melquiades Alarcón Caro , junto con su hijo Luis Ángel . El crimen, perpetrado con armas de alto calibre, se suma a la muerte de otro hijo en enero, Rigoberto , opositor a Morena, cuyo cuerpo apareció en un barranco. Tres muertes en ocho meses, y el silencio oficial es tan inquietante como los balazos. ¿Dónde está la autoridad cuando el crimen mata a plena luz del día? Veracruz está fuera de control. 5. Ridículo de exportación . El pleito a manotazos entre Alejandro Moreno y Gerardo Fernández Noroña ya dio la vuelta al mundo. Suiza, Alemania, India e Italia, entre otras naciones, lo reportaron como señal del deterioro político en México. La pelea fue leída como síntoma de polarización, y en medios europeos se preguntan si el Senado mexicano es cámara legislativa o circo de tres pistas. La imagen internacional se fractura por berrinches locales. Si así debaten, ¿cómo gobernarán? Lo lamentable ya no es el golpe, sino el prestigio que perdimos. Fernández Noroña dinamitó en innumerables ocasiones la sesión. ¿Cosecha lo que sembró? Columnista: Frentes Políticos Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

Un veneno silencioso e inútil

Un veneno silencioso e inútil

“Casi todos los hombres son malos. Lo que pasa es que pocos tienen el valor de serlo”, afirmaba el escritor ruso Máximo Gorki. Según él, el egoísmo y la maldad son más frecuentes de lo que se admite; la diferencia está en que no todos se atreven a mostrarlos abiertamente. Por su parte, Friedrich Nietzsche sostenía: “El egoísmo es la esencia misma de un alma noble”. Para el filósofo alemán, el egoísmo podía asociarse con la individualidad y la autoafirmación, más que con un defecto moral. Aristóteles pensaba distinto. Para él, el egoísmo no era amor propio, sino una pasión desordenada hacia uno mismo. Por eso distinguía entre un amor propio saludable y el egoísmo, que termina afectando tanto a la persona como a la sociedad. Cicerón reforzaba esta visión. El egoísmo tenía, según él, una naturaleza excluyente que impedía el verdadero vínculo con los demás. “El egoísta se ama a sí mismo sin rivales”, sentenció. Así, dentro de la tradición grecolatina, el egoísmo se entendía más como un defecto, siendo la generosidad su contrapeso virtuoso. En tiempos recientes, George Saunders ofrece una lectura radical. Para él, el egoísmo es inútil. Más que un rasgo humano inevitable, es un obstáculo para el crecimiento personal y para el progreso social. Nos impide conectar con los demás, comprender perspectivas distintas y actuar con compasión. El ego —dice Saunders— es también enemigo del arte y, en última instancia, de la felicidad. La literatura, por ejemplo, permite elevarse por encima del yo, pues, al sumergirnos en historias ajenas, ensanchamos nuestra comprensión del mundo y cultivamos empatía. Aunque nacemos inclinados al egoísmo, Saunders sostiene que puede combatirse con actos constantes de amabilidad. “Buscad las medicinas más eficaces contra el egoísmo, buscadlas con ahínco mientras estéis vivos; descubrid qué os liberta y qué hace aflorar la versión más afectuosa, generosa e intrépida de ustedes mismos y búsquenlas como si no hubiera nada más importante”. En una línea semejante se ubica Ryan Holiday, autor de El ego es el enemigo . Holiday propone un camino basado en la humildad, la disciplina y la conciencia. Para él, incluso el éxito está ligado a la capacidad de trascender el interés personal y poner el talento al servicio de los demás. Si llevamos al extremo la frase de Gorki, encontramos la cara de un sistema socialista rígido, donde la libertad queda sofocada y las dinámicas sociales se tornan en juegos de suma cero marcados por el miedo. En el extremo contrario, la visión nietzscheana puede degenerar en sociedades radicalmente individualistas que maximizan libertades personales sin preocuparse por los demás, generando así ecosistemas injustos y profundamente egoístas. Ambas posturas, aunque opuestas, reflejan algo de nuestra polarización actual: extremos ideológicos que, paradójicamente, comparten una raíz común en el egoísmo. Si el socialismo o el capitalismo hubieran mantenido raíces generosas y fomentado círculos virtuosos sociales, seguramente habrían tenido mejores resultados. En contraparte, supongamos que se inventa un nuevo sistema político innovador, atractivo, holístico, pero con raíces egoístas, el pronóstico no sería bueno. Las crisis políticas, sociales y culturales de hoy tienen como trasfondo una crisis de valores. Cuando la persona es entendida sólo en clave individualista, desconectada de la comunidad, el resultado es una vida más solitaria, más sufrida y con efectos nocivos en su entorno inmediato. Noel Clarasó lo expresó con acierto: el egoísmo es un veneno que se toma en pequeñas dosis. Al principio parece inofensivo, pero con el tiempo termina por aniquilar. De cara al futuro, no basta con trabajar en lo político. Es indispensable fortalecer una cultura con raíces hondas y con una comprensión más rica de lo humano. Si las nuevas estructuras sociales no se construyen sobre valores sólidos y estrategias educativas bien planteadas, veremos reaparecer, con otros rostros, los mismos males de siempre. Por eso, hoy existe una oportunidad enorme para filósofos, pensadores y líderes con formación humanista quienes podrían impulsar transformaciones verdaderamente sustantivas. Columnista: Santiago García Álvarez Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

Todo en orden

Todo en orden

Todo en orden y en calma, a pesar de las preguntas. Que se disfrute del escándalo mientras se cumpla con cada uno de los movimientos establecidos en el guion que ha funcionado a la perfección durante los últimos siete años y, por supuesto, que no se omita envolverse en esos jirones melodramáticos para acentuar las frases y los gestos que subrayen la victimización que se ha perfeccionado durante los últimos veinte años. Nada que preocupe, ni quite el sueño. Al contrario: mientras se cuente con todos y cada uno de los engranajes del Estado, de la inmaculada corrupción y del fanatismo cuya veta se encuentra en las profundidades del presupuesto, pues que se capitalice el escándalo como un ardid publicitario tan propicio para toda consigna populachera. Así es, todo se encuentra en perfecto orden, sin problema alguno y bajo control. Quizá éstas sean las primeras conclusiones, que se convierten en certezas y motivos de burla, cuando se da a conocer alguna situación que ponga en entredicho la imagen de algún miembro del oficialismo, sin distinguir el ámbito en el que encuentre. Que lo girones de la posible tempestad se conviertan, gracias a la velocidad y efectividad del aparato propagandístico, en una simple anécdota que será muy mal contada. Porque, bajo esos supuestos, ¿cómo puede explicarse que los famosos “sobres amarillos” pasen a la historia como una breve incomodidad para un gobierno que llegó con la promesa de ser diferente? ¿Habrá alguna nueva noticia acerca de las investigaciones que explican la desgracia de la Línea 12 del Metro? ¿Desde cuándo se redefinieron implicaciones ilegales de las campañas anticipadas? ¿Cómo llegar a entender que la farsa de una elección en la que se repartieron acordeones como si fueran publicidad para anunciar las ofertas de las pizzerías locales? ¿Se podría acceder a la documentación que avale y expliquen detalladamente la construcción del famoso Tren Maya y de la refinería de Dos Bocas o son tan singulares que están bajo el resguardo de la llamada Seguridad Nacional? ¿Ya se puede explicar el boquete financiero que existe detrás de las incuestionables y ya olvidadas siglas de Segalmex? ¿Y las “megafarmacias” en dónde quedaron sus millones de inversión que reivindicarían nuestra superioridad en el ámbito de la salud pública frente a Dinamarca? ¿Que fracasó el intento de desafuero al diputado Cuauhtémoc Blanco para enfrentar a la justicia bajo los gritos de un “no estás solo” por parte de las diputadas del oficialismo y del priismo? ¿Por dónde anda quien era el responsable del Instituto Nacional de Migración cuando ocurrió la tragedia del incendió en el centro de migrantes en Ciudad Juárez en 2023? ¿Ya se olvidó que La Barredora era una noticia que mantenía la atención de tirios y troyanos? ¿A qué obedece el affaire que nos regaló la inigualable etiqueta de #DatoProtegido y los hilos que nos conducen a los usos y costumbres de los legisladores recibiendo regalitos con alto octanaje económico? Digamos que se ha evolucionado de manera consistente desde las “aportaciones” —que gracias a la elasticidad de las ligas los billetes se pueden ordenar y contar con más facilidad— y los sobres amarillos, hasta las donaciones que se reciben en YouTube, que son parte de la filosófica explicación de cómo, en cuestión de un chasquido, permitirían adquirir una propiedad con un valor de 12 millones de pesos, más o menos para no exagerar, en una zona de posible reserva ecológica. En efecto, todo en orden mientras se siga, al pie de la letra, el guion que tanto les funciona. Pero, por supuesto, se hace referencia al orden que les permite no hacerse responsables de absolutamente nada a pesar de ser quienes han gobernado este país y muchos de sus estados —casi treinta años la Ciudad de México no es poco—: el que ha construido el oficialismo a partir de los espejismos y los “otros datos”, del contubernio y amiguismo, de la redefinición de su propio diccionario —por ejemplo, el nepotismo es el de antes, no el actual que cuenta con la bendición gubernamental y del partido oficial—, el que se fundamenta bajo el control en ambas Cámaras del Poder Legislativo y, por supuesto, mientras se confíe en la nueva reconfiguración del Poder Judicial. Sin cabos sueltos, pues. En fin, que el día de hoy el oficialismo y el corifeo se concentren en señalar la violencia de “sufrió” quien fungiera —¿o fingiera?— como presidente de la Cámara de Senadores para que se deje de hablar acerca de temas de mayor relevancia o dejar atrás la exigencia de las explicaciones necesarias acerca del dispendio de dicho protagonista, es parte de su apuesta por la amnesia selectiva, peculiar tradición mexicana. Se trata de una conspiración más, según la Presidenta. La galaxia y los antiguos espíritus del mal, una vez más. Todo en orden. En su serena calma, mientras en las calles del país… Columnista: Carlos Carranza Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

Con esos “aliados”, ¿para qué oposición?

Con esos “aliados”, ¿para qué oposición?

Claudia Sheinbaum celebra su primer informe de gobierno con una aprobación promedio de 70 por ciento. El tono de sus conferencias mañaneras es menos pendenciero que las de su antecesor y en general proyecta más método. Eso sí, no se ha sacudido el hábito de culpar al pasado con devoción casi litúrgica, utilizando a Genero García Luna como comodín para todo lo que no sale bien y encontrando a Felipe Calderón como el villano reciclable que lo mismo sirve para explicar la violencia que para justificar la falta de paracetamol en las farmacias del IMSS. Sin embargo, su popularidad no necesariamente refleja un buen desempeño de su gobierno en todos los frentes. La seguridad pública está dividida prácticamente a la mitad entre quienes piensan que la situación ha mejorado y los que no. La percepción de la mejoría económica está bajando y la corrupción sigue siendo un lastre. Hablando de lastres, la Presidenta ha tenido que lidiar en este año con un equipo que a veces parece estar más interesado en sabotear que en ayudarla a construir. Una plantilla política que parece sacada de una licuadora sin tapa donde hay muchos ingredientes, poca coordinación y varias salpicaduras difíciles de limpiar y justificar. Están por ejemplo los herederos incómodos del obradorismo, no los eligió la mandataria, pero los tiene encima como bultos emocionales. Hay de todo: funcionarios, dirigentes de partido y operadores que llegaron a sus cargos por lealtades pasadas y no por talento presente. Luego los jedi caídos de la Cuarta Transformación. Alguna vez fueron maestros de la fuerza, pero se han dejado seducir por el lado oscuro de los intereses personales. Está Ricardo Monreal , cuya lealtad es selectiva y su protagonismo, inagotable. Otro es Adán Augusto López , quien simple y sencillamente ignora a Sheinbaum . No la contradice, pero tampoco se molesta en apoyarla. Le han salido, además, amistades incómodas con vínculos documentados con el crimen organizado. Ese tipo de legisladores son como muebles pesados y viejos, sólo tapan el paisaje, pero nadie los quiere mover porque fueron regalo del abuelito. No pueden faltar los francotiradores de la transformación representados por Gerardo Fernández Noroña . Un día arremete contra la prensa porque le descubrieron una casa inexplicable de 12 millones de pesos, otro tunde a sus propios compañeros y a sus detractores. Es del tipo que tira la piedra y esconde la mano, de los que pega y luego se tira al suelo como víctima. Su utilidad política se ha convertido en un misterio. En las vacaciones de verano quedó al descubierto un subgrupo clave: los austeros VIP. Líderes que predican como revolucionarios, pero descansan en suites con desayuno incluido. Son personajes que convirtieron a Morena en una agencia de viajes con ideología o al gobierno en una sucursal de Club Premier. También existe una nueva calaña y son los nuevos ricos del presupuesto, ganaron gracias a que se convirtieron al morenismo; gobiernan como si fueran juniors con cargo. Nombran amigos, compran imagen, gestionan contratos. Creen que la transformación es sinónimo de “ahora me toca a mí”. Justo por esos lastres y las deficiencias en su gobierno es que el segundo año será clave para Sheinbaum porque termina la fase simbólica y los discursos históricos. El contexto internacional tampoco la va a ayudar mucho, con un Donald Trump tan volátil como vengativo, nunca se sabe qué va a pasar ni a quién va a culpar. El poder real no se mide en likes ni en encuestas, sino en la capacidad de poner orden, resolver conflictos y contener a los que sueñan con ser más protagonistas que la propia Presidenta. Columnista: Vianey Esquinca Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

Oposición insistirá en cuidados, planeación y búsqueda; tercera Legislatura

Oposición insistirá en cuidados, planeación y búsqueda; tercera Legislatura

Georgina Olson Para el segundo año de la tercera legislatura del Congreso local, que inicia el 1 de septiembre, la oposición insistirá en aprobar la Ley de Ordenamiento Territorial, crear una Comisión Especial de Personas Desaparecidas y participar activamente en la discusión de la Ley del Sistema Público de Cuidados. Además, propondrán un aumento en la inversión para infraestructura y transporte. Diego Garrido, vicecoordinador del PAN en el Congreso, criticó la falta de inversión en la infraestructura hídrica. “Está colapsando en la ciudad y por eso hay inundaciones en todos lados, por eso hay socavones, porque por más de tres décadas que lleva gobernando este mismo grupo político, no le han invertido ni un solo peso a ninguna obra de la infraestructura hídrica”, indicó a Excélsior . Royfid Torres, coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano, coincidió en la urgencia de atender el deterioro de la infraestructura. “A partir del deterioro que hemos visto en la ciudad (...) sobre todo en estas épocas de lluvias que se han notado más los baches, socavones e inundaciones (…) hay una responsabilidad que debe asumir el gobierno, de darle mantenimiento a la ciudad”, apuntó. El lunes, en la reunión plenaria de Morena, el secretario de Administración y Finanzas, Juan Pablo de Botton, adelantó que el presupuesto de 2026 incluirá “más recursos para transporte: vamos a seguir renovando el Metro, así como un programa de bacheo muy ambicioso”. MOVILIDAD Y SEGURIDAD Torres señaló que su bancada seguirá impulsando la homologación de la Ley de Movilidad de la CDMX con la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, la cual lleva dos años de retraso. Como parte de esta reforma, insisten en la obligatoriedad de exámenes teóricos y prácticos para obtener la licencia de manejo. “Vamos a intentar la medida de omisión legislativa, ahora que inicie el periodo ordinario, vamos a retomar el tema a través de la sala constitucional de la CDMX para que reconozcan (en el Poder Judicial) que el Congreso no está haciendo su trabajo y que nos pongan plazos”, señaló Torres. En materia de seguridad, afirmó que continuarán solicitando la creación de una Comisión Especial de Personas Desaparecidas en el Congreso para “darle herramientas (legales) a la Comisión de Búsqueda de Personas (...) y que puedan hacer un trabajo más eficaz”. Garrido adelantó que su bancada presentará su propia agenda de seguridad, la cual incluirá propuestas para mejorar las condiciones laborales de los policías. En tanto, Tania Larios, coordinadora del PRI, se enfocará en propuestas para erradicar la violencia contra las mujeres. CUIDADOS y PLANEACIÓN El lunes durante la plenaria de Morena, la coordinadora de esa bancada, Xóchitl Bravo, expresó que la aprobación de la ley secundaria del Sistema Público de Cuidados será una de las prioridades del tercer periodo ordinario. Al respecto, Torres expuso su preocupación. “Nos la vienen prometiendo desde el primer día de gobierno (de Clara Brugada) y ahora resulta que no va a ser iniciativa preferente”, indicó. Uno de los mayores pendientes es la aprobación de la Ley de Ordenamiento Territorial. A pesar de que la Constitución local establece que esta ley debe ser la base para el Plan General de Desarrollo y el Programa General de Ordenamiento Territorial, su elaboración no ha avanzado. Torres informó que la bancada de Movimiento Ciudadano, en colaboración con académicos y expertos, trabaja en una iniciativa de ley al respecto. Contenidos Relacionados: Regreso a Clases en CDMX: 15 mil policías cuidarán a alumnos y escuelas Brugada invita a gran baile por el Día del Abuelo en CDMX ¿dónde y cuándo? A casi 8 años del 19S, reconstrucción en CDMX está por concluir