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El presidente alega que el abogado Rudy Giuliani y otros acusados «fueron víctima de un sistema politizado que criminalizó sus opiniones»
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Adaptar tu rutina de ejercicios a tus condiciones físicas puede ayudar a prevenir lesiones por exceso de ejercicio El arte de convertirse en 'flâneur': estas son las ventajas de pasear sin rumbo El año pasado tuve que dejar de correr. Era, como me aconsejó mi médico especialista en medicina deportiva, “el momento”. Desde mi adolescencia, había sido mi principal forma de hacer ejercicio y aliviar el estrés. Pero durante meses había estado ignorando los pequeños signos de deterioro físico: los crujidos y chasquidos en la rodilla derecha y las articulaciones de la cadera cada vez que me levantaba, me agachaba o subía escaleras. El término médico para esto es crepitación, pero yo seguía convenciéndome obstinadamente de que todavía era una “joven” cincuentona. Había asimilado el mensaje positivo habitual sobre el envejecimiento: “los 50 son los nuevos 30”. Sin embargo, en lo que respecta a las células que componen los tendones y el cartílago de mis rodillas y caderas, 50 sigue siendo 50. Ahí queda la idea popular de que nuestra “edad biológica ” general puede ser mucho más joven que nuestra edad cronológica. Durante décadas, había hecho todo lo que recomiendan los expertos (comer bien, dormir bien, hacer ejercicio) y, sin embargo, mi médico seguía diciéndome que era hora de adaptarme a los cambios de mi cuerpo. Mi rehabilitador me dijo que muchos de sus pacientes de la generación X, ahora de entre 40 y 50 años, han aceptado la idea de que la edad no debería ser un factor a la hora de decidir qué ejercicio hacer o cómo hacerlo. Cada deporte o ejercicio de moda envía una nueva oleada de personas a su consulta y a otras similares. Por ejemplo, un estudio de 2020 reveló que casi el 91% de las personas que acudían a urgencias con lesiones relacionadas con la práctica del pickleball tenían más de 50 años. Muchas personas abordan su forma física como si fueran una o dos décadas más jóvenes. Mi médico de cabecera me dijo que los pacientes mayores de 50 años suelen sentirse frustrados cuando se les sugiere que deben cambiar sus rutinas. Empecé a ver esta negación de la realidad física por todas partes. Una de mis colegas se lesionó el hombro haciendo CrossFit y, unos meses más tarde, volvió a lesionarse haciendo la misma rutina. Una amiga que ha practicado yoga durante décadas se fracturó el mentón al caerse haciendo la postura del cuervo. Cuando le sugerí que modificara su rutina, se burló de mí. Como antropóloga médica, me pregunté: ¿acaso los mensajes antienvejecimiento habían creado accidentalmente un nuevo problema? ¿Acaso nuestra generación no corría el riesgo de hacer poco ejercicio, como los baby boomers y sus predecesores (la generación silenciosa), sino de hacer demasiado ejercicio? Cómo cambia nuestro cuerpo al envejecer A la Dra. Emily Finkelstein, geriatra de Weill Cornell Medicine, le encanta que las personas de entre 40 y 60 años hayan interiorizado que el ejercicio es importante para un envejecimiento saludable y la longevidad. Dicho esto, hay algunas consideraciones prácticas. “Nuestra masa muscular y nuestro rendimiento alcanzan su máximo nivel a mediados de los 30”, afirma Finkelstein, “y a partir de entonces comienzan a disminuir de forma natural. Tenemos que ser flexibles en cuanto a lo que hacemos y lo que esperamos de nosotros mismos”. A partir de los 45 años, empezamos a perder masa muscular, lo que puede reducir nuestra fuerza y nuestro equilibrio. La disminución de la densidad ósea puede hacernos más vulnerables a las fracturas por estrés causadas por movimientos repetitivos y el estrés. El cartílago de nuestras articulaciones se adelgaza, mientras que los tendones y los ligamentos se endurecen. Todo ello significa que somos más propensos a sufrir lesiones durante la actividad física. La recuperación también lleva más tiempo. “Lo que la gente no sabe y no aprende”, dice la Dra. Rosanne Leipzig, “es que el envejecimiento comienza al nacer y que tus capacidades definitivamente van a cambiar”. Leipzig sabe mucho sobre este proceso, tanto como profesora de geriatría y medicina paliativa en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai como por ser una persona de más de 70 años. “Alcanzas el máximo de masa muscular, fuerza ósea y capacidad para recordar una lista de palabras a los 30 años. A partir de ahí, todo empieza a declinar”, afirma. “Envejecer no significa que no puedas hacer lo que hacías antes, pero probablemente no puedas hacer tanto en el mismo periodo de tiempo”. Una de las mejores cosas que podemos hacer para envejecer de forma saludable es ser flexibles y adaptables Dra. Emily Finkelstein — geriatra La mayoría de los expertos coinciden en que mensajes como “los 50 son los nuevos 30” pueden ser útiles si convencen a las personas de que no deben descartarse a sí mismas a medida que envejecen. Está bien esforzarnos un poco físicamente. Pero la otra cara de la moneda es la suposición de que el cuerpo de una persona de 50 años no es diferente del de una de 30. Y sí lo es. “Una de las mejores cosas que podemos hacer para envejecer de forma saludable es ser flexibles y adaptables”, afirma Finkelstein. “Tenemos que cambiar nuestras expectativas y la forma en que hacemos ejercicio a medida que envejecemos”. Cómo adaptarse al envejecimiento del cuerpo y evitar lesiones En la mediana edad, todos debemos aprender a estar más en sintonía con nuestro cuerpo. Eso puede significar tomarse más tiempo de recuperación entre entrenamientos intensos, hacer más estiramientos e integrar más pesas en nuestras rutinas de fitness . Un enfoque saludable y adaptable del ejercicio a medida que envejecemos puede implicar un autocontrol y una evaluación regulares de cómo se siente nuestro cuerpo durante y después de los entrenamientos, y buscar la opinión de un profesional médico cualificado cuando empezamos a notar cualquier signo o síntoma de un problema inminente, como dolor o malestar. Leipzig sugiere que los médicos inicien conversaciones sobre los ajustes preguntando a los pacientes qué es lo que les gusta de una actividad a la que se aferran. A un tenista le puede gustar mucho el aspecto social. En ese caso, podría pasarse al pickleball, que es menos exigente, pero similar, con un régimen complementario de entrenamiento de fuerza y estiramientos para prevenir lesiones. Pero dado que el riesgo de lesiones aumenta naturalmente a medida que envejecemos, también es importante tener un plan de respaldo por si acaso nos excedemos. Cuando hablé con la Dra. Melissa Leber, profesora asociada de ortopedia y medicina de urgencias en la Facultad de Medicina Icahn, acababa de terminar su trabajo en el Abierto de Estados Unidos. Leber tiene mucha experiencia en el trato con deportistas, tanto profesionales como aficionados, que se han exigido demasiado. “Algunas personas son muy buenas adaptándose y se sienten cómodas con los cambios de su cuerpo”, dijo Leber. “Otras son más radicales. He visto a algunos pacientes que ni siquiera quieren tomarse un día libre”. Leber aconseja a los pacientes que cambien de actividad y dejen que su cuerpo se recupere. Por lo tanto, si eres un corredor con una lesión, prueba una rutina de entrenamiento de fuerza modificada y una actividad de menor impacto, como la natación. Luego, cuando vuelvas a correr, hazlo menos veces a la semana o en distancias más cortas. Para evitar lesiones o el uso excesivo, los expertos recomiendan uno o dos días de descanso a la semana, como mínimo. El entrenamiento de fuerza también es muy importante. “Cuanto más fuerte seas”, afirma Leber, “más evitarás lesiones y caídas. Y cuando te caigas, lo harás de forma diferente. Tu equilibrio será mejor y te recuperarás más rápido de las lesiones”. Como norma general, Leber aconseja que las personas de 50 años dediquen el 50% de su tiempo total de ejercicio al entrenamiento de fuerza y el 50% al cardio. A los 60 años, esa proporción debería ser del 60% de fuerza y del 40% de cardio. A los 70, el cardio solo debería suponer el 30% del entrenamiento. Todos los expertos con los que hablé coinciden en que nunca se debe ignorar el dolor, y que nunca es buena idea seguir adelante sin consultar al médico. Dicho esto, Finkelstein señaló que la mayoría de los médicos generales no están tan bien formados en fisiología del ejercicio. Para obtener recomendaciones específicas sobre programas de ejercicio, es mejor acudir a un especialista en medicina física y rehabilitación o un entrenador físico certificado. “Ojalá todos estuviéramos mejor formados en eso”, dice Finkelstein, “porque es muy importante”. Para complicar aún más las cosas, las conversaciones sobre cómo mantener la masa muscular, la salud ósea, la capacidad aeróbica y la forma cardiovascular requieren más tiempo del que el médico medio puede dedicar a sus pacientes. Muchas personas llenan ese vacío con los consejos de influencers de fitness en Internet. Cultivar expectativas realistas sobre el envejecimiento A Finkelstein le preocupa el efecto de los medios de comunicación, especialmente las redes sociales, con sus legiones de i nfluencers del bienestar y el antienvejecimiento. “Toma estos suplementos, haz este programa de ejercicios, únete a esta rutina de fitness : lo que se te ocurra, la gente lo ofrece”, dijo. “Me preocupa mucho la fiabilidad de esas personas y la ciencia que hay detrás de lo que ofrecen, y que la la gente sea vulnerable a ello porque quiere hacer todo lo posible para mantenerse sana y joven”. A los medios de comunicación populares también les encanta presentar a los “superancianos”, personas cuyas capacidades mentales y/o físicas son comparables a las de personas 20 o 30 años más jóvenes. Y aunque es bueno ver, por ejemplo, a una persona de 87 años corriendo una maratón, esto puede generar falsas expectativas sobre el envejecimiento normal. Los superancianos son poco frecuentes; solo alrededor del 10% de la población general cumple todos los criterios para ser incluido en esta categoría. En nuestra sociedad, tenemos un gran problema para aceptar que las cosas van a cambiar Dra. Rosanne Leipzig — profesora de geriatría y medicina paliativa En otras palabras, no es muy realista que las personas de mediana edad o mayores pensemos que vamos a seguir batiendo nuestras marcas personales para siempre. Como siguen señalando los expertos, el mejor enfoque para hacer ejercicio a medida que envejecemos es ser realistas y adaptarnos. Un corredor que se adapta a los cambios de su cuerpo envejecido y entrena de forma eficaz puede seguir siendo capaz de correr la maratón de Boston, pero el tiempo que tarda en cruzar la línea de meta se alargará necesariamente. Parte del problema podría ser el sesgo optimista. Aunque lógicamente entendemos que el cuerpo cambia, no creemos que nosotros estemos cambiando realmente. Quizás sea porque vivimos en una cultura obsesionada no solo con la longevidad, sino también con parecer más jóvenes. El número de tratamientos cosméticos ha aumentado un 42,5% a nivel mundial en los últimos cuatro años, y se estima que los estadounidenses gastaron 20 . 000 millones de dólares en cirugía estética en 2024. “En nuestra sociedad, tenemos un gran problema para aceptar el hecho de que las cosas van a cambiar”, dijo Leipzig. “En general, las personas están en mejor forma que nunca, si tienen el privilegio de poder cuidar de sus necesidades, pero eso les lleva a pensar que nunca morirán. Eso conduce al edadismo”. Y ahí está el quid de la cuestión: preocuparse en exceso por lo “joven” que se es para la edad que se tiene es solo otra forma de prejuicio, uno que se puede utilizar en contra de tu yo futuro. “Los 50 son los nuevos 30” simplemente subraya nuestra idea errónea de que estar sano significa no envejecer en absoluto. Sería más saludable que de vez en cuando nos recordáramos a nosotros mismos que envejecer es un privilegio; que “50 son 50” y “80 son 80”, y que no hay absolutamente nada de malo en ello.
La Asociación Cultural Carlo Simi-Sad Hill dedica un centro a la "mano izquierda" de Sergio Leone que albergará planos originales, bocetos, diseños y parte del vestuario utilizado en varias producciones El fuerte de Betterville, la siguiente recuperación de los escenarios burgaleses de ‘El bueno, el feo y el malo’ Entre la comarca del Arlanza y Pinares, en Burgos, aún recorta el horizonte del ‘Rubio’ —Clint Eastwood— y entre los sabinares, pinares y páramos resuenan los silbidos de Enio Morricone en la banda sonora de ‘El Bueno, el feo y el malo’. En un escenario del lejano oeste en el que parece como si alguien estuviera a punto de desenfundar, se ultiman los preparatorios para abrir en Covarrubias el Museo Carlo Simi – Sad Hill. El espacio, que abrirá en el primer trimestre de 2026, custodiará el legado del escenógrafo que diseñó aquel cementerio circular y tantas imágenes que quedaron incrustadas en la memoria del cine. Pero el museo solo es el “colofón” a una iniciativa que empezó hace más de diez años con una pala, unas tablas para desenterrar el cementerio de Sad Hill —uno de los escenarios más icónicos del cine—, explica Joseba del Valle, miembro de la Asociación Cultural Carlo Simi y uno de los impulsores del proyecto. Y no exagera. La asociación que reconstruyó el cementerio Sad Hill con voluntarios de toda Europa en tres fases: desenterrar empedrado, levantar muros, clavar miles de cruces. Con ello no solo recuperó un lugar físico, sino un mito. A partir de ese gesto, la familia del escenógrafo del filme, Carlo Simi decidió ceder su archivo para crear un museo estable. “Cuando nos llegó esta propuesta fue algo que nos dejó de piedra”, recuerda. “Vimos que era una oportunidad que solo pasa una vez en la vida”. Un museo para el arquitecto del mito Carlo Simi fue la “mano izquierda” de Sergio Leone, afirma Del Valle. Si su “mano derecha” era Ennio Morricone —la melodía— Simi era la geografía: los pueblos, los fuertes, los cementerios, los ponchos desgastados, los puentes colgantes. “En aquella época todo lo que se veía en pantalla era real. La labor del escenógrafo era fundamental. Y nunca se les ha reconocido como merecen”, apunta. Simi diseñó todos los escenarios principales de ‘El bueno, el feo y el malo’, además de los de ‘Por un puñado de dólares’, ‘La muerte tenía un precio’ y ‘Hasta que llegó su hora’, entre otros. Además de diseñar el vestuario de muchos de sus personajes. El museo albergará planos originales, bocetos, diseños y parte del vestuario utilizado en varias producciones. “Esperamos poder exponer el ropaje original de Eli Wallach, Tuco”, adelanta Del Valle. También habrá rotación de piezas por cuestión de espacio y conservación. Y, en lo que suena casi a duelo contra el destino, buscan algo más. “Vamos a solicitar a Clint Eastwood la cesión de su poncho para la inauguración. Otra cosa es que lo consigamos, claro”, apunta Del Valle con una mínima esperanza. Covarrubias, por destino y por memoria La ubicación no es un gesto menor. “Las primeras opciones fueron Santo Domingo de Silos y Salas de los Infantes”, relata Joseba. Sin embargo, fue Covarrubias —villa medieval, de piedra clara y silencio— quien movió ficha. El Ayuntamiento ofreció espacio y apoyo logístico. El detalle final lo pone la vida: la hija de Carlo Simi fue concebida durante el rodaje en Covarrubias, en la antigua hostería Arlanza. “Hay un vínculo emocional real con este lugar por parte de la familia”. El museo se ubicará en la Casa de Santo Tomás, a cien metros de la plaza. Y el visitante que cruce su puerta lo hará acompañado por quien todo el mundo está esperando: una silueta de Clint Eastwood, distinta a la que preside Sad Hill. Allí figura desenfundando. Aquí, reflexiona. La postura es la de la frase que todos conocen: “El mundo se divide en dos clases de personas…”. Un gesto más íntimo, más museístico, más de memoria que de pólvora y gatillo rápido. El museo tendrá, además, un anfiteatro al aire libre para charlas, ciclos y proyecciones estivales. También se retomará la tramitación para declarar Sad Hill como Bien de Interés Cultural (BIC), un objetivo que quedó aplazado mientras dure la preparación del museo y que desde la asociación creen que servirá para dar un motivo más para esta consideración. De la España vaciada a Inglaterra e Italia El proyecto no es solo local —el Ayuntamiento de Covarrubias es el principal colaborador además de municipios cercanos—, aunque su raíz esté hundida en la tierra de sabinas. “La Junta de Castilla y León y la Diputación de Burgos han aportado una cantidad económica muy importante”, señala Del Valle. La Universidad de Burgos también participa. Y luego están los aliados inesperados: el Centro Sperimentale di Cinematografía de Roma, también de Italia la asociación Camposecco Far West y desde Inglaterra los impulsores de la Spaghetti Western Trail desde Inglaterra. Estos últimos están desarrollando un itinerario con las películas western como nexo y que unirá Covarrubias con Almería atravesando Soria, Guadalajara y Cuenca. “Una ruta para viajeros que prefieren polvo y paisaje al sol y piscina”, señala Del Valle. Silueta en Sad Hill. El rodaje continúa Mientras tanto, las cruces de Sad Hill siguen ahí, entre la piedra, el polvo y el viento y la madera de una comarca a la que llegan visitantes de Inglaterra, Japón, Estados Unidos o Argentina. Los que lo reconstruyeron también siguen ahí, aunque ahora lleven papeles y ultimen con mimo los detalles para la apertura. “Ha superado nuestras capacidades iniciales, pero es una responsabilidad con la tierra, con la comarca y con la familia”, dice Joseba. El museo abrirá con o sin poncho. Con o sin Clint —a quien han contactado por si, a sus casi 96 años, quisiera dejar la paz de su rancho para revivir al ‘Rubio’—. En 2026 ‘El Bueno, el feo y el malo’ cumple 60 años con todavía mucho que mostrar en el escenario que elevó a la cumbre a la obra de Leone, Morricone y Simi.
Adaptar tu rutina de ejercicios a tus condiciones físicas puede ayudar a prevenir lesiones por exceso de ejercicio El arte de convertirse en 'flâneur': estas son las ventajas de pasear sin rumbo El año pasado tuve que dejar de correr. Era, como me aconsejó mi médico especialista en medicina deportiva, “el momento”. Desde mi adolescencia, había sido mi principal forma de hacer ejercicio y aliviar el estrés. Pero durante meses había estado ignorando los pequeños signos de deterioro físico: los crujidos y chasquidos en la rodilla derecha y las articulaciones de la cadera cada vez que me levantaba, me agachaba o subía escaleras. El término médico para esto es crepitación, pero yo seguía convenciéndome obstinadamente de que todavía era una “joven” cincuentona. Había asimilado el mensaje positivo habitual sobre el envejecimiento: “los 50 son los nuevos 30”. Sin embargo, en lo que respecta a las células que componen los tendones y el cartílago de mis rodillas y caderas, 50 sigue siendo 50. Ahí queda la idea popular de que nuestra “edad biológica ” general puede ser mucho más joven que nuestra edad cronológica. Durante décadas, había hecho todo lo que recomiendan los expertos (comer bien, dormir bien, hacer ejercicio) y, sin embargo, mi médico seguía diciéndome que era hora de adaptarme a los cambios de mi cuerpo. Mi rehabilitador me dijo que muchos de sus pacientes de la generación X, ahora de entre 40 y 50 años, han aceptado la idea de que la edad no debería ser un factor a la hora de decidir qué ejercicio hacer o cómo hacerlo. Cada deporte o ejercicio de moda envía una nueva oleada de personas a su consulta y a otras similares. Por ejemplo, un estudio de 2020 reveló que casi el 91% de las personas que acudían a urgencias con lesiones relacionadas con la práctica del pickleball tenían más de 50 años. Muchas personas abordan su forma física como si fueran una o dos décadas más jóvenes. Mi médico de cabecera me dijo que los pacientes mayores de 50 años suelen sentirse frustrados cuando se les sugiere que deben cambiar sus rutinas. Empecé a ver esta negación de la realidad física por todas partes. Una de mis colegas se lesionó el hombro haciendo CrossFit y, unos meses más tarde, volvió a lesionarse haciendo la misma rutina. Una amiga que ha practicado yoga durante décadas se fracturó el mentón al caerse haciendo la postura del cuervo. Cuando le sugerí que modificara su rutina, se burló de mí. Como antropóloga médica, me pregunté: ¿acaso los mensajes antienvejecimiento habían creado accidentalmente un nuevo problema? ¿Acaso nuestra generación no corría el riesgo de hacer poco ejercicio, como los baby boomers y sus predecesores (la generación silenciosa), sino de hacer demasiado ejercicio? Cómo cambia nuestro cuerpo al envejecer A la Dra. Emily Finkelstein, geriatra de Weill Cornell Medicine, le encanta que las personas de entre 40 y 60 años hayan interiorizado que el ejercicio es importante para un envejecimiento saludable y la longevidad. Dicho esto, hay algunas consideraciones prácticas. “Nuestra masa muscular y nuestro rendimiento alcanzan su máximo nivel a mediados de los 30”, afirma Finkelstein, “y a partir de entonces comienzan a disminuir de forma natural. Tenemos que ser flexibles en cuanto a lo que hacemos y lo que esperamos de nosotros mismos”. A partir de los 45 años, empezamos a perder masa muscular, lo que puede reducir nuestra fuerza y nuestro equilibrio. La disminución de la densidad ósea puede hacernos más vulnerables a las fracturas por estrés causadas por movimientos repetitivos y el estrés. El cartílago de nuestras articulaciones se adelgaza, mientras que los tendones y los ligamentos se endurecen. Todo ello significa que somos más propensos a sufrir lesiones durante la actividad física. La recuperación también lleva más tiempo. “Lo que la gente no sabe y no aprende”, dice la Dra. Rosanne Leipzig, “es que el envejecimiento comienza al nacer y que tus capacidades definitivamente van a cambiar”. Leipzig sabe mucho sobre este proceso, tanto como profesora de geriatría y medicina paliativa en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai como por ser una persona de más de 70 años. “Alcanzas el máximo de masa muscular, fuerza ósea y capacidad para recordar una lista de palabras a los 30 años. A partir de ahí, todo empieza a declinar”, afirma. “Envejecer no significa que no puedas hacer lo que hacías antes, pero probablemente no puedas hacer tanto en el mismo periodo de tiempo”. Una de las mejores cosas que podemos hacer para envejecer de forma saludable es ser flexibles y adaptables Dra. Emily Finkelstein — geriatra La mayoría de los expertos coinciden en que mensajes como “los 50 son los nuevos 30” pueden ser útiles si convencen a las personas de que no deben descartarse a sí mismas a medida que envejecen. Está bien esforzarnos un poco físicamente. Pero la otra cara de la moneda es la suposición de que el cuerpo de una persona de 50 años no es diferente del de una de 30. Y sí lo es. “Una de las mejores cosas que podemos hacer para envejecer de forma saludable es ser flexibles y adaptables”, afirma Finkelstein. “Tenemos que cambiar nuestras expectativas y la forma en que hacemos ejercicio a medida que envejecemos”. Cómo adaptarse al envejecimiento del cuerpo y evitar lesiones En la mediana edad, todos debemos aprender a estar más en sintonía con nuestro cuerpo. Eso puede significar tomarse más tiempo de recuperación entre entrenamientos intensos, hacer más estiramientos e integrar más pesas en nuestras rutinas de fitness . Un enfoque saludable y adaptable del ejercicio a medida que envejecemos puede implicar un autocontrol y una evaluación regulares de cómo se siente nuestro cuerpo durante y después de los entrenamientos, y buscar la opinión de un profesional médico cualificado cuando empezamos a notar cualquier signo o síntoma de un problema inminente, como dolor o malestar. Leipzig sugiere que los médicos inicien conversaciones sobre los ajustes preguntando a los pacientes qué es lo que les gusta de una actividad a la que se aferran. A un tenista le puede gustar mucho el aspecto social. En ese caso, podría pasarse al pickleball, que es menos exigente, pero similar, con un régimen complementario de entrenamiento de fuerza y estiramientos para prevenir lesiones. Pero dado que el riesgo de lesiones aumenta naturalmente a medida que envejecemos, también es importante tener un plan de respaldo por si acaso nos excedemos. Cuando hablé con la Dra. Melissa Leber, profesora asociada de ortopedia y medicina de urgencias en la Facultad de Medicina Icahn, acababa de terminar su trabajo en el Abierto de Estados Unidos. Leber tiene mucha experiencia en el trato con deportistas, tanto profesionales como aficionados, que se han exigido demasiado. “Algunas personas son muy buenas adaptándose y se sienten cómodas con los cambios de su cuerpo”, dijo Leber. “Otras son más radicales. He visto a algunos pacientes que ni siquiera quieren tomarse un día libre”. Leber aconseja a los pacientes que cambien de actividad y dejen que su cuerpo se recupere. Por lo tanto, si eres un corredor con una lesión, prueba una rutina de entrenamiento de fuerza modificada y una actividad de menor impacto, como la natación. Luego, cuando vuelvas a correr, hazlo menos veces a la semana o en distancias más cortas. Para evitar lesiones o el uso excesivo, los expertos recomiendan uno o dos días de descanso a la semana, como mínimo. El entrenamiento de fuerza también es muy importante. “Cuanto más fuerte seas”, afirma Leber, “más evitarás lesiones y caídas. Y cuando te caigas, lo harás de forma diferente. Tu equilibrio será mejor y te recuperarás más rápido de las lesiones”. Como norma general, Leber aconseja que las personas de 50 años dediquen el 50% de su tiempo total de ejercicio al entrenamiento de fuerza y el 50% al cardio. A los 60 años, esa proporción debería ser del 60% de fuerza y del 40% de cardio. A los 70, el cardio solo debería suponer el 30% del entrenamiento. Todos los expertos con los que hablé coinciden en que nunca se debe ignorar el dolor, y que nunca es buena idea seguir adelante sin consultar al médico. Dicho esto, Finkelstein señaló que la mayoría de los médicos generales no están tan bien formados en fisiología del ejercicio. Para obtener recomendaciones específicas sobre programas de ejercicio, es mejor acudir a un especialista en medicina física y rehabilitación o un entrenador físico certificado. “Ojalá todos estuviéramos mejor formados en eso”, dice Finkelstein, “porque es muy importante”. Para complicar aún más las cosas, las conversaciones sobre cómo mantener la masa muscular, la salud ósea, la capacidad aeróbica y la forma cardiovascular requieren más tiempo del que el médico medio puede dedicar a sus pacientes. Muchas personas llenan ese vacío con los consejos de influencers de fitness en Internet. Cultivar expectativas realistas sobre el envejecimiento A Finkelstein le preocupa el efecto de los medios de comunicación, especialmente las redes sociales, con sus legiones de i nfluencers del bienestar y el antienvejecimiento. “Toma estos suplementos, haz este programa de ejercicios, únete a esta rutina de fitness : lo que se te ocurra, la gente lo ofrece”, dijo. “Me preocupa mucho la fiabilidad de esas personas y la ciencia que hay detrás de lo que ofrecen, y que la la gente sea vulnerable a ello porque quiere hacer todo lo posible para mantenerse sana y joven”. A los medios de comunicación populares también les encanta presentar a los “superancianos”, personas cuyas capacidades mentales y/o físicas son comparables a las de personas 20 o 30 años más jóvenes. Y aunque es bueno ver, por ejemplo, a una persona de 87 años corriendo una maratón, esto puede generar falsas expectativas sobre el envejecimiento normal. Los superancianos son poco frecuentes; solo alrededor del 10% de la población general cumple todos los criterios para ser incluido en esta categoría. En nuestra sociedad, tenemos un gran problema para aceptar que las cosas van a cambiar Dra. Rosanne Leipzig — profesora de geriatría y medicina paliativa En otras palabras, no es muy realista que las personas de mediana edad o mayores pensemos que vamos a seguir batiendo nuestras marcas personales para siempre. Como siguen señalando los expertos, el mejor enfoque para hacer ejercicio a medida que envejecemos es ser realistas y adaptarnos. Un corredor que se adapta a los cambios de su cuerpo envejecido y entrena de forma eficaz puede seguir siendo capaz de correr la maratón de Boston, pero el tiempo que tarda en cruzar la línea de meta se alargará necesariamente. Parte del problema podría ser el sesgo optimista. Aunque lógicamente entendemos que el cuerpo cambia, no creemos que nosotros estemos cambiando realmente. Quizás sea porque vivimos en una cultura obsesionada no solo con la longevidad, sino también con parecer más jóvenes. El número de tratamientos cosméticos ha aumentado un 42,5% a nivel mundial en los últimos cuatro años, y se estima que los estadounidenses gastaron 20 . 000 millones de dólares en cirugía estética en 2024. “En nuestra sociedad, tenemos un gran problema para aceptar el hecho de que las cosas van a cambiar”, dijo Leipzig. “En general, las personas están en mejor forma que nunca, si tienen el privilegio de poder cuidar de sus necesidades, pero eso les lleva a pensar que nunca morirán. Eso conduce al edadismo”. Y ahí está el quid de la cuestión: preocuparse en exceso por lo “joven” que se es para la edad que se tiene es solo otra forma de prejuicio, uno que se puede utilizar en contra de tu yo futuro. “Los 50 son los nuevos 30” simplemente subraya nuestra idea errónea de que estar sano significa no envejecer en absoluto. Sería más saludable que de vez en cuando nos recordáramos a nosotros mismos que envejecer es un privilegio; que “50 son 50” y “80 son 80”, y que no hay absolutamente nada de malo en ello.
La Asociación Cultural Carlo Simi-Sad Hill dedica un centro a la "mano izquierda" de Sergio Leone que albergará planos originales, bocetos, diseños y parte del vestuario utilizado en varias producciones El fuerte de Betterville, la siguiente recuperación de los escenarios burgaleses de ‘El bueno, el feo y el malo’ Entre la comarca del Arlanza y Pinares, en Burgos, aún recorta el horizonte del ‘Rubio’ —Clint Eastwood— y entre los sabinares, pinares y páramos resuenan los silbidos de Enio Morricone en la banda sonora de ‘El Bueno, el feo y el malo’. En un escenario del lejano oeste en el que parece como si alguien estuviera a punto de desenfundar, se ultiman los preparatorios para abrir en Covarrubias el Museo Carlo Simi – Sad Hill. El espacio, que abrirá en el primer trimestre de 2026, custodiará el legado del escenógrafo que diseñó aquel cementerio circular y tantas imágenes que quedaron incrustadas en la memoria del cine. Pero el museo solo es el “colofón” a una iniciativa que empezó hace más de diez años con una pala, unas tablas para desenterrar el cementerio de Sad Hill —uno de los escenarios más icónicos del cine—, explica Joseba del Valle, miembro de la Asociación Cultural Carlo Simi y uno de los impulsores del proyecto. Y no exagera. La asociación que reconstruyó el cementerio Sad Hill con voluntarios de toda Europa en tres fases: desenterrar empedrado, levantar muros, clavar miles de cruces. Con ello no solo recuperó un lugar físico, sino un mito. A partir de ese gesto, la familia del escenógrafo del filme, Carlo Simi decidió ceder su archivo para crear un museo estable. “Cuando nos llegó esta propuesta fue algo que nos dejó de piedra”, recuerda. “Vimos que era una oportunidad que solo pasa una vez en la vida”. Un museo para el arquitecto del mito Carlo Simi fue la “mano izquierda” de Sergio Leone, afirma Del Valle. Si su “mano derecha” era Ennio Morricone —la melodía— Simi era la geografía: los pueblos, los fuertes, los cementerios, los ponchos desgastados, los puentes colgantes. “En aquella época todo lo que se veía en pantalla era real. La labor del escenógrafo era fundamental. Y nunca se les ha reconocido como merecen”, apunta. Simi diseñó todos los escenarios principales de ‘El bueno, el feo y el malo’, además de los de ‘Por un puñado de dólares’, ‘La muerte tenía un precio’ y ‘Hasta que llegó su hora’, entre otros. Además de diseñar el vestuario de muchos de sus personajes. El museo albergará planos originales, bocetos, diseños y parte del vestuario utilizado en varias producciones. “Esperamos poder exponer el ropaje original de Eli Wallach, Tuco”, adelanta Del Valle. También habrá rotación de piezas por cuestión de espacio y conservación. Y, en lo que suena casi a duelo contra el destino, buscan algo más. “Vamos a solicitar a Clint Eastwood la cesión de su poncho para la inauguración. Otra cosa es que lo consigamos, claro”, apunta Del Valle con una mínima esperanza. Covarrubias, por destino y por memoria La ubicación no es un gesto menor. “Las primeras opciones fueron Santo Domingo de Silos y Salas de los Infantes”, relata Joseba. Sin embargo, fue Covarrubias —villa medieval, de piedra clara y silencio— quien movió ficha. El Ayuntamiento ofreció espacio y apoyo logístico. El detalle final lo pone la vida: la hija de Carlo Simi fue concebida durante el rodaje en Covarrubias, en la antigua hostería Arlanza. “Hay un vínculo emocional real con este lugar por parte de la familia”. El museo se ubicará en la Casa de Santo Tomás, a cien metros de la plaza. Y el visitante que cruce su puerta lo hará acompañado por quien todo el mundo está esperando: una silueta de Clint Eastwood, distinta a la que preside Sad Hill. Allí figura desenfundando. Aquí, reflexiona. La postura es la de la frase que todos conocen: “El mundo se divide en dos clases de personas…”. Un gesto más íntimo, más museístico, más de memoria que de pólvora y gatillo rápido. El museo tendrá, además, un anfiteatro al aire libre para charlas, ciclos y proyecciones estivales. También se retomará la tramitación para declarar Sad Hill como Bien de Interés Cultural (BIC), un objetivo que quedó aplazado mientras dure la preparación del museo y que desde la asociación creen que servirá para dar un motivo más para esta consideración. De la España vaciada a Inglaterra e Italia El proyecto no es solo local —el Ayuntamiento de Covarrubias es el principal colaborador además de municipios cercanos—, aunque su raíz esté hundida en la tierra de sabinas. “La Junta de Castilla y León y la Diputación de Burgos han aportado una cantidad económica muy importante”, señala Del Valle. La Universidad de Burgos también participa. Y luego están los aliados inesperados: el Centro Sperimentale di Cinematografía de Roma, también de Italia la asociación Camposecco Far West y desde Inglaterra los impulsores de la Spaghetti Western Trail desde Inglaterra. Estos últimos están desarrollando un itinerario con las películas western como nexo y que unirá Covarrubias con Almería atravesando Soria, Guadalajara y Cuenca. “Una ruta para viajeros que prefieren polvo y paisaje al sol y piscina”, señala Del Valle. Silueta en Sad Hill. El rodaje continúa Mientras tanto, las cruces de Sad Hill siguen ahí, entre la piedra, el polvo y el viento y la madera de una comarca a la que llegan visitantes de Inglaterra, Japón, Estados Unidos o Argentina. Los que lo reconstruyeron también siguen ahí, aunque ahora lleven papeles y ultimen con mimo los detalles para la apertura. “Ha superado nuestras capacidades iniciales, pero es una responsabilidad con la tierra, con la comarca y con la familia”, dice Joseba. El museo abrirá con o sin poncho. Con o sin Clint —a quien han contactado por si, a sus casi 96 años, quisiera dejar la paz de su rancho para revivir al ‘Rubio’—. En 2026 ‘El Bueno, el feo y el malo’ cumple 60 años con todavía mucho que mostrar en el escenario que elevó a la cumbre a la obra de Leone, Morricone y Simi.
Adaptar tu rutina de ejercicios a tus condiciones físicas puede ayudar a prevenir lesiones por exceso de ejercicio El arte de convertirse en 'flâneur': estas son las ventajas de pasear sin rumbo El año pasado tuve que dejar de correr. Era, como me aconsejó mi médico especialista en medicina deportiva, “el momento”. Desde mi adolescencia, había sido mi principal forma de hacer ejercicio y aliviar el estrés. Pero durante meses había estado ignorando los pequeños signos de deterioro físico: los crujidos y chasquidos en la rodilla derecha y las articulaciones de la cadera cada vez que me levantaba, me agachaba o subía escaleras. El término médico para esto es crepitación, pero yo seguía convenciéndome obstinadamente de que todavía era una “joven” cincuentona. Había asimilado el mensaje positivo habitual sobre el envejecimiento: “los 50 son los nuevos 30”. Sin embargo, en lo que respecta a las células que componen los tendones y el cartílago de mis rodillas y caderas, 50 sigue siendo 50. Ahí queda la idea popular de que nuestra “edad biológica ” general puede ser mucho más joven que nuestra edad cronológica. Durante décadas, había hecho todo lo que recomiendan los expertos (comer bien, dormir bien, hacer ejercicio) y, sin embargo, mi médico seguía diciéndome que era hora de adaptarme a los cambios de mi cuerpo. Mi rehabilitador me dijo que muchos de sus pacientes de la generación X, ahora de entre 40 y 50 años, han aceptado la idea de que la edad no debería ser un factor a la hora de decidir qué ejercicio hacer o cómo hacerlo. Cada deporte o ejercicio de moda envía una nueva oleada de personas a su consulta y a otras similares. Por ejemplo, un estudio de 2020 reveló que casi el 91% de las personas que acudían a urgencias con lesiones relacionadas con la práctica del pickleball tenían más de 50 años. Muchas personas abordan su forma física como si fueran una o dos décadas más jóvenes. Mi médico de cabecera me dijo que los pacientes mayores de 50 años suelen sentirse frustrados cuando se les sugiere que deben cambiar sus rutinas. Empecé a ver esta negación de la realidad física por todas partes. Una de mis colegas se lesionó el hombro haciendo CrossFit y, unos meses más tarde, volvió a lesionarse haciendo la misma rutina. Una amiga que ha practicado yoga durante décadas se fracturó el mentón al caerse haciendo la postura del cuervo. Cuando le sugerí que modificara su rutina, se burló de mí. Como antropóloga médica, me pregunté: ¿acaso los mensajes antienvejecimiento habían creado accidentalmente un nuevo problema? ¿Acaso nuestra generación no corría el riesgo de hacer poco ejercicio, como los baby boomers y sus predecesores (la generación silenciosa), sino de hacer demasiado ejercicio? Cómo cambia nuestro cuerpo al envejecer A la Dra. Emily Finkelstein, geriatra de Weill Cornell Medicine, le encanta que las personas de entre 40 y 60 años hayan interiorizado que el ejercicio es importante para un envejecimiento saludable y la longevidad. Dicho esto, hay algunas consideraciones prácticas. “Nuestra masa muscular y nuestro rendimiento alcanzan su máximo nivel a mediados de los 30”, afirma Finkelstein, “y a partir de entonces comienzan a disminuir de forma natural. Tenemos que ser flexibles en cuanto a lo que hacemos y lo que esperamos de nosotros mismos”. A partir de los 45 años, empezamos a perder masa muscular, lo que puede reducir nuestra fuerza y nuestro equilibrio. La disminución de la densidad ósea puede hacernos más vulnerables a las fracturas por estrés causadas por movimientos repetitivos y el estrés. El cartílago de nuestras articulaciones se adelgaza, mientras que los tendones y los ligamentos se endurecen. Todo ello significa que somos más propensos a sufrir lesiones durante la actividad física. La recuperación también lleva más tiempo. “Lo que la gente no sabe y no aprende”, dice la Dra. Rosanne Leipzig, “es que el envejecimiento comienza al nacer y que tus capacidades definitivamente van a cambiar”. Leipzig sabe mucho sobre este proceso, tanto como profesora de geriatría y medicina paliativa en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai como por ser una persona de más de 70 años. “Alcanzas el máximo de masa muscular, fuerza ósea y capacidad para recordar una lista de palabras a los 30 años. A partir de ahí, todo empieza a declinar”, afirma. “Envejecer no significa que no puedas hacer lo que hacías antes, pero probablemente no puedas hacer tanto en el mismo periodo de tiempo”. Una de las mejores cosas que podemos hacer para envejecer de forma saludable es ser flexibles y adaptables Dra. Emily Finkelstein — geriatra La mayoría de los expertos coinciden en que mensajes como “los 50 son los nuevos 30” pueden ser útiles si convencen a las personas de que no deben descartarse a sí mismas a medida que envejecen. Está bien esforzarnos un poco físicamente. Pero la otra cara de la moneda es la suposición de que el cuerpo de una persona de 50 años no es diferente del de una de 30. Y sí lo es. “Una de las mejores cosas que podemos hacer para envejecer de forma saludable es ser flexibles y adaptables”, afirma Finkelstein. “Tenemos que cambiar nuestras expectativas y la forma en que hacemos ejercicio a medida que envejecemos”. Cómo adaptarse al envejecimiento del cuerpo y evitar lesiones En la mediana edad, todos debemos aprender a estar más en sintonía con nuestro cuerpo. Eso puede significar tomarse más tiempo de recuperación entre entrenamientos intensos, hacer más estiramientos e integrar más pesas en nuestras rutinas de fitness . Un enfoque saludable y adaptable del ejercicio a medida que envejecemos puede implicar un autocontrol y una evaluación regulares de cómo se siente nuestro cuerpo durante y después de los entrenamientos, y buscar la opinión de un profesional médico cualificado cuando empezamos a notar cualquier signo o síntoma de un problema inminente, como dolor o malestar. Leipzig sugiere que los médicos inicien conversaciones sobre los ajustes preguntando a los pacientes qué es lo que les gusta de una actividad a la que se aferran. A un tenista le puede gustar mucho el aspecto social. En ese caso, podría pasarse al pickleball, que es menos exigente, pero similar, con un régimen complementario de entrenamiento de fuerza y estiramientos para prevenir lesiones. Pero dado que el riesgo de lesiones aumenta naturalmente a medida que envejecemos, también es importante tener un plan de respaldo por si acaso nos excedemos. Cuando hablé con la Dra. Melissa Leber, profesora asociada de ortopedia y medicina de urgencias en la Facultad de Medicina Icahn, acababa de terminar su trabajo en el Abierto de Estados Unidos. Leber tiene mucha experiencia en el trato con deportistas, tanto profesionales como aficionados, que se han exigido demasiado. “Algunas personas son muy buenas adaptándose y se sienten cómodas con los cambios de su cuerpo”, dijo Leber. “Otras son más radicales. He visto a algunos pacientes que ni siquiera quieren tomarse un día libre”. Leber aconseja a los pacientes que cambien de actividad y dejen que su cuerpo se recupere. Por lo tanto, si eres un corredor con una lesión, prueba una rutina de entrenamiento de fuerza modificada y una actividad de menor impacto, como la natación. Luego, cuando vuelvas a correr, hazlo menos veces a la semana o en distancias más cortas. Para evitar lesiones o el uso excesivo, los expertos recomiendan uno o dos días de descanso a la semana, como mínimo. El entrenamiento de fuerza también es muy importante. “Cuanto más fuerte seas”, afirma Leber, “más evitarás lesiones y caídas. Y cuando te caigas, lo harás de forma diferente. Tu equilibrio será mejor y te recuperarás más rápido de las lesiones”. Como norma general, Leber aconseja que las personas de 50 años dediquen el 50% de su tiempo total de ejercicio al entrenamiento de fuerza y el 50% al cardio. A los 60 años, esa proporción debería ser del 60% de fuerza y del 40% de cardio. A los 70, el cardio solo debería suponer el 30% del entrenamiento. Todos los expertos con los que hablé coinciden en que nunca se debe ignorar el dolor, y que nunca es buena idea seguir adelante sin consultar al médico. Dicho esto, Finkelstein señaló que la mayoría de los médicos generales no están tan bien formados en fisiología del ejercicio. Para obtener recomendaciones específicas sobre programas de ejercicio, es mejor acudir a un especialista en medicina física y rehabilitación o un entrenador físico certificado. “Ojalá todos estuviéramos mejor formados en eso”, dice Finkelstein, “porque es muy importante”. Para complicar aún más las cosas, las conversaciones sobre cómo mantener la masa muscular, la salud ósea, la capacidad aeróbica y la forma cardiovascular requieren más tiempo del que el médico medio puede dedicar a sus pacientes. Muchas personas llenan ese vacío con los consejos de influencers de fitness en Internet. Cultivar expectativas realistas sobre el envejecimiento A Finkelstein le preocupa el efecto de los medios de comunicación, especialmente las redes sociales, con sus legiones de i nfluencers del bienestar y el antienvejecimiento. “Toma estos suplementos, haz este programa de ejercicios, únete a esta rutina de fitness : lo que se te ocurra, la gente lo ofrece”, dijo. “Me preocupa mucho la fiabilidad de esas personas y la ciencia que hay detrás de lo que ofrecen, y que la la gente sea vulnerable a ello porque quiere hacer todo lo posible para mantenerse sana y joven”. A los medios de comunicación populares también les encanta presentar a los “superancianos”, personas cuyas capacidades mentales y/o físicas son comparables a las de personas 20 o 30 años más jóvenes. Y aunque es bueno ver, por ejemplo, a una persona de 87 años corriendo una maratón, esto puede generar falsas expectativas sobre el envejecimiento normal. Los superancianos son poco frecuentes; solo alrededor del 10% de la población general cumple todos los criterios para ser incluido en esta categoría. En nuestra sociedad, tenemos un gran problema para aceptar que las cosas van a cambiar Dra. Rosanne Leipzig — profesora de geriatría y medicina paliativa En otras palabras, no es muy realista que las personas de mediana edad o mayores pensemos que vamos a seguir batiendo nuestras marcas personales para siempre. Como siguen señalando los expertos, el mejor enfoque para hacer ejercicio a medida que envejecemos es ser realistas y adaptarnos. Un corredor que se adapta a los cambios de su cuerpo envejecido y entrena de forma eficaz puede seguir siendo capaz de correr la maratón de Boston, pero el tiempo que tarda en cruzar la línea de meta se alargará necesariamente. Parte del problema podría ser el sesgo optimista. Aunque lógicamente entendemos que el cuerpo cambia, no creemos que nosotros estemos cambiando realmente. Quizás sea porque vivimos en una cultura obsesionada no solo con la longevidad, sino también con parecer más jóvenes. El número de tratamientos cosméticos ha aumentado un 42,5% a nivel mundial en los últimos cuatro años, y se estima que los estadounidenses gastaron 20 . 000 millones de dólares en cirugía estética en 2024. “En nuestra sociedad, tenemos un gran problema para aceptar el hecho de que las cosas van a cambiar”, dijo Leipzig. “En general, las personas están en mejor forma que nunca, si tienen el privilegio de poder cuidar de sus necesidades, pero eso les lleva a pensar que nunca morirán. Eso conduce al edadismo”. Y ahí está el quid de la cuestión: preocuparse en exceso por lo “joven” que se es para la edad que se tiene es solo otra forma de prejuicio, uno que se puede utilizar en contra de tu yo futuro. “Los 50 son los nuevos 30” simplemente subraya nuestra idea errónea de que estar sano significa no envejecer en absoluto. Sería más saludable que de vez en cuando nos recordáramos a nosotros mismos que envejecer es un privilegio; que “50 son 50” y “80 son 80”, y que no hay absolutamente nada de malo en ello.
La compañía a la que el Gobierno de Almeida adjudica dos millonarios contratos de limpieza mantiene tres expedientes sancionadores en su plantilla por actuar "de manera inexplicable" al verter aguas negras en cantones, unas prácticas que, sin embargo, eran conocidas y validadas por el delegado de la entidad La amenaza de despidos por vertido ilegal en la recogida de residuos de Madrid indigna a los trabajadores: “Era una orden” Actuaciones “ motu proprio y de manera inexplicable, pues no disponían de instrucción alguna emitida por la empresa”. De esta forma arremetía la notificación de sanción de la compañía Urbaser que recibieron dos empleados, a los que la empresa responsabiliza de vertidos ilegales de aguas negras en el cantón de limpieza de Las Tablas, una actuación denunciada hace meses por Ecologistas en Acción después de que quedara captada en un vídeo. Trabajadores de la entidad insistieron en que “era una orden” y ahora este periódico ha tenido acceso a mensajes que prueban cómo el método irregular era conocido y aprobado por cargos superiores. Así queda reflejado en conversaciones telefónicas entre el delegado de Urbaser David Lao y una capataz, a la cual la compañía ha abierto otro expediente sancionador con amenaza de despido o suspensión de empleo y sueldo entre 12 y 60 días. En los mensajes, anteriores a la trascendencia mediática del caso, la operaria trasladaba puntualmente al cargo de Urbaser las diferentes actuaciones que se llevan a cabo en dos cantones, con imágenes de las prácticas acometidas en las que se dan cuenta de las aguas negras vertidas. “Limpia la arqueta de Quintanapalla [calle donde se ubica el cantón de Las Tablas]. Luego vemos cómo”, ordena Lao a esta trabajadora, que en la actualidad se encuentra de baja. La capataz respondió a Lao preguntando por si lo que quería que sanearan era “el pocillo”, nombre coloquial con el que la plantilla se refiere a las arquetas que se abrieron para llevar a cabo esta limpieza irregular. La capataz envía varias fotos al delegado de Urbaser y explica que “se han limpiado las rejillas de Quintanapalla” o que “el martes se hizo Isla de Arosa [otro cantón del distrito de Fuencarral-El Pardo]”. “Llevamos así más de año y medio, dos veces a la semana. Hemos vertido unos 150 litros de aceite hidráulico al alcantarillado público”, denunciaba un trabajador del servicio municipal de recogida de residuos de Madrid sobre la dinámica en el cantón de limpieza del Ayuntamiento en Las Tablas, al norte de la capital. Impacto al río Jarama después de “directrices de mandos superiores” Ecologistas en Acción alertaba en un comunicado de “un impacto al medio ambiente y a la salud de los trabajadores que requiere una intervención urgente por parte de Canal de Isabel II y el Ayuntamiento de Madrid, ya que afecta a sus instalaciones”. Y añaden: “La carga contaminante estará llegando a la estación regeneradora de aguas residuales de Valdebebas, alterando su normal funcionamiento e incrementando el riesgo de contaminación directa del río Jarama. Especialmente si existen tormentas con intensa precipitación en poco tiempo y el agua del alcantarillado no puede ser retenida por los tanques de tormenta y se vierte directamente al río. Se trata de un delito ambiental que afecta directamente el adecuado funcionamiento del alcantarillado y depuración del Canal de Isabel II y el Ayuntamiento”. El conflicto medioambiental derivó en poco tiempo en un choque laboral. Los dos empleados retratados ejecutando estas tareas irregulares recibieron el pasado 28 de julio sendas notificaciones de sanción por parte de Urbaser, a la que luego se unió la enviada a la capataz. Sin embargo, diversas fuentes de la plantilla consultadas por Somos Madrid aseguran que estas actuaciones han sido “repetidas en el tiempo” y que seguían “las directrices de mandos superiores”. “Si no cumplíamos con lo que el jefe nos mandaba, nos conllevaba una sanción”, aseguraba un miembro del personal. Explicaba que recibían las directrices de mandos intermedios, de su capataz, pero que estas “vienen siempre a su vez del jefe de servicio”. En caso de no seguir estas indicaciones, los trabajadores temporales se exponían a “la no ampliación de sus contratos como forma de castigo”. La plantilla fija también podía sufrir represalias: “Si ibas al médico no valía un justificante. Te exigen un certificado que demuestre que la prueba tenía que ser necesariamente en el horario de tu turno. Te retienen la cantidad correspondiente a esas horas hasta que les llevas a juicio, y no es hasta ese momento que te lo devuelven para evitarse el proceso”. La notificación de sanción laboral de Urbaser, a la que tuvo acceso este medio, habla por contra de actuaciones sin “instrucción alguna emitida por la empresa”: “Usted empezó a recoger parte del líquido que se encuentra en un cubo con otro de menores dimensiones y una cuerda, siendo posteriormente basculado en el interior del cubo que previamente había trasladado hasta las inmediaciones del separador de hidrocarburos [...] Arrojaron el líquido hacia una alcantarilla situada a la entrada del cantón”. Una intervención que, admite la propia empresa, supone “transgredir una prohibición expresa” y “daña la imagen de la compañía”. Las cartas dirigidas a los dos empleados y a la capataz finalizan con las propuestas de sanción: “Los hechos son susceptibles de ser tipificados como falta muy grave, siendo sancionables con la suspensión de empleo y sueldo o el despido, tal y como se recoge en el artículo 56.3 del Convenio colectivo general del sector”. Las fuentes laborales explican que sus compañeros siguen meses después a la espera de una respuesta por escrito sobre el estado y el alcance concreto de la multa: “Pero tienen claro que no se van a comer ni un día de castigo, van a defenderse. Seguramente en el juicio ni se presentará Urbaser, sobre todo cuando vea que existen más vídeos. Pero aunque se retracten, piensan llevar a la empresa a los tribunales. Y el malestar ya está en toda la plantilla”. Una investigación interna ante el silencio del Ayuntamiento y las críticas de sindicatos o ecologistas Este diario ha contactado en reiteradas ocasiones al área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid para conocer su postura acerca de los vertidos, el resto de actuaciones que denuncian los operarios y la posible intervención ante ellas, así como si estas dinámicas pueden suponer un incumplimiento del acuerdo contractual con Urbaser. Por el momento, la concejalía que lidera Borja Carabante no da respuesta a las preguntas trasladadas. Desde Urbaser declararon por su parte el pasado agosto que “actualmente la investigación interna sigue en curso y, por ende, aún no se han adoptado medidas de índole laboral, aunque sí se han adoptado otras de refuerzo de control y supervisión de las operaciones”. Esta vez, la compañía prefiere no hacer declaraciones públicas por el momento ante las cuestiones dirigidas a ella, después de las revelaciones sobre el papel de David Lao en los vertidos irregulares. “No hay ninguna evidencia para atribuir la responsabilidad de este incidente a estos trabajadores en concreto”, recogía la alegación a la sanción laboral de Urbaser que presentó el sindicato UGT (al que está afiliado uno de los afectados). El escrito profundiza en estas críticas: “¿Cómo es posible que sucedan hechos como los descritos en su relato en un cantón donde continuamente están entrando y saliendo trabajadores, incluidos mandos intermedios, y nadie se percate de lo que hacen dos trabajadores abriendo una arqueta que nadie debía abrir según su versión?”. A estos reproches se ha sumado el sindicato de Comisiones de Bases, co.bas, en una misiva dirigida a Borja Carabante. Recuerdan al concejal “las denuncias de Ecologistas en Acción contra Urbaser por vertidos ilegales al alcantarillado y por acumular residuos de barredoras en el cantón de Isla de Arosa, hechos que demuestran una falta total de control y supervisión municipal”. Hablan de una “grave y mala gestión del servicio de limpieza viaria en el distrito de Fuencarral-El Pardo, gestionado por Urbaser”. “Se constata una falta de vehículos operativos, escasez de barrenderos en las calles y una planificación deficiente, lo que provoca amplias zonas sin atender. Este verano, por primera vez en muchos años, no se ha activado el retén de conductores, por lo que no se cubrieron las vacaciones ni las bajas, dejando numerosos vehículos inmovilizados y reduciendo drásticamente el servicio”, indican en un escrito que recoge otra serie de críticas a la compañía adjudicataria de dos lotes de limpieza licitados por el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida. “Cabe recordar que con la anterior adjudicataria, Valoriza, la organización y planificación eran más eficientes, a pesar de contar con menos medios, lo que evidencia que el problema actual es de mala gestión. Además, el temor de los vecinos de Montecarmelo ante la posible gestión del futuro cantón por parte de Urbaser tiene fundamento, dados los antecedentes recientes en el distrito”, apuntan desde co.bas. La empresa tendrá la compleja tarea de administrar el mencionado cantón, uno de los que ha despertado más contestación vecinal debido a talas y trasplantes infructuosos de árboles ya ejecutados o molestias de salubridad, ruidos, movilidad y seguridad que anticipan residentes del entorno. Parcela de Montecarmelo a la que se han traslado los árboles trasplantados, con los ejemplares secos o muertos de color marrón al fondo. En primer término, en el lado donde se instalará el cantón, un tablón colocado por vecinos con la inscripción "nos quieren talar". Urbaser asumió el lote de los servicios de limpieza y recogida de residuos correspondientes a Fuencarral-El Pardo en 2021. La compañía, que antiguamente pertenecía a ACS y en la actualidad está en manos del fondo estadounidense Platinum Equity, se hizo con dos de los seis contratos concedidos: el número 3 (que además de Fuencarral-El Pardo incluye los distritos de Moncloa-Aravaca y Latina) por 269,8 millones de euros y el 5 (Puente de Vallecas, Moratalaz, Villa de Vallecas y Vicálvaro) por 233,5 millones. La relación contractual que se ha mantenido después de que la multinacional apartase a su número tres y al máximo responsable de Sertego (su filial de gestión de residuos) después de reconocer esta empresa su responsabilidad en una trama de fraude . Mezclaban aceite reciclado con gasoil para venderlo en estaciones de servicio, con un perjuicio para la Hacienda pública de 4,2 millones de euros. Urbaser enmarcó los cambios en “un proceso de reorganización”. El último revés de la compañía llegó a finales de agosto, cuando trascendió que el Tribunal Administrativo de Contratación Pública de la Comunidad de Madrid anuló la adjudicación de 1.091 millones de euros en un contrato de limpieza impulsado por la 42 localidades que conforman la Mancomunidad de Municipios del Noroeste por “falta de motivación”. Tumbó la concesión una modificación presentada por la empresa sobre su propuesta inicial, ante la cual la mesa de contratación debía decidir si se trataba de una mejora o un cambio sustancial en los pliegos. Cada una supone implicaciones propias y un tratamiento distinto en el proceso. “En el expediente existe una ausencia de justificación técnica en las puntuaciones dadas, que supera el límite de la discrecionalidad técnica”, subraya la resolución. Apoya el trabajo periodístico de Somos Madrid Esta información ha podido salir a la luz gracias a las personas que apoyan la edición local de Madrid en elDiario.es. 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Galardonada con el máximo galardón del World Press Photo 2025, la fotógrafa vive refugiada en Qatar, donde asegura que apenas tiene medios para subsistir Sony favorece a las grandes superficies y a Amazon en la venta del disco de Rosalía: “Se van a cargar el pequeño comercio” Samar Abu Elouf era hasta el 7 de octubre de 2023 una gazatí más, indistinguible del resto de sus compatriotas. Con tres hijos a su cargo, se ganaba la vida precariamente ejerciendo de fotógrafa documental freelance en trabajos más o menos esporádicos para The New York Times . Sin embargo, tras el brutal ataque de Hamás al sur de Israel –y la posterior, y todavía más brutal, respuesta del ejército israelí– su vida cambió de golpe. Esta mujer de 40 años, de mediana estatura y vestida con la túnica y el velo tradicional de las palestinas musulmanas, se vio abocada a cambiar el objetivo de su cámara desde las imágenes cotidianas a otras de bombardeos, de personas aterrorizadas, heridas o muertas. Durante los dos meses que ejerció para el periódico neoyorkino como fotoperiodista bélica, su actividad se volvió frenética para poner en relieve los efectos destructores de los indiscriminados bombardeos israelíes. Poco a poco su trabajo se convirtió en peligroso para ella y para los que estaban cerca, y pasó en pocos meses de ser una ciudadana del montón a otra que vivía bajo constante amenaza. Como muchos otros compañeros en la Franja, Elouf se convirtió en una diana para los militares israelíes, hasta el punto de que a los dos meses de iniciarse el conflicto, tuvo que salir de Gaza con destino a Qatar, donde todavía reside hoy en día. “Como soy autónoma, pensaba que la escasez en Gaza era lo normal, que las penurias económicas eran lo normal y no había otra forma de vivir, pero una vez en Qatar me he dado cuenta de que hay cosas peores como extrañar a tus hijos, tu tierra, tu familia”, lamentaba la fotoperiodista el pasado jueves en un conmovedor discurso ofrecido en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) con motivo de la presentación en la ciudad del World Press Photo 2025 . Un certamen en el que Elouf ha conseguido el máximo galardón por su tierno y a la vez estremecedor retrato de Mahmoud Ajjour , un niño palestino de solo 9 años –siete cuando ocurrió el ataque– al que un misil del ejército israelí amputó ambos brazos y que actualmente vive refugiado también en Qatar. “Ahora he perdido la comunicación con mi familia y mis hijos; mi familia sufre de hambre, de falta de medicamentos, apenas pueden sobrevivir y siento que los he dejado a todos solos”, agregaba, con lágrimas en los ojos, a su parlamento, que se desarrolló sobre el compungido silencio de todos los asistentes. “Yo nunca he podido vivir tranquila en Gaza; siempre he sabido que la paz allí es solo el preludio de una nueva guerra, sin más futuro que la destrucción”. Samar Abu Elouf, que por el momento no puede regresar a Gaza, conversó con elDiario.es tras la rueda de prensa de presentación de la exposición, que puede visitarse hasta el próximo 14 de diciembre en el citado CCCB. ¿Dónde está viviendo ahora? Sigo viviendo en Qatar, aunque ahora viajo más con motivo del premio. ¿Ha agradecido la concesión del premio? Sí, pero en realidad en este momento me dan completamente igual los premios, lo que me preocupa es reencontrarme con mis hijos en Gaza, mi hogar. ¿Cómo consigue salir de Palestina? Dos meses después del inicio de la guerra, se me evacuó de la Franja porque The New York Times recibió informaciones que indicaban que era mejor que dejara Gaza, ya que había un riesgo para mi vida. No me obligaron, pero me sugirieron salir opté por hacerles caso. ¿Recibió amenazas de muerte directas? Permíteme que, por seguridad, no te responda a esta pregunta... Van 240 periodistas asesinados en Gaza en los últimos años de guerra. 240. Supongo que conocía a muchas de estas personas. Muchos de ellos eran en efecto compañeros de profesión y además amigos. Los conocía a la mayoría e incluso algunos estaba previsto que fueran evacuados en mi convoy hacia Qatar, pero no llegaron a tiempo... Otros como mi amiga Mariam Dagga , decidieron quedarse para documentar los ataques y terminaron asesinados impunemente en un bombardeo de doble ataque [estrategia ampliamente utilizada por las Fuerzas de Defensa de Israel para asegurar que los heridos no sean rescatados] a un hospital cuando un cohete impactó en una zona en teoría segura. Junto a ella también murieron otros amigos y compañeros [Mohammed Salama, cámara de Al Jazeera; Moaz Abu Taha, fotógrafo independiente que también colaboraba con Reuters y Ahmed Abu Aziz, corresponsal de Middle East Eye y Quds News Network]. Usted que tuvo que volverse periodista de guerra forzada por el contexto. ¿Cómo es la sensación de ser periodista de guerra en un conflicto tan desigual? No es nada fácil, aunque todo depende de si eres un fotógrafo autónomo o en plantilla. Trabajando en plantilla para una agencia internacional es mucho más fácil. En mi caso yo soy freelance y esto significa que no tenía ninguna cobertura de protección por parte de The New York Times . Pero no es un caso aislado, muchos de los y las periodistas que trabajan en Gaza no tienen ningún medio que les proteja, ninguna seguridad. Tampoco tenemos escuelas para formarnos, somos autodidactas. Otra cosa son los y las periodistas que trabajan para agencias internacionales como Reuters , Associated Press , France Press , etc., ya tienen unas condiciones un poco mejores, aunque a la hora de matarnos, Israel no distingue el medio para el que trabajas o si estás en nómina o no. Samar Abu Elouf durante la entrevista con elDiario.es. ¿Sigue trabajando ahora en Qatar con el proyecto de los retratos de los niños mutilados por las bombas? Ya dejé atrás el proyecto de los retratos y ahora no estoy trabajando en nada, así que mi situación es difícil. No tengo documentos de Qatar, soy una sin papeles, una refugiada. Seguramente, si surge cualquier acontecimiento o circunstancia que exija mi trabajo para The New York Times en Qatar lo haré. ¿Por qué cree que el ejército israelí se ensaña con los periodistas de esta manera tan salvaje? No tengo respuesta. Es la pregunta que nos hacemos a nosotros mismos diariamente; nos preguntamos por qué somos un objetivo cuando simplemente estamos haciendo nuestro trabajo igual que lo haría un periodista israelí, americano o europeo. Dar a conocer la información, que es un derecho de todos, pero los israelíes no entienden de derechos en Gaza. ¿Piensa en volver a Gaza? Constantemente, lo estoy esperando como agua de mayo. Quiero volver a casa lo antes posible y reunirme con mis hijos y mi gente, mi existencia en Qatar es como una muerte en vida, un sufrimiento de añoranza y preocupación por los míos continua. Hace dos años que apenas sé de mis hijos. ¿Cree que el acuerdo que se ha conseguido con la mediación de Trump durará? Es una pregunta, un poco de carácter político, compleja y que no está en mis manos responderte, pero sí te diré de todas formas que de “acuerdo de paz” tiene muy poco: la situación diaria en Gaza es que hay bombardeos y muertos casi a diario. Los bombardeos no han parado. Según usted, la paz en Gaza es siempre el preludio de una guerra. ¿No cree que en un futuro en el que Gaza pueda finalmente tener una paz duradera al lado de Israel? Con toda probabilidad la respuesta es no. Llevo 40 años viviendo allí y puedo afirmar, lamentablemente, que nunca veré una paz duradera en Gaza.
La previsión de estrenar la infraestructura en 2032 supone un jarro de agua fría para los vecinos, aunque los responsables defienden que avanzan al ritmo que requiere un proyecto de tal enervergadura Barcelona presenta su proyecto de presupuestos con un 33% más de fondos para vivienda La futura estación de la Sagrera, la prometida gran terminal ferroviaria de Barcelona, ha cumplido recientemente quince años en obras. Sus vecinos se han resignado ya a convivir con las grúas y el trajín de camiones. También a esperar que las administraciones, siempre reacias a dar fechas, les den horizonte de finalización de la infraestructura. Pues bien, esta semana conocieron lo más parecido a un plazo límite: la inauguración no será antes de 2031 o, seguramente, 2032. Será entonces cuando Barcelona empezará a cerrar una de sus mayores cicatrices urbanas, la que separa los distritos de Sant Andreu y Sant Martí con un entramado ferroviario que quedará definitivamente soterrado y con una estación intermodal que será, junto con Atocha, en Madrid, la más transitada de España. Se prevé que acoja 100 millones de pasajeros al año entre usuarios de Alta Velocidad, Rodalies, metro y buses interurbanos y urbanos. Si se cumple, la fecha de finalización de la estación supondrá un total de 22 años en obras, así como tres décadas desde que se concretó el proyecto, cuando Jordi Pujol todavía era president y en el Ministerio de Fomento estaba el popular Francisco Álvarez Cascos. “Vivimos con el barrio empantanado y la sensación es que cada vez lo vemos más lejos”, comenta Oleguer Méndez, de la junta de la Asociación de Vecinos de la Sagrera. “La culpa de los retrasos nunca es de nadie, pero el sufrimiento es de todos”, constata. El plazo para tener lista la estación lo deslizó Joan Baltà, director de Barcelona Sagrera Alta Velocitat (BSAV), la empresa mixta participada por Adif, Renfe, el Ayuntamiento y la Generalitat que se encarga no solo de levantar la instalación, sino de propiciar la transformación urbanística de todo su entorno. Más allá de la obra ferroviaria, en ese sector de la ciudad está previsto levantar 13.000 viviendas –un 43% de ellas, protegidas–, así como hoteles, oficinas, equipamientos y un extenso corredor verde que cubra el cajón de las vías. Visualización de la futura estación, con la cubierta verde y sus tres niveles subterráneos: el superior para la Alta Velocidad, el intermedio como vestíbulo y el inferior, para Rodalies. Actualmente, el proyecto de la estación, que supondrá una inversión de unos 350 millones, está pendiente de aprobación, de modo que el proceso de licitación de las obras se realizaría a lo largo de 2026, y los trabajos podrían comenzar aproximadamente en 2027. “Es una obra arquitectónica enorme y con unas instalaciones con muchos detalles, lo que dicen los técnicos es que en menos de cinco años es imposible llevarla a cabo”, justifica Baltà. Desde que en 2018 se reanudaron los trabajos tras un parón de cuatro años, “han evolucionado técnicamente lo que debían”, asegura el director general de BSAV. “¿Con el doble de equipos habría ido más rápido? Es innegable que un poco más, pero en ningún momento se ha parado y los niveles de certificación de obra son altos”, defiende. “No ha habido estrangulamiento económico por parte de Adif”, rebate Baltà. La construcción del edificio que conformará la estación se deberá acometer con los trenes atravesando su estructura, puesto que la obra ferroviaria, la que ha centrado hasta ahora los trabajos, se dará antes por cerrada. Desde el pasado mes de marzo, los trenes de Alta Velocidad de la línea hacia Francia ya discurren bajo su cubierta, que está ejecutada en un 80%, según Adif. También operan cuatro de las diez vías de la Zona para el Tratamiento de Técnico de Trenes (ZTTT), nodo logístico que debe mejorar la circulación en la ciudad. Con una inversión que asciende a 1.270 millones, el tramo ferroviario de la Sagrera estará totalmente operativo en 2026, según Adif, pero faltará entonces levantar la estación para los pasajeros. La otra novedad que llegará antes de cortar la cinta de la estación son los accesos al metro. La L4, la L9 y la L10 tendrán la parada Sagrera-TAV en 2027, según los plazos que maneja, en este caso, la Generalitat. Mapa de todo el tramo de obras desde la Sagrera hasta el Nus de la Trinitat Retrasos y sobrecostes lastran la obra Mientras tanto, los vecinos se muestran escépticos en cuanto a unos objetivos que han visto replantearse demasiadas veces en las últimas décadas. También denuncian que la interlocución sobre el proyecto con Adif o el Ayuntamiento es nula. Consultados por este diario, ambos han declinado hacer valoraciones. Oleguer Méndez, vecino desde hace 50 años de la Sagrera, testigo de la reclamación ciudadana de levantar un parque sobre el histórico foso ferroviario que era esta zona, sigue los acontecimientos con ambivalencia. Por un lado, reconoce las dificultades de un proyecto faraónico, durante años la obra ferroviaria más importante de España, que acarrea además nuevas zonas edificables en las que vivirán unos 30.000 barceloneses. Pero, por otro lado, reprocha a sus responsables los retrasos acumulados y los parones que han eternizado su avance. Entre 2014 y 2018 no hubo movimiento en la Sagrera. La crisis económica hizo decaer la inversión. “Era la obsesión del ministro Montoro de cortar la financiación a Catalunya con el procés”, opina Menéndez. Baltà afirma algo parecido: “Con el cambio de Gobierno [del PP], ya les fue bien que las obras se pararan”. Pero la desinversión no fue el único lastre que sufrió la obra. En esos años se conocieron irregularidades y sobrecostes en las obras que terminaron en los altos cargos de Adif detenidos, y que también contribuyeron a frenar sus avances. La Fiscalía les acusaba de inflar gastos hasta causar un desvío de 82 millones de euros. Pero finalmente la jueza concluyó en 2019 que esos sobrecostes se debían a la urgencia para cumplir con los plazos de entrega de las obras. La ciudad alrededor de la estación El entorno de la Sagrera es, junto con la Zona Franca, la principal zona de crecimiento en la que el Ayuntamiento de Barcelona deposita sus esperanzas de levantar vivienda pública. También en este ámbito, los retrasos se acumulan desde hace años. Pero al mismo tiempo, empiezan a ser una realidad las promociones ya finalizadas y con nuevos inquilinos. El Ayuntamiento de Barcelona prevé que se levanten en el conjunto de la transformación urbana un total de 13.524 pisos, en los que vivirán unos 30.000 nuevos vecinos. De ellos, el 43% serán a precio protegido (VPO o dotacionales) y el resto, de mercado libre. Por ahora, ya se dan por construidos un total de 3.868, mientras que 633 están en obras. Los nuevos barrios se elevarán a cada lado de un parque lineal de unos 4 kilómetros que coserá por encima de las vías los barrios Sant Martí de Provençals, Sant Andreu, la Verneda y el Clot. Uno de los más esperados y que se anunció recientemente es el de Prim, en la zona enmarcada entre el Pont del Treball Digne, las calles Santander y Cantabria y la Rambla Prim. En total 3.360 viviendas de las que unas 2.000 serán de propiedad municipal y dotacionales para jóvenes y gente mayor. Pero también esto va para largo. La previsión es empezar los derribos de las naves actuales en 2027 y comenzar las obras residenciales en 2029.
La compañía a la que el Gobierno de Almeida adjudica dos millonarios contratos de limpieza mantiene tres expedientes sancionadores en su plantilla por actuar "de manera inexplicable" al verter aguas negras en cantones, unas prácticas que, sin embargo, eran conocidas y validadas por el delegado de la entidad La amenaza de despidos por vertido ilegal en la recogida de residuos de Madrid indigna a los trabajadores: “Era una orden” Actuaciones “ motu proprio y de manera inexplicable, pues no disponían de instrucción alguna emitida por la empresa”. De esta forma arremetía la notificación de sanción de la compañía Urbaser que recibieron dos empleados, a los que la empresa responsabiliza de vertidos ilegales de aguas negras en el cantón de limpieza de Las Tablas, una actuación denunciada hace meses por Ecologistas en Acción después de que quedara captada en un vídeo. Trabajadores de la entidad insistieron en que “era una orden” y ahora este periódico ha tenido acceso a mensajes que prueban cómo el método irregular era conocido y aprobado por cargos superiores. Así queda reflejado en conversaciones telefónicas entre el delegado de Urbaser David Lao y una capataz, a la cual la compañía ha abierto otro expediente sancionador con amenaza de despido o suspensión de empleo y sueldo entre 12 y 60 días. En los mensajes, anteriores a la trascendencia mediática del caso, la operaria trasladaba puntualmente al cargo de Urbaser las diferentes actuaciones que se llevan a cabo en dos cantones, con imágenes de las prácticas acometidas en las que se dan cuenta de las aguas negras vertidas. “Limpia la arqueta de Quintanapalla [calle donde se ubica el cantón de Las Tablas]. Luego vemos cómo”, ordena Lao a esta trabajadora, que en la actualidad se encuentra de baja. La capataz respondió a Lao preguntando por si lo que quería que sanearan era “el pocillo”, nombre coloquial con el que la plantilla se refiere a las arquetas que se abrieron para llevar a cabo esta limpieza irregular. La capataz envía varias fotos al delegado de Urbaser y explica que “se han limpiado las rejillas de Quintanapalla” o que “el martes se hizo Isla de Arosa [otro cantón del distrito de Fuencarral-El Pardo]”. “Llevamos así más de año y medio, dos veces a la semana. Hemos vertido unos 150 litros de aceite hidráulico al alcantarillado público”, denunciaba un trabajador del servicio municipal de recogida de residuos de Madrid sobre la dinámica en el cantón de limpieza del Ayuntamiento en Las Tablas, al norte de la capital. Impacto al río Jarama después de “directrices de mandos superiores” Ecologistas en Acción alertaba en un comunicado de “un impacto al medio ambiente y a la salud de los trabajadores que requiere una intervención urgente por parte de Canal de Isabel II y el Ayuntamiento de Madrid, ya que afecta a sus instalaciones”. Y añaden: “La carga contaminante estará llegando a la estación regeneradora de aguas residuales de Valdebebas, alterando su normal funcionamiento e incrementando el riesgo de contaminación directa del río Jarama. Especialmente si existen tormentas con intensa precipitación en poco tiempo y el agua del alcantarillado no puede ser retenida por los tanques de tormenta y se vierte directamente al río. Se trata de un delito ambiental que afecta directamente el adecuado funcionamiento del alcantarillado y depuración del Canal de Isabel II y el Ayuntamiento”. El conflicto medioambiental derivó en poco tiempo en un choque laboral. Los dos empleados retratados ejecutando estas tareas irregulares recibieron el pasado 28 de julio sendas notificaciones de sanción por parte de Urbaser, a la que luego se unió la enviada a la capataz. Sin embargo, diversas fuentes de la plantilla consultadas por Somos Madrid aseguran que estas actuaciones han sido “repetidas en el tiempo” y que seguían “las directrices de mandos superiores”. “Si no cumplíamos con lo que el jefe nos mandaba, nos conllevaba una sanción”, aseguraba un miembro del personal. Explicaba que recibían las directrices de mandos intermedios, de su capataz, pero que estas “vienen siempre a su vez del jefe de servicio”. En caso de no seguir estas indicaciones, los trabajadores temporales se exponían a “la no ampliación de sus contratos como forma de castigo”. La plantilla fija también podía sufrir represalias: “Si ibas al médico no valía un justificante. Te exigen un certificado que demuestre que la prueba tenía que ser necesariamente en el horario de tu turno. Te retienen la cantidad correspondiente a esas horas hasta que les llevas a juicio, y no es hasta ese momento que te lo devuelven para evitarse el proceso”. La notificación de sanción laboral de Urbaser, a la que tuvo acceso este medio, habla por contra de actuaciones sin “instrucción alguna emitida por la empresa”: “Usted empezó a recoger parte del líquido que se encuentra en un cubo con otro de menores dimensiones y una cuerda, siendo posteriormente basculado en el interior del cubo que previamente había trasladado hasta las inmediaciones del separador de hidrocarburos [...] Arrojaron el líquido hacia una alcantarilla situada a la entrada del cantón”. Una intervención que, admite la propia empresa, supone “transgredir una prohibición expresa” y “daña la imagen de la compañía”. Las cartas dirigidas a los dos empleados y a la capataz finalizan con las propuestas de sanción: “Los hechos son susceptibles de ser tipificados como falta muy grave, siendo sancionables con la suspensión de empleo y sueldo o el despido, tal y como se recoge en el artículo 56.3 del Convenio colectivo general del sector”. Las fuentes laborales explican que sus compañeros siguen meses después a la espera de una respuesta por escrito sobre el estado y el alcance concreto de la multa: “Pero tienen claro que no se van a comer ni un día de castigo, van a defenderse. Seguramente en el juicio ni se presentará Urbaser, sobre todo cuando vea que existen más vídeos. Pero aunque se retracten, piensan llevar a la empresa a los tribunales. Y el malestar ya está en toda la plantilla”. Una investigación interna ante el silencio del Ayuntamiento y las críticas de sindicatos o ecologistas Este diario ha contactado en reiteradas ocasiones al área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid para conocer su postura acerca de los vertidos, el resto de actuaciones que denuncian los operarios y la posible intervención ante ellas, así como si estas dinámicas pueden suponer un incumplimiento del acuerdo contractual con Urbaser. Por el momento, la concejalía que lidera Borja Carabante no da respuesta a las preguntas trasladadas. Desde Urbaser declararon por su parte el pasado agosto que “actualmente la investigación interna sigue en curso y, por ende, aún no se han adoptado medidas de índole laboral, aunque sí se han adoptado otras de refuerzo de control y supervisión de las operaciones”. Esta vez, la compañía prefiere no hacer declaraciones públicas por el momento ante las cuestiones dirigidas a ella, después de las revelaciones sobre el papel de David Lao en los vertidos irregulares. “No hay ninguna evidencia para atribuir la responsabilidad de este incidente a estos trabajadores en concreto”, recogía la alegación a la sanción laboral de Urbaser que presentó el sindicato UGT (al que está afiliado uno de los afectados). El escrito profundiza en estas críticas: “¿Cómo es posible que sucedan hechos como los descritos en su relato en un cantón donde continuamente están entrando y saliendo trabajadores, incluidos mandos intermedios, y nadie se percate de lo que hacen dos trabajadores abriendo una arqueta que nadie debía abrir según su versión?”. A estos reproches se ha sumado el sindicato de Comisiones de Bases, co.bas, en una misiva dirigida a Borja Carabante. Recuerdan al concejal “las denuncias de Ecologistas en Acción contra Urbaser por vertidos ilegales al alcantarillado y por acumular residuos de barredoras en el cantón de Isla de Arosa, hechos que demuestran una falta total de control y supervisión municipal”. Hablan de una “grave y mala gestión del servicio de limpieza viaria en el distrito de Fuencarral-El Pardo, gestionado por Urbaser”. “Se constata una falta de vehículos operativos, escasez de barrenderos en las calles y una planificación deficiente, lo que provoca amplias zonas sin atender. Este verano, por primera vez en muchos años, no se ha activado el retén de conductores, por lo que no se cubrieron las vacaciones ni las bajas, dejando numerosos vehículos inmovilizados y reduciendo drásticamente el servicio”, indican en un escrito que recoge otra serie de críticas a la compañía adjudicataria de dos lotes de limpieza licitados por el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida. “Cabe recordar que con la anterior adjudicataria, Valoriza, la organización y planificación eran más eficientes, a pesar de contar con menos medios, lo que evidencia que el problema actual es de mala gestión. Además, el temor de los vecinos de Montecarmelo ante la posible gestión del futuro cantón por parte de Urbaser tiene fundamento, dados los antecedentes recientes en el distrito”, apuntan desde co.bas. La empresa tendrá la compleja tarea de administrar el mencionado cantón, uno de los que ha despertado más contestación vecinal debido a talas y trasplantes infructuosos de árboles ya ejecutados o molestias de salubridad, ruidos, movilidad y seguridad que anticipan residentes del entorno. Parcela de Montecarmelo a la que se han traslado los árboles trasplantados, con los ejemplares secos o muertos de color marrón al fondo. En primer término, en el lado donde se instalará el cantón, un tablón colocado por vecinos con la inscripción "nos quieren talar". Urbaser asumió el lote de los servicios de limpieza y recogida de residuos correspondientes a Fuencarral-El Pardo en 2021. La compañía, que antiguamente pertenecía a ACS y en la actualidad está en manos del fondo estadounidense Platinum Equity, se hizo con dos de los seis contratos concedidos: el número 3 (que además de Fuencarral-El Pardo incluye los distritos de Moncloa-Aravaca y Latina) por 269,8 millones de euros y el 5 (Puente de Vallecas, Moratalaz, Villa de Vallecas y Vicálvaro) por 233,5 millones. La relación contractual que se ha mantenido después de que la multinacional apartase a su número tres y al máximo responsable de Sertego (su filial de gestión de residuos) después de reconocer esta empresa su responsabilidad en una trama de fraude . Mezclaban aceite reciclado con gasoil para venderlo en estaciones de servicio, con un perjuicio para la Hacienda pública de 4,2 millones de euros. Urbaser enmarcó los cambios en “un proceso de reorganización”. El último revés de la compañía llegó a finales de agosto, cuando trascendió que el Tribunal Administrativo de Contratación Pública de la Comunidad de Madrid anuló la adjudicación de 1.091 millones de euros en un contrato de limpieza impulsado por la 42 localidades que conforman la Mancomunidad de Municipios del Noroeste por “falta de motivación”. Tumbó la concesión una modificación presentada por la empresa sobre su propuesta inicial, ante la cual la mesa de contratación debía decidir si se trataba de una mejora o un cambio sustancial en los pliegos. Cada una supone implicaciones propias y un tratamiento distinto en el proceso. “En el expediente existe una ausencia de justificación técnica en las puntuaciones dadas, que supera el límite de la discrecionalidad técnica”, subraya la resolución. Apoya el trabajo periodístico de Somos Madrid Esta información ha podido salir a la luz gracias a las personas que apoyan la edición local de Madrid en elDiario.es. 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Galardonada con el máximo galardón del World Press Photo 2025, la fotógrafa vive refugiada en Qatar, donde asegura que apenas tiene medios para subsistir Sony favorece a las grandes superficies y a Amazon en la venta del disco de Rosalía: “Se van a cargar el pequeño comercio” Samar Abu Elouf era hasta el 7 de octubre de 2023 una gazatí más, indistinguible del resto de sus compatriotas. Con tres hijos a su cargo, se ganaba la vida precariamente ejerciendo de fotógrafa documental freelance en trabajos más o menos esporádicos para The New York Times . Sin embargo, tras el brutal ataque de Hamás al sur de Israel –y la posterior, y todavía más brutal, respuesta del ejército israelí– su vida cambió de golpe. Esta mujer de 40 años, de mediana estatura y vestida con la túnica y el velo tradicional de las palestinas musulmanas, se vio abocada a cambiar el objetivo de su cámara desde las imágenes cotidianas a otras de bombardeos, de personas aterrorizadas, heridas o muertas. Durante los dos meses que ejerció para el periódico neoyorkino como fotoperiodista bélica, su actividad se volvió frenética para poner en relieve los efectos destructores de los indiscriminados bombardeos israelíes. Poco a poco su trabajo se convirtió en peligroso para ella y para los que estaban cerca, y pasó en pocos meses de ser una ciudadana del montón a otra que vivía bajo constante amenaza. Como muchos otros compañeros en la Franja, Elouf se convirtió en una diana para los militares israelíes, hasta el punto de que a los dos meses de iniciarse el conflicto, tuvo que salir de Gaza con destino a Qatar, donde todavía reside hoy en día. “Como soy autónoma, pensaba que la escasez en Gaza era lo normal, que las penurias económicas eran lo normal y no había otra forma de vivir, pero una vez en Qatar me he dado cuenta de que hay cosas peores como extrañar a tus hijos, tu tierra, tu familia”, lamentaba la fotoperiodista el pasado jueves en un conmovedor discurso ofrecido en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) con motivo de la presentación en la ciudad del World Press Photo 2025 . Un certamen en el que Elouf ha conseguido el máximo galardón por su tierno y a la vez estremecedor retrato de Mahmoud Ajjour , un niño palestino de solo 9 años –siete cuando ocurrió el ataque– al que un misil del ejército israelí amputó ambos brazos y que actualmente vive refugiado también en Qatar. “Ahora he perdido la comunicación con mi familia y mis hijos; mi familia sufre de hambre, de falta de medicamentos, apenas pueden sobrevivir y siento que los he dejado a todos solos”, agregaba, con lágrimas en los ojos, a su parlamento, que se desarrolló sobre el compungido silencio de todos los asistentes. “Yo nunca he podido vivir tranquila en Gaza; siempre he sabido que la paz allí es solo el preludio de una nueva guerra, sin más futuro que la destrucción”. Samar Abu Elouf, que por el momento no puede regresar a Gaza, conversó con elDiario.es tras la rueda de prensa de presentación de la exposición, que puede visitarse hasta el próximo 14 de diciembre en el citado CCCB. ¿Dónde está viviendo ahora? Sigo viviendo en Qatar, aunque ahora viajo más con motivo del premio. ¿Ha agradecido la concesión del premio? Sí, pero en realidad en este momento me dan completamente igual los premios, lo que me preocupa es reencontrarme con mis hijos en Gaza, mi hogar. ¿Cómo consigue salir de Palestina? Dos meses después del inicio de la guerra, se me evacuó de la Franja porque The New York Times recibió informaciones que indicaban que era mejor que dejara Gaza, ya que había un riesgo para mi vida. No me obligaron, pero me sugirieron salir opté por hacerles caso. ¿Recibió amenazas de muerte directas? Permíteme que, por seguridad, no te responda a esta pregunta... Van 240 periodistas asesinados en Gaza en los últimos años de guerra. 240. Supongo que conocía a muchas de estas personas. Muchos de ellos eran en efecto compañeros de profesión y además amigos. Los conocía a la mayoría e incluso algunos estaba previsto que fueran evacuados en mi convoy hacia Qatar, pero no llegaron a tiempo... Otros como mi amiga Mariam Dagga , decidieron quedarse para documentar los ataques y terminaron asesinados impunemente en un bombardeo de doble ataque [estrategia ampliamente utilizada por las Fuerzas de Defensa de Israel para asegurar que los heridos no sean rescatados] a un hospital cuando un cohete impactó en una zona en teoría segura. Junto a ella también murieron otros amigos y compañeros [Mohammed Salama, cámara de Al Jazeera; Moaz Abu Taha, fotógrafo independiente que también colaboraba con Reuters y Ahmed Abu Aziz, corresponsal de Middle East Eye y Quds News Network]. Usted que tuvo que volverse periodista de guerra forzada por el contexto. ¿Cómo es la sensación de ser periodista de guerra en un conflicto tan desigual? No es nada fácil, aunque todo depende de si eres un fotógrafo autónomo o en plantilla. Trabajando en plantilla para una agencia internacional es mucho más fácil. En mi caso yo soy freelance y esto significa que no tenía ninguna cobertura de protección por parte de The New York Times . Pero no es un caso aislado, muchos de los y las periodistas que trabajan en Gaza no tienen ningún medio que les proteja, ninguna seguridad. Tampoco tenemos escuelas para formarnos, somos autodidactas. Otra cosa son los y las periodistas que trabajan para agencias internacionales como Reuters , Associated Press , France Press , etc., ya tienen unas condiciones un poco mejores, aunque a la hora de matarnos, Israel no distingue el medio para el que trabajas o si estás en nómina o no. Samar Abu Elouf durante la entrevista con elDiario.es. ¿Sigue trabajando ahora en Qatar con el proyecto de los retratos de los niños mutilados por las bombas? Ya dejé atrás el proyecto de los retratos y ahora no estoy trabajando en nada, así que mi situación es difícil. No tengo documentos de Qatar, soy una sin papeles, una refugiada. Seguramente, si surge cualquier acontecimiento o circunstancia que exija mi trabajo para The New York Times en Qatar lo haré. ¿Por qué cree que el ejército israelí se ensaña con los periodistas de esta manera tan salvaje? No tengo respuesta. Es la pregunta que nos hacemos a nosotros mismos diariamente; nos preguntamos por qué somos un objetivo cuando simplemente estamos haciendo nuestro trabajo igual que lo haría un periodista israelí, americano o europeo. Dar a conocer la información, que es un derecho de todos, pero los israelíes no entienden de derechos en Gaza. ¿Piensa en volver a Gaza? Constantemente, lo estoy esperando como agua de mayo. Quiero volver a casa lo antes posible y reunirme con mis hijos y mi gente, mi existencia en Qatar es como una muerte en vida, un sufrimiento de añoranza y preocupación por los míos continua. Hace dos años que apenas sé de mis hijos. ¿Cree que el acuerdo que se ha conseguido con la mediación de Trump durará? Es una pregunta, un poco de carácter político, compleja y que no está en mis manos responderte, pero sí te diré de todas formas que de “acuerdo de paz” tiene muy poco: la situación diaria en Gaza es que hay bombardeos y muertos casi a diario. Los bombardeos no han parado. Según usted, la paz en Gaza es siempre el preludio de una guerra. ¿No cree que en un futuro en el que Gaza pueda finalmente tener una paz duradera al lado de Israel? Con toda probabilidad la respuesta es no. Llevo 40 años viviendo allí y puedo afirmar, lamentablemente, que nunca veré una paz duradera en Gaza.