El obispo de Mallorca invita a celebrar una Navidad que ilumina y abre un camino de paz
El obispo de Mallorca, monseñor Sebastià Taltavull, ha transmitido su tradicional mensaje de Navidad, en el que invita a los fieles a "felicitarnos" por la llegada de estas fechas. Según Taltavull, la Navidad es motivo de alegría al descubrir "que no estamos solos" y que la humanidad cuenta con un acompañante en quien "puede confiar plenamente". El mensaje subraya que Dios "quiere caminar encarnado entre la gente" para esparcir "bondad, justicia, amor y paz". El obispo recuerda cómo el pueblo que "vivía en tinieblas ahora ha visto una gran luz", en referencia a la luz de Belén que guio a pastores y Reyes Magos. Taltavull destaca que esa luz debe iluminar "una red de solidaridad que debe hacernos más sensibles" hacia los más vulnerables. En su mensaje, menciona explícitamente a "los que pasan más necesidad, los enfermos y los que están solos", así como a quienes "no tienen casa o viven, como Jesús, el drama de una migración forzada". Taltavull subraya que la venida de Jesús "da respuesta a todas las aspiraciones humanas de paz y justicia", y anima a desterrar "la crispación, la conversación amarga y la desconfianza". El obispo anima a que los diálogos "sean fruto de habernos escuchado con respeto". En su mensaje, Taltavull invita a rezar con la oración de San Francisco de Asís, pidiendo: "Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, que donde haya odio, yo ponga amor". Finalmente, el prelado pone en valor cómo "la música, la poesía y el arte" acompañan estas fechas y ayudan a descubrir "la belleza y el acontecimiento que cambió el curso de la historia". El obispo ha gozado, dice, con la Escolanía de Yu, los villancicos de corales escolares y la interpretación del oratorio de Navidad de Bach, del que rescata el pasaje: "Alegraos, exultad, celebrad estos días, alabad lo que el Altísimo ha hecho hoy". El mensaje también hace referencia a las tradiciones, como los "tradicionales neulas" que adornan iglesias y casas, y que "nos hablan del pan que compartimos, expresión de la eucaristía". Con todo ello, el obispo anima a construir "una sociedad nueva" y un "pueblo apasionado por hacer el bien", donde la convivencia sea pacífica.