Con menos prensa, menos democracia

Con menos prensa, menos democracia

Antes de coger el tren de Madrid busqué en la estación de Vigo un kiosco de prensa con ese síndrome de abstinencia que nos da a los lectores diarios cuando nos falla el papel, y no hallé ninguno a pesar de estar en medio de ese enorme complejo, Vialia, en que te venden desde bragas hasta helados de gustos tropicales pasando por flores, loza, teléfonos.... pero de leer diarios, nada de nada. Subí al tren con la esperanza de hallarlo en Ourense, donde tenía que comer y siempre lo tuvo, y lo habían eliminado. Tuvieron que pasar 259 km de líneas férreas para hallar uno en Zamora, pero si lo hubiera buscado en la estación de Salamanca, mi destino final, tierra universitaria, tampoco lo habría hallado. En el mismo tren siempre daban a elegir prensa si ibas en preferente pero ya no, y sin dar explicaciones.