La crisis del Real Zaragoza: una maraña accionarial, una debacle deportiva y 150 millones de euros públicos en entredicho

La crisis del Real Zaragoza: una maraña accionarial, una debacle deportiva y 150 millones de euros públicos en entredicho

Los resultados deportivos del club, con serias opciones de descender al fútbol semiprofesional, dejan en el aire los usos para la nueva Romareda. A esto se suma un problema de identidad: más de un 90% de la propiedad blanquilla está relacionada con el Atlético de Madrid El Gobierno del PP en Aragón salva otro club de fútbol de élite: tras el Real Zaragoza, la SD Huesca En la campaña municipal de 2019, el entonces alcalde Jorge Azcón asoció públicamente su imagen al Real Zaragoza con permiso del entonces presidente blanquillo, Christian Lapetra. La comunión con su sucesor, el ahora máximo responsable blanquillo Jorge Mas, ha sido total. Y en 2023 fue la candidata del PP Natalia Chueca la que se fotografió en los aledaños del estadio de fútbol. Lo hizo con un titular inequívoco: “La Romareda es un 40% del voto este 28-M” . De ser cierto eso, los populares tienen en la actualidad serios motivos para la preocupación: el equipo se asoma al abismo de la Primera Federación –primer escalón del fútbol semiprofesional–, la afición se revuelve contra una propiedad compuesta por una madeja accionarial en la que nadie se hace responsable y, para colmo, se multiplican las dudas con el nuevo estadio: la infraestructura, que pasó de no costar un euro a las arcas públicas a suponer más de 150 millones de euros, corre riesgo de quedarse sin su casi único usuario y además los plazos para su inauguración apremian. Este cóctel explosivo le puede salpicar a Azcón y al PP en el primer trimestre de 2026, con el eventual escenario de un adelanto electoral. Como síntoma, la alcaldesa no acudirá este domingo al Ibercaja Estadio para presenciar el derbi frente a la SD Huesca, tal y como han confirmado fuentes municipales. La ilusión con la que el grupo inversor internacional desembarcó en Zaragoza en mayo de 2022 se ha desvanecido por completo. En estos tres años y medio, el cambio societario ha implicado una reducción de la deuda tras sucesivas ampliaciones de capital, un aumento de la cifra de negocio y más patrimonio neto. Sin embargo, la maraña accionarial y las estrechas vinculaciones con el Atlético de Madrid se unen al catastrófico rendimiento deportivo para generar una contestación entre la afición inédita hasta el momento. Los evidentes vínculos con el Atlético de Madrid ¿Quién es el principal propietario del Real Zaragoza y hasta qué punto hay un vínculo –necesariamente subalterno– con el club colchonero y con su presidente, Miguel Ángel Gil Marín? Pese a que recientemente el director general, Fernando López, se tuvo que referir expresamente a la cuestión para tratar de desmentirlo, lo cierto es que las dudas vienen reflejadas por los hechos que reflejan la madeja societaria. La sociedad anónima deportiva pertenece de forma muy mayoritaria (98,8%) a la firma Real Z LCC, radicada en Connecticut (EEUU). Real Z LCC tiene como principal socio (50,1%) a Gloval Tavira, del abogado Pablo Jiménez de Parga y de Joseph Oughourlian, máximo accionista del grupo Prisa. Jiménez de Parga, que es secretario del consejo de administración de Atlético HoldCo –firma mayoritaria en el club colchonero–, es socio de Écija Abogados: de ahí la presencia de Cristina Llop en el consejo del Real Zaragoza. Tras Global Tavira aparece como segundo accionista Real Venture (25%), de Jorge Mas pero también vinculada con los rojiblancos a través de Mark Affolter, consejero de Atlético HoldCo. Jim Miller y Mark Affolter, vinculados con la propiedad del Real Zaragoza, en la web de Ares Management. El tercer lugar figura Zfútbol con un 16,6%, y aquí se repite el patrón: tras la firma están el propio Affolter y Jim Miller. Tanto uno como otro son consejeros de Atlético HoldCo en representación de Ares Management, que protagonizó una ampliación de capital por más de 180 millones de euros para hacerse precisamente con la principal accionista del club rojiblanco. Ni Affolter ni Miller son consejeros de Real Z LCC, pero sí Mariano Aguilar y Emilio Cruz, cabezas visibles en el club de Gil Marín y del entramado propietario del Atlético. El primero de ellos se ocupa de la parte deportiva, con los resultados conocidos. Y a ellos se suma el director general, Fernando López, también vinculado con la misma madeja empresarial. Es decir, que más de un 90% de la masa accionarial del Real Zaragoza está relacionada con el Atlético de Madrid. Finalmente, en el cuarto escalón se sitúa Riverside Management (8,3%), que comparte dirección postal en Westport (Connecticut) con la sociedad Real Z LCC y que es propiedad de Jim Carpenter. Que a su vez está ligado a Juan Forcén, constructor zaragozano que lleva en el consejo del Real Zaragoza desde 2006 y que es amigo personal de Jorge Azcón. Ambos participaron en el impulso de Torre Zaragoza. Las dudas del estadio Y al rendimiento deportivo del Real Zaragoza, principal y casi único usuario de La Romareda, se unen las dudas sobre el nuevo estadio, que no iba a costar un euro a los zaragozanos y a los aragoneses y que ya va por 150 millones de euros, según lo proyectado. El propio consejero de Hacienda autonómico, Roberto Bermúdez de Castro –conocedor de las entrañas del fútbol gracias a su pasado en La Liga–, reconoció en una reciente entrevista que el club blanquillo “no debería estar más de un año” en Primera RFEF en caso de descenso a esta categoría, una posibilidad muy presente: hoy por hoy es colista en LaLiga Hypermotion con seis puntos y a nueve de la salvación. En caso de continuar más de un año en la primera categoría del fútbol semiprofesional, o incluso antes si la actual propiedad opta por liquidar la sociedad, el Real Zaragoza se enfrenta al riesgo de desaparición, lo que dejaría en el aire la continuidad del grupo inversor y, de forma concatenada, su participación en la construcción del nuevo campo. Más cercano en el horizonte está el mes de diciembre, cuando finaliza el plazo para que la propiedad del Real Zaragoza desembolse los 10 millones de euros que le corresponden para el estadio en construcción. En 2024 la sociedad anónima ya incumplió con su parte, lo que llevó a reprogramar todo el calendario de pagos. Entonces ya existía la posibilidad de que Gobierno de Aragón y Ayuntamiento, los otros dos integrantes de La Nueva Romareda –la sociedad que promueve el estadio–, propiciaran la salida del club del proyecto, pero no ejecutaron estos resortes. Eso habría supuesto que el Real Zaragoza se quedaría sin la explotación del estadio, lo que dejaría a sus propietarios sin cuantiosos beneficios. Proyecto de la Nueva Romareda Ahora, sin embargo, la situación puede haber cambiado. Desde hace unos meses forma parte de La Nueva Romareda la concejal de Vox Eva Torres, y su postura no es benevolente ante un nuevo impago. “Los acuerdos están para cumplirlos. Y los calendarios de aportaciones para los socios, también. En caso contrario, habrá que ir a ejecutar las consecuencias que recoge el pacto de socios. La postura de Vox es muy firme”, apunta a este periódico la edil y consejera de la sociedad. También surgen dudas sobre los plazos de finalización del campo. Está anunciado para junio de 2027, pero en el equipo de gobierno del PP son conscientes de que cualquier tropiezo en una obra de esta magnitud y presupuestada en más de 120 millones de euros supondrá retrasos. La propia Eva Torres asegura no disponer de “información” en relación con posibles demoras, pero admite que un proyecto “tan complejos” puede sufrir algún retraso. Lo que no peligra salvo catástrofe es el gran objetivo temporal para el futuro Ibercaja Romareda: el Mundial de fútbol de 2030. Ahora la duda radica en el monitor clínico de su principal inquilino.

Así afecta el estrés a nuestra piel: "Acelera el envejecimiento cutáneo y la aparición de más arrugas"

Así afecta el estrés a nuestra piel: "Acelera el envejecimiento cutáneo y la aparición de más arrugas"

Muchas personas creen que estar estresado es solo un estado mental, pero no es cierto: el estrés puede afectar a todo el cuerpo, incluida la salud de la piel, el órgano más extenso Más proteínas y más fibra: la dieta que ayuda a aumentar tu metabolismo El estrés es una respuesta natural frente a situaciones desafiantes, como el ritmo acelerado de nuestra sociedad, el trabajo excesivo o los cambios en la vida diaria. No es malo per se, pero la exposición prolongada al estrés puede tener efectos negativos en nuestra salud, pues llega a alterar casi todos los procesos del cuerpo y la mente, lo que da lugar a un malestar físico, psicológico y emocional. Cuando el nivel de cortisol , la llamada hormona del estrés, es elevado, podemos experimentar ansiedad, nerviosismo y tristeza. Pero cuando estos efectos son prolongados también aparecen dolores musculares, calambres, migraña, hipertensión, falta de memoria, fatiga… En casos más graves, puede incluso originar problemas cardiovasculares, enfermedades cardiacas, trastornos digestivos, diabetes y obesidad, entre otras dolencias. Muchas personas creen que estar estresado es solo un estado mental, pero no es cierto: el estrés puede afectar a todo el cuerpo, incluida la salud de la piel, el órgano más extenso. La doctora Amparo Rodríguez Álvarez, dermatóloga con amplia experiencia en salud cutánea y en el tratamiento de pieles sensibles, dice en conversación con este medio que “en situaciones de miedo o tensión, el organismo libera dos hormonas clave: la adrenalina y el cortisol”, que explican este proceso. “Cuando este estrés se mantiene en el tiempo, se generan sustancias inflamatorias que alteran la barrera cutánea, reducen su capacidad protectora, ralentizan su regeneración y limitan la producción de colágeno , al mismo tiempo que favorecen su degradación y la disminución de elastina. Como consecuencia, la piel pierde elasticidad y firmeza, lo que se traduce en arrugas profundas y mayor flacidez: es una piel estresada”, detalla. Aparte del proceso de inflamación, Rodríguez Álvarez añade otro factor: “el estrés oxidativo, la generación de radicales libres que atacan directamente a las células cutáneas, disminuyendo la producción de colágeno y alterando su renovación celular”. En conclusión: “el estrés sostenido acelera el envejecimiento cutáneo y favorece la aparición de más arrugas”, destaca esta especialista, que ejerce como dermatóloga en el Institut Dermatològic Integral de Barcelona y dirige también su propio centro. Está claro que la piel sufre estrés, como cualquier otra parte del organismo, y lo manifiesta con síntomas variados, pero según la doctora los más habituales son: aparición prematura de arrugas; tono apagado y falta de luminosidad debido a una menor oxigenación y la acumulación de células muertas; sequedad y deshidratación por alteración de la barrera cutánea y pérdida de agua; más sensibilidad a factores externos, con tendencia a rojeces y dermatitis, y mayor incidencia de procesos inflamatorios. ¿Cómo podemos remediar la piel estresada? La falta de sueño o el descanso insuficiente se traducen también en una piel apagada, con bolsas y ojeras, que envejecen la mirada. Al igual que la edad: “los años influyen de forma decisiva en la capacidad de regeneración de la piel. En una persona joven con estrés mantenido, es más frecuente observar procesos acneicos o pieles más grasas, pero siempre muestran mayor capacidad de revertir el daño”, explica la dermatóloga. Y añade: “En cambio, en las pieles maduras, el estrés se traduce en un aceleramiento del envejecimiento cutáneo, con más arrugas, mayor flacidez, sequedad y pérdida de luminosidad”. Es recomendable usar productos que refuercen la barrera cutánea así como una buena rutina de limpieza. Sobre los consejos que podemos poner en práctica para evitar la epidermis estresada, Rodríguez sugiere, primero, tratar de gestionar este estado con cambios de hábitos, la práctica de deporte, más horas de sueño, una buena alimentación y, cuando sea necesario, dejarnos aconsejar por profesionales. Además, recomienda utilizar productos que refuercen la barrera cutánea: una buena rutina de limpieza, ácido hialurónico para retener agua y favorecer la hidratación, ceramidas y niacinamida. Y no olvidarse de la protección solar diaria , que es fundamental para prevenir manchas y mejorar la uniformidad de la piel en cuanto a tono y nivel de hidratación. La especialista aconseja, en ciertos casos, “actuar directamente sobre el problema con activos reafirmantes, pero sobre todo resulta interesante abordarlo desde la raíz, actuando sobre los factores que alteran ese envejecimiento cutáneo acelerado”. Así, en cuanto a rutina facial para reparar la piel estresada, que considera imprescindible, Rodríguez Álvarez subraya que básicamente “se debe centrar en hidratar, restaurar y calmar la piel”. Y propone unos sencillos pasos: limpieza suave con jabones con pH neutro que no alteren la barrera cutánea; sérum calmante con niacinamida, ácido hialurónico y extractos vegetales (como la centella asiática); protección solar de amplio espectro que cubra UVB, UVA, infrarrojos y luz visible; uso regular de mascarillas hidratantes, y, en caso de querer ir más allá, acudir al dermatólogo para definir y personalizar la rutina.

'Inmanencia', la novela que convierte el sueño de una democracia total en la dictadura del algoritmo

'Inmanencia', la novela que convierte el sueño de una democracia total en la dictadura del algoritmo

El politologo y catedrático Víctor Lapuente estructura tres historias en tiempos alternos para especular sobre un futuro donde el maximalismo individualista es la norma política gracias al cálculo informático Michael J. Sandel: “Clinton, Blair y Schröder tienen gran parte de culpa por el auge de la extrema derecha” ¿Podría existir una democracia más perfecta que aquella que satisficiera todas las demandas de sus ciudadanos sin por ello menoscabar los derechos del resto? ¿Aquella en que la libertad y el deseo individual de cada uno de nosotros fuera el gran mandato democrático para el conjunto de la sociedad? ¿Acaso lograrlo no sería el equivalente a encontrar el Santo Grial que los politólogos de todo el planeta buscan en sus libros y ensayos? ¿Y qué mejor aliado para conseguir este estado político que la sociedad digital, la potencia de los procesadores actuales y las líneas de código más exquisitas, programadas por el mejor de los ingenieros informáticos? Con estos elementos juega el politólogo y académico de Ciencia Política de la universidad sueca de Gotemburgo Víctor Lapuente (Chalamera, 1976) –miembro del colectivo Piedras de Papel y colaborador de elDiario.es– en su nueva novela, que lleva por título Inmanencia (AdN, 2025). Pero Lapuente no teje con ellos un ensayo utópico y biempensante sobre una sociedad completamente igualitaria a la manera de los que se desarrollaron a principios del siglo XXI, especulando con las posibilidades de la entonces novedosa red de redes que acabaría siendo la actual internet. Al contrario, este aragonés licenciado en la universidad de Barcelona, doctorado en la de Oxford y nombrado catedrático por la de Gotemburgo, dibuja un mundo distópico, tiranizado por la eficiencia del desarrollo informático que rige las complejidades de la llamada República de Occidente en el año 2086 y que se encarna en un algoritmo implacable llamado FRIDA, una especie de Gran Hermano orwelliano fabricado a base de código binario. Bajo el imperio de FRIDA, el ser humano es más libre, pero también menos humano que nunca en la historia de nuestra especie. Sin vínculos emocionales de padres, hermanos ni contacto alguno con su descendencia, vive entregado al placer físico del momento. S in memoria, historia personal o relato vital . Se considera un ser nuevo, liberado del yugo capitalista, pero a pesar de su suprema individualidad, no se trata de un voluntarioso superhombre a la manera de Nietzsche, sino más bien de un sujeto pusilánime y desnortado como el que dibujara Robert Musil en su novela El hombre sin atributos . Una novela en tres actos Ahora bien, más allá de la visión de este mundo oscuro que ocupa un tercio de la novela, Lapuente estructura Inmanencia en tres actos desglosados y alternos a lo largo de todo el relato. Uno es el local, memorístico y entrañable, que nos muestra la adolescencia de Martín, uno de los protagonistas, en la Huesca rural y árida que linda con Catalunya. Una arcadia perdida en el recuerdo comparada con lo que deparará el futuro. Martín y sus amigos, en un mundo inocente y analógico, fantasean con encontrar el Santo Grial que, según la leyenda, yace escondido entre las ruinas del penúltimo castillo templario de occidente. Otro acto nos presenta al mismo Martín en el presente de 2025-26, ya programador prestigioso y profesor, como Lapuente, en Gotemburgo, que es tentado por una empresaria sueca para desarrollar el algoritmo definitivo de la democracia perfecta. Y finalmente el tercer escenario nos cuenta la historia de Anna en 2085-86, una mujer normal y corriente de República de Occidente que conoce a Björk, un misterioso bibliotecario que le mostrará las esquinas más oscuras de FRIDA. Cuenta Lapuente, en conversación telefónica con elDiario.es, que Inmanencia es un proyecto que comienza a obsesionarle en tiempos prepandémicos, una comezón que le lleva a enfrentarse a la complejidad de un argumento que se despliega a lo largo de 460 páginas. “La idea siempre ha sido ahondar en el individualismo extremo en el que vivimos en los últimos tiempos”, comenta el autor. “Todo el mundo parece cada vez más destinado, a nivel político, a buscar la satisfacción inmediata de sus deseos como objetivo vital sin más amplitud de miras, sin ningún sentido social”, agrega en su explicación. Silvio, contigo empezó todo Para Lapuente, el hervor social actual ha olvidado definitivamente los valores de la comunidad para entregarse al interés puramente personal sin preocuparnos de las consecuencias, ya sean climáticas, de calidad democrática o de vivienda. Pero lejos de querer caer en la acusación al neoliberalismo, apunta hacia un “post-neoliberalismo” egoísta, totalmente narcisista y nihilista que cree que encarna mejor que nadie Silvio Berlusconi en Italia. “De Italia nos llegan siempre los grandes cambios en la historia de Europa”, comenta al respecto. “Reagan o Thatcher, dentro de su desprecio a lo social, tenían una cierta moral, aunque fuera por su formación religiosa”, observa para añadir que, en cambio, “en Berlusconi se observa solo el interés personal convertido en filosofía política”. “Es la suma del individualismo y el odio a lo comunitario”, concluye. Pero también señala a las ideologías de izquierda que, según él, “se han vuelto también muy de satisfacer los placeres de los individuos”. “Vivo en el país socialdemócrata por antonomasia”, dice en referencia a Suecia, “y los socialdemócratas nórdicos tenían una frase que más o menos decía: 'Trabaja duro y exige tus derechos'”. Y prosigue diciendo que “ahora prácticamente casi todos los discursos de izquierda solo hablan de los derechos sin mentar el esfuerzo”. “Poco de colaborar con la comunidad, poco de arrimar el hombro”, agrega para ilustrar la falta de compromiso social que argumenta que “solo puede conducir al desengaño y el descrédito con las instituciones”. En este desengaño pescan los populistas como Milei, Trump y compañía, cuya propuesta no es otra que la demolición del sistema de bienestar social que ha imperado en Europa desde la posguerra. Según Lapuente, los populismos buscan “acabar con todas las instituciones de intermediación”. “No quieren nada comunitario ni estructurado, solo individuos que no responden ante nadie y operan con criptomonedas sin la presencia de bancos centrales ni ningún organismo regulador” en una especie de mundo donde impera la ley del más fuerte, rico y poderoso. “Estamos en máximos históricos en desconfianza hacia todas las instituciones del estado”, apostilla. Dios como antídoto al narcisismo Precisamente la República de Occidente que describe Lapuente en Inmanencia es una versión de este individualismo antisocial, pero corregida por el algoritmo de modo que el libertarismo populista actualmente en boga, se armonice con los derechos maximizados de cada individuo de la república en una democracia perfecta en la que no es necesario votar porque FRIDA lo hace por todos nosotros. Y con mucho mejor criterio gracias a la cantidad de información que maneja. Así pues, Inmanencia nos indica una senda por la que tal vez nuestra sociedad termine caminando: un desfiladero de descreimiento absoluto, desconfianza en la comunidad y deificación narcisita del individuo y su placer. Estos mimbres ya existen en la actualidad –son visibles en la cotidianeidad de redes sociales como X, Instagram o TikTok– de modo que solo faltaría, en la tesis de este politólogo, el software perfecto que consiguiese armonizarlos con la anhelada igualdad para hacer del individuo el ser supremo de la organización social. “Creo que Elon Musk ya ha apuntado soluciones en este sentido, así que imagínate...”, bromea Lapuente. El problema, lógicamente, como en toda distopía, es que FRIDA no permite existencias alternativas a lo que dictan sus cálculos: no es posible desear padres, hermanos, parejas estables ni hijos, de los que las mujeres son separadas al año del parto. Tampoco leer determinados libros que impulsan al pensamiento trascendente, y mucho menos profesar religiones que inciten al sentimiento de comunidad o de desarrollo moral, como sucede con las monoteístas o el budismo y el hinduismo. El peor enemigo de FRIDA es la transcendencia. Y es precisamente la trascendencia religiosa –de un cristianismo primitivo, que antepone la comunidad por delante del dogma y que sitúa a un ser ideal y comunal por encima de la individualidad de cada uno de nosotros– la salida que Lapuente presenta a los protagonistas el tercer acto de su novela. Una salida que determinará o bien su redención, para alcanzar una dimensión finalmente humana, o su perdición al ser ejecutados por los agentes de FRIDA. Como él mismo subraya, “se trata de hacer existir a Dios para que ninguno de nosotros pueda convertirse en Dios”.

‘Espejo roto’, el regreso de la obra maestra que Mercè Rodoreda escribió en el exilio

‘Espejo roto’, el regreso de la obra maestra que Mercè Rodoreda escribió en el exilio

Seix Barral recupera, con traducción de Pere Gimferrer, una de las obras clave de la gran escritora catalana del siglo XX Galder Reguera: “No exijo a un futbolista que tenga un posicionamiento político, pero cuando lo tiene es un poco más héroe” “ Espejo roto es una novela donde todo el mundo se enamora de quien no se tiene que enamorar, y al que le falta el amor busca que se lo den sea como sea, en el espacio de una hora o en el espacio de un momento”. Son palabras de Mercè Rodoreda (Barcelona, 1908 - Girona, 1983) en el prólogo de Espejo roto (1974), una novela, la más extensa que escribió, que para muchos es su obra maestra. Veinte años después de la última edición en castellano, Seix Barral la recupera ahora con la misma traducción de Pere Gimferrer y un nuevo prólogo de Rosa Montero , siguiendo la línea de recuperaciones de autores de la posguerra que ya emprendió con Concha Alós y Luis Martín-Santos , entre otros. En Catalunya, Rodoreda es una institución, y no solo porque lo digan los manuales de literatura; aunque quien más, quien menos ha tenido que leer alguna de sus novelas a lo largo de la enseñanza secundaria , por lo general La plaza del Diamante (1962), Aloma (1938) o esta misma, Espejo roto . Con ella es difícil seleccionar solo una obra maestra, pues su nivel de autoexigencia era tan alto, y las formas en las que concretó su pulso literario evolucionaron tanto con el paso de los años, que cada lector puede tener su preferida. A las mencionadas, además, hay que sumarles su obra póstuma, La muerte y la primavera (1986), una novela gótica que se desmarca del realismo urbano y que hasta hace poco era la gran incomprendida de su corpus literario (para la edición en castellano, de Club Editor, se encargó un posfacio a Mariana Enriquez , para que se hagan una idea). La aventura de leer Espejo roto comienza antes del primer capítulo de la novela, gracias a un prólogo firmado por la propia autora que vale más que cualquier clase de escritura creativa. Es un texto insólito en el que Rodoreda reflexiona sobre la gestación del libro y de todo su proyecto narrativo en conjunto; un acceso privilegiado al taller de trabajo de una novelista que, como Gustave Flaubert, buscó siempre le mot juste y no bajó el listón jamás. La escritura de Espejo roto comenzó en el exilio: en enero de 1939, la autora, junto con otros intelectuales catalanes, huyó a Francia. Todavía no era la escritora de prestigio en la que se acabaría convirtiendo, pero ya había publicado cinco novelas —al final renegó de su obra de juventud, con la excepción de Aloma , que, eso sí, reescribió a conciencia—, realizaba trabajos periodísticos y estaba bien integrada en la esfera literaria catalana. En el exilio, pasó por muchas dificultades económicas, trabajó como costurera y durante un tiempo no pudo escribir más que unos cuentos, aunque la ambición nunca la abandonó. La escritora Mercè Rodoreda pronuncia el pregón de las Fiestas de la Mercè en el Salón de Ciento del Ayuntamiento de Barcelona, en 1980 El exilio, que se prolongó hasta 1972, fue compartido, durante los primeros años, con el poeta y crítico Armand Obiols, pseudónimo de Joan Prat (Sabadell, 1904 - Viena, 1971) , su compañero y el gran amor de su vida, que además actuaba como su primer lector y la espoleaba a seguir creciendo como narradora. Él estaba casado, sin embargo, y tenía una hija, que se había quedado con la madre en Catalunya. Esa circunstancia causó no pocos quebraderos de cabeza a Rodoreda, que llegó a tocar fondo. De hecho, las últimas investigaciones sugieren que pensó en el suicidio. Sobre esta relación, Eva Comas-Arnal, especialista en la autora, ha escrito la novela Mercè i Joan (Premi Proa 2024). A finales de los años cincuenta, Rodoreda retomó la escritura de novelas, presentó algún manuscrito a premios catalanes —sin mucho éxito— y, reescrituras mediante, poco a poco logró volver a situarse en la escena literaria, esta vez con una nueva dimensión. Durante un tiempo, compaginó la escritura de La plaza del Diamante y Espejo roto , que tardaron más de lo previsto en ver la luz, por lo que las revisó y pulió a fondo. Con Espejo roto quería hacer una novela con muchos personajes y un gran jardín (ella misma, que había crecido amando las flores —elemento clave de su obra— por influjo de su abuelo, llegó a cultivar el suyo en Romanyà de la Selva , la localidad gerundense donde se instaló a su regreso). La decadencia de la burguesía catalana Entre los muchos (e insignes) admiradores de su obra, se halla Gabriel García Márquez , de quien se dice que llegó a aprender catalán para poder leerla en versión original. Si se compara Espejo roto con Cien años de soledad (1967) , de hecho, se entrevén afinidades entre ambos: sagas familiares, importante carga simbólica, voz de diferentes estratos sociales y, sobre todo, sentido de la decadencia. Espejo roto narra el auge y la caída de la familia Valldaura, paradigma de la burguesía catalana, desde principios del siglo XX hasta el final de la Guerra Civil española. Todo comienza cuando Teresa Goday, la hija de una pescadera, se casa en segundas nupcias con el terrateniente Salvador Valldaura. La seductora Teresa siempre supo que estaba destinada a algo más, algo mejor que ayudar a su madre a limpiar pescado en el Mercat de la Boqueria; pero su futuro, y con ella el de sus descendientes, está marcado por la fatalidad. Rodoreda trenza una novela oscura, por momentos asfixiante, que combina la narración en tercera persona con el monólogo de diferentes personajes, con ese dominio prodigioso del estilo indirecto libre para mirar el mundo interior, tan lleno de sombras. Además de Teresa Goday, merece una mención especial Armanda, una de las criadas que permanece con la familia durante más tiempo, que protagoniza varias escenas emblemáticas y fue interpretada, en la serie homónima de Josep Maria Benet i Jornet de 2001, por Emma Vilarasau . El espejo –o, mejor, los espejos, espejos que les devuelven su imagen, pero que también están imbuidos de un efecto ilusorio, distorsionado– es un elemento simbólico crucial en diferentes escenas de la novela; pero no el único: como en toda su obra, Rodoreda se prodiga en los que tienen que ver con la naturaleza, como el jardín y los diferentes tipos de árboles y flores , asociados a los personajes y al estado en el que se encuentran sus relaciones. Hay una mirada al espacio y la decoración, el caserón y sus interiores, que, como la familia y el devenir histórico, van perdiendo lustre, con la aparición de las ratas como colofón. Los personajes, sobre todo los femeninos, son otro de sus puntos fuertes, de Espejo roto y de toda su narrativa (inolvidables las protagonistas de Aloma , La plaza del Diamante y la injustamente infravalorada La calle de las Camelias ). Mujeres como Teresa Goday, erigida en dama de la alta sociedad, la mujer bella y maldita, con la “mancha” del origen y un devenir desdichado; su hija, Sofía, de carácter más frío, tan diferente a la madre, y que representa la nueva generación de ricos; Armanda, sirvienta que entra a trabajar siendo muy joven y acaba como confidente de la señora, una compañera leal y generosa, una guardiana de secretos. En algunos capítulos, el servicio conforma un coro poético que permite a la autora retratar el paso del tiempo y el declive progresivo de la familia. Novela de soledades en un caserón lleno de gente, de hostilidad familiar, de pasiones e intereses mundanos, de contrastes entre lo alto y lo bajo, entre la naturaleza indomable y la decrepitud de la creación humana, de la especie humana misma. Novela psicológica, reflexión sobre el paso del tiempo, la pérdida del paraíso perdido que en realidad nunca fue; radiografía de la caída de un universo, de un sueño que el ser humano echó a perder con sus instintos más bajos. Novela de auge y de caída, de juventud y vejez, de amos y criados, de muerte y resiliencia, de impostura y pureza, de corrupción e inocencia. Si existen las obras que merezcan el calificativo de “redondas”, esta es una de ellas. Mercè Rodoreda, un pozo sin fondo Mercè Rodoreda juega en la liga de los titanes, como sus admirados Thomas Mann , Marcel Proust , Virginia Woolf o Rosa Chacel . Como ellos, fue una renovadora de la literatura catalana, de la literatura europea en general. Su obra de madurez, la que la elevó al panteón, vio la luz en la que puede denominarse época dorada de las letras catalanas durante el franquismo: a partir de finales de los años cincuenta, una tímida apertura cultural permitió la publicación en catalán, que había estado prohibida. Se crearon premios literarios, y diversos autores que se habían pasado al castellano o vivían en el exilio volvieron a publicar en su lengua materna. Mercè Rodoreda juega en la liga de los titanes, como sus admirados Thomas Mann, Marcel Proust, Virginia Woolf o Rosa Chacel. Como ellos, fue una renovadora de la literatura En pocos años, vieron la luz obras tan fundamentales para la cultura catalana como Incierta gloria (1956), de Joan Sales –que, además, como fundador del sello Club Editor, era el editor de Rodoreda y otros muchos autores de renombre–; K. L. Reich (1963); el imprescindible testimonio de los campos de concentración nazis de Joaquim Amat-Piniella; Bearn o La sala de las muñecas (1961), de Llorenç Villalonga; el Libro de caballerías (1957) y Las historias naturales (1960), de Joan Perucho, representante ineludible del género fantástico catalán; diversos volúmenes de cuentos del maestro de las distancias cortas Pere Calders; y la ya mencionada La plaza del Diamante (1962), la primera de las grandes novelas rodoredianas, que no ganó el Premio Sant Jordi, al que había enviado el manuscrito – Josep Pla , miembro del jurado, la consideró demasiado “cursi”–, pero con el tiempo ha prevalecido como un clásico trascendental. Y la mejor noticia es que Rodoreda no solo no termina ahí, sino que, escritora terca e insaciable, continuó creciendo, continuó expandiendo su mapa. Espejo roto la vuelve a mostrar en plenitud con una saga familiar hipnótica, asfixiante y cautivadora, con unos personajes difíciles de olvidar y unas escenas de tal evocación lírica que dejan huella en la memoria. Oscura, porque no cabe otra forma honesta de escribir desde el desgarro de la guerra, desde la distancia de la familia –había dejado en Barcelona a su madre y a su hijo, fruto de un desdichado matrimonio de juventud con un primo de la familia, el “indiano retornado”, un episodio al que ella no hacía alusión y del que se ha ido revelando información en los últimos años–, escribir desde el desamor, desde la realidad de una Europa ilustrada que dio fruto, sin embargo, el más terrible horror humano. El mundo que Rodoreda conoció no era amable; tampoco su literatura lo es, por mucho que las flores o la descripción de la feminidad se hayan tachado a veces de sensibleras. Todo integra un paisaje mítico que se va apagando, reflejo del espíritu de unos tiempos, de un sentir de la existencia humana. En sus cartas desde el exilio , mientras bregaba por volver a escribir y a publicar, se definía como una “bestia literaria” que volvería al ruedo haciendo una “entrada de caballo siciliano”. “No habrá quien me pare”, aseguraba, y tenía razón. Y no solo escribía: en aquel tiempo también comenzó a pintar . Hace muchos años que se la estudia en las universidades y que cuenta con numerosos lectores asiduos, pero, en muchos sentidos, Rodoreda sigue siendo un pozo sin fondo, una caja de secretos que nunca se termina de descifrar. O, mejor, un cofre del tesoro del que no cesan los nuevos hallazgos, las nuevas lecturas a la luz del presente, de la mirada fresca de los jóvenes. Ahora le llega el turno a la edición en castellano de esta novela familiar espléndida, esta “batalla que no pueden saber si es de amor o si es de odio”. Lo que en sus páginas es “felicidad perdida” será “felicidad encontrada” para el lector.

Paseo por la especulación inmobiliaria en Madrid a través de sus fachadas: "La gente que resiste se distingue por las ventanas"

Paseo por la especulación inmobiliaria en Madrid a través de sus fachadas: "La gente que resiste se distingue por las ventanas"

El Grupo de Estudios Urbanos y el Sindicato de Inquilinas recorren los efectos de fondos buitre en el barrio de Puerta del Ángel: hoteles de rosa con rentabilidad dudosa, negocios gentrificadores de suerte dispar o pisos en los que los alquileres temporales sustituyen a los vecinos habituales de una zona entre el centro y la periferia La crisis de vivienda reabre la herida de los 1.860 pisos protegidos que Ana Botella vendió al fondo buitre Blackstone “Abajo, en el río, se veían turistas en bicicleta. Aquí, ni eso. Este edificio de rosa está en una zona no tan cercana al centro ni a esa parte de la M-30 que se soterró y se renaturalizó. Es todavía más artificial, pero también tiene efectos similares en el precio de los alquileres”, cuenta el investigador Javier Gil. Es una de las paradas más insólitas del paseo que miembros del Grupo de Estudios Urbanos (GECU) y del Sindicato de Inquilinas de Madrid protagonizaron el pasado jueves 6 de noviembre por Puerta del Ángel, como parte de la conferencia internacional Cartografías del trabajo plataformizado en la ciudad digital . La casa rosada al estilo Barbie se complementa con bombillas a lo terraza indie en un recibidor aséptico que da cuenta de la falta de alma del espacio. Es el ejemplo perfecto del particular proceso inmobiliario que vive este barrio del distrito de Latina: una gentrificación artificial, casi inexistente. Los negocios que la causan no terminan de arrancar; sus consecuencias, sí. “Empezaron poniendo la noche a 150 euros. Ahora van por 80. Y aun así normalmente está vacío y quien viene está más bien trabajando que saliendo a ver la ciudad”, comenta sobre el hospedaje Alberto Crespo, miembro del Sindicato de Inquilinas que prepara una tesis doctoral sobre la situación de la vivienda en esta área al oeste de la capital. Más allá de estos hostales, un vistazo rápido a portales inmobiliarios muestra un bajo de menos de 40 metros cuadrados a 1000 euros, por el que hace unos años ningún casero hubiera podido cobrar más de 400 euros mensuales. Para alquilar algo más grande, una vivienda de menos de 90 metros cuadrados en la calle Caramuel, es necesario desembolsar casi 2.000 euros al mes. Su precio antes hubiera rondado los 800-900 euros en el peor de los casos. En una misma calle, un edificio tradicional frente a uno de los construidos para nómadas digitales o estudiantes de carísimos posgrados que están de paso. Javier Gil comenta que uno de los negocios adquiridos por el fondo buitre Madlyn (el gran tenedor que hizo de Puerta del Ángel su campo de pruebas), una antigua administración de Lotería, lleva dos años cerrada. “Prefieren eso a que abra otro comercio similar de los que no contribuye a la transformación del barrio. Buscan cosas como la cafetería y el restaurante que sí les funcionan en el Mercado de Tirso de Molina, administradas por un fondo propietario también de la Sala Equis del centro de Madrid. Ese es el modelo que intentan exportar a todo el barrio”, expone. Fachada del Mercado de Tirso de Molina, en el barrio de Puerta del Ángel y el distrito de Latina. La de esta parte de Puerta del Ángel es una historia de alquileres tensionados por el humo, por la nada. Otras zonas del barrio o de otros entornos, caso de Legazpi, sí pueden encontrar una correlación directa entre la mejora de las infraestructuras, las comunicaciones y la disposición de zonas verdes que supuso el soterramiento de la M-30 con el auge del precio de la vivienda. En la calle Caramuel y otras muchas vías de alrededor, sin embargo, Madlyn se ha encargado de elevar los alquileres medios comprando edificios de propiedad vertical (con un único casero en todos los pisos) que luego reconvierte: negocios “de moda” en los bajos y alquileres de temporada en las viviendas. El número 14 es un gran ejemplo, con una vinoteca ya clausurada a la que siguen en pisos posteriores varias plantas en las que los ventanales reformados dan cuenta de los pisos en los que se ha producido un reemplazo. Conforme cumplían los contratos, Madlyn imponía subidas inasumibles o directamente no ofrecía posibilidad de renovación. “Las que no se han renovado son las de inquilinos que aguantan, en este caso por renta antigua. La gente que resiste se distingue por las ventanas”, insiste Alberto. La vinoteca clausurada en el 14 de Caramuel, durante la visita del pasado jueves. En otras ocasiones quienes se quedan lo hacen con mayor dificultad. En la calle Juan Tornero, a pocos metros de un local que servía de centro de operaciones de Madlyn antes de que la presión vecinal les obligara a mudarse, solo dos ventanas están sin reformar, ambas en la planta superior. “Uno de los vecinos ha emprendido la estrategia nos quedamos , con el respaldo del Sindicato de Inquilinas. Acreditas que sigues pagando la cantidad que abonabas antes de la subida o la amenaza de expulsión, así como la falta de alternativa habitacional. Eso suele dar pie a un proceso judicial de unos tres años, en los que estás depositando la pasta en el juzgado ya que el dueño no la acepta. Esa falta de ingresos por parte del propietario a la vez que el inquilino sigue cumpliendo con sus obligaciones reduce la diferencia de poder entre ambos”, dice Alberto Crespo. En Puerta del Ángel hay actualmente dos bloques en lucha, esos en los que todos o la gran mayoría de vecinos se organizan contra un proceso de expulsión inminente o ya en marcha. Uno de ellos se da en la calle Antonio Zamora, en cuyos ventanales una pancarta recoge el mensaje “no nos vamos, nos quedamos”. La cosa va de ventanas. El edificio se enfrenta al intento de desahucio por parte del fondo de inversión Dolamer S.L. Mercedes Hoces Moreno, una de las mujeres más ricas de España y máxima accionista del Grupo Planeta, participa de esta entidad que pretende echar a diez familias sin ni siquiera plantearles la posibilidad de pagar más. “Quiere poner alojamientos turísticos”, dice Javier Gil. Bloque en lucha de la calle Antonio Zamora. Frente a otro de esos edificios de colorines marca Madlyn, el académico desgrana el proceso que ha llevado a la dramática situación actual de la vivienda. Cambios legislativos promovidos por los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, apenas corregidos durante la presidencia de Pedro Sánchez (todavía menos en esta última legislatura, en la que “Junts bloquea que se aumenten los controles sobre el uso fraudulento de los alquileres de temporada aplicados a inquilinos permanentes”). Transformaciones que en Madrid intensificaron los Gobiernos autonómicos y municipales, con operaciones como la venta de 1.800 viviendas del parque público al fondo buitre Blackstone durante la alcaldía de Ana Botella. Modificaciones que, ante la crisis hipotecaria y bancaria, facilitaron una “dinámica especulativa” no necesariamente provocada por la falta de oferta o la gran demanda. “Estamos viendo que las prácticas llegan incluso a zonas en las que se pierde población. La vivienda es un sistema de expectativas, disociado del valor real del objeto”, recalca Javier Gil. Momento de inicio del paseo urbano en el Puente de Segovia. Es un asunto de expectativas. El relato de un ecosistema de moda que es, o parece, apropiado para “nómadas digitales”: profesionales de sectores como la tecnología y las finanzas, trabajadores eventuales o estudiantes de caros cursos de posgrado que pueden pagar hasta 1.500 euros al mes por una habitación con baño y una minicocina. Con eso juegan los fondos que operan en Puerta del Ángel. Por eso, los perfiles más pudiantes, que no terminan de asentarse, conviven con clases populares o trabajadores de sectores más precarizados. Igual que este barrio impulsado eminentemente por emigrantes extremeños y andaluces abandonó su condición de extrarradio sin abrazar del todo la de centro, sus habitantes viven ahora una suerte de extraño equilibrio entre las consecuencias de la especulación y la resistencia de su idiosincrasia. En el Mercado de Tirso de Molina, en pleno proceso de peatonalización, la cafetería y el restaurante gentificadores funcionan con buen rendimiento. A pocos metros, sin embargo, una pizzería de perfil similar aguantó pocos meses operativa. Bares de toda la vida y una tintorería de cartelería cañí hablan de un tiempo que se resiste a ser historia. Cosas de un tira y afloja continuo. Ese que se ve también en los marcos erosionados de las fachadas, las ventanas de los pisos abandonados por una propiedad que se resiste a reformarlos si sus inquilinos no claudican antes. Gente que solo quiere abrir puertas y ventanas para ventilar sus casas o para saludar a sus vecinos.

La oposición en bloque convierte el Presupuesto "histórico" de Moreno en una enmienda a toda su gestión sanitaria

La oposición en bloque convierte el Presupuesto "histórico" de Moreno en una enmienda a toda su gestión sanitaria

Por primera vez en esta legislatura, y a pocos meses para las elecciones, Vox presenta una enmienda a la totalidad a las cuentas andaluzas para 2026, junto con el resto de partidos de izquierdas. El Presupuesto supera el primer trámite parlamentario con el voto en solitario del PP El Gobierno andaluz consagra a la sanidad un tercio de sus Presupuestos para un año electoral marcado por la crisis de cribados La oposición en bloque al Gobierno de Juan Manuel Moreno -PSOE, Vox, Por Andalucía y Adelante Andalucía- ha dado un portazo a los Presupuestos Autonómicos para 2026, el último de la legislatura, tachándolo de “ficticio” y “electoralista”. La proximidad de las elecciones andaluzas, previstas para la próxima primavera, ha endurecido el discurso de todos los partidos, incluido Vox, que por primera vez en esta legislatura ha presentado una enmienda a la totalidad a las cuentas de Moreno. El rechazo unánime de toda la oposición no ha evitado que el Parlamento apruebe los números del Ejecutivo andaluz con el voto en solitario del PP, que cuenta con una holgada mayoría absoluta (58 diputados de 109). Sus adversarios políticos sabían que la votación estaba perdida, de modo que han usado las más de seis horas de debate como caja de resonancia para hacer oír sus críticas furibundas contra Moreno, el favorito en las encuestas para repetir como presidente de la Junta. Para ello, las izquierdas y Vox se han servido del mismísimo Presupuesto andaluz -con sus grandes cifras “históricas” de gasto en hospitales, centros de salud y aumento “récord” de plantilla- para hacer una enmienda a la totalidad a la gestión sanitaria de Moreno, hoy duramente contestada en la calle, con miles de personas manifestándose en las ocho provincias andaluzas. El debate de Presupuestos ha sido, sobre todo, un debate sobre la sanidad, el pilar del Estado de bienestar, la principal competencia de la Junta, la mayor partida de gasto público, y la más herida de todas, con daños estructurales reconocidos por el propio Ejecutivo autonómico. “Mayoría de estabilidad” Los Presupuestos han superado el debate de totalidad con propuesta de devolución al Gobierno y continúan su tramitación parlamentaria, sin baches en el camino, para su aprobación definitiva en diciembre. La portavoz y consejera de Hacienda, Carolina España, ha puesto mucho énfasis en defender este hecho en sí mismo, síntoma de la “estabilidad política de Andalucía”, que es una anomalía en el Congreso de los Diputados y en la mayoría de las comunidades. Aquí, sin embargo, ha tropezado con un adversario inusual, que hoy defendía su primera enmienda a la totalidad en cuatro años: “¿A un andaluz que está en una lista de espera para un médico le preocupa la estabilidad del Gobierno de Moreno Bonilla?”, se ha preguntado el portavoz de Vox, Manuel Gavira, para, acto seguido, responderse: “No me venga con eso, no tome por ingenuos a los andaluces, no es creíble”. El pulso entre PP y Vox no ha aportado misterio a un debate que el Gobierno ya tenía ganado, pero sí cierto interés prospectivo: las encuestas auguran que la ultraderecha crecerá en intención de voto en detrimento de los populares, que podrían perder su mayoría absoluta y estar abocados a volver a pactar con Vox. Incluso cogobernar con ellos, como han planteado ya los de Santiago Abascal. España se ha esforzado especialmente en rebatir los ataques de sus antiguos socios asimilándolos al PSOE. “No son lo mismo, pero buscan lo mismo: destruir el Gobierno de Moreno. Están con la izquierda, con sus compañeros de enmiendas. Y ahora, además, se han puesto detrás de la pancarta”, les ha afeado la consejera, por su apoyo a las manifestaciones sanitarias. Gavira, que ha enfocado todo el debate como un preámbulo de campaña, ha augurado que “ni un voto de Vox se va al PP, porque aún saben por qué dejaron de votarles”. “Ustedes han defraudado: ni presupuestan ni ejecutan. Dentro de unos meses se van a llevar una sorpresa”, ha sentenciado. El discurso del portavoz ultraderechista se ha centrado en comparar a los de Moreno con el PSOE, y le ha acusado de rehuir todas sus responsabilidades de gobierno, apelando siempre a lo que hicieron los socialistas “hace ya ocho años”. “Siempre se tienen que esconder detrás de ellos cuando hacen las cosas mal”, ha afirmado Gavira, para afearles que “llevan siete años gestionando y no se han fijado en los protocolos” de los cribados de cáncer de mama que ha provocado la mayor crisis de gobierno desde 2018, con la dimisión de la consejera de Salud y el cese de media docena de altos cargos en este departamento. Montero, la protagonista ausente La mayoría absoluta del PP en el Parlamento protege al Gobierno andaluz de las embestidas de la oposición: este jueves tumbará, por tercera vez, la solicitud registrada por las izquierdas para crear una comisión de investigación sobre sanidad, en este caso, sobre la crisis de los cribados de cáncer de mama. La consejera de Hacienda ha defendido con cierta comodidad (y a ratos con parsimonia) sus números, dejando para los turnos de réplica las duras contraofensivas para atizar a sus adversarios, sobre todo al PSOE, con salpicaduras constantes al Gobierno de Pedro Sánchez. Una vez más, la protagonista ausente de este debate ha sido la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rival de Moreno en las andaluzas, a la que el PP imputa todos los males políticos y financieros de la comunidad. “La ministra más independentista”, ha bromeado España, tras afearle los “privilegios” que otorga a Catalunya en detrimento de Andalucía. Esta vez Montero se ha hecho partícipe, desde la distancia, al convocar para el próximo lunes el Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde se sentará con sus homólogos en las comunidades para hablar de los próximos Presupuestos Generales, y de la reforma del sistema de financiación (una reclamación de todos los gobiernos autonómicos). De entrada, la ministra les ofrecerá algo que ya vienen reclamando desde hace semanas, sobre todo en Andalucía, que cuenta con estabilidad para aprobar sus cuentas sin problema: se trata de la propuesta de reparto de déficit entre administraciones. Un dato necesario para aprobar el techo de gasto y la senda fiscal, los dos primeros escalones para diseñar los Presupuestos Generales del Estado de 2026. La Junta ha diseñado sus números sin conocer estos grandes datos, planteando un equilibrio financiero entre ingresos y gastos, como marca indeleble del liberalismo que apadrina el PP. España no ha rehuído las críticas a la gestión sanitaria, que una y otra vez volvía a pasar por la tribuna como un boomerang. “Nos encontramos una sanidad destrozada hace siete años”, ha dicho, acusando a la oposición de “falsear datos”. Sobre la crisis de los cribados de cáncer, la consejera ha asegurado que está “en vías de solucionarse”, y ha matizado que antes se hacían 200.000 y ahora se hacen casi 500.000 al año. “Por lo menos reconozcan eso”, ha dicho, para acusar al PSOE de “estar usando el dolor de las víctimas del cáncer”. La consejera ha citado a Amama, la asociación que destapó el escándalo de los cribados, afeándole que se haya posicionado “a gusto con María Jesús Montero y haya acusado al Gobierno andaluz de violencia institucional”. “¡Por favor!”, ha clamado. La consejera de Hacienda, Carolina España, conversa con Moreno y el consejero de Sanidad, Antonio Sanz. Moreno ha tratado esta semana de hacer cómplice a los andaluces de esa comodidad parlamentaria de la que ha disfrutado el PP en estos cuatro años de legislatura, es decir, una mayoría absoluta que ha rebautizado como “mayoría de estabilidad”. “Si se perdiera la mayoría absoluta, los andaluces no son conscientes de lo que pierden. Y no lo digo por mí, sino por aprobar presupuestos y leyes, vender estabilidad y confianza fuera de Andalucía, sería más difícil de hacer, la prueba está en nuestros primos hermanos de Extremadura”, dejó dicho el presidente andaluz durante la presentación de su libro Manual de convivencia. La vía andaluza (Espasa). En las encuestas, esa mayoría del PP está amenazada por el auge de Vox, que en el tiempo de descuento de la legislatura ha pasado de las amenazas a los hechos, lanzando su primera enmmienda a la totalidad a un Presupuesto, y pidiendo públicamente la dimisión de Moreno por los fallos en el plan de prevención precoz del cáncer de mama, que ha dejado a más de 2.300 mujeres (según cifras de la Junta) sin información sobre un diagnóstico tardío y dudoso. Más de 51.000 millones de euros Las macrocifras del Presupuesto andaluz que sirven de vehículo a las prioridades políticas de Moreno para 2026, año electoral, son contundentes: dopadas por fondos estatales provenientes del crecimiento económico del país (traducidos en más consumo y una mayor recaudación fiscal), las cuentas alcanzan una cifra récord de 51.597,9 millones de euros -más que el de una docena de países de la UE-, y casi un tercio va destinado a la sanidad: 16.275 millones. Y la sanidad es lo que ha centralizado el debate de totalidad, con la consejera de Hacienda ensalzando los grandes números de hospitales y profesionales, y toda la oposición contestándole que esas cifras son “irreales”, porque no se ejecutan del todo, y que además “camuflan” el dinero que la Junta destina a la sanidad privada. No a través de los conciertos, que sí están desglosados en el Presupuesto, y que sirven a los de Moreno para negar las acusaciones de “privatización” que esgrime la izquierda. El porcentaje en conciertos sanitarios apenas supera el 3% del presupuesto de la Consejería de Salud, mientras que en épocas de gobiernos socialistas -hace casi ocho años de esto- alcanzaron el 5%. Este porcentaje, sin embargo, no incluye el gasto que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) destina a las clínicas privadas a través de la contratación a dedo en todas sus variantes (contratos de urgencia, de emergencia, basados sin publicidad...). El cómputo total de gasto sanitario para empresas privadas (hospitales, farmacéuticas, aseguradoras, suministros...) asciende a 4.656 millones de euros, un 72% más que cuando llegó el PP al poder, según el PSOE. Pero la oposición de izquierdas no ha puesto el acento de su intervención en los números fríos, sino en las emociones: ha hablado de la gente que hace cola para el médico, las esperas para operarse, los dos millones de andaluces que se han sacado un seguro privado, las enfermas de cáncer que recibieron tarde sus diagnósticos, la ansiedad del personal sanitario “agotado”, que “sale llorando de sus turnos”... Para las izquierdas, el debate de totalidad del Presupuesto de 2026 ha sido una enmienda al discurso “grandilocuente” de Moreno sobre la sanidad. Ni siquiera han entrado a discutir los grandes números, al contrario, basándose en las mismas cifras récord que promociona el Gobierno andaluz, PSOE, Por Andalucía y Adelante han reprochado al PP su “incapacidad” para gestionar la sanidad, y de usar todos esos fondos para “abultar la cuenta de resultados de sus amigos en la sanidad privada”. La consejera no se ha cansado de repetir que es “absolutamente falsa la privatización”. “No dicen una verdad ni al médico”, ha sentenciado. La portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, ha denunciado que el Presupuesto de 2026 es “idéntico” al de este ejercicio y, por tanto, “comete los mismos errores”. También ha insistido en que decir que existe un “récord histórico de privatizaciones no es un bulo”. Nieto ha cuantificado en mil millones de euros “el trasvase de dinero público a la educación concertada”, y más de un millón de andaluces los que han sido derivados a clínicas y hospitales privados para hacerse pruebs diagnósticas. “Nunca antes había pasado”, ha remachado. Entre las izquierdas hay un punto de confluencia en el discurso contra Moreno: “Nunca tuvo tanto dinero la Junta y nunca Andalucía se ha sentido tan desprotegida. No es una cuestión de dinero, sino de modelo”, han repetido los tres portavoces de PSOE, Por Andalucía y Adelante. A la diputada de Adelante Andalucía, Begoña Iza, le ha tocado el último turno, pasadas las diez de la noche, para reiterar las mismas críticas que el resto de fuerzas. Iza ha reprochado a la consejera que en sus réplicas le hable del PSOE y del Gobierno de Sánchez. “Entiendo que esté usted ya cansada, pero nosotros no somos del PSOE”, ha advertido. El viceconsejero de Sanidad El reciente nombramiento del viceconsejero de Sanidad, que compaginaba su puesto como vicepresidente en la Diputación de Granada (PP), en la tenencia de alcalde de Motril, y en la dirección de un hospital privado ha sobrevolado todo el debate. “Puertas giratorias y trampolín entre despachos del SAS a la privada y vuelta”, han machacado los socialistas. El Gobierno de Moreno ganó la votación -ganó todas las votaciones de este miércoles en el Parlamento, también el debate de totalidad de la Ley de Universidades y un decreto ley con ayudas a municipios afectados por la dana-, pero la oposición ganó los debates. En todos ellos, ya se hablara de la plantilla docente y la financiación de las universidades o de subvenciones para ayuntamientos de pueblos afectados por la riada- se filtró una y otra vez el debate sanitario. Se habló de la crisis de los cribados, aprovechando que el consejero de Presidencia y responsable de las Emergencias en Andalucía, Antonio Sanz, es desde hace un mes responsable de Sanidad. La presentación de los números ha sido respondida por los grupos de oposición, de mayor a menor. Desde la segunda frase de su discurso, la portavoz del PSOE en Hacienda, Alicia Murillo, ha apuntado a la crisis de los cribados, y señalado a Moreno como “la gran mentira”. “Ha prometido 1.200 sanitarios nuevos para paliar esta crisis, y en este Presupuesto faltan más de 900. Es un bulo. Su gestión es inútil, incapaz e insensible”, ha asegurado. Los socialistas han irrumpido con un discurso durísimo, para contestar el alegato que el presidente andaluz hizo en el XVII Congreso del PP-A, el pasado fin de semana, cuando presentó a su partido como el gran valedor de los servicios públicos del Estado de bienestar, pidiendo a los suyos a que salieran a la calle, “sin complejos”, a defender su gestión. “Hay colas en la calle para conseguir citas del médico. Hay colas para todo”, ha reiterado Murillo, para concluir que “la crisis de los cribados es, después del Covid, la mayor crisis sanitaria que ha vivido esta tierra”. El debate lo ha cerrado el PP, único partido que no ha presentado una enmienda a la totalidad, y que ha cargado duramente contra el resto de fuerzas por “crispar” el diálogo parlamentario. “Con esas actuaciones camorristas que exihen, sólo han venido a repetir esa matraca falsa de la privatización de la sanidad”, se ha lamentado el portavoz popular, Toni Martín.

Las dos sentencias ya están en liza antes de que el juicio al fiscal general se declare 'visto para sentencia'

Las dos sentencias ya están en liza antes de que el juicio al fiscal general se declare 'visto para sentencia'

Fue la exresponsable de la Abogacía del Estado, Consuelo Castro, defensora del fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, quien cazó este miércoles día 12, a los peritos y al teniente coronel Antonio Balas en un punto que este cronista ya había señalado como esencial en la cadena de acontecimientos y que ha brillado por su ausencia.

¿Radical? Sí, ¿y qué?

¿Radical? Sí, ¿y qué?

A Mamdani la autenticidad y la franqueza le han funcionado muy bien en Nueva York. No veo ninguna razón para dejarle a Trump y al trumpismo el monopolio del hablar claro y el proponer abiertamente lo que se piensa que debe hacerse Mamdani y los ejes partidos de la izquierda No cuente conmigo para nada “, acaba de decirle Núñez Feijóo a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Así como suena: no cuente conmigo ni tan siquiera para asuntos que el sentido común y el interés general indican que yo debería aprobar, como, por ejemplo, propuestas gubernamentales que puedan ir vinculadas a la recepción por parte de España de un pastizal de fondos europeos. No me sorprende, por supuesto, el obstruccionismo del político gallego: es un cenizo compulsivo que, desde el primer instante de esta legislatura, no ha hecho otra cosa que anunciar la inminencia del Apocalipsis y pedir elecciones anticipadas. Tampoco me sorprende el silencio cómplice con el que responden a sus bravatas aquellas almas de cántaro que tienen su fondo de comercio en la denuncia de la llamada polarización. Ya sé que para el centro-centro la polarización es un pecado que solo cometen las izquierdas, jamás las derechas. Feijóo y su faro de Alejandría, don Santiago Abascal, pueden subirse a la tribuna del Congreso, como volvieron a hacer ayer, y acusar a Sánchez de mentiroso, traidor, desleal, corrupto, vendepatrias y hasta proxeneta. Pueden reírles las gracias todos los días a la Isabel Díaz Ayuso que inventó lo de Sánchez, hijo de fruta. Pueden ser comprensivos con los jóvenes ultras que asaltan sedes socialistas o invaden universidades cantando el Cara al sol . Pueden anunciar que entrarán en RTVE con el lanzallamas o la motosierra para convertirla en un medio consagrado a los toros, el folclore y la propaganda derechista como Telemadrid o Canal Sur. Pueden hacer lo que quieran, que nada de ello es polarización. Las almas de cántaro del centro-centro consideran, en cambio, que apaciguar la crisis catalana con medidas de gracia, desear cicatrizar las heridas del franquismo, intentar combatir la crisis climática o proponer la salvación de la sanidad y la educación públicas mediante subidas de impuestos a las grandes fortunas son intolerables muestras de polarización . Expresiones desaforadas de un radicalismo que nos sitúa nuevamente al borde de la guerra civil. A Mark Twain se le atribuye la idea de que la Historia no se repite, pero a veces rima. Pues sí, la doble vara de medir sobre expresiones y actuaciones políticas que ahora padecemos ya la sufrió nuestra desdichada Segunda República. De ella fue la culpa del golpe de Estado de julio de 1936, dicen las derechas y las almas de cántaro de ese centro-centro al que le gusta disfrazarse como la Tercera España . Fue el radicalismo republicano, ese querer separar la Iglesia del Estado, ese pretender darles tierras a los campesinos pobres, esa voluntad de alfabetizar a los niños, lo que obligó a militares, obispos, banqueros y terratenientes a sublevarse con las armas en la mano. No les quedó más remedio. Como ahora es el radicalismo del PSOE y Sumar lo que justifica que tantos jueces de derechas se hayan visto obligados a hacer política antigubernamental, que tantos medios de comunicación conservadores hayan adoptado la línea editorial de El Alcázar , que el Madrid de Ayuso se declare en manifiesto estado de insumisión frente a La Moncloa y que el supuestamente moderado Feijóo sea ovacionado por sus diputados tras reiterar que el Gobierno de España no puede contar con él para nada. Nada de esto es excesivo e inquietante, todo es sumamente justo y necesario. Les confieso que, llegados a este punto, me pregunto: ¿y si las izquierdas nos dejáramos de una puñetera vez de rodeos, eufemismos y circunloquios? ¿Y si llamáramos al pan, pan y al vino, vino? ¿Y si perdiéramos miedos y complejos como han hecho exitosamente las derechas en los últimos lustros? ¿Y si recordáramos que la palabra radical no es originalmente peyorativa, que ser radical es ir a la raíz de las cosas, no conformarse con el maquillaje de situaciones injustas sino buscar su profundo cambio? A Zohran Mamdani la autenticidad -sí, soy inmigrante, de religión musulmana e ideales socialistas- y la franqueza -sí, quiero autobuses gratuitos y alquileres asequibles, y lo pienso financiar subiéndole los impuestos a los ricos- le han funcionado muy bien en Nueva York. No veo ninguna razón para dejarle a Trump y el trumpismo el monopolio del hablar claro y el proponer abiertamente lo que se piensa que debe hacerse.

Nogueras y el presidente desnudo

Nogueras y el presidente desnudo

Es puro relato pretender que los de Junts no saben lo que dicen y acabarán pactando y, además, contraproducente, ya que no tomándolos en serio no se hacen amigos nunca Señor, (...) dígovos que o yo só çiego, o vós desnuyo ides. Infante don Juan Manuel Hoy los tejidos color ilusión se tejen con la prisa del sustentador del poder o del hacedor de candidatos. Hoy no son los pobres o los rústicos los que no pueden ver el rico brocado que cubre al rey sino los tachados de fachas que se niegan a reconocer la magnificencia con que luce un presidente sin respaldo. Hans Christian Andersen tejió su relato basándose en otros anteriores como el ejemplo 32 de los recogidos en El Conde Lucanor. Quiere decirse que en España ya les íbamos por delante en el arte de narrar con moraleja. Así que ayer Míriam Nogueras asumió el papel del niño que grita al paso del rey: “¡Pero si va desnudo!, con la diferencia de que no lo hace con la inocencia de la infancia sino con la retranca del que ha tirado de los ropajes hasta arrancarlos. ”Esta relación se ha acabado“ reiteró formalmente por, al menos, tercera vez. ”No puede escapar de decirnos cómo piensa gobernar sin la mayoría que necesita“, señaló desde la tribuna y dejó desnudo cualquier relato que los que se dedican a ello quieran superponer. Porque esa es, en efecto, la principal necesidad que acecha al Gobierno, decirnos cómo va a hacer para gobernar dos años en minoría parlamentaria. Todo lo demás es hojarasca. Es puro relato pretender que los de Junts no saben lo que dicen y acabarán pactando y, además, contraproducente ya que no tomándolos en serio no se hacen amigos nunca. Es una pretensión vacía defender el estado del bienestar y lo público sin poder aprobar ni leyes ni decretos-ley que contribuyan a ese fin. Todo queda en total suspenso. Las leyes de Bolaños para lograr una Justicia domesticada, no saldrán. Incluso si judicialmente te vienen mal dadas, nada podrás reformar (loado sea). No se podrá pagar el precio que nadie ponga ni nadie podrá ponerle ya precio a un apoyo que resultará baldío. Esta relación se ha acabado. Oírlo y no aceptarlo es siempre patético. Es más no te acerca nunca al que decidió romper y te pone en muy mala situación para recuperarte tu mismo del golpe. Vivimos en una democracia parlamentaria. Todo gira en torno al parlamento. La legitimidad del gobierno procede del parlamento. Y el presidente lleva razón: “la suerte de mucha gente depende de lo que aquí se aprueba”, por eso es tan incomprensible pretender que la suerte de tanta gente pueda quedar congelada durante tanto tiempo. Sánchez llevaba razón también cuando le decía a Rajoy en 2018 que “sin presupuestos no hay nada que gobernar” pero es que, además, sin mayoría no hay con quien gobernar. Todo lo demás, lo contaba mejor Andersen. Y que sí, que Ayuso es un horror, que está transformando en un horror capitalista Madrid, que apoya hasta al de Ryanair, pero las consecuencias de eso las dirimiremos los madrileños y compete a Óscar López convencer a los más posibles de que su propuesta es mucho mejor. Que lo de las mamografías es un horror, que Mazón es un tipo terrible que hasta yéndose lo ha hecho mal y que hasta Feijóo te puede parecer un mindundi, pero que nada de eso cambia el hecho fehaciente de que te has quedado sin mayoría en las Cortes. Solo en un país presidencialista esto es una complicación que no determina el mandato presidencial, pero España no lo es. Ningún primer ministro puede continuar adelante con minoría parlamentaria. Vamos, es tan obvio que sin el control de la Mesa y de la presidencia la derecha se podría hinchar a legislar ante sus propias narices. “Esta relación se ha acabado”. No es momento de sacar los trapos sucios del vecino ni de contar que aquel otro pretendiente es un indeseable ni de intentar culpar a todos de tu soledad. En todo caso no sirve para nada. Es un esfuerzo estéril. “Utilizar el miedo de la gente a un gobierno de derechas español para justificar un apoyo a cambio de nada es indecente” ha señalado con el dedito Nogueras. Uno puede desear lo que sea -que siga gobernando Sánchez-, uno puede temer lo que sea -que Vox toque poder- uno puede ser líder en esperanza, pero en un sistema de democracia parlamentaria el número de diputados que te respalda es el número áureo de tu realidad. ¿Con qué objeto arrastrar a todas esas gentes cuyo futuro y bienestar depende de lo que emane de la soberanía nacional a una parálisis tamaña? ¿Qué interés general se puede esgrimir para hacerlo? No vale lo del estado del bienestar y el patriotismo, ya hemos visto que sin poder convertir en norma nada es papel mojado. En puridad la salida constitucional a este impasse, que no es una parada técnica, es o someterse a una moción de confianza o convocar elecciones. Todo lo demás no será sino un esfuerzo titánico por aguantar sentado para que no se siente otros, con la seguridad además de que tu resistencia solo hará crecer a los menos deseables de todos. Que en las autonomías del PP, fatal. Pues ya votarán los señores de esas autonomías. Que sacar una foto del jefe de la oposición de hace décadas, cuando te están sacando cintas en las que una de tus militantes afirma que cohechan y amenazan y extorsionan en tu nombre, es un poco traído por los pelos. Que pensar que con mera voluntad cambia la inestable situación real es casi milagro de taza de Mister Wonderful. Yo, particularmente, no le veo salida a esta agonía que no pase por la lógica constitucional. “Usted quiere anclarse al poder”, la del dedo delator se viene arriba. A fin de cuentas, aunque Nogueras no sea una niña inocente cuando señala a Sánchez, la moraleja del cuento sigue siendo la misma: No siempre lo que grita la mayoría coincide con la realidad... ya si la que grita es una minoría, ni te cuento. Sánchez va desnudo de diputados, aunque como el rey del relato levante digno la cabeza y siga marchando hacia adelante ¿por cuánto tiempo puede hacerse eso en democracia?

Nogueras y el presidente desnudo

Nogueras y el presidente desnudo

Es puro relato pretender que los de Junts no saben lo que dicen y acabarán pactando y, además, contraproducente, ya que no tomándolos en serio no se hacen amigos nunca Señor, (...) dígovos que o yo só çiego, o vós desnuyo ides. Infante don Juan Manuel Hoy los tejidos color ilusión se tejen con la prisa del sustentador del poder o del hacedor de candidatos. Hoy no son los pobres o los rústicos los que no pueden ver el rico brocado que cubre al rey sino los tachados de fachas que se niegan a reconocer la magnificencia con que luce un presidente sin respaldo. Hans Christian Andersen tejió su relato basándose en otros anteriores como el ejemplo 32 de los recogidos en El Conde Lucanor. Quiere decirse que en España ya les íbamos por delante en el arte de narrar con moraleja. Así que ayer Míriam Nogueras asumió el papel del niño que grita al paso del rey: “¡Pero si va desnudo!, con la diferencia de que no lo hace con la inocencia de la infancia sino con la retranca del que ha tirado de los ropajes hasta arrancarlos. ”Esta relación se ha acabado“ reiteró formalmente por, al menos, tercera vez. ”No puede escapar de decirnos cómo piensa gobernar sin la mayoría que necesita“, señaló desde la tribuna y dejó desnudo cualquier relato que los que se dedican a ello quieran superponer. Porque esa es, en efecto, la principal necesidad que acecha al Gobierno, decirnos cómo va a hacer para gobernar dos años en minoría parlamentaria. Todo lo demás es hojarasca. Es puro relato pretender que los de Junts no saben lo que dicen y acabarán pactando y, además, contraproducente ya que no tomándolos en serio no se hacen amigos nunca. Es una pretensión vacía defender el estado del bienestar y lo público sin poder aprobar ni leyes ni decretos-ley que contribuyan a ese fin. Todo queda en total suspenso. Las leyes de Bolaños para lograr una Justicia domesticada, no saldrán. Incluso si judicialmente te vienen mal dadas, nada podrás reformar (loado sea). No se podrá pagar el precio que nadie ponga ni nadie podrá ponerle ya precio a un apoyo que resultará baldío. Esta relación se ha acabado. Oírlo y no aceptarlo es siempre patético. Es más no te acerca nunca al que decidió romper y te pone en muy mala situación para recuperarte tu mismo del golpe. Vivimos en una democracia parlamentaria. Todo gira en torno al parlamento. La legitimidad del gobierno procede del parlamento. Y el presidente lleva razón: “la suerte de mucha gente depende de lo que aquí se aprueba”, por eso es tan incomprensible pretender que la suerte de tanta gente pueda quedar congelada durante tanto tiempo. Sánchez llevaba razón también cuando le decía a Rajoy en 2018 que “sin presupuestos no hay nada que gobernar” pero es que, además, sin mayoría no hay con quien gobernar. Todo lo demás, lo contaba mejor Andersen. Y que sí, que Ayuso es un horror, que está transformando en un horror capitalista Madrid, que apoya hasta al de Ryanair, pero las consecuencias de eso las dirimiremos los madrileños y compete a Óscar López convencer a los más posibles de que su propuesta es mucho mejor. Que lo de las mamografías es un horror, que Mazón es un tipo terrible que hasta yéndose lo ha hecho mal y que hasta Feijóo te puede parecer un mindundi, pero que nada de eso cambia el hecho fehaciente de que te has quedado sin mayoría en las Cortes. Solo en un país presidencialista esto es una complicación que no determina el mandato presidencial, pero España no lo es. Ningún primer ministro puede continuar adelante con minoría parlamentaria. Vamos, es tan obvio que sin el control de la Mesa y de la presidencia la derecha se podría hinchar a legislar ante sus propias narices. “Esta relación se ha acabado”. No es momento de sacar los trapos sucios del vecino ni de contar que aquel otro pretendiente es un indeseable ni de intentar culpar a todos de tu soledad. En todo caso no sirve para nada. Es un esfuerzo estéril. “Utilizar el miedo de la gente a un gobierno de derechas español para justificar un apoyo a cambio de nada es indecente” ha señalado con el dedito Nogueras. Uno puede desear lo que sea -que siga gobernando Sánchez-, uno puede temer lo que sea -que Vox toque poder- uno puede ser líder en esperanza, pero en un sistema de democracia parlamentaria el número de diputados que te respalda es el número áureo de tu realidad. ¿Con qué objeto arrastrar a todas esas gentes cuyo futuro y bienestar depende de lo que emane de la soberanía nacional a una parálisis tamaña? ¿Qué interés general se puede esgrimir para hacerlo? No vale lo del estado del bienestar y el patriotismo, ya hemos visto que sin poder convertir en norma nada es papel mojado. En puridad la salida constitucional a este impasse, que no es una parada técnica, es o someterse a una moción de confianza o convocar elecciones. Todo lo demás no será sino un esfuerzo titánico por aguantar sentado para que no se siente otros, con la seguridad además de que tu resistencia solo hará crecer a los menos deseables de todos. Que en las autonomías del PP, fatal. Pues ya votarán los señores de esas autonomías. Que sacar una foto del jefe de la oposición de hace décadas, cuando te están sacando cintas en las que una de tus militantes afirma que cohechan y amenazan y extorsionan en tu nombre, es un poco traído por los pelos. Que pensar que con mera voluntad cambia la inestable situación real es casi milagro de taza de Mister Wonderful. Yo, particularmente, no le veo salida a esta agonía que no pase por la lógica constitucional. “Usted quiere anclarse al poder”, la del dedo delator se viene arriba. A fin de cuentas, aunque Nogueras no sea una niña inocente cuando señala a Sánchez, la moraleja del cuento sigue siendo la misma: No siempre lo que grita la mayoría coincide con la realidad... ya si la que grita es una minoría, ni te cuento. Sánchez va desnudo de diputados, aunque como el rey del relato levante digno la cabeza y siga marchando hacia adelante ¿por cuánto tiempo puede hacerse eso en democracia?

¿Radical? Sí, ¿y qué?

¿Radical? Sí, ¿y qué?

A Mamdani la autenticidad y la franqueza le han funcionado muy bien en Nueva York. No veo ninguna razón para dejarle a Trump y al trumpismo el monopolio del hablar claro y el proponer abiertamente lo que se piensa que debe hacerse Mamdani y los ejes partidos de la izquierda No cuente conmigo para nada “, acaba de decirle Núñez Feijóo a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. Así como suena: no cuente conmigo ni tan siquiera para asuntos que el sentido común y el interés general indican que yo debería aprobar, como, por ejemplo, propuestas gubernamentales que puedan ir vinculadas a la recepción por parte de España de un pastizal de fondos europeos. No me sorprende, por supuesto, el obstruccionismo del político gallego: es un cenizo compulsivo que, desde el primer instante de esta legislatura, no ha hecho otra cosa que anunciar la inminencia del Apocalipsis y pedir elecciones anticipadas. Tampoco me sorprende el silencio cómplice con el que responden a sus bravatas aquellas almas de cántaro que tienen su fondo de comercio en la denuncia de la llamada polarización. Ya sé que para el centro-centro la polarización es un pecado que solo cometen las izquierdas, jamás las derechas. Feijóo y su faro de Alejandría, don Santiago Abascal, pueden subirse a la tribuna del Congreso, como volvieron a hacer ayer, y acusar a Sánchez de mentiroso, traidor, desleal, corrupto, vendepatrias y hasta proxeneta. Pueden reírles las gracias todos los días a la Isabel Díaz Ayuso que inventó lo de Sánchez, hijo de fruta. Pueden ser comprensivos con los jóvenes ultras que asaltan sedes socialistas o invaden universidades cantando el Cara al sol . Pueden anunciar que entrarán en RTVE con el lanzallamas o la motosierra para convertirla en un medio consagrado a los toros, el folclore y la propaganda derechista como Telemadrid o Canal Sur. Pueden hacer lo que quieran, que nada de ello es polarización. Las almas de cántaro del centro-centro consideran, en cambio, que apaciguar la crisis catalana con medidas de gracia, desear cicatrizar las heridas del franquismo, intentar combatir la crisis climática o proponer la salvación de la sanidad y la educación públicas mediante subidas de impuestos a las grandes fortunas son intolerables muestras de polarización . Expresiones desaforadas de un radicalismo que nos sitúa nuevamente al borde de la guerra civil. A Mark Twain se le atribuye la idea de que la Historia no se repite, pero a veces rima. Pues sí, la doble vara de medir sobre expresiones y actuaciones políticas que ahora padecemos ya la sufrió nuestra desdichada Segunda República. De ella fue la culpa del golpe de Estado de julio de 1936, dicen las derechas y las almas de cántaro de ese centro-centro al que le gusta disfrazarse como la Tercera España . Fue el radicalismo republicano, ese querer separar la Iglesia del Estado, ese pretender darles tierras a los campesinos pobres, esa voluntad de alfabetizar a los niños, lo que obligó a militares, obispos, banqueros y terratenientes a sublevarse con las armas en la mano. No les quedó más remedio. Como ahora es el radicalismo del PSOE y Sumar lo que justifica que tantos jueces de derechas se hayan visto obligados a hacer política antigubernamental, que tantos medios de comunicación conservadores hayan adoptado la línea editorial de El Alcázar , que el Madrid de Ayuso se declare en manifiesto estado de insumisión frente a La Moncloa y que el supuestamente moderado Feijóo sea ovacionado por sus diputados tras reiterar que el Gobierno de España no puede contar con él para nada. Nada de esto es excesivo e inquietante, todo es sumamente justo y necesario. Les confieso que, llegados a este punto, me pregunto: ¿y si las izquierdas nos dejáramos de una puñetera vez de rodeos, eufemismos y circunloquios? ¿Y si llamáramos al pan, pan y al vino, vino? ¿Y si perdiéramos miedos y complejos como han hecho exitosamente las derechas en los últimos lustros? ¿Y si recordáramos que la palabra radical no es originalmente peyorativa, que ser radical es ir a la raíz de las cosas, no conformarse con el maquillaje de situaciones injustas sino buscar su profundo cambio? A Zohran Mamdani la autenticidad -sí, soy inmigrante, de religión musulmana e ideales socialistas- y la franqueza -sí, quiero autobuses gratuitos y alquileres asequibles, y lo pienso financiar subiéndole los impuestos a los ricos- le han funcionado muy bien en Nueva York. No veo ninguna razón para dejarle a Trump y el trumpismo el monopolio del hablar claro y el proponer abiertamente lo que se piensa que debe hacerse.

Coser la brecha generacional en lugar de ampliarla

Coser la brecha generacional en lugar de ampliarla

No es necesario crecer a toda velocidad para estar comprometidos con las pensiones. Si el patrimonio de unos no siguiera creciendo desbocado a costa de las vidas de los otros, habría margen de sobra para mantener las prestaciones Hace 75 años, la izquierda y la derecha política llegaron a un acuerdo. Acababa de terminar la Segunda Guerra Mundial y Occidente estaba colocando las primeras piedras de un nuevo orden que terminó por tener tanto éxito que llegó hasta nuestros días. En el centro de ese pacto había un experimento inédito, casi diríamos que civilizatorio, que consistía en ordenar la sociedad de manera que las personas solo tuvieran que trabajar durante la mitad de su vida. Los occidentales dedicarían los primeros años de su vida a crecer y formarse como trabajadores y los últimos, a descansar. A cambio, cada persona debía entregar, con diligencia y dedicación, varias décadas de su existencia al sistema productivo. Fruto de ese pacto se extendieron la educación y las pensiones, y se desarrollaron los estados modernos como mecanismos para gestionarlos. Tan excepcional era esta idea que, de tener éxito, sería la primera vez, no solo en los 300.000 años de nuestra existencia como especie, sino en la historia completa de la evolución, que una forma de vida se proponía pasar la mitad de su tiempo sin necesidad de ocuparse de sí misma: dependiendo de su comunidad. Hay quien dice que este cambio fue tan trascendental que nos convirtió en una cosa distinta; que de esa mutación nació el Homo Curans , el primer homínido cuyo rasgo principal es cuidar y ser cuidado. Si esa transformación pareció posible, es porque en aquellos años la sociedad creía en una forma de magia. Durante más de 100 años, algunas innovaciones tecnológicas –como la electricidad, el coche, las vacunas o los fertilizantes— habían permitido incrementar la productividad a un ritmo vertiginoso, de manera que cada año y cada década los occidentales eran mucho más ricos que la anterior. Si eso seguía ocurriendo, y nada hacía presagiar que no sería así, sería trivial que los trabajadores del futuro sustentasen no solo sus salarios, sino la educación y la manutención de los niños y las pensiones de los abuelos. Y así ocurrió, durante algunas décadas. Entre 1950 y 1980 la economía de los países europeos creció a una velocidad nunca vista. En el periodo que después se conoció como “los treinta años gloriosos” la vida se transformó. Los electrodomésticos —como las neveras, las lavadoras o los teléfonos—, pasaron de estar presentes en el 5% de los hogares al 90%. En Europa, el número de coches en circulación pasó de 5 a 50 millones y el número de viviendas se multiplicó por 3,3 entre 1946 y 1980 . En unas pocas décadas, se levantó el mundo que conocemos hoy. Pero eso hace mucho que no ocurre. Hace 25 años el crecimiento de la productividad se estancó. Desde entonces, ningún país occidental ha vuelto a crecer a esa velocidad. Y aunque no escucharás a ningún líder político en activo decirlo en voz alta, el consenso de los economistas coincide en que este es un fenómeno global, persistente, y para el que no tenemos solución. Esta desaceleración del crecimiento, que se ha llamado “el enigma de la productividad”, es la raíz de la crisis política contemporánea. Como explicaba hace unos días el columnista estrella del Financial Times, Martin Wolf, “La democracia de sufragio universal fue hija del crecimiento económico moderno o, más precisamente, de nuestra capacidad cada vez mayor para producir los bienes y servicios que la gente desea. El crecimiento fue la base de la democracia. Sigue siendo su base hoy en día.” Al contrario, en ausencia de ese crecimiento, los ciudadanos, que ven quebrarse sus expectativas de progreso, le piden explicaciones a las dos familias políticas que habían firmado aquel acuerdo del siglo XX. La democracia cristiana no tuvo respuesta que darles. Por esa razón los partidos de derecha tradicional han sido devorados en casi todos los países por un populismo atronador que, a falta de soluciones, ofrece un señalamiento claro de unos –supuestos– culpables. Mientras tanto, los partidos tradicionales de la izquierda, intentando evitar esa misma suerte, son como peces en la marisma de un consenso que se está secando y están boqueando por sobrevivir. En ese intento, es frecuente encontrar a sus líderes haciendo piruetas intelectuales para justificar que todo esto no está ocurriendo. Que el mundo no ha cambiado en lo fundamental y que lo que nos ocurre sigue siendo, como siempre, un problema de clase. Si hubiera más redistribución, quieren decir, no habría ningún problema. El artículo de Alberto Garzón del pasado domingo es un buen ejemplo de contorsionismo en este sentido. Un texto que achaca a la “suerte” (me preguntó qué diría el autor si alguien se refiriera a la riqueza hereditaria como una especie de “suerte” que no hay que cuestionar) el hecho de que entre 1950 y 1980 se construyeran y se vendieran a precio de coste el 42% de todas las viviendas que existen hoy en Europa, y que no se haya vuelto a construir porque parte del pacto siempre fue que esas viviendas no perdieran valor. Con el resultado de una generación precaria pagándole la plusvalía (vía alquiler, o por el incremento del precio de las casas) a otra. Con todo, la actitud de esa izquierda que está más comprometida con el pacto de la posguerra que con el presente es comprensible. Porque donde con total seguridad se produce una división es en el electorado de esos partidos, que está dividido entre quienes tuvieron acceso a las ganancias del siglo XX y sus hijos, que se quedaron sin ellas. Pero lo que me cuesta mucho entender es que a los baby boomers les pueda parecer bien esta alianza. Y es que verán, de lo que hablamos quienes decimos que hay una brecha generacional es de la riqueza. Para explicarlo de la manera más gráfica posible, voy a usar unos gráficos de la Reserva Federal americana que tiene una encuesta que muestra muy bien lo que está ocurriendo y que es comparable a la situación de cualquier otro país occidental. Como se puede observar, los millennials y la generación Z (que representan a todos los menores de 45), solo poseen hoy el 10% de la riqueza neta, mientras que los baby boomers poseen el 50%. Pero este no es el problema. El problema es este otro, y es la relación entre esa riqueza y el PIB. Mientras que en 1989 la riqueza era aproximadamente 3,5 veces el PIB, hoy es casi 6 veces. Así que sobre una economía que crece muy despacio, reposa una riqueza que sigue haciendo como si no pasara nada. Hoy, todos, trabajadores y pensionistas, dedicamos mucho más a retribuir la riqueza que hace 40 años. Esta es la causa del declive en las condiciones de vida de los trabajadores: el alquiler propio (o el precio de la hipoteca) y el de los todos los demás . Es el conjunto de toda esa riqueza, que en un 90% está en manos de los mayores de 45 años, la que está ahogando a la sociedad. Pretender que no hay brecha generacional sirve para seguir justificando que suban el precio de las casas y de las acciones, y que se sigan cobrando alquileres y precios de compraventa como si la economía siguiera creciendo a pleno pulmón. Paradójicamente, es esa actitud la que abre una brecha. Una entre quienes todavía se pueden permitir pensar que aquí no pasa nada y que el problema es de los billonarios y los que no, los que viven en la realidad a ras de suelo y no les queda más remedio que enfrentar que este mundo no funciona ya como el del siglo XX. De esto, en realidad, van todas las piruetas de los que niegan que haya una crisis generacional: de ocultar que las circunstancias han cambiado y que no es justo ni de sentido común que una generación siga vendiendo los pisos 10 veces más caros de los que los compraron. Y lo relevante aquí es la tendencia. Esa riqueza no deja de crecer, no sufre altibajos, porque no procede de nada nuevo, no viene del sistema productivo y no genera valor: se debe a la revalorización de las viviendas que compró una parte de la sociedad antes de que los demás tuviéramos edad de comprarlas. Unas viviendas que se revalorizan porque desde entonces no se ha vuelto a construir nada. Si no hay un cambio en la tónica, el mundo se seguirá dividiendo en una sociedad feudal formada por señores rentistas y vasallos inquilinos. Pero no será por mucho tiempo. Hay dos posibilidades. Una es que haya una crisis (es lo que creo que va a pasar) y que de aquí a pocos años tengamos que volver a plantearnos, como en 2011, la sostenibilidad de las cuentas públicas. En muchos países de nuestro entorno este debate ya está instalado. En Francia acaba de caer un gobierno por no tener una respuesta a esta pregunta y en Reino Unido van por el mismo camino. “Sin un crecimiento más rápido”, advierte Wolf, “los políticos de países como el Reino Unido, Francia y muchos otros se enfrentan a una terrible disyuntiva: recortar el gasto que la gente desea, subir los impuestos que la gente siente que no puede pagar o permitir aumentos explosivos de la deuda pública.” La otra es que no haya crisis y el tiempo siga su curso. La brecha que tenemos hoy no es en realidad “generacional”, sino que tiene que ver con la proximidad a ese momento histórico donde se repartió el suelo urbano entre los que estaban. Cuanto más nos alejemos de ese momento, más se concentrará la riqueza y más oposición habrá entre los desposeídos. Hoy están llegando a la mayoría de edad una generación que ya no son hijos de los baby boomers , sino de los genX más jóvenes. En 10 años, más o menos, empezará a tener edad para votar los hijos de los millennials. Ya no quedará ningún director de periódico, casi ningún político tampoco, que sea baby boomer. ¿Quién seguirá defendiendo este reparto de la riqueza? Y si las pensiones se han convertido en un artefacto de parte, y quienes se van a jubilar ven subir su edad de jubilación y descender sus prestaciones, mientras la generación anterior mantiene todos sus derechos, ¿quién defenderá a esos boomers envejecidos? Hace unos años, pasó algo parecido a esto con el rey emérito. Cuando le pillaron cazando elefantes en África, el PP se plegó con el monarca. En lugar de buscar un nuevo consenso sobre la monarquía y nuevas exigencias de transparencia y ejemplaridad a la altura de los tiempos, bloquearon cualquier tipo de debate. La Corona comenzó a asociarse cada vez más con la derecha y hasta el CIS tuvo que dejar de preguntar por el tema, por miedo a que le saliera la respuesta equivocada. Si había una oportunidad de que la monarquía se convirtiera en el símbolo común de una nueva generación en España, Mariano Rajoy, por su propio interés electoral, se encargó de evitarlo. Pero si la izquierda del siglo XX sigue en esta línea, les acabará pasando como a la derecha con el Rey: que de tanto defender lo indefendible, de tanto ir contra la realidad y hacerle luz de gas a los ciudadanos, de tanto insistir en que les creamos más a ellos que a nuestros propios ojos, acabarán convirtiendo las pensiones, que deberían ser un símbolo común de todos, en una institución de parte. Y ya no habrá negociación posible. Se habrán convertido en una (más) de las batallas de nuestro tiempo. Habría otra posibilidad: podría haber un debate honesto, que ponga sobre la mesa todas estas cosas. No es necesario crecer a toda velocidad para estar comprometidos con las pensiones. Si el patrimonio de unos no siguiera creciendo desbocado a costa de las vidas de los otros, habría margen de sobra para mantener las prestaciones. Y es que la única manera de mantener una institución como esta, que representa una parte tan importante del esfuerzo que hacemos los ciudadanos, a lo largo del tiempo, es seguir renovando el acuerdo que las sostiene. La tarea de los que no queremos que haya una ruptura generacional no debería ser negarla, sino arreglarla.

El conflicto con Nexperia demuestra cómo China está utilizando las relaciones con la UE como arma y se sale con la suya

El conflicto con Nexperia demuestra cómo China está utilizando las relaciones con la UE como arma y se sale con la suya

Los expertos afirman que Bruselas debe plantar cara a Pekín, que utiliza el suministro de chips y minerales esenciales como "espada de Damocles" China abre la mano para que Nexperia vuelva a mandar chips a la industria del automóvil Como intervención, fue bastante audaz. La decisión del Gobierno neerlandés a finales de septiembre de hacerse con el control de Nexperia, una fábrica de chips de propiedad china, casi paralizó toda la industria automovilística europea. Las tensiones entre Europa y China se calmaron durante el fin de semana, cuando Pekín confirmó que suavizaría las restricciones al suministro de chips para automóviles a la UE, lo que provocó un suspiro de alivio en las fábricas de automóviles de todo el mundo. Sin embargo, esto no ha hecho más que intensificar las dudas sobre la relación asimétrica de la UE con China, y muchos en la industria, la diplomacia y los gobiernos se preguntan si Europa ya no es un daño colateral en la guerra política entre China y Estados Unidos, sino un objetivo en sí mismo. “Podemos ganar un poco de tiempo, pero existe la sensación de que estamos entrando en una situación en la que a partir de ahora tendremos que hacer frente a crisis continuas y que las cosas realmente han cruzado un umbral con China”, afirma Andrew Small, investigador principal del think tank German Marshall Fund y antiguo asesor sobre China de la Comisión Europea. Es fundamental que China haya aceptado reanudar el suministro de chips Nexperia, pero solo durante un periodo de 12 meses y solo para uso civil, lo que deja la puerta abierta a futuras medidas si Pekín desea interferir en la reactivada industria de defensa de la UE o volver a cerrar el grifo a la industria automovilística. “China está tomando repetidamente medidas que, en realidad, no impiden el funcionamiento de las industrias, sino que simplemente estrangulan el suministro. Si este tipo de control persiste, Europa se verá sometida a una constante espada de Damocles”, añade Small. Europa “ya no es un daño colateral” de la guerra comercial con Donald Trump, afirmó Small: “Creo que la gente está empezando a comprenderlo ahora”. Aparte de la dolorosa experiencia de Nexperia, existe un desequilibrio más amplio en la relación entre la UE y China, con un déficit comercial de 300.000 millones de euros a favor de China, y las medidas arancelarias del bloque, incluidos los impuestos sobre los vehículos eléctricos del año pasado, no han servido para frenar la oleada de importaciones. En abril se produjo una serie de ralentizaciones en la fabricación de automóviles después de que China impusiera controles a la exportación de materiales, y un político alemán informó en una conferencia a principios de este año que una conocida marca tenía 100.000 coches aparcados a la espera de imanes para las ventanillas. En junio, los fabricantes estaban “en estado de pánico total” tratando de conseguir imanes, y más recientemente se supo que los fabricantes de Alemania, que importa el 95% de sus tierras raras de China, se veían obligados a entregar a China información detallada sobre sus negocios, que ni siquiera el gobierno alemán tiene, para poder hacerse con los productos. Jens Eskelund, presidente de la Cámara de Comercio Europea en China y director general de Maersk en China, cree que los productos de Shein, como las sillas de jardín de plástico o los adornos navideños, no son el problema, sino la dependencia que China está creando en industrias estratégicas como la tecnología limpia, es decir, la industria automovilística, la solar y la eólica. “Por supuesto, hay matices, hay ciertos sectores que están amenazados. Europa sigue siendo líder, o tal vez el año pasado fuera líder en la producción de turbinas eólicas, pero si no ocurre nada, Europa no producirá turbinas eólicas dentro de cinco años”, afirma. “Estamos viviendo un periodo de cambios sin precedentes en 100 años”, declaró Eskelund en una reciente rueda de prensa en Bruselas. “Cuando China dice que China está en auge y Occidente en declive, no se refiere necesariamente a la economía, sino a lo que considera que las democracias parlamentarias contienen las semillas de su propia destrucción”. O, como dice Small, “China utiliza sus relaciones comerciales como arma”, aprovechándolas como una oportunidad para “proyectar su poder” sobre un rival más débil y obtener ventajas económicas. Bloomberg informó el mes pasado que se estaba pidiendo a las empresas automovilísticas alemanas que presentaran información confidencial detallada sobre sus propios negocios para obtener licencias para importar imanes necesarios para las ventanillas de los coches, lo que daba a Pekín una visión más detallada de las empresas alemanas que la que tiene Berlín. Oficialmente, la UE ha estado aplicando una política de “reducción del riesgo” con respecto a China, pero no de “desacoplamiento”, tal y como estableció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en marzo de 2023. “Las crisis de Nexperia y las tierras raras podrían y deberían sacudir a Europa de su letargo en materia de reducción del riesgo”, afirma Noah Barkin, asesor del grupo de expertos Rhodium Group, especializado en China, en una publicación en LinkedIn la semana pasada en la que criticaba la “inercia” de Berlín a la hora de actuar para cambiar el equilibrio en la relación con China. Según Barkin, un escenario más probable en relación con las actuales negociaciones de la UE sobre las tierras raras “es que China conceda a las empresas estadounidenses un acceso preferencial a las tierras raras para apaciguar a Trump, mientras mantiene a los europeos bajo un estricto control”. Los funcionarios de la UE expresan cierto grado de frustración por el hecho de que están utilizando las herramientas de que disponen —“analizando constantemente las defensas comerciales” para frenar el avance de China, incluida la investigación antisubvenciones de la semana pasada sobre los neumáticos chinos—, pero no tienen la sensación de que los Estados miembros estén contribuyendo a ayudar a sus propias industrias a diversificar sus cadenas de suministro. Hay señales claras de que Bruselas y Francia quieren enfrentarse. El mes pasado, Von der Leyen advirtió de que la UE estaba “dispuesta a utilizar todos los instrumentos de nuestra caja de herramientas para responder si fuera necesario”, en una referencia apenas velada a Instrumento Anticoerción (ACI) que no utilizó en su disputa arancelaria con Trump a principios de este año. “Disuasión nuclear” Denominado “disuasión nuclear” por los diplomáticos de Bruselas, se trata de una ley de defensa comercial nunca antes utilizada, aprobada en 2023, que podría permitir a la UE imponer más restricciones a las importaciones chinas, prohibirlas en las licitaciones públicas y, en el caso más extremo, bloquear su acceso al mercado libre. El presidente francés, Emmanuel Macron, que impulsó el uso del ACI contra Estados Unidos, está presionando abiertamente para que se utilice contra China si es necesario. “Se trata de una coacción económica. Tenemos que actuar”, afirmó tras la cumbre de líderes de la UE celebrada en octubre. Pero es poco probable que consiga el respaldo de Alemania. “No es tan fácil desvincularse de China, porque habría represalias”, afirma Joachim Taiber, investigador avanzado y experto en industria automovilística del Imperial College, quien señala los casi 800.000 vehículos que BMW vende al año en China. “Se podría desvincular completamente, emular a Estados Unidos y decir que no vamos a utilizar ningún componente chino, pero esa es la alternativa extrema y poco viable. Tendría un impacto desastroso en la economía”, añade. La UE no tiene minas de tierras raras en funcionamiento. El secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, afirmó tras la reunión en Corea entre Trump y Xi Jinping que faltaban “dos años” para que se alcanzara el autoabastecimiento, y que empresas como General Motors ya se habían asociado con minas. Nigel Stewart, director del Centro de Rendimiento Económico Sectorial del Imperial College de Londres, afirmó que China controla el 96% del suministro mundial de imanes y que Europa podría tardar 10 años en hacer lo que ha hecho Xi: comprar o controlar toda la cadena de suministro, desde la mina hasta la cadena de montaje.