La crisis del Real Zaragoza: una maraña accionarial, una debacle deportiva y 150 millones de euros públicos en entredicho
Los resultados deportivos del club, con serias opciones de descender al fútbol semiprofesional, dejan en el aire los usos para la nueva Romareda. A esto se suma un problema de identidad: más de un 90% de la propiedad blanquilla está relacionada con el Atlético de Madrid El Gobierno del PP en Aragón salva otro club de fútbol de élite: tras el Real Zaragoza, la SD Huesca En la campaña municipal de 2019, el entonces alcalde Jorge Azcón asoció públicamente su imagen al Real Zaragoza con permiso del entonces presidente blanquillo, Christian Lapetra. La comunión con su sucesor, el ahora máximo responsable blanquillo Jorge Mas, ha sido total. Y en 2023 fue la candidata del PP Natalia Chueca la que se fotografió en los aledaños del estadio de fútbol. Lo hizo con un titular inequívoco: “La Romareda es un 40% del voto este 28-M” . De ser cierto eso, los populares tienen en la actualidad serios motivos para la preocupación: el equipo se asoma al abismo de la Primera Federación –primer escalón del fútbol semiprofesional–, la afición se revuelve contra una propiedad compuesta por una madeja accionarial en la que nadie se hace responsable y, para colmo, se multiplican las dudas con el nuevo estadio: la infraestructura, que pasó de no costar un euro a las arcas públicas a suponer más de 150 millones de euros, corre riesgo de quedarse sin su casi único usuario y además los plazos para su inauguración apremian. Este cóctel explosivo le puede salpicar a Azcón y al PP en el primer trimestre de 2026, con el eventual escenario de un adelanto electoral. Como síntoma, la alcaldesa no acudirá este domingo al Ibercaja Estadio para presenciar el derbi frente a la SD Huesca, tal y como han confirmado fuentes municipales. La ilusión con la que el grupo inversor internacional desembarcó en Zaragoza en mayo de 2022 se ha desvanecido por completo. En estos tres años y medio, el cambio societario ha implicado una reducción de la deuda tras sucesivas ampliaciones de capital, un aumento de la cifra de negocio y más patrimonio neto. Sin embargo, la maraña accionarial y las estrechas vinculaciones con el Atlético de Madrid se unen al catastrófico rendimiento deportivo para generar una contestación entre la afición inédita hasta el momento. Los evidentes vínculos con el Atlético de Madrid ¿Quién es el principal propietario del Real Zaragoza y hasta qué punto hay un vínculo –necesariamente subalterno– con el club colchonero y con su presidente, Miguel Ángel Gil Marín? Pese a que recientemente el director general, Fernando López, se tuvo que referir expresamente a la cuestión para tratar de desmentirlo, lo cierto es que las dudas vienen reflejadas por los hechos que reflejan la madeja societaria. La sociedad anónima deportiva pertenece de forma muy mayoritaria (98,8%) a la firma Real Z LCC, radicada en Connecticut (EEUU). Real Z LCC tiene como principal socio (50,1%) a Gloval Tavira, del abogado Pablo Jiménez de Parga y de Joseph Oughourlian, máximo accionista del grupo Prisa. Jiménez de Parga, que es secretario del consejo de administración de Atlético HoldCo –firma mayoritaria en el club colchonero–, es socio de Écija Abogados: de ahí la presencia de Cristina Llop en el consejo del Real Zaragoza. Tras Global Tavira aparece como segundo accionista Real Venture (25%), de Jorge Mas pero también vinculada con los rojiblancos a través de Mark Affolter, consejero de Atlético HoldCo. Jim Miller y Mark Affolter, vinculados con la propiedad del Real Zaragoza, en la web de Ares Management. El tercer lugar figura Zfútbol con un 16,6%, y aquí se repite el patrón: tras la firma están el propio Affolter y Jim Miller. Tanto uno como otro son consejeros de Atlético HoldCo en representación de Ares Management, que protagonizó una ampliación de capital por más de 180 millones de euros para hacerse precisamente con la principal accionista del club rojiblanco. Ni Affolter ni Miller son consejeros de Real Z LCC, pero sí Mariano Aguilar y Emilio Cruz, cabezas visibles en el club de Gil Marín y del entramado propietario del Atlético. El primero de ellos se ocupa de la parte deportiva, con los resultados conocidos. Y a ellos se suma el director general, Fernando López, también vinculado con la misma madeja empresarial. Es decir, que más de un 90% de la masa accionarial del Real Zaragoza está relacionada con el Atlético de Madrid. Finalmente, en el cuarto escalón se sitúa Riverside Management (8,3%), que comparte dirección postal en Westport (Connecticut) con la sociedad Real Z LCC y que es propiedad de Jim Carpenter. Que a su vez está ligado a Juan Forcén, constructor zaragozano que lleva en el consejo del Real Zaragoza desde 2006 y que es amigo personal de Jorge Azcón. Ambos participaron en el impulso de Torre Zaragoza. Las dudas del estadio Y al rendimiento deportivo del Real Zaragoza, principal y casi único usuario de La Romareda, se unen las dudas sobre el nuevo estadio, que no iba a costar un euro a los zaragozanos y a los aragoneses y que ya va por 150 millones de euros, según lo proyectado. El propio consejero de Hacienda autonómico, Roberto Bermúdez de Castro –conocedor de las entrañas del fútbol gracias a su pasado en La Liga–, reconoció en una reciente entrevista que el club blanquillo “no debería estar más de un año” en Primera RFEF en caso de descenso a esta categoría, una posibilidad muy presente: hoy por hoy es colista en LaLiga Hypermotion con seis puntos y a nueve de la salvación. En caso de continuar más de un año en la primera categoría del fútbol semiprofesional, o incluso antes si la actual propiedad opta por liquidar la sociedad, el Real Zaragoza se enfrenta al riesgo de desaparición, lo que dejaría en el aire la continuidad del grupo inversor y, de forma concatenada, su participación en la construcción del nuevo campo. Más cercano en el horizonte está el mes de diciembre, cuando finaliza el plazo para que la propiedad del Real Zaragoza desembolse los 10 millones de euros que le corresponden para el estadio en construcción. En 2024 la sociedad anónima ya incumplió con su parte, lo que llevó a reprogramar todo el calendario de pagos. Entonces ya existía la posibilidad de que Gobierno de Aragón y Ayuntamiento, los otros dos integrantes de La Nueva Romareda –la sociedad que promueve el estadio–, propiciaran la salida del club del proyecto, pero no ejecutaron estos resortes. Eso habría supuesto que el Real Zaragoza se quedaría sin la explotación del estadio, lo que dejaría a sus propietarios sin cuantiosos beneficios. Proyecto de la Nueva Romareda Ahora, sin embargo, la situación puede haber cambiado. Desde hace unos meses forma parte de La Nueva Romareda la concejal de Vox Eva Torres, y su postura no es benevolente ante un nuevo impago. “Los acuerdos están para cumplirlos. Y los calendarios de aportaciones para los socios, también. En caso contrario, habrá que ir a ejecutar las consecuencias que recoge el pacto de socios. La postura de Vox es muy firme”, apunta a este periódico la edil y consejera de la sociedad. También surgen dudas sobre los plazos de finalización del campo. Está anunciado para junio de 2027, pero en el equipo de gobierno del PP son conscientes de que cualquier tropiezo en una obra de esta magnitud y presupuestada en más de 120 millones de euros supondrá retrasos. La propia Eva Torres asegura no disponer de “información” en relación con posibles demoras, pero admite que un proyecto “tan complejos” puede sufrir algún retraso. Lo que no peligra salvo catástrofe es el gran objetivo temporal para el futuro Ibercaja Romareda: el Mundial de fútbol de 2030. Ahora la duda radica en el monitor clínico de su principal inquilino.