La biblioteca que suena
Las primeras grabaciones de sonido fueron piezas musicales que se hicieron en soportes de cilindros de cera muy vulnerables, por lo que para su conservación se introducían en botes de lata que los protegían de los peligros a los que estaban expuestos. Este procedimiento dio lugar a la expresión «música enlatada». Aunque algunos autores atribuyen la expresión a Manuel de Falla, fue un músico y director de bandas norteamericano, Philip Sousa, autor de «The Stars and Stripes» entre otras marchas militares, el primer músico que empleó la expresión «música enlatada» («canned music» en inglés), un término que hizo fortuna y aún se emplea para designar a toda la música que no se hace en directo.