El tiempo en Cartaya: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El tiempo en Cartaya: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El 24 de diciembre de 2025, Cartaya se presentará con un tiempo mayormente despejado a lo largo del día, lo que permitirá disfrutar de un ambiente agradable para las actividades al aire libre y las celebraciones navideñas. Desde las primeras horas de la mañana, el cielo se mantendrá despejado, con temperaturas que oscilarán entre los 6 y 9 grados . La humedad relativa será alta, alcanzando el 94% en la madrugada, lo que podría generar una sensación de frescor al amanecer.

El tiempo en Lepe: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El tiempo en Lepe: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El 24 de diciembre de 2025, Lepe se presentará con un tiempo mayormente despejado a lo largo del día, lo que permitirá disfrutar de un ambiente agradable para las actividades al aire libre y las celebraciones navideñas. Desde las primeras horas de la mañana, el cielo se mantendrá despejado, con temperaturas que oscilarán entre los 6 y 10 grados . La humedad relativa será alta, alcanzando hasta el 100% en las primeras horas, lo que podría generar una sensación de frescura, especialmente al amanecer.

El tiempo en Huelva: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El tiempo en Huelva: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El 24 de diciembre de 2025, Huelva se presentará con un tiempo mayormente despejado durante la mayor parte del día, lo que permitirá disfrutar de un ambiente agradable para las actividades al aire libre y las celebraciones navideñas. Desde las primeras horas de la mañana, el cielo se mantendrá despejado, con temperaturas que oscilarán entre los 9 y 10 grados . A medida que avance la jornada, se espera que la temperatura alcance un máximo de 14 grados en las horas centrales del día, proporcionando un tiempo fresco pero cómodo.

El tiempo en Sanxenxo: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El tiempo en Sanxenxo: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El 24 de diciembre de 2025, Sanxenxo se despertará bajo un cielo mayormente despejado, con condiciones ideales para disfrutar de las festividades navideñas al aire libre. Durante la madrugada, las temperaturas oscilarán entre los 5 y 6 grados, lo que sugiere un inicio fresco, pero sin precipitaciones, ya que se espera que la probabilidad de lluvia sea nula a lo largo del día.

El tiempo en Isla Cristina: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El tiempo en Isla Cristina: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El 24 de diciembre de 2025, Isla Cristina se presentará con un tiempo mayormente despejado durante la mayor parte del día, lo que permitirá disfrutar de un ambiente agradable para las actividades al aire libre y las celebraciones navideñas. Desde la madrugada hasta la mañana, el cielo se mantendrá despejado, con temperaturas que oscilarán entre los 10 y 9 grados . La humedad relativa será alta, alcanzando el 91% en las primeras horas, lo que podría generar una sensación de frescor.

El tiempo en Ayamonte: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El tiempo en Ayamonte: previsión meteorológica para hoy, miércoles 24 de diciembre

El 24 de diciembre de 2025, Ayamonte se presentará con un tiempo mayormente despejado durante la mayor parte del día, lo que permitirá disfrutar de un ambiente agradable para las actividades al aire libre y las celebraciones navideñas. Desde la madrugada hasta la mañana, el cielo se mantendrá despejado, con temperaturas que oscilarán entre los 10°C y 7°C. La humedad relativa será alta, alcanzando el 99% en las primeras horas, lo que podría generar una sensación de frescor.

«Los niños no necesitan juguetes que lo hagan todo por ellos, nos necesitan a nosotros»

«Los niños no necesitan juguetes que lo hagan todo por ellos, nos necesitan a nosotros»

Las vacaciones escolares están a la vuelta de la esquina bajo un escenario lleno de luces y colores propio de la Navidad. Es uno de los momentos del año preferidos de los niños para jugar, pero también es una buena ocasión para que los adultos reflexionen sobre este tiempo de ocio porque jugar no es un simple pasatiempo: es la manera más natural, honesta y profunda de aprender que tienen los niños. Sin embargo, vivimos en una época donde parece que el objetivo principal es que los niños 'no molesten'. Así lo considera Judit Escudé, directora general de Eurekakids , quien lamenta que se recurra a las pantallas como atajo, como si entretener fuera suficiente. «Pero entretener no es educar -matiza-. Y, desde luego, no es lo mismo mirar una pantalla que descubrir el mundo con las manos, los sentidos y la imaginación. El juego —el de verdad, el que requiere moverse, explorar, inventar o equivocarse— es un vehículo extraordinario para el aprendizaje. Y, por suerte, sigue siendo una de las pocas actividades en la vida donde equivocarse no solo está permitido , sino que es parte esencial del proceso». Asegura que cada vez que un niño juega, sucede algo muy poderoso . Por ejemplo, cuando construye una torre está aprendiendo matemáticas; geometría cuando encaja piezas; física al ver caer una pelota y observa que rueda más deprisa cuesta abajo. El juego convierte a los niños en exploradores incansables, en científicos espontáneos que hacen experimentos a cada minuto. «Y lo mejor: no necesitan instrucciones -asegura Escudé- . Su curiosidad natural les guía». Por eso considera que el juego desestructurado —ese que no tiene un «modo correcto» de jugar, que no dicta reglas estrictas ni resultados esperados— es tan valioso. La libertad de inventar cómo usar un objeto, de darle mil vidas diferentes a un mismo juguete, de construir hoy una casa y mañana un dragón, alimenta la creatividad de una manera que ningún manual puede igualar. Además, «en el juego libre los niños aprenden algo que todos necesitamos en la vida adulta: gestionar la frustración. Cuando una torre se cae, cuando una pieza no encaja, cuando alguien más gana… ahí es donde empieza el aprendizaje emocional. Los niños descubren que pueden empezar de nuevo, que pueden mejorar, que pueden esperar su turno. Y todo esto sin discursos, sin teorías y sin complicados sistemas educativos. Basta con jugar». Destaca que el juego invita a los niños a volver a intentarlo sin desánimo si les ha salido mal. Nosotros, los adultos, solemos temer al error; los niños, en cambio, lo viven como parte del camino. Si la torre se cae diez veces, la vuelven a construir once. Y además orgullosos. Considera esta experta que los juguetes no deben reemplazar la imaginación del niño, sino acompañarla. «No deben decidir por él, sino ofrecer posibilidades. Un buen juguete es aquel que abre puertas, no que las cierra. Aquel que invita a hacer, a probar, a pensar, a tocar, a experimentar. Por eso defiendo los juguetes que estimulan los sentidos, especialmente en los primeros años de vida: el tacto con materiales naturales, la vista con colores y formas claras, el oído con sonidos que despiertan curiosidad, y la mente con retos adecuados a cada etapa. Un juguete debe ser, al mismo tiempo, sencillo y rico, fácil de entender, pero lleno de oportunidades. No hace falta que hable, que se encienda o que haga mil cosas; a veces lo más educativo es lo más simple». Otra de las características positivas que destaca de los juguetes educativos es que ayudan a cultivar esa resiliencia natural . Ofrecen pequeñas dificultades, retos que se pueden superar con práctica, paciencia y una sonrisa. Enseñan que fallar no es un final, sino una señal de que están aprendiendo. «No hay mejor generador de creatividad que el juego. Un trozo de tela es una capa de superhéroe, una tienda de campaña o un mantel de picnic según el día. Un puñado de bloques puede transformarse en castillo, cohete o serpiente de colores. Los niños no necesitan grandes discursos sobre innovación: ellos son innovación pura, y el juego es su laboratorio». Por este motivo asegura que una de nuestras mayores responsabilidades es ofrecer juguetes que respeten esa creatividad, que no la sustituyan por soluciones prefabricadas. Cada niño debe encontrar en el juego un espacio para expresarse sin miedo, para imaginar mundos propios y para descubrir que tiene capacidad para transformar lo que le rodea. Explica que en los primeros años de vida, el contacto con materiales naturales es especialmente importante. La madera, el bambú, el corcho, la lana… todos ellos transmiten sensaciones auténticas que enlazan al niño con la naturaleza. Apunta que su textura, su olor, su peso y su calidez no solo estimulan el sentido del tacto, sino que ayudan a crear un vínculo emocional con el entorno. «Un juguete de madera no solo es sostenible, sino que envejece con el niño, guarda marcas de sus aventuras y se convierte en un pequeño recuerdo de su propia historia. Son objetos que acompañan, no que pasan de moda. Y eso también educa. Y es que el juego no solo enseña conceptos o habilidades; también enseña a convivir . Jugar con otros niños o con los propios padres crea lazos fuertes, momentos de calidad que difícilmente se olvidan. Compartir juguetes, inventar juntos, negociar reglas o turnos… todo esto forma parte del aprendizaje social». Judit Escudé invita a reflexionar porque afirma que los niños no necesitan juguetes que lo hagan todo por ellos. «Nos necesitan a nosotros. Necesitan nuestro tiempo , nuestro humor, nuestras ganas de dejarnos llevar un rato por su mundo. A veces, en medio de la vida acelerada, se nos olvida que media hora de juego compartido vale más que muchas horas de distracción pasiva. Si algo he descubierto en todos estos años es que aprender no tiene por qué ser serio ni complicado. Puede ser divertido, sorprendente y hasta un poco caótico. De hecho, suele serlo. El juego es la herramienta más poderosa para que los niños desarrollen habilidades cognitivas, emocionales y sociales de manera natural. Y, como adultos, el mejor regalo que podemos ofrecerles es no interponernos en ese camino, sino acompañarlo. Darles juguetes que respeten su ritmo, su imaginación y sus ganas de explorar. Permitir que se equivoquen , que inventen, que se ensucien, que prueben. Que aprendan. Porque lo que hoy parece «solo un juego» será, mañana, la base de su forma de pensar, de relacionarse y de afrontar la vida. Y eso, sinceramente, es mucho más grande de lo que pensamos».

Claves para tener una Navidad familiar en equilibrio y lejos del estrés

Claves para tener una Navidad familiar en equilibrio y lejos del estrés

A menos de que le haya tocado la Lotería de Navidad y pueda disponer de alguien que le organice todos los preparativos navideños, lo habitual es que en muchas familias los adultos, generalmente los progenitores, y más aún las madres, se sientan abrumados por la falta de tiempo para organizar las comidas, cenas, regalos... propios de estas fechas. Las prisas, las obligaciones cotidianas, el trabajo, las vacaciones escolares de los niños... suelen incrementar el grado de estrés habitual. Pilar Conde , psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen , explica que si tendemos a sentir estrés en estas fechas por un tema de organización, es importante tomar decisiones con tiempo , escoger los planes y pensar en lo que tenemos... Ver Más

Atracones en Navidad: «Poner límites a los hijos con naturalidad es también una forma de cuidar»

Atracones en Navidad: «Poner límites a los hijos con naturalidad es también una forma de cuidar»

Cena de Nochebuena con los abuelos, comilona en casa de los tíos, cena de Nochevieja en casa con toda la familia y meriendas varias hasta llegar al roscón de Reyes... y una especie de 'barra libre' para todos y más para los más pequeños. Un escenario parecido que se repite, además, en todas las familias. La Navidad es tiempo de encuentros, mesas compartidas y emociones intensas. Pero también suele convertirse en un paréntesis en el que se suspenden rutinas, límites y autocuidado, un cóctel que a menudo termina en ansiedad, culpa y el eterno propósito de «en enero empiezo» . Sobre cómo disfrutar de las fiestas sin excesos ni castigos y, sobre todo, sobre el ejemplo que damos a niños... Ver Más

Un psiquiatra advierte: «Sólo el 10% de tu felicidad depende de lo que te pasa»

Un psiquiatra advierte: «Sólo el 10% de tu felicidad depende de lo que te pasa»

¿Qué es la felicidad? ¿Es posible rozarla, incluso alcanzarla? A pocos días de comenzar un nuevo año, puede ser el momento perfecto para hacer tabla rasa de mano del reputado psiquiatra Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor y profesor titular de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid, quien da respuesta a todas estas preguntas en su libro último libro, '¿Cómo estás?: 21 días para crear el hábito de ser feliz'. El valor añadido del libro es que en sus páginas se ofrece un método y diferentes herramientas para que cada lector descubra sus propias soluciones, a través de reflexiones y ejercicios diarios, para construir el hábito de cuidar su bienestar emocional. Quintero cree que estas claves funcionan como un mapa y ayudan a ordenar lo que nos rodea, a gestionar cómo nos afectan las experiencias, a elegir la manera en la que respondemos a lo que ocurre y a transformar la forma en la que dialogamos con nosotros mismos. El objetivo final de todas estas herramientas es contestar de manera sincera a una cuestión que parece sencilla pero que no lo es: '¿cómo estás?'. «Hacerse esta pregunta de forma honesta es como mirarse en un espejo emocional. Nos ayuda a reconocer nuestras necesidades, a poner nombre a lo que sentimos y a tomar decisiones más sanas. Solo cuando somos conscientes de nuestro estado interno podemos poner límites, mejorar nuestras relaciones y dar pasos hacia un equilibrio real», advierte Quintero. ¿ Cómo define o qué entiende usted por felicidad? ¿Está al alcance de todos? ¿Malinterpretamos el concepto? ¿Nos empeñamos en ser infelices? Empecemos por definir la felicidad.   Podríamos estar debatiendo años sobre qué es la felicidad. Pero, tal y como yo la interpreto, es cuando están alineados lo que sientes, lo que haces y lo que piensas. Entonces, cuando todo eso está en el mismo carril, de repente tienes una sensación de que todo funciona. Esto tiene que ver con el propósito que tú tienes en la vida. Entonces, de repente, te sientes bien. Pero, ¿qué ocurre? Que lo que siento, lo que pienso y lo que hago, pues no siempre están alineados. Y muchas veces ni siquiera hacemos lo que pensamos o pensamos lo que hacemos. Por eso el libro se titula: '¿Cómo estás?' Esa pregunta es lo que yo entiendo como la 'puerta de entrada' al autoconocimiento. Creo que una de las grandes dificultades que tenemos para para ser felices es que no nos conocemos, con lo cual, cuando a la gente le preguntas: '¿Cómo estás?'. La mayoría de las personas simplemente no lo sabe y contesta: 'bien, gracias'.   A veces la gente no pregunta '¿cómo estás' al que tiene cerca, porque tampoco tiene interés en saber.   Claro. Pero hay mucha gente a su alrededor que sí quiere saber cómo están. Otra cosa diferente es que quieras que el de la esquina de tu casa o al de seguridad a la entrada del trabajo te cuente su vida. También está la otra versión, que es cuando se hace la pregunta y la persona de repente entra en una catarata emocional, donde sale todo lo negativo, el chorreo de cosas que no están bien, que realmente funciona como una ideación emocional sin ningún tipo de propósito. Cuando yo le pregunto a un paciente mío '¿cómo estás?', lo que intento con eso es que entienda cómo se encuentra. Que conecte con sus emociones, que se acerque a ese punto de conciencia emocional. Me parece básico, porque si tú no sabes cómo estás Lo que ocurre es que la mayoría de las veces cuando preguntas a alguien '¿cómo estás?', o no te sabe contestar o te dice: 'bien, gracias', o hace otro otra elaboración adicional y responde: 'sé cómo estoy, pero no te lo sé explicar'. Eso, explica en su libro, es un gran problema: si uno no sabe explicar cómo se siente, en realidad no sabe cómo se sientes. Por supuesto, las personas sienten sus emociones. No puede ser de otra manera, pero si tú no eres capaz de coger esas emociones que están en una parte de tu cerebro que tiene mucho más que ver con la parte no consciente y la pasas a la corteza prefrontal para nominarlas, es decir, para ponerles nombre, pues entonces evidentemente no sabes cómo estás. Sientes, pero no lo entiendes, y ese es el problema en torno al hábito de ser feliz. Al final, si uno no no sabe cómo se siente, en realidad es muy difícil que todo lo demás encaje. Y, como decía antes, es importante alinear lo que piensas con lo que sientes y con lo que haces. Porque nuestro cerebro nos lo traduce todo en términos de emociones. La emoción es algo inmediato. Hay muchas emociones que nos acompañan en el día a día a las que no hacemos ni caso porque, de alguna, forma nuestro cerebro nos va dando inputs. Hasta que, de repente, un día la emoción nos desborda, la ansiedad nos bloquea o, de repente, nos sentimos profundamente vacíos y tristes. Eso ocurre cuando nuestro cerebro nos ha ido dando señales a las cuales no le hemos hecho caso, de forma que se ha ido intensificando esa emoción. Ese es el punto clave en esto: partir de una idea de conciencia emocional, de saber cómo me siento. Porque mi cerebro es el que me va a decir por dónde tengo que ir. Y si yo no le hago caso y voy en piloto automático por la vida, va a ser muy complicado ser feliz. En esto de aprender sobre emociones, ¿se está haciendo mejor ahora con la educación emocional en los colegios? No, no estoy de acuerdo. No estamos mejorando la educación emocional. Estamos generando un discurso más emocional, pero nuestros adolescentes no conectan con sus emociones. Las intensifican, las sobre reaccionan y, de hecho, a los datos me remito: la prevalencia o la incidencia de nuevos trastornos emocionales en niños, adolescentes y adultos jóvenes es muy preocupante, muy preocupante, tremendamente inquietante. Si hubiéramos hecho una buena gestión emocional, una buena cultura emocional desde pequeñitos, esto no tendría que ser así. No son resilientes. La vida no es de color de rosa siempre y en todo momento, uno tiene que gestionar muchas cosas, entre otras, la frustración y cómo no, manejar la resiliencia, que como casi todo, es una especie de 'músculo', mejor dicho, de habilidad, que se entrena. ¿Cómo se entrena la resiliencia en familia?   Poco a poco. Si tú no ayudas a un hijo a manejar esa resiliencia, esa capacidad de gestionar la adversidad, a poquito que se le ponga el mundo en contra en algún momento de su vida, no va a saber qué hacer. Es decir, ese falso positivismo con el cual edulcoramos la vida de los más pequeños, les estamos haciendo un flaco favor, porque en algún momento alguien les va a decir 'no'. O un amigo ya no va a querer ser su amigo, o una novieta ya no va a querer ser su novieta o en el trabajo y entonces, en ese momento, con esa emoción no van a saber qué hacer, cómo gestionarla. En cualquier momento de la vida donde el helicóptero de mamá no llega o la sobreprotección de papá no alcanza, de repente se van a dar cuenta de que ahí tienen un problema, poruqe la realidad y expectativa no encajan. Eso se llama frustración. Y esa frustración es una emoción muy compleja de gestionar si no lo has hecho nunca antes. Empezamos a ver en consultas mucho adolescente y mucho adulto joven con problemas emocionales. Vuelvo sobre la pregunta de si los coles están ayudando a los jóvenes a gestionar las emociones, pues no lo sé. Estamos nominando, sí, tienen un poquito más de cultura emocional, pues a lo mejor, ¿pero está siendo eficaz? Los datos nos dicen que no, porque tenemos más adolescentes con trastornos de ansiedad y más adultos jóvenes con trastornos emocionales. ¿Dónde está el error principal?   Para empezar, esto es responsabilidad de los padres. Estamos protegiéndolos en exceso. La protección es fundamental pero todo es un péndulo. No se trata de llevarlos a un contexto de 'aquí hemos venido a sufrir', tampoco es eso, pero es que de repente nos hemos pasado al otro extremo del: 'por Dios, que el niño no sufra nada'. Hoy en día, los adolescentes viven todo con una intensidad… Les hemos sustraído la capacidad de resiliencia . Y eso lo vemos pues cuando de repente aparece una frustración, o algo le requiere un poquito más de esfuerzo en la vida. Es decir, cuando la carretera pica un poco para arriba, pues de repente se bajan de la bici y no pueden con ello. Deben saber que la vida tiene subidas y bajadas. Y lo bueno de las bajadas es que ha habido una subida antes. La vida no es toda cuesta abajo. Es un proceso en el cual, insisto, yo soy muy aristotélico en ese sentido, la virtud está en el término medio. Abogo por una educación equilibrada, en la cual los niños evidentemente tengan su protección, que no puede ser de otra manera, pero sean capaces de resolver sus problemas. Esto lo decía un amigo mío pediatra hace muchos años, y es algo que repito mucho: «La intensidad del llanto de un niño de 4 años cuando se cae en el parque es proporcional a la cara de susto y angustia de la madre». Es decir, si el niño se cae y mamá le dice: «venga, no pasa nada, levántate y sigue jugando«, el niño se levanta, se sacude la arena y sigue jugando. Si de repente el niño se cae al suelo que parece Vinicius, y la mamá sale corriendo, entonces ¿qué ocurre? Esto lo estamos gestionando de una manera que creo que es mejorable desde pequeñitos. Ocurre lo mismo cuando de repente alguien lo hace mal en el colegio y el menor recibe una expulsión o una reprimenda por parte del centro escolar porque ha faltado el respeto y mamá y papá aparecen justificándolo. Evidentemente, al niño le están dando un empoderamiento absolutamente irracional. Luego los vemos que de repente con 16 años se encaran con la policía. Hay ciertos fenómenos de manejo de la resiliencia que son muy importantes de tener en cuento. Ya lo decía San Agustín: «es muy malo sufrir, pero que es muy bueno haber sufrido». Y en ese equilibrio, como siempre, es importante llegar al término medio, al punto aristotélico. ¿Cómo aterriza todo esto en un método? ¿Por qué lo ha traducido en un camino de 21 días para ser feliz? En la primera versión el modelo tenía 40 días. Al final, después de reevaluarlo y demás, lo ajusté a 21, porque de alguna forma lo que nosotros necesitamos son esos 21 días es crear un hábito. La ciencia ha concluido que si tú llevas a cabo una acción todos los días durante los próximos 21 días, seguir con ese camino a partir del día 21, del 22, el 23, o el 24 es infinitamente más fácil. A mí me gustaría decir que la gente lee el libro y el día 22 todos somos felices, pero no, eso sí, el día 22 todos sabemos cuál es el camino para ser feliz. Eso es un poco lo que yo planteo: Inculcar un punto de autocuidado que le dediquemos 5 o 10 minutos al día durante los próximos 21 para que, de alguna forma, pongamos realmente en valor la importancia de cuidarnos. ¿Autocuidado físico, mental…? En todos los aspectos. El plan de autocuidado debe ser integral. A mí me parece fenomenal que meditemos, pero duerme bien, come bien y haz ejercicio. Me parece maravilloso que hagas un entrenamiento para mejorar tus habilidades en inteligencia emocional, pero descansa tus ocho horas. Y haz un ejercicio adecuado a tu estado de salud. No hay salud sin salud mental, pero tampoco hay salud mental sin salud física. Debe existir bidireccionalidad. Evidentemente una parte del autocuidado es comer bien, hacer ejercicio y es descansar bien. Si no descansas las horas suficientes, el día siguiente, el primer día no pasa nada, el segundo tampoco, pero la alteración del sueño de manera persistente en el tiempo nos acaba pasando factura. Una mala dieta, un abuso de azúcares, y por supuesto del alcohol, hace que tu funcionamiento emocional sea manifiestamente mejorable. Además hablamos de afrontamiento, de inteligencia emocional, de resiliencia, de toma de decisiones, de gestión de expectativas y de comunicación comunicación interna, por supuestísimo. El objetivo de este libro es que la gente entienda que merece la pena cuidarse. Y le doy tips, le doy ideas, le ayudo a reflexionar en cada uno de los capítulos con aquellos aspectos que creo convenientes o que creo que son más importantes para tener muy claro cómo avanzamos por ese camino que llevamos la felicidad, porque la felicidad no es un destino, es un proceso. La felicidad no es un sitio al que voy, es un camino por el que por el que transcurro. ¿Son ratitos? Bueno, que son los momentos en los cuales lo que haces, lo que sientes y lo que piensas se alinean y cuando eso se alinea, uno se siente bien. Pueden ser algunos ratitos o muchos ratitos. Depende, claro, y es verdad que es muy difícil estar siempre en ese camino, por supuesto. Siempre pasan cosas, tenemos que hacer renuncias, claro que sí. Pero si esas renuncias tienen sentido y están alineadas con tu propósito, no te va a costar renunciar. Es verdad que hay personas que tienen un camino más duro.   Sí, sí, sin duda. Y que tienen más trabajo que hacer en este sentido. Pero tengo que decir que sólo el 10% de tu felicidad depende de lo que te pasa, el 40% depende de cómo gestionas lo que te ocurre. Se piensa que en los barrios ricos de las grandes ciudades no hay gente infeliz y no te puedes imaginar, es exactamente igual o peor, no tiene nada que ver. Y esto es otra de las cosas que nos han vendido, ese falso positivismo de: 'que los niños no se frustren'. Y como no se frustran, nunca aprenden a frustrarse y cuando la vida les condiciona, se deshacen. Hemos hemos pensado que nuestra felicidad depende de las cosas y no es así, depende de cómo gestiono lo que me pasa. Si el 10 por ciento de la felicidad depende de lo que te pase y el 40 de cómo gestionas, ¿de qué depende el resto?   El resto es genético. El temperamento es el esqueleto biológico de la personalidad, eso está condicionado genéticamente y luego ese temperamento se modula con tus experiencias a lo largo de tu vida.

La actuación de Cort con los bellasombras

La actuación de Cort con los bellasombras

La tala de un total de 17 ejemplares de bellasombras en la plaza palmesana de Llorenç Villalonga ha provocado la indignación –y también movilizaciones– de la mayoría de vecinos de la zona, aunque hay que tener en cuenta que los informes técnicos avalaban que aquellos árboles presentaban síntomas de podredumbre, heridas profundas y cavidades, por lo que las posibilidades de que cayeran sobre la vía pública eran elevadas. Así las cosas, y pese a las críticas, es una obviedad que el Ajuntament de Palma ha actuado de forma correcta y responsable. Es evidente que a nadie le gusta que se derriben árboles, especialmente en una ciudad que necesita refugios climáticos y ‘ponerse más verde’, pero también hay que garantizar la seguridad de los viandantes.

Volver a ser normal (Cuento de Navidad)

Volver a ser normal (Cuento de Navidad)

Llevo ya tantos cuentos de Navidad escritos para este periódico que, a veces, incluso yo misma no me lo puedo creer. No sé cómo he sido capaz, la verdad. Soy una persona de poca imaginación y aunque bien que me gustaría, tampoco me parezco en nada a Dickens, en quien no podemos dejar de pensar por ser el escritor más navideño de toda la literatura universal y porque lo queremos mucho. A veces, para conseguir un mínimo de decencia en mi relato, me fijo insistentemente en algún detalle, ya sea una bola de cristal con purpurina de estrellitas, ya una nueva marca de turrón artesano con fresa y nata o pistacho, o tal vez una figura del belén artesano mallorquín en la que los tres Reyes Magos llegan al portal en motocicleta. Si los Reyes pueden viajar en moto es que cualquier cosa puede suceder. La Navidad, como todo el mundo sabe, cada vez es más variada y original. Y es que, entre nuestras tradiciones y las tradiciones importadas (el elfo travieso o la galleta de jengibre, socorro), se va haciendo más amplio el repertorio de celebraciones. En fin.