Adiós a Brigitte Bardot, mito erótico del cine francés de los 60 y reina de la 'chanson'
Fuera decisión del director Roger Vadim o de los productores de la película, escoger como título ‘Y Dios creo a la mujer’ (1956) fue un hallazgo absoluto. Sobre todo para la carrera de su protagonista femenina, Brigitte Bardot, y para el comienzo de su trayectoria como la estrella popular y el mito erótico más poderoso del cine europeo de finales de los 50 y la década siguiente. Bardot, la segunda B.B. más importante según Jean-Luc Godard, quien la dirigió en ‘El desprecio’ –la otra B.B. era, para el cineasta francés, Bertold Brecht–, no era precisamente una recién llegada cuando protagonizó ‘Y Dios creó a la mujer’. Nacida en París en 1934, había debutado en el cine en 1952 e intervenido en casi una veintena de películas francesas, algunas importantes como ‘Si Versalles pudiera hablar’ y ‘Las maniobras del amor’, y en uno de los ‘peplums’ producidos por Hollywood en Europa, ‘Helena de Troya’, en la que encarnó a una esclava de la protagonista.