Brigitte, la estilosa quiosquera
No compraba en el quiosco de Brigitte en Gran Vía, pero paseaba por allí con uno de los perros de la familia: Melón o Choco. Recuerdo que una vez le compré golosinas y un juguetito para mi ahijada Lola, y hablé con ella. Siempre me llamó la atención su atractiva figura. Rubia, alta y esbelta, pero especialmente su forma de vestir. Con estilo propio. Parecía extranjera, francesa por su nombre, que en realidad era Brígida López. Me hubiera gustado, como mujer interesante que consideré, hacerle algunas preguntas para que me resumiera su vida, porque me sorprendía que, con su porte, fuese quiosquera: actividad tan digna como otra si se ejerce con afán y buen trato, como hizo Brigitte. Podría haber sido modelo de pasarela.