Golpes, tigres y otros animales: los titanes del cine andaluz

Golpes, tigres y otros animales: los titanes del cine andaluz

Alberto Rodríguez, Rafael Cobos y Santi Amodeo encabezan las nominaciones de los Premios Carmen con 'Los Tigres', 'Golpes' y 'El cielo de los animales', tres obras de madurez que confirman su maestría a la hora de explorar la geografía humana y política de este país La película brasileña 'La mejor madre del mundo' se alza con Colón de Oro de la 51 edición del Festival de Huelva Alberto Rodríguez, Rafael Cobos y Santi Amodeo. Tres autores con una trayectoria que roza o supera el cuarto de siglo y que los Premios Carmen, de la Academia de Cine de Andalucía, acaban de consagrar con las nominaciones de su quinta edición, así como su éxito en los Premio ASECAN del Cine Andaluz . Los Tigres (Rodríguez), Golpes (Cobos) y El cielo de los animales (Amodeo) encabezan, de manera indiscutible, esta quinta edición de los Carmen, con un empate a 15 nominaciones entre las dos primeras y 11, la tercera. Más allá del dato, los premios suponen una poderosa instantánea que retrata la madurez artística de tres de los autores más importantes de -lo que convienen en llamar los teóricos y los periodistas- nuevo cine andaluz. La filmografía de Alberto (director) y Rafa (coguionista) está íntimamente ligada entre sí a través de una trayectoria que arranca en 7 Vírgenes y culmina, por ahora, en Anatomía de un instante , la Mejor Serie del año para -de momento- los Premios Forqué y los Premios ASECAN del Cine Andaluz. A través de la emoción del thriller o del cine de género -lo que el propio Cobos llama la peripecia- han explorado, en una segunda capa de lectura, la marginación social, la corrupción política, la brutalidad policial, la memoria histórica o la represión franquista, entre otros muchos temas. Han hecho, en definitiva, una poderosa radiografía de la herencia, brutalmente violenta, que el franquismo le legó a este país, sin dejar de lado la fascinación humana ni la emoción del cine de género. Sus obras de 2025 consagran su madurez de narración, estilo y temática. La virtuosidad con la que, por ejemplo, Rodríguez retrata la violencia terrorista de ETA a través de una secuencia electrizante en Anatomía de un instante o dibuja con sutileza la desigualdad de género en Los Tigres; con la que Cobos encarna la memoria histórica del país a través de dos hermanos enfrentados en Golpes ; o con la que Amodeo explora el duelo en El cielo de los animales , sitúan a los tres autores en un nivel de indiscutible excelencia internacional. Futuro alentador Si bien Los Tigres se ha estrenado en Francia, La Isla Mínima cuenta con su propio remake alemán (muy interesante en su retrato sobre la brutalidad policial tras la caída del Muro) o sus películas han viajado por algunos de los grandes festivales internacionales (Beijing, Toronto, Berlín, San Sebastián…), la deuda del establishment internacional con estas tres grandes figuras de nuestro cine es innegable. Pero llegará. Y debería hacerlo, por ejemplo, a través de la Academia de Cine Europeo, que se antoja un lugar privilegiado desde el que lanzar y honrar una filmografía que la institución europea, en una miopera centralista francogermana -que ha comenzado a tratarse en el último lustro- no le ha dado aún a estos titanes el lugar que les corresponde. Si Alberto, Rafa y Santi encarnan, junto a nombres como Benito Zambrano o Manuel Martín Cuenca, la base de ese nuevo cine andaluz, las nominaciones en Mejor Dirección de los Carmen arrojan una perspectiva muy interesante, en las que a Amodeo y Rodríguez, se suman Fernando Franco (Subsuelo), uno de los andaluces, junto a Alberto Rodríguez, con más nominaciones a los Goya -lo ganó en 2014 por Dirección Novel con La herida- tanto por su faceta como director como montador, y, por supuesto, Celia Rico, una de las autoras andaluzas más profundas y sutiles del panorama, quien, con La buena letra, ha firmado su tercera película y consolidado una carrera cinematográfica que con tanto éxito arrancó hace seis años con Viaje al cuarto de una madre. ¿Hay renovación del talento de los grandes nombres del cine andaluz? Si miramos en la categoría de documentales y cortometrajes, podemos jugar a ojear ese futuro, que se antoja alentador. Allí, en Mejor Documental, encontramos una obra, que roza la perfección, como La marisma , a cuyo director, Manu Trillo, le ha llevado casi una década retratar meticulosamente el entorno social y natural de Doñana, en una obra que trasciende ambas esferas para conectarlas con una emotiva poesía visual. También en este categoría encontramos tres documentales con un amplio recorrido en festivales nacionales e internacionales, preseleccionados para los Feroz Arrebato No Ficción, como son Antonio, el bailarín de España (Paco Ortiz), Un hombre libre (Laura Hojman) y Ellas en la ciudad (Reyes Gallegos), que finalmente ha resultado nominado a los premios de la prensa cinematográfica en dicha categoría. Patrimonio natural, artístico y social redescubiertos por cineastas con una profunda vocación por conectar arte y realidad. Mientras que en la categoría de Mejor Documental hablamos de cineastas con una trayectoria consolidada en su área, como son Hojman, Ortiz y Trillo, es en la categoría de Cortometraje de Ficción donde podemos vislumbrar algunos de los talentos que, más allá de su maestría en el corto, puedan despuntar en un futuro próximo en el largometraje de ficción, como son Dany Ruz, Andrea Ganfornina, Miguel Ángel Olivares o Nazaret Beca y Rodrigo Sancho. Derecho propio En All You Need Is Love , un breve relato en clave de comedia sobre la llegada de los Beatles a la España franquista a través de una escena de humor entre dos militantes de la Sección Femenina, encontramos a un cineasta, Dany Ruz, con una gran capacidad para la vis cómica y para condensar, en pocos minutos, un relato que alterna la memoria histórica con la capacidad para hacernos reírnos. En clave más trágica, Andrea Ganfornina nos adentra, con Quejío de loba, en la lacra de la violencia machista y logra la proeza de adentrarnos en esta tragedia familiar y social condensando de manera magistral sus tres actos. Para completar este tríptico, Piedra, papel o tijera se mueve entre las aguas del drama y la pátina de humor para retratar un asunto tan delicado como la eutanasia. Miguel Ángel Olivares se rodea de intérpretes de primer nivel, para hacerlo y se confirma como uno de nuestros grandes talentos cinematográficos. Los tres cortometrajes guardan similitudes: más de 70 selecciones en festivales, una veintena o treintena de premios a sus espaldas y un talento artístico especial -el de Ruz, Ganfornina y Olivares-, que, como señala la periodista cultural Mercedes Utrera, elevan el nivel del cortometraje andaluz por encima del panorama nacional. En definitiva, y a pesar de las dificultades que está viviendo el sector para rodar en Andalucía -por la feroz competencia fiscal de otras comunidades autónomas (pero este es otro tema)-, el camino iniciado hace 25 años por Alberto Rodríguez, Rafael Cobos o Santi Amodeo tiene visos de continuidad a través de unos jóvenes talentos, que reclaman, poco a poco, un espacio artístico que les corresponde por derecho propio. Y talento.

Golpes, tigres y otros animales: los titanes del cine andaluz

Golpes, tigres y otros animales: los titanes del cine andaluz

Alberto Rodríguez, Rafael Cobos y Santi Amodeo encabezan las nominaciones de los Premios Carmen con 'Los Tigres', 'Golpes' y 'El cielo de los animales', tres obras de madurez que confirman su maestría a la hora de explorar la geografía humana y política de este país La película brasileña 'La mejor madre del mundo' se alza con Colón de Oro de la 51 edición del Festival de Huelva Alberto Rodríguez, Rafael Cobos y Santi Amodeo. Tres autores con una trayectoria que roza o supera el cuarto de siglo y que los Premios Carmen, de la Academia de Cine de Andalucía, acaban de consagrar con las nominaciones de su quinta edición, así como su éxito en los Premio ASECAN del Cine Andaluz . Los Tigres (Rodríguez), Golpes (Cobos) y El cielo de los animales (Amodeo) encabezan, de manera indiscutible, esta quinta edición de los Carmen, con un empate a 15 nominaciones entre las dos primeras y 11, la tercera. Más allá del dato, los premios suponen una poderosa instantánea que retrata la madurez artística de tres de los autores más importantes de -lo que convienen en llamar los teóricos y los periodistas- nuevo cine andaluz. La filmografía de Alberto (director) y Rafa (coguionista) está íntimamente ligada entre sí a través de una trayectoria que arranca en 7 Vírgenes y culmina, por ahora, en Anatomía de un instante , la Mejor Serie del año para -de momento- los Premios Forqué y los Premios ASECAN del Cine Andaluz. A través de la emoción del thriller o del cine de género -lo que el propio Cobos llama la peripecia- han explorado, en una segunda capa de lectura, la marginación social, la corrupción política, la brutalidad policial, la memoria histórica o la represión franquista, entre otros muchos temas. Han hecho, en definitiva, una poderosa radiografía de la herencia, brutalmente violenta, que el franquismo le legó a este país, sin dejar de lado la fascinación humana ni la emoción del cine de género. Sus obras de 2025 consagran su madurez de narración, estilo y temática. La virtuosidad con la que, por ejemplo, Rodríguez retrata la violencia terrorista de ETA a través de una secuencia electrizante en Anatomía de un instante o dibuja con sutileza la desigualdad de género en Los Tigres; con la que Cobos encarna la memoria histórica del país a través de dos hermanos enfrentados en Golpes ; o con la que Amodeo explora el duelo en El cielo de los animales , sitúan a los tres autores en un nivel de indiscutible excelencia internacional. Futuro alentador Si bien Los Tigres se ha estrenado en Francia, La Isla Mínima cuenta con su propio remake alemán (muy interesante en su retrato sobre la brutalidad policial tras la caída del Muro) o sus películas han viajado por algunos de los grandes festivales internacionales (Beijing, Toronto, Berlín, San Sebastián…), la deuda del establishment internacional con estas tres grandes figuras de nuestro cine es innegable. Pero llegará. Y debería hacerlo, por ejemplo, a través de la Academia de Cine Europeo, que se antoja un lugar privilegiado desde el que lanzar y honrar una filmografía que la institución europea, en una miopera centralista francogermana -que ha comenzado a tratarse en el último lustro- no le ha dado aún a estos titanes el lugar que les corresponde. Si Alberto, Rafa y Santi encarnan, junto a nombres como Benito Zambrano o Manuel Martín Cuenca, la base de ese nuevo cine andaluz, las nominaciones en Mejor Dirección de los Carmen arrojan una perspectiva muy interesante, en las que a Amodeo y Rodríguez, se suman Fernando Franco (Subsuelo), uno de los andaluces, junto a Alberto Rodríguez, con más nominaciones a los Goya -lo ganó en 2014 por Dirección Novel con La herida- tanto por su faceta como director como montador, y, por supuesto, Celia Rico, una de las autoras andaluzas más profundas y sutiles del panorama, quien, con La buena letra, ha firmado su tercera película y consolidado una carrera cinematográfica que con tanto éxito arrancó hace seis años con Viaje al cuarto de una madre. ¿Hay renovación del talento de los grandes nombres del cine andaluz? Si miramos en la categoría de documentales y cortometrajes, podemos jugar a ojear ese futuro, que se antoja alentador. Allí, en Mejor Documental, encontramos una obra, que roza la perfección, como La marisma , a cuyo director, Manu Trillo, le ha llevado casi una década retratar meticulosamente el entorno social y natural de Doñana, en una obra que trasciende ambas esferas para conectarlas con una emotiva poesía visual. También en este categoría encontramos tres documentales con un amplio recorrido en festivales nacionales e internacionales, preseleccionados para los Feroz Arrebato No Ficción, como son Antonio, el bailarín de España (Paco Ortiz), Un hombre libre (Laura Hojman) y Ellas en la ciudad (Reyes Gallegos), que finalmente ha resultado nominado a los premios de la prensa cinematográfica en dicha categoría. Patrimonio natural, artístico y social redescubiertos por cineastas con una profunda vocación por conectar arte y realidad. Mientras que en la categoría de Mejor Documental hablamos de cineastas con una trayectoria consolidada en su área, como son Hojman, Ortiz y Trillo, es en la categoría de Cortometraje de Ficción donde podemos vislumbrar algunos de los talentos que, más allá de su maestría en el corto, puedan despuntar en un futuro próximo en el largometraje de ficción, como son Dany Ruz, Andrea Ganfornina, Miguel Ángel Olivares o Nazaret Beca y Rodrigo Sancho. Derecho propio En All You Need Is Love , un breve relato en clave de comedia sobre la llegada de los Beatles a la España franquista a través de una escena de humor entre dos militantes de la Sección Femenina, encontramos a un cineasta, Dany Ruz, con una gran capacidad para la vis cómica y para condensar, en pocos minutos, un relato que alterna la memoria histórica con la capacidad para hacernos reírnos. En clave más trágica, Andrea Ganfornina nos adentra, con Quejío de loba, en la lacra de la violencia machista y logra la proeza de adentrarnos en esta tragedia familiar y social condensando de manera magistral sus tres actos. Para completar este tríptico, Piedra, papel o tijera se mueve entre las aguas del drama y la pátina de humor para retratar un asunto tan delicado como la eutanasia. Miguel Ángel Olivares se rodea de intérpretes de primer nivel, para hacerlo y se confirma como uno de nuestros grandes talentos cinematográficos. Los tres cortometrajes guardan similitudes: más de 70 selecciones en festivales, una veintena o treintena de premios a sus espaldas y un talento artístico especial -el de Ruz, Ganfornina y Olivares-, que, como señala la periodista cultural Mercedes Utrera, elevan el nivel del cortometraje andaluz por encima del panorama nacional. En definitiva, y a pesar de las dificultades que está viviendo el sector para rodar en Andalucía -por la feroz competencia fiscal de otras comunidades autónomas (pero este es otro tema)-, el camino iniciado hace 25 años por Alberto Rodríguez, Rafael Cobos o Santi Amodeo tiene visos de continuidad a través de unos jóvenes talentos, que reclaman, poco a poco, un espacio artístico que les corresponde por derecho propio. Y talento.

La gestión de PP y Vox hunde al IVAM: caída del 26% de visitas y ninguna obra donada

La gestión de PP y Vox hunde al IVAM: caída del 26% de visitas y ninguna obra donada

El museo compensa el descenso de la venta de entradas y de los patrocinios con la venta de catálogos y de productos promocionales, según reconocen las cuentas anuales El IVAM cumple 36 años en una de las peores etapas de su historia: “Va a la deriva” José Antonio Rovira, conseller de Educación y Cultura del Ejecutivo autonómico de Carlos Mazón y actual titular de la cartera de Hacienda, Economía y Administración Pública con Juan Francisco Pérez Llorca, cierra su primera etapa en el Consell con un desplome de la principal institución museística del País Valenciano. El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) reconoce en sus cuentas anuales un desplome de visitas del 26% en el ejercicio 2024 (136.355 frente a los 183.017 en 2023). Todo ello a pesar de que el año anterior “se había recuperado la asistencia tras varios ejercicios de tendencia a la baja”. Rovira heredó la gestión del IVAM del anterior titular de Vox de la Conselleria de Cultura, el torero de Vox Vicente Barrera. La memoria anual enumera los vaivenes en el seno del museo: Nuria Enguita dimitió el 21 de febrero de 2024 tras la persecución a base de denuncias a la que le sometió Barrera en los tribunales ( sin éxito ). La dimisión de la reconocida gestora cultural dejó un vacío en un museo que ya vivió épocas convulsas durante la etapa de Consuelo Císcar, condenada por prevaricación , al frente de la institución cultural. Enguita apenas tardó un mes en ser fichada como directora artística del Museo de Arte Contemporáneo de Lisboa y el IVAM se quedó en un limbo, sin una dirección clara que ha propiciado la caída de las visitas tras una tendencia alcista en los ejercicios anteriores. La memoria anual tan solo indica que la anterior directora “causó baja”. El pasado 26 de marzo fue nombrada la nueva directora del IVAM, Blanca de la Torre , que afronta el reto de remontar la caída libre del museo. Además, con la losa del tajo del 18,44 % en el presupuesto de la Generalitat para el ejercicio 2025, según el apartado de hechos posteriores al cierre de las cuentas anuales. A pesar de la estabilización de los ingresos (303.669 euros en 2024, una cifra muy similar a la del año anterior), ha caído la venta de entradas al museo “por el descenso del número de visitantes”. El descenso de la venta de entradas y de los patrocinios se ha compensado con el incremento de las ventas de catálogos y productos promocionales, que “han permitido mantener el nivel de ingresos propios de la entidad del ejercicio anterior”. De 144.600 a cero euros en donaciones En el ejercicio 2024, el IVAM no recibió ninguna donación de obras de arte. Por el contrario, en 2023, recibió donaciones por un valor total de 144.600 euros, de artistas como Carmen Calvo, Jacinta Gil o el Equipo Crónica. La memoria también anota la reversión de la concesión de una de las naves en el Parque Central propiedad del Ayuntamiento de València, “por resultar inviable continuar con su gestión”.

El rechazo vecinal a un piso tutelado en Cáceres reabre el debate sobre la estigmatización de la infancia vulnerable

El rechazo vecinal a un piso tutelado en Cáceres reabre el debate sobre la estigmatización de la infancia vulnerable

Una pancarta dirigida a María Guardiola en un balcón de la calle Gil Cordero —junto a una imagen del Niño Jesús— simboliza el conflicto por la instalación de una vivienda para menores tutelados, finalmente descartada tras la presión vecinal. Trabajadoras sociales alertan del daño que provocan los prejuicios y la confusión entre protección y delincuencia Los pisos tutelados de menores en Extremadura tendrán dos trabajadores por turno y botón del pánico El número 4 de la calle Gil Cordero, en pleno centro de Cáceres, se ha convertido en los últimos días en el escenario de un conflicto que va más allá de una comunidad de vecinos. La oposición frontal a la instalación de un piso tutelado para menores, gestionado por la empresa Cerujovi por encargo de la Junta de Extremadura, ha reabierto un debate de fondo sobre el rechazo social a la infancia vulnerable, el miedo alimentado por prejuicios y el uso del lenguaje cuando se habla de protección institucional. Una sábana colgada de uno de los balcones del edificio ha sido la imagen más visible de la protesta. En ella podía leerse: 'María Guardiola, el piso tutelado te lo llevas a tu casa. No queremos ser Belén Cortés'. Justo al lado, en el mismo balcón, una imagen del Niño Jesús completaba una escena cargada de simbolismo y contradicciones. “Nosotros no somos prejuiciosos, aquí puede vivir cualquiera, pero lo que no queremos es convivir con chicos que han cometido delitos. Igual que han cometido una cosa, pueden cometer otra. El miedo es libre”, explicaba ante los medios Elisa González, una de las vecinas que lidera la oposición al recurso. El argumento central del vecindario ha sido la inseguridad y la vinculación del piso con la empresa que gestionaba la vivienda tutelada de Badajoz donde fue asesinada la educadora Belén Cortés el pasado mes de marzo. La comunidad sostiene que la Junta de Extremadura tiene capacidad de decisión en la ubicación de estos recursos —recuerdan que ha sido condenada a pagar 600.000 euros por responsabilidad civil en el caso de Badajoz— y que los estatutos del edificio prohíben expresamente tanto los pisos turísticos como los tutelados. “Va contra los estatutos y genera inseguridad”, defendía el presidente de la comunidad, Alfonso Sánchez-Ocaña, quien también denunciaba que la actividad se habría ocultado durante las obras de acondicionamiento del piso. El temor se intensificó cuando los vecinos creyeron que los menores ya se habían instalado. Sin embargo, desde Cerujovi lo desmienten con rotundidad. La empresa asegura que el servicio nunca llegó a ponerse en marcha y que, ante el clima de hostilidad, han decidido no seguir adelante con este emplazamiento. “No queremos que los menores vivan en un lugar donde se les rechaza”, explican desde la entidad, que denuncia episodios de “violencia verbal”, intentos de impedir el acceso a las trabajadoras e incluso comentarios machistas dirigidos a las profesionales. Finalmente, la Junta de Extremadura ha confirmado a una de las propietarias de la vivienda que el piso de Gil Cordero no prestará servicios para menores tutelados y que la empresa buscará una ubicación alternativa, garantizando —según el Ejecutivo regional— la continuidad de la atención. La administración recuerda que su obligación es dotar de recursos al sistema de protección y que corresponde a la empresa adjudicataria alquilar una vivienda adecuada. Más allá del desenlace concreto, el conflicto ha provocado una reacción contundente de profesionales del ámbito social. Angélica, trabajadora social especializada en jóvenes, se muestra “inmensamente triste” ante lo ocurrido. “Qué daño hace el uso del lenguaje equivocado y los prejuicios interesados que han estigmatizado a la infancia vulnerable”, afirma. Recuerda que los menores tutelados lo son porque han sufrido abandono, maltrato, negligencias graves o pobreza extrema, y que la intervención pública busca garantizar derechos básicos: alimentación, seguridad, atención sanitaria, afecto, educación y acompañamiento emocional. “No tienen por qué ser delincuentes ni violentos”, subraya, y además insiste en la necesidad de diferenciar realidades que a menudo se mezclan de forma interesada en el discurso público. “Una cosa son los niños y niñas tutelados por motivos de vulnerabilidad social o familiar; otra, los menores migrantes no acompañados; y otra muy distinta, los adolescentes que han cometido delitos y cumplen medidas judiciales reguladas por la ley penal del menor”, explica. “Confundirlo todo solo genera miedo y rechazo”. Desde Cerujovi destacan que el modelo de pisos tutelados busca precisamente la normalización de la vida de estos menores. En el caso de Gil Cordero, la previsión era un máximo de seis jóvenes, siempre acompañados por al menos dos adultos, dentro de un equipo formado por once profesionales —psicólogos, educadores y personal especializado—. “Cada vez es más difícil encontrar espacios donde se permita desarrollar este trabajo”, lamentan. El propietario del piso, Enrique Arias, que mantiene una relación de asesoría profesional con la empresa desde hace 14 años, se declara “estupefacto” por la reacción vecinal y la tensión generada incluso antes de que el recurso comenzara a funcionar. Y es que en la vivienda se había realizado una reforma integral para adaptarla a las necesidades de los menores. Para las profesionales de la intervención social, el mensaje final es claro: el problema nunca son los niños y las niñas. “Todos tienen derecho a una vida plena y feliz, y es la administración la que debe garantizarlo con criterios técnicos, no al dictado del miedo”, concluyen. Lo ocurrido en Cáceres, advierten, no es un episodio aislado, sino un síntoma de una sociedad que todavía mira con recelo a quienes más protección necesitan. “Resulta especialmente doloroso que, ante la oleada de miedo y prejuicios, las instituciones públicas hayan guardado silencio en lugar de salir a explicar con claridad que convivir con niños y niñas en un recurso educativo, acompañado por profesionales, no entraña ningún tipo de peligrosidad, sino una oportunidad de cuidado y reparación. Lejos de alimentar el rechazo, la administración debería haber estado al lado de la entidad gestora para hacer del edificio un lugar más amable, preparado y acogedor para su llegada, y no contribuir a este clima de sospecha que deshumaniza a la infancia más vulnerable. El verdadero problema no son los menores, sino la precariedad y la descoordinación con la que, desde hace años, se externaliza y se recorta la protección que debería garantizar la propia administración, un modelo que ha dejado en la intemperie tanto a los profesionales como a los chicos y chicas, y que está en el origen de tragedias como el asesinato de la educadora social Belén Cortés, que han sacudido Extremadura y evidenciado el fracaso institucional en el cuidado de sus propios niños”, se lamentan. Por su parte, la Junta de Extremadura aclara que el procedimiento “sigue siendo el mismo que en legislaturas anteriores”. Insiste que la empresa adjudicataria es la responsable de alquilar y poner a disposición la vivienda adecuada para el desarrollo del servicio y que la institución regional tiene la obligación de dotar los recursos necesarios para la prestación de un recurso residencial para menores, y que dada la situación actual, “la empresa ya ha manifestado que procederá a un cambio de vivienda debido a la presión vecinal para garantizar en todo momento la protección de los menores y la continuidad de la atención”.

Mujeres, jóvenes y andaluzas: las 'influencers' que combaten a la ultraderecha desde el feminismo y la Memoria Histórica

Mujeres, jóvenes y andaluzas: las 'influencers' que combaten a la ultraderecha desde el feminismo y la Memoria Histórica

Una historiadora, Josefa Mesa, una politóloga, Isabel Serrano, y una periodista, Carmen Romero, luchan “contra el auge del fascismo” con vídeos divulgativos desde las redes sociales Cómo acercar la Memoria Histórica a los jóvenes: clases contra la “revolución del odio” o visitar fosas comunes franquistas Pongan que el fascismo es una hidra de mil cabezas en la que el mal, por más que se corta, renace. A la bestia de la mitología griega la derrotan dos tipos, Heracles y su sobrino Yolao, y contra el engendro actual luchan –entre muchas – tres mujeres: una historiadora, una politóloga y una periodista. Ellas son, por ese orden, Josefa Mesa, Isabel Serrano y Carmen Romero, jóvenes e ' influencers ' que combaten desde las redes sociales, con feminismo, Memoria Histórica y acento andaluz, al renovado monstruo de la extrema derecha. “El concepto de fascismo histórico ha cambiado, ya no hace falta un golpe de Estado sino el deterioro de las instituciones democráticas”, contextualiza Josefa Mesa (Alcalá la Real, Jaén), Josefine Table en redes. Y aquel “adoctrinamiento más clásico” ataca ahora desde el ciberespacio con un “contenido banalizador de la dictadura franquista” –en el caso español– que “conquista a los jóvenes”. “Estamos en la era de la desinformación y a la gente le entran más fácil los bulos y noticias falsas porque están construidas de forma emocional, es más fácil digerir que la verdad”, tercia Carmen Romero (Montellano, Sevilla). Mentiras por billetes, claro: “Los ‘influencers’ fascistoides y esos seudoperiodistas han visto un nicho mercado clarísimo en llevarse a la gente al fascismo, que se vende como rupturista y antisistema”. “El fascismo en el siglo XX llegó con la censura y ahora por los algoritmos ”, resume Isabel Serrano (Aracena, Huelva). Queda la esperanza, dice: “Oyendo a nuestras abuelas he aprendido que aunque vengan muy mal dadas siempre han sabido buscar las triquiñuelas para defenderse, da igual la hidra que tengamos delante”. Es una “batalla ideológica” donde el relato ultra “juega dopado” porque las redes sociales premian el discurso de odio, coinciden las tres, que suman decenas de miles de seguidores, en conversación con elDiario.es Andalucía . La historiadora, en redes sociales, Josefine Table. Las caras del monstruo La hidra tiene las seseras del neoliberalismo , el tecnofeudalismo y el capitalismo suicida , del autoritarismo, el populismo ultranacionalista, el revisionismo histórico y la apología del totalitarismo y las dictaduras, del racismo, el machismo y el negacionismo del cambio climático … apéndices con caras visibles tipo Donald Trump en EEUU, José Antonio Kast en Chile, Viktor Orbán en Hungria, Javier Milei en Argentina, Sanae Takaichi en Japón y Benjamin Netanyahu en Israel, por ejemplo. O la ofensiva ultra que reivindica a Franco en España. Anda la ola reaccionaria a gusto por las molleras de la alimaña, se diría. “Al final la batalla se tiene que dar en todos los ámbitos y uno es las redes sociales, la extrema derecha ha entendido muy bien los códigos y entró rápido, y la izquierda no es solo que no nos organicemos, sino también que las reglas del juego están trucadas, jugamos en el tablero del adversario, ellos son los que la controlan”, explica la politóloga Isabel Serrano. Como “cuando Elon Musk beneficia a Trump porque es el dueño de esa red”, ejemplifica. “Somos muchas veces más lobos solitarios”, o lobas, apunta. “Los agitadores reaccionarios tienen un ecosistema que los creadores de contenidos de izquierda no tenemos, ellos pueden mentir impunemente, no tienen vinculación con el rigor y tienen una amplificación en redes que nos hacen más difícil esta labor”, según la historiadora Josefina Mesa. “Está de moda ser de extrema derecha pero me niego a pensar que haya tantos fachas”, dice la periodista Carmen Romero. “Es un ciclo de recesión de valores democráticos”, amplía, “y confío en la gente que está enfrente y organizada sepa cabalgar en lo que nos viene encima, hablo de todo el tejido asociativo, que es lo que siempre nos ha salvado de cualquier abismo”. La periodista Carmen Romero. Chavales ultras, memoria joven La sobreexposición a discursos ultras casa con los problemas del capitalismo, como el acceso a la vivienda o la precariedad laboral y económica. Y ese barro arrastra a los jóvenes. “Como cuando dicen que con Franco se vivía mejor”, aplica Romero. “Por desgracia ni en los institutos se enseña a los chavales qué fue el franquismo ” y solo hay que ir a la fuente, la dictadura, “para saber lo que hacían y desmontar esos bulos”. Pero hay que “anular el mito falso de que toda la gente joven es de derecha”, advierte. “Estoy cansada de esa narrativa alarmista en torno a la juventud”, coincide Mesa. “Que son neonazis prácticamente, que nos llevan a la deriva, que se están volviendo locos… y no es eso, hay que alejarse de esa criminalización y entrar en el por qué sí hay una parte cada vez más atraída por esos mensajes y cómo se puede revertir”, como cuenta en la obra colectiva Regreso al pasado (Ediciones Akal) en el capítulo ‘«Esto con Franco no pasaba». Jóvenes, nostalgia reaccionaria y el regreso sentimental de la dictadura’. El universo ultra capitaliza esa desafección. “Ahora que hay chavales que alaban a Franco hay que ver cómo se ha contado el franquismo , siempre con grandes batallas, fechas… pero no se ha contado el dolor, la pérdida, las historias concretas y ese ejercicio de poner rostro a las que perdieron y sufrieron”, sostiene Serrano, como ella hace en el libro Muros de silencio (Ediciones B | Penguin Libros) con el subtítulo 'Represión y resistencia: las mujeres en el franquismo'. “Las mujeres somos la guardianas de la memoria ”, certifica. Una cuestión que ellas tienen como “eje vertebrador” de su contenido, como un “deber democrático” con las víctimas y para “combatir en el presente” a la extrema derecha. “Nunca pierdo el foco de la Memoria Histórica, es esencial, celebramos la muerte del dictador y los 50 años de democracia y todavía hay muchas cuestiones no resueltas”, dice la historiadora. “Tuvimos muchos años de dictadura y el dictador murió en la cama, pero mucha gente no dejó de luchar, incluso dieron su vida, para que hoy tengamos esta democracia”, indica la periodista. “Y es muy importante saber contextualizar siempre y que si no seguimos esa línea de mejorar la vida de la clase trabajadora, movilizándonos y organizándonos, podemos vernos como hace unos años”, avisa. Isabel Serrano, socióloga y politóloga. Antifascismo con acento andaluz Otra clave de su tarea divulgativa es el feminismo. “Las mujeres siempre hemos estado relegadas más a un trapo que a la historia y ahora tenemos los ovarios de hablar ante una cámara, escribir, dar el salto al espacio público… nuestras madres y abuelas no pudieron y de eso no hace tanto, por eso es revolucionario”, ilustra Carmen Romero. “El feminismo lo atraviesa todo, los temas que elijo siempre tienen esa perspectiva y como mujer feminista soy consciente que la exposición que tengo en redes sociales es diferente a los compañeros que hagan un trabajo parecido”, atiende Isabel Serrano. Además “la diferencia en porcentaje de voto a la extrema derecha no es tanto por edad sino más bien una brecha de género, se habla de jóvenes ultras y las mujeres suelen ser más progresistas aunque haya un auge de las tradwives ”, analiza Josefa Mesa. “Y si somos jóvenes nos llegan más críticas porque muchas cosas no han cambiado tanto”, incide la periodista, “como si fuéramos secundarias y tuviéramos que tener papel de subordinación”. Luego está el acento andaluz, un pilar de sus vídeos que genera acoso virtual –que reciben por ser mujeres, jóvenes, progresistas…– y discriminación lingüística. “La andalufobia persiste y recibo a diario comentarios de quien dice que no me entiende, y yo no me lo creo, sencillamente no quieren y no se acostumbran que las andaluzas podamos hablar de cosas serias y no solo de un chiste, a día de hoy no está superada esta cuestión”, denuncia Josefa Mesa. “Reivindico el acento, nos han enseñado que si quieres parecer seria y te entiendan, tienes que pronunciar todas las letras, pero no hay que ocultarlo, es una riqueza, y el que no quiera entender tampoco necesita mucho”, en palabras de Serrano. “A las periodistas nos dicen que tenemos que cambiar el registro, como si fuera algo malo”, enlaza Carmen Romero, “y que tengamos un acento muy marcado en redes es algo muy político y hay mucha gente que lo defiende”. “Andalucía es mi raíz, es imposible desligarla de lo que hago, uno de los ejes cardinales de mi ideología es el andalucismo y la creencia en una España diversa cultural y de sentimiento, la mirada la tengo en verde y blanco”, continúa la politóloga. “Con Andalucía pasa algo muy bonito, lo llevamos dentro y la gente lo percibe a través del acento”, enfatiza la historiadora. “De Despeñaperros para arriba a veces salta el comentario tonto de ‘no te entiendo’, la gente no está acostumbrada a que tengamos tanta voz y está claro que hay que romper esa línea de subalternidad de Andalucía”, robustece la periodista. Trincheras ante el abismo “Soy consciente de que vamos a caer en el abismo, antes o después, somos casi la excepción en Europa, tendremos un gobierno que provocará muchos retrocesos… pero creo en la resiliencia de nuestro pueblo, vamos a defenderlo, y nada más veamos la grieta, vamos a colarnos para recuperarlo”, según Isabel. “La deriva no la tienen ganada, parece muchas veces porque tienen más medios, pero los movimientos sociales siguen siendo la respuesta y las opciones populistas no miran por la mayor parte de la población sino por uno minoritario y elitista”, dice Josefa. “Una sociedad no aguanta tanta tensión y tanto odio tanto tiempo, en los últimos meses veo respuesta en redes sociales, hay mucha más gente que antes contestando las barbaridades a los fascistas”, según Carmen. “Compartimos trinchera” para “combatir el odio”, dicen. Josefa haciendo “píldoras históricas” como “labor pedagógica y divulgativa” que “sirva para el presente”. Isabel con un “contrarelato” que aterriza el mensaje al uso cotidiano para “contar de forma sencilla lo complejo”. Carmen apelando a “la obligación del cuarto poder”, el periodismo, para “construir democracia” desde “el coraje, que me sale solo, por la rabia de cómo está el mundo”. Por eso, quizás, las tres defienden también un sentimiento: la esperanza. Un anhelo que va del “pesimismo esperanzador” por el futuro, de la politóloga, al canje “de la resignación a perder la batalla ideológica” por el “no está perdida”, de la periodista, y el “podemos hacer algo, estamos a tiempo”, de la historiadora. En aquellas historias de dioses, héroes y criaturas de la mitología griega, por cierto, también había figuras femeninas. Y poderosas. Caso de las diosas Hera, Afrodita y Artemisa, heroínas como Medea, Penélope y Andrómeda, y personajes como Circe, Psique y las Musas. Ahora tres mujeres andaluzas andan por las redes desactivando a esa especie de Hidra de Lerna que es el fascismo: Josefa Mesa, Isabel Serrano y Carmen Romero, armadas de memoria y feminismo.

La gestión de PP y Vox hunde al IVAM: caída del 26% de visitas y ninguna obra donada

La gestión de PP y Vox hunde al IVAM: caída del 26% de visitas y ninguna obra donada

El museo compensa el descenso de la venta de entradas y de los patrocinios con la venta de catálogos y de productos promocionales, según reconocen las cuentas anuales El IVAM cumple 36 años en una de las peores etapas de su historia: “Va a la deriva” José Antonio Rovira, conseller de Educación y Cultura del Ejecutivo autonómico de Carlos Mazón y actual titular de la cartera de Hacienda, Economía y Administración Pública con Juan Francisco Pérez Llorca, cierra su primera etapa en el Consell con un desplome de la principal institución museística del País Valenciano. El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) reconoce en sus cuentas anuales un desplome de visitas del 26% en el ejercicio 2024 (136.355 frente a los 183.017 en 2023). Todo ello a pesar de que el año anterior “se había recuperado la asistencia tras varios ejercicios de tendencia a la baja”. Rovira heredó la gestión del IVAM del anterior titular de Vox de la Conselleria de Cultura, el torero de Vox Vicente Barrera. La memoria anual enumera los vaivenes en el seno del museo: Nuria Enguita dimitió el 21 de febrero de 2024 tras la persecución a base de denuncias a la que le sometió Barrera en los tribunales ( sin éxito ). La dimisión de la reconocida gestora cultural dejó un vacío en un museo que ya vivió épocas convulsas durante la etapa de Consuelo Císcar, condenada por prevaricación , al frente de la institución cultural. Enguita apenas tardó un mes en ser fichada como directora artística del Museo de Arte Contemporáneo de Lisboa y el IVAM se quedó en un limbo, sin una dirección clara que ha propiciado la caída de las visitas tras una tendencia alcista en los ejercicios anteriores. La memoria anual tan solo indica que la anterior directora “causó baja”. El pasado 26 de marzo fue nombrada la nueva directora del IVAM, Blanca de la Torre , que afronta el reto de remontar la caída libre del museo. Además, con la losa del tajo del 18,44 % en el presupuesto de la Generalitat para el ejercicio 2025, según el apartado de hechos posteriores al cierre de las cuentas anuales. A pesar de la estabilización de los ingresos (303.669 euros en 2024, una cifra muy similar a la del año anterior), ha caído la venta de entradas al museo “por el descenso del número de visitantes”. El descenso de la venta de entradas y de los patrocinios se ha compensado con el incremento de las ventas de catálogos y productos promocionales, que “han permitido mantener el nivel de ingresos propios de la entidad del ejercicio anterior”. De 144.600 a cero euros en donaciones En el ejercicio 2024, el IVAM no recibió ninguna donación de obras de arte. Por el contrario, en 2023, recibió donaciones por un valor total de 144.600 euros, de artistas como Carmen Calvo, Jacinta Gil o el Equipo Crónica. La memoria también anota la reversión de la concesión de una de las naves en el Parque Central propiedad del Ayuntamiento de València, “por resultar inviable continuar con su gestión”.

El rechazo vecinal a un piso tutelado en Cáceres reabre el debate sobre la estigmatización de la infancia vulnerable

El rechazo vecinal a un piso tutelado en Cáceres reabre el debate sobre la estigmatización de la infancia vulnerable

Una pancarta dirigida a María Guardiola en un balcón de la calle Gil Cordero —junto a una imagen del Niño Jesús— simboliza el conflicto por la instalación de una vivienda para menores tutelados, finalmente descartada tras la presión vecinal. Trabajadoras sociales alertan del daño que provocan los prejuicios y la confusión entre protección y delincuencia Los pisos tutelados de menores en Extremadura tendrán dos trabajadores por turno y botón del pánico El número 4 de la calle Gil Cordero, en pleno centro de Cáceres, se ha convertido en los últimos días en el escenario de un conflicto que va más allá de una comunidad de vecinos. La oposición frontal a la instalación de un piso tutelado para menores, gestionado por la empresa Cerujovi por encargo de la Junta de Extremadura, ha reabierto un debate de fondo sobre el rechazo social a la infancia vulnerable, el miedo alimentado por prejuicios y el uso del lenguaje cuando se habla de protección institucional. Una sábana colgada de uno de los balcones del edificio ha sido la imagen más visible de la protesta. En ella podía leerse: 'María Guardiola, el piso tutelado te lo llevas a tu casa. No queremos ser Belén Cortés'. Justo al lado, en el mismo balcón, una imagen del Niño Jesús completaba una escena cargada de simbolismo y contradicciones. “Nosotros no somos prejuiciosos, aquí puede vivir cualquiera, pero lo que no queremos es convivir con chicos que han cometido delitos. Igual que han cometido una cosa, pueden cometer otra. El miedo es libre”, explicaba ante los medios Elisa González, una de las vecinas que lidera la oposición al recurso. El argumento central del vecindario ha sido la inseguridad y la vinculación del piso con la empresa que gestionaba la vivienda tutelada de Badajoz donde fue asesinada la educadora Belén Cortés el pasado mes de marzo. La comunidad sostiene que la Junta de Extremadura tiene capacidad de decisión en la ubicación de estos recursos —recuerdan que ha sido condenada a pagar 600.000 euros por responsabilidad civil en el caso de Badajoz— y que los estatutos del edificio prohíben expresamente tanto los pisos turísticos como los tutelados. “Va contra los estatutos y genera inseguridad”, defendía el presidente de la comunidad, Alfonso Sánchez-Ocaña, quien también denunciaba que la actividad se habría ocultado durante las obras de acondicionamiento del piso. El temor se intensificó cuando los vecinos creyeron que los menores ya se habían instalado. Sin embargo, desde Cerujovi lo desmienten con rotundidad. La empresa asegura que el servicio nunca llegó a ponerse en marcha y que, ante el clima de hostilidad, han decidido no seguir adelante con este emplazamiento. “No queremos que los menores vivan en un lugar donde se les rechaza”, explican desde la entidad, que denuncia episodios de “violencia verbal”, intentos de impedir el acceso a las trabajadoras e incluso comentarios machistas dirigidos a las profesionales. Finalmente, la Junta de Extremadura ha confirmado a una de las propietarias de la vivienda que el piso de Gil Cordero no prestará servicios para menores tutelados y que la empresa buscará una ubicación alternativa, garantizando —según el Ejecutivo regional— la continuidad de la atención. La administración recuerda que su obligación es dotar de recursos al sistema de protección y que corresponde a la empresa adjudicataria alquilar una vivienda adecuada. Más allá del desenlace concreto, el conflicto ha provocado una reacción contundente de profesionales del ámbito social. Angélica, trabajadora social especializada en jóvenes, se muestra “inmensamente triste” ante lo ocurrido. “Qué daño hace el uso del lenguaje equivocado y los prejuicios interesados que han estigmatizado a la infancia vulnerable”, afirma. Recuerda que los menores tutelados lo son porque han sufrido abandono, maltrato, negligencias graves o pobreza extrema, y que la intervención pública busca garantizar derechos básicos: alimentación, seguridad, atención sanitaria, afecto, educación y acompañamiento emocional. “No tienen por qué ser delincuentes ni violentos”, subraya, y además insiste en la necesidad de diferenciar realidades que a menudo se mezclan de forma interesada en el discurso público. “Una cosa son los niños y niñas tutelados por motivos de vulnerabilidad social o familiar; otra, los menores migrantes no acompañados; y otra muy distinta, los adolescentes que han cometido delitos y cumplen medidas judiciales reguladas por la ley penal del menor”, explica. “Confundirlo todo solo genera miedo y rechazo”. Desde Cerujovi destacan que el modelo de pisos tutelados busca precisamente la normalización de la vida de estos menores. En el caso de Gil Cordero, la previsión era un máximo de seis jóvenes, siempre acompañados por al menos dos adultos, dentro de un equipo formado por once profesionales —psicólogos, educadores y personal especializado—. “Cada vez es más difícil encontrar espacios donde se permita desarrollar este trabajo”, lamentan. El propietario del piso, Enrique Arias, que mantiene una relación de asesoría profesional con la empresa desde hace 14 años, se declara “estupefacto” por la reacción vecinal y la tensión generada incluso antes de que el recurso comenzara a funcionar. Y es que en la vivienda se había realizado una reforma integral para adaptarla a las necesidades de los menores. Para las profesionales de la intervención social, el mensaje final es claro: el problema nunca son los niños y las niñas. “Todos tienen derecho a una vida plena y feliz, y es la administración la que debe garantizarlo con criterios técnicos, no al dictado del miedo”, concluyen. Lo ocurrido en Cáceres, advierten, no es un episodio aislado, sino un síntoma de una sociedad que todavía mira con recelo a quienes más protección necesitan. “Resulta especialmente doloroso que, ante la oleada de miedo y prejuicios, las instituciones públicas hayan guardado silencio en lugar de salir a explicar con claridad que convivir con niños y niñas en un recurso educativo, acompañado por profesionales, no entraña ningún tipo de peligrosidad, sino una oportunidad de cuidado y reparación. Lejos de alimentar el rechazo, la administración debería haber estado al lado de la entidad gestora para hacer del edificio un lugar más amable, preparado y acogedor para su llegada, y no contribuir a este clima de sospecha que deshumaniza a la infancia más vulnerable. El verdadero problema no son los menores, sino la precariedad y la descoordinación con la que, desde hace años, se externaliza y se recorta la protección que debería garantizar la propia administración, un modelo que ha dejado en la intemperie tanto a los profesionales como a los chicos y chicas, y que está en el origen de tragedias como el asesinato de la educadora social Belén Cortés, que han sacudido Extremadura y evidenciado el fracaso institucional en el cuidado de sus propios niños”, se lamentan. Por su parte, la Junta de Extremadura aclara que el procedimiento “sigue siendo el mismo que en legislaturas anteriores”. Insiste que la empresa adjudicataria es la responsable de alquilar y poner a disposición la vivienda adecuada para el desarrollo del servicio y que la institución regional tiene la obligación de dotar los recursos necesarios para la prestación de un recurso residencial para menores, y que dada la situación actual, “la empresa ya ha manifestado que procederá a un cambio de vivienda debido a la presión vecinal para garantizar en todo momento la protección de los menores y la continuidad de la atención”.

Mujeres, jóvenes y andaluzas: las 'influencers' que combaten a la ultraderecha desde el feminismo y la Memoria Histórica

Mujeres, jóvenes y andaluzas: las 'influencers' que combaten a la ultraderecha desde el feminismo y la Memoria Histórica

Una historiadora, Josefa Mesa, una politóloga, Isabel Serrano, y una periodista, Carmen Romero, luchan “contra el auge del fascismo” con vídeos divulgativos desde las redes sociales Cómo acercar la Memoria Histórica a los jóvenes: clases contra la “revolución del odio” o visitar fosas comunes franquistas Pongan que el fascismo es una hidra de mil cabezas en la que el mal, por más que se corta, renace. A la bestia de la mitología griega la derrotan dos tipos, Heracles y su sobrino Yolao, y contra el engendro actual luchan –entre muchas – tres mujeres: una historiadora, una politóloga y una periodista. Ellas son, por ese orden, Josefa Mesa, Isabel Serrano y Carmen Romero, jóvenes e ' influencers ' que combaten desde las redes sociales, con feminismo, Memoria Histórica y acento andaluz, al renovado monstruo de la extrema derecha. “El concepto de fascismo histórico ha cambiado, ya no hace falta un golpe de Estado sino el deterioro de las instituciones democráticas”, contextualiza Josefa Mesa (Alcalá la Real, Jaén), Josefine Table en redes. Y aquel “adoctrinamiento más clásico” ataca ahora desde el ciberespacio con un “contenido banalizador de la dictadura franquista” –en el caso español– que “conquista a los jóvenes”. “Estamos en la era de la desinformación y a la gente le entran más fácil los bulos y noticias falsas porque están construidas de forma emocional, es más fácil digerir que la verdad”, tercia Carmen Romero (Montellano, Sevilla). Mentiras por billetes, claro: “Los ‘influencers’ fascistoides y esos seudoperiodistas han visto un nicho mercado clarísimo en llevarse a la gente al fascismo, que se vende como rupturista y antisistema”. “El fascismo en el siglo XX llegó con la censura y ahora por los algoritmos ”, resume Isabel Serrano (Aracena, Huelva). Queda la esperanza, dice: “Oyendo a nuestras abuelas he aprendido que aunque vengan muy mal dadas siempre han sabido buscar las triquiñuelas para defenderse, da igual la hidra que tengamos delante”. Es una “batalla ideológica” donde el relato ultra “juega dopado” porque las redes sociales premian el discurso de odio, coinciden las tres, que suman decenas de miles de seguidores, en conversación con elDiario.es Andalucía . La historiadora, en redes sociales, Josefine Table. Las caras del monstruo La hidra tiene las seseras del neoliberalismo , el tecnofeudalismo y el capitalismo suicida , del autoritarismo, el populismo ultranacionalista, el revisionismo histórico y la apología del totalitarismo y las dictaduras, del racismo, el machismo y el negacionismo del cambio climático … apéndices con caras visibles tipo Donald Trump en EEUU, José Antonio Kast en Chile, Viktor Orbán en Hungria, Javier Milei en Argentina, Sanae Takaichi en Japón y Benjamin Netanyahu en Israel, por ejemplo. O la ofensiva ultra que reivindica a Franco en España. Anda la ola reaccionaria a gusto por las molleras de la alimaña, se diría. “Al final la batalla se tiene que dar en todos los ámbitos y uno es las redes sociales, la extrema derecha ha entendido muy bien los códigos y entró rápido, y la izquierda no es solo que no nos organicemos, sino también que las reglas del juego están trucadas, jugamos en el tablero del adversario, ellos son los que la controlan”, explica la politóloga Isabel Serrano. Como “cuando Elon Musk beneficia a Trump porque es el dueño de esa red”, ejemplifica. “Somos muchas veces más lobos solitarios”, o lobas, apunta. “Los agitadores reaccionarios tienen un ecosistema que los creadores de contenidos de izquierda no tenemos, ellos pueden mentir impunemente, no tienen vinculación con el rigor y tienen una amplificación en redes que nos hacen más difícil esta labor”, según la historiadora Josefina Mesa. “Está de moda ser de extrema derecha pero me niego a pensar que haya tantos fachas”, dice la periodista Carmen Romero. “Es un ciclo de recesión de valores democráticos”, amplía, “y confío en la gente que está enfrente y organizada sepa cabalgar en lo que nos viene encima, hablo de todo el tejido asociativo, que es lo que siempre nos ha salvado de cualquier abismo”. La periodista Carmen Romero. Chavales ultras, memoria joven La sobreexposición a discursos ultras casa con los problemas del capitalismo, como el acceso a la vivienda o la precariedad laboral y económica. Y ese barro arrastra a los jóvenes. “Como cuando dicen que con Franco se vivía mejor”, aplica Romero. “Por desgracia ni en los institutos se enseña a los chavales qué fue el franquismo ” y solo hay que ir a la fuente, la dictadura, “para saber lo que hacían y desmontar esos bulos”. Pero hay que “anular el mito falso de que toda la gente joven es de derecha”, advierte. “Estoy cansada de esa narrativa alarmista en torno a la juventud”, coincide Mesa. “Que son neonazis prácticamente, que nos llevan a la deriva, que se están volviendo locos… y no es eso, hay que alejarse de esa criminalización y entrar en el por qué sí hay una parte cada vez más atraída por esos mensajes y cómo se puede revertir”, como cuenta en la obra colectiva Regreso al pasado (Ediciones Akal) en el capítulo ‘«Esto con Franco no pasaba». Jóvenes, nostalgia reaccionaria y el regreso sentimental de la dictadura’. El universo ultra capitaliza esa desafección. “Ahora que hay chavales que alaban a Franco hay que ver cómo se ha contado el franquismo , siempre con grandes batallas, fechas… pero no se ha contado el dolor, la pérdida, las historias concretas y ese ejercicio de poner rostro a las que perdieron y sufrieron”, sostiene Serrano, como ella hace en el libro Muros de silencio (Ediciones B | Penguin Libros) con el subtítulo 'Represión y resistencia: las mujeres en el franquismo'. “Las mujeres somos la guardianas de la memoria ”, certifica. Una cuestión que ellas tienen como “eje vertebrador” de su contenido, como un “deber democrático” con las víctimas y para “combatir en el presente” a la extrema derecha. “Nunca pierdo el foco de la Memoria Histórica, es esencial, celebramos la muerte del dictador y los 50 años de democracia y todavía hay muchas cuestiones no resueltas”, dice la historiadora. “Tuvimos muchos años de dictadura y el dictador murió en la cama, pero mucha gente no dejó de luchar, incluso dieron su vida, para que hoy tengamos esta democracia”, indica la periodista. “Y es muy importante saber contextualizar siempre y que si no seguimos esa línea de mejorar la vida de la clase trabajadora, movilizándonos y organizándonos, podemos vernos como hace unos años”, avisa. Isabel Serrano, socióloga y politóloga. Antifascismo con acento andaluz Otra clave de su tarea divulgativa es el feminismo. “Las mujeres siempre hemos estado relegadas más a un trapo que a la historia y ahora tenemos los ovarios de hablar ante una cámara, escribir, dar el salto al espacio público… nuestras madres y abuelas no pudieron y de eso no hace tanto, por eso es revolucionario”, ilustra Carmen Romero. “El feminismo lo atraviesa todo, los temas que elijo siempre tienen esa perspectiva y como mujer feminista soy consciente que la exposición que tengo en redes sociales es diferente a los compañeros que hagan un trabajo parecido”, atiende Isabel Serrano. Además “la diferencia en porcentaje de voto a la extrema derecha no es tanto por edad sino más bien una brecha de género, se habla de jóvenes ultras y las mujeres suelen ser más progresistas aunque haya un auge de las tradwives ”, analiza Josefa Mesa. “Y si somos jóvenes nos llegan más críticas porque muchas cosas no han cambiado tanto”, incide la periodista, “como si fuéramos secundarias y tuviéramos que tener papel de subordinación”. Luego está el acento andaluz, un pilar de sus vídeos que genera acoso virtual –que reciben por ser mujeres, jóvenes, progresistas…– y discriminación lingüística. “La andalufobia persiste y recibo a diario comentarios de quien dice que no me entiende, y yo no me lo creo, sencillamente no quieren y no se acostumbran que las andaluzas podamos hablar de cosas serias y no solo de un chiste, a día de hoy no está superada esta cuestión”, denuncia Josefa Mesa. “Reivindico el acento, nos han enseñado que si quieres parecer seria y te entiendan, tienes que pronunciar todas las letras, pero no hay que ocultarlo, es una riqueza, y el que no quiera entender tampoco necesita mucho”, en palabras de Serrano. “A las periodistas nos dicen que tenemos que cambiar el registro, como si fuera algo malo”, enlaza Carmen Romero, “y que tengamos un acento muy marcado en redes es algo muy político y hay mucha gente que lo defiende”. “Andalucía es mi raíz, es imposible desligarla de lo que hago, uno de los ejes cardinales de mi ideología es el andalucismo y la creencia en una España diversa cultural y de sentimiento, la mirada la tengo en verde y blanco”, continúa la politóloga. “Con Andalucía pasa algo muy bonito, lo llevamos dentro y la gente lo percibe a través del acento”, enfatiza la historiadora. “De Despeñaperros para arriba a veces salta el comentario tonto de ‘no te entiendo’, la gente no está acostumbrada a que tengamos tanta voz y está claro que hay que romper esa línea de subalternidad de Andalucía”, robustece la periodista. Trincheras ante el abismo “Soy consciente de que vamos a caer en el abismo, antes o después, somos casi la excepción en Europa, tendremos un gobierno que provocará muchos retrocesos… pero creo en la resiliencia de nuestro pueblo, vamos a defenderlo, y nada más veamos la grieta, vamos a colarnos para recuperarlo”, según Isabel. “La deriva no la tienen ganada, parece muchas veces porque tienen más medios, pero los movimientos sociales siguen siendo la respuesta y las opciones populistas no miran por la mayor parte de la población sino por uno minoritario y elitista”, dice Josefa. “Una sociedad no aguanta tanta tensión y tanto odio tanto tiempo, en los últimos meses veo respuesta en redes sociales, hay mucha más gente que antes contestando las barbaridades a los fascistas”, según Carmen. “Compartimos trinchera” para “combatir el odio”, dicen. Josefa haciendo “píldoras históricas” como “labor pedagógica y divulgativa” que “sirva para el presente”. Isabel con un “contrarelato” que aterriza el mensaje al uso cotidiano para “contar de forma sencilla lo complejo”. Carmen apelando a “la obligación del cuarto poder”, el periodismo, para “construir democracia” desde “el coraje, que me sale solo, por la rabia de cómo está el mundo”. Por eso, quizás, las tres defienden también un sentimiento: la esperanza. Un anhelo que va del “pesimismo esperanzador” por el futuro, de la politóloga, al canje “de la resignación a perder la batalla ideológica” por el “no está perdida”, de la periodista, y el “podemos hacer algo, estamos a tiempo”, de la historiadora. En aquellas historias de dioses, héroes y criaturas de la mitología griega, por cierto, también había figuras femeninas. Y poderosas. Caso de las diosas Hera, Afrodita y Artemisa, heroínas como Medea, Penélope y Andrómeda, y personajes como Circe, Psique y las Musas. Ahora tres mujeres andaluzas andan por las redes desactivando a esa especie de Hidra de Lerna que es el fascismo: Josefa Mesa, Isabel Serrano y Carmen Romero, armadas de memoria y feminismo.

La gestión de PP y Vox hunde al IVAM: caída del 26% de visitas y ninguna obra donada

La gestión de PP y Vox hunde al IVAM: caída del 26% de visitas y ninguna obra donada

El museo compensa el descenso de la venta de entradas y de los patrocinios con la venta de catálogos y de productos promocionales, según reconocen las cuentas anuales El IVAM cumple 36 años en una de las peores etapas de su historia: “Va a la deriva” José Antonio Rovira, conseller de Educación y Cultura del Ejecutivo autonómico de Carlos Mazón y actual titular de la cartera de Hacienda, Economía y Administración Pública con Juan Francisco Pérez Llorca, cierra su primera etapa en el Consell con un desplome de la principal institución museística del País Valenciano. El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) reconoce en sus cuentas anuales un desplome de visitas del 26% en el ejercicio 2024 (136.355 frente a los 183.017 en 2023). Todo ello a pesar de que el año anterior “se había recuperado la asistencia tras varios ejercicios de tendencia a la baja”. Rovira heredó la gestión del IVAM del anterior titular de Vox de la Conselleria de Cultura, el torero de Vox Vicente Barrera. La memoria anual enumera los vaivenes en el seno del museo: Nuria Enguita dimitió el 21 de febrero de 2024 tras la persecución a base de denuncias a la que le sometió Barrera en los tribunales ( sin éxito ). La dimisión de la reconocida gestora cultural dejó un vacío en un museo que ya vivió épocas convulsas durante la etapa de Consuelo Císcar, condenada por prevaricación , al frente de la institución cultural. Enguita apenas tardó un mes en ser fichada como directora artística del Museo de Arte Contemporáneo de Lisboa y el IVAM se quedó en un limbo, sin una dirección clara que ha propiciado la caída de las visitas tras una tendencia alcista en los ejercicios anteriores. La memoria anual tan solo indica que la anterior directora “causó baja”. El pasado 26 de marzo fue nombrada la nueva directora del IVAM, Blanca de la Torre , que afronta el reto de remontar la caída libre del museo. Además, con la losa del tajo del 18,44 % en el presupuesto de la Generalitat para el ejercicio 2025, según el apartado de hechos posteriores al cierre de las cuentas anuales. A pesar de la estabilización de los ingresos (303.669 euros en 2024, una cifra muy similar a la del año anterior), ha caído la venta de entradas al museo “por el descenso del número de visitantes”. El descenso de la venta de entradas y de los patrocinios se ha compensado con el incremento de las ventas de catálogos y productos promocionales, que “han permitido mantener el nivel de ingresos propios de la entidad del ejercicio anterior”. De 144.600 a cero euros en donaciones En el ejercicio 2024, el IVAM no recibió ninguna donación de obras de arte. Por el contrario, en 2023, recibió donaciones por un valor total de 144.600 euros, de artistas como Carmen Calvo, Jacinta Gil o el Equipo Crónica. La memoria también anota la reversión de la concesión de una de las naves en el Parque Central propiedad del Ayuntamiento de València, “por resultar inviable continuar con su gestión”.

El rechazo vecinal a un piso tutelado en Cáceres reabre el debate sobre la estigmatización de la infancia vulnerable

El rechazo vecinal a un piso tutelado en Cáceres reabre el debate sobre la estigmatización de la infancia vulnerable

Una pancarta dirigida a María Guardiola en un balcón de la calle Gil Cordero —junto a una imagen del Niño Jesús— simboliza el conflicto por la instalación de una vivienda para menores tutelados, finalmente descartada tras la presión vecinal. Trabajadoras sociales alertan del daño que provocan los prejuicios y la confusión entre protección y delincuencia Los pisos tutelados de menores en Extremadura tendrán dos trabajadores por turno y botón del pánico El número 4 de la calle Gil Cordero, en pleno centro de Cáceres, se ha convertido en los últimos días en el escenario de un conflicto que va más allá de una comunidad de vecinos. La oposición frontal a la instalación de un piso tutelado para menores, gestionado por la empresa Cerujovi por encargo de la Junta de Extremadura, ha reabierto un debate de fondo sobre el rechazo social a la infancia vulnerable, el miedo alimentado por prejuicios y el uso del lenguaje cuando se habla de protección institucional. Una sábana colgada de uno de los balcones del edificio ha sido la imagen más visible de la protesta. En ella podía leerse: 'María Guardiola, el piso tutelado te lo llevas a tu casa. No queremos ser Belén Cortés'. Justo al lado, en el mismo balcón, una imagen del Niño Jesús completaba una escena cargada de simbolismo y contradicciones. “Nosotros no somos prejuiciosos, aquí puede vivir cualquiera, pero lo que no queremos es convivir con chicos que han cometido delitos. Igual que han cometido una cosa, pueden cometer otra. El miedo es libre”, explicaba ante los medios Elisa González, una de las vecinas que lidera la oposición al recurso. El argumento central del vecindario ha sido la inseguridad y la vinculación del piso con la empresa que gestionaba la vivienda tutelada de Badajoz donde fue asesinada la educadora Belén Cortés el pasado mes de marzo. La comunidad sostiene que la Junta de Extremadura tiene capacidad de decisión en la ubicación de estos recursos —recuerdan que ha sido condenada a pagar 600.000 euros por responsabilidad civil en el caso de Badajoz— y que los estatutos del edificio prohíben expresamente tanto los pisos turísticos como los tutelados. “Va contra los estatutos y genera inseguridad”, defendía el presidente de la comunidad, Alfonso Sánchez-Ocaña, quien también denunciaba que la actividad se habría ocultado durante las obras de acondicionamiento del piso. El temor se intensificó cuando los vecinos creyeron que los menores ya se habían instalado. Sin embargo, desde Cerujovi lo desmienten con rotundidad. La empresa asegura que el servicio nunca llegó a ponerse en marcha y que, ante el clima de hostilidad, han decidido no seguir adelante con este emplazamiento. “No queremos que los menores vivan en un lugar donde se les rechaza”, explican desde la entidad, que denuncia episodios de “violencia verbal”, intentos de impedir el acceso a las trabajadoras e incluso comentarios machistas dirigidos a las profesionales. Finalmente, la Junta de Extremadura ha confirmado a una de las propietarias de la vivienda que el piso de Gil Cordero no prestará servicios para menores tutelados y que la empresa buscará una ubicación alternativa, garantizando —según el Ejecutivo regional— la continuidad de la atención. La administración recuerda que su obligación es dotar de recursos al sistema de protección y que corresponde a la empresa adjudicataria alquilar una vivienda adecuada. Más allá del desenlace concreto, el conflicto ha provocado una reacción contundente de profesionales del ámbito social. Angélica, trabajadora social especializada en jóvenes, se muestra “inmensamente triste” ante lo ocurrido. “Qué daño hace el uso del lenguaje equivocado y los prejuicios interesados que han estigmatizado a la infancia vulnerable”, afirma. Recuerda que los menores tutelados lo son porque han sufrido abandono, maltrato, negligencias graves o pobreza extrema, y que la intervención pública busca garantizar derechos básicos: alimentación, seguridad, atención sanitaria, afecto, educación y acompañamiento emocional. “No tienen por qué ser delincuentes ni violentos”, subraya, y además insiste en la necesidad de diferenciar realidades que a menudo se mezclan de forma interesada en el discurso público. “Una cosa son los niños y niñas tutelados por motivos de vulnerabilidad social o familiar; otra, los menores migrantes no acompañados; y otra muy distinta, los adolescentes que han cometido delitos y cumplen medidas judiciales reguladas por la ley penal del menor”, explica. “Confundirlo todo solo genera miedo y rechazo”. Desde Cerujovi destacan que el modelo de pisos tutelados busca precisamente la normalización de la vida de estos menores. En el caso de Gil Cordero, la previsión era un máximo de seis jóvenes, siempre acompañados por al menos dos adultos, dentro de un equipo formado por once profesionales —psicólogos, educadores y personal especializado—. “Cada vez es más difícil encontrar espacios donde se permita desarrollar este trabajo”, lamentan. El propietario del piso, Enrique Arias, que mantiene una relación de asesoría profesional con la empresa desde hace 14 años, se declara “estupefacto” por la reacción vecinal y la tensión generada incluso antes de que el recurso comenzara a funcionar. Y es que en la vivienda se había realizado una reforma integral para adaptarla a las necesidades de los menores. Para las profesionales de la intervención social, el mensaje final es claro: el problema nunca son los niños y las niñas. “Todos tienen derecho a una vida plena y feliz, y es la administración la que debe garantizarlo con criterios técnicos, no al dictado del miedo”, concluyen. Lo ocurrido en Cáceres, advierten, no es un episodio aislado, sino un síntoma de una sociedad que todavía mira con recelo a quienes más protección necesitan. “Resulta especialmente doloroso que, ante la oleada de miedo y prejuicios, las instituciones públicas hayan guardado silencio en lugar de salir a explicar con claridad que convivir con niños y niñas en un recurso educativo, acompañado por profesionales, no entraña ningún tipo de peligrosidad, sino una oportunidad de cuidado y reparación. Lejos de alimentar el rechazo, la administración debería haber estado al lado de la entidad gestora para hacer del edificio un lugar más amable, preparado y acogedor para su llegada, y no contribuir a este clima de sospecha que deshumaniza a la infancia más vulnerable. El verdadero problema no son los menores, sino la precariedad y la descoordinación con la que, desde hace años, se externaliza y se recorta la protección que debería garantizar la propia administración, un modelo que ha dejado en la intemperie tanto a los profesionales como a los chicos y chicas, y que está en el origen de tragedias como el asesinato de la educadora social Belén Cortés, que han sacudido Extremadura y evidenciado el fracaso institucional en el cuidado de sus propios niños”, se lamentan. Por su parte, la Junta de Extremadura aclara que el procedimiento “sigue siendo el mismo que en legislaturas anteriores”. Insiste que la empresa adjudicataria es la responsable de alquilar y poner a disposición la vivienda adecuada para el desarrollo del servicio y que la institución regional tiene la obligación de dotar los recursos necesarios para la prestación de un recurso residencial para menores, y que dada la situación actual, “la empresa ya ha manifestado que procederá a un cambio de vivienda debido a la presión vecinal para garantizar en todo momento la protección de los menores y la continuidad de la atención”.

Mujeres, jóvenes y andaluzas: las 'influencers' que combaten a la ultraderecha desde el feminismo y la Memoria Histórica

Mujeres, jóvenes y andaluzas: las 'influencers' que combaten a la ultraderecha desde el feminismo y la Memoria Histórica

Una historiadora, Josefa Mesa, una politóloga, Isabel Serrano, y una periodista, Carmen Romero, luchan “contra el auge del fascismo” con vídeos divulgativos desde las redes sociales Cómo acercar la Memoria Histórica a los jóvenes: clases contra la “revolución del odio” o visitar fosas comunes franquistas Pongan que el fascismo es una hidra de mil cabezas en la que el mal, por más que se corta, renace. A la bestia de la mitología griega la derrotan dos tipos, Heracles y su sobrino Yolao, y contra el engendro actual luchan –entre muchas – tres mujeres: una historiadora, una politóloga y una periodista. Ellas son, por ese orden, Josefa Mesa, Isabel Serrano y Carmen Romero, jóvenes e ' influencers ' que combaten desde las redes sociales, con feminismo, Memoria Histórica y acento andaluz, al renovado monstruo de la extrema derecha. “El concepto de fascismo histórico ha cambiado, ya no hace falta un golpe de Estado sino el deterioro de las instituciones democráticas”, contextualiza Josefa Mesa (Alcalá la Real, Jaén), Josefine Table en redes. Y aquel “adoctrinamiento más clásico” ataca ahora desde el ciberespacio con un “contenido banalizador de la dictadura franquista” –en el caso español– que “conquista a los jóvenes”. “Estamos en la era de la desinformación y a la gente le entran más fácil los bulos y noticias falsas porque están construidas de forma emocional, es más fácil digerir que la verdad”, tercia Carmen Romero (Montellano, Sevilla). Mentiras por billetes, claro: “Los ‘influencers’ fascistoides y esos seudoperiodistas han visto un nicho mercado clarísimo en llevarse a la gente al fascismo, que se vende como rupturista y antisistema”. “El fascismo en el siglo XX llegó con la censura y ahora por los algoritmos ”, resume Isabel Serrano (Aracena, Huelva). Queda la esperanza, dice: “Oyendo a nuestras abuelas he aprendido que aunque vengan muy mal dadas siempre han sabido buscar las triquiñuelas para defenderse, da igual la hidra que tengamos delante”. Es una “batalla ideológica” donde el relato ultra “juega dopado” porque las redes sociales premian el discurso de odio, coinciden las tres, que suman decenas de miles de seguidores, en conversación con elDiario.es Andalucía . La historiadora, en redes sociales, Josefine Table. Las caras del monstruo La hidra tiene las seseras del neoliberalismo , el tecnofeudalismo y el capitalismo suicida , del autoritarismo, el populismo ultranacionalista, el revisionismo histórico y la apología del totalitarismo y las dictaduras, del racismo, el machismo y el negacionismo del cambio climático … apéndices con caras visibles tipo Donald Trump en EEUU, José Antonio Kast en Chile, Viktor Orbán en Hungria, Javier Milei en Argentina, Sanae Takaichi en Japón y Benjamin Netanyahu en Israel, por ejemplo. O la ofensiva ultra que reivindica a Franco en España. Anda la ola reaccionaria a gusto por las molleras de la alimaña, se diría. “Al final la batalla se tiene que dar en todos los ámbitos y uno es las redes sociales, la extrema derecha ha entendido muy bien los códigos y entró rápido, y la izquierda no es solo que no nos organicemos, sino también que las reglas del juego están trucadas, jugamos en el tablero del adversario, ellos son los que la controlan”, explica la politóloga Isabel Serrano. Como “cuando Elon Musk beneficia a Trump porque es el dueño de esa red”, ejemplifica. “Somos muchas veces más lobos solitarios”, o lobas, apunta. “Los agitadores reaccionarios tienen un ecosistema que los creadores de contenidos de izquierda no tenemos, ellos pueden mentir impunemente, no tienen vinculación con el rigor y tienen una amplificación en redes que nos hacen más difícil esta labor”, según la historiadora Josefina Mesa. “Está de moda ser de extrema derecha pero me niego a pensar que haya tantos fachas”, dice la periodista Carmen Romero. “Es un ciclo de recesión de valores democráticos”, amplía, “y confío en la gente que está enfrente y organizada sepa cabalgar en lo que nos viene encima, hablo de todo el tejido asociativo, que es lo que siempre nos ha salvado de cualquier abismo”. La periodista Carmen Romero. Chavales ultras, memoria joven La sobreexposición a discursos ultras casa con los problemas del capitalismo, como el acceso a la vivienda o la precariedad laboral y económica. Y ese barro arrastra a los jóvenes. “Como cuando dicen que con Franco se vivía mejor”, aplica Romero. “Por desgracia ni en los institutos se enseña a los chavales qué fue el franquismo ” y solo hay que ir a la fuente, la dictadura, “para saber lo que hacían y desmontar esos bulos”. Pero hay que “anular el mito falso de que toda la gente joven es de derecha”, advierte. “Estoy cansada de esa narrativa alarmista en torno a la juventud”, coincide Mesa. “Que son neonazis prácticamente, que nos llevan a la deriva, que se están volviendo locos… y no es eso, hay que alejarse de esa criminalización y entrar en el por qué sí hay una parte cada vez más atraída por esos mensajes y cómo se puede revertir”, como cuenta en la obra colectiva Regreso al pasado (Ediciones Akal) en el capítulo ‘«Esto con Franco no pasaba». Jóvenes, nostalgia reaccionaria y el regreso sentimental de la dictadura’. El universo ultra capitaliza esa desafección. “Ahora que hay chavales que alaban a Franco hay que ver cómo se ha contado el franquismo , siempre con grandes batallas, fechas… pero no se ha contado el dolor, la pérdida, las historias concretas y ese ejercicio de poner rostro a las que perdieron y sufrieron”, sostiene Serrano, como ella hace en el libro Muros de silencio (Ediciones B | Penguin Libros) con el subtítulo 'Represión y resistencia: las mujeres en el franquismo'. “Las mujeres somos la guardianas de la memoria ”, certifica. Una cuestión que ellas tienen como “eje vertebrador” de su contenido, como un “deber democrático” con las víctimas y para “combatir en el presente” a la extrema derecha. “Nunca pierdo el foco de la Memoria Histórica, es esencial, celebramos la muerte del dictador y los 50 años de democracia y todavía hay muchas cuestiones no resueltas”, dice la historiadora. “Tuvimos muchos años de dictadura y el dictador murió en la cama, pero mucha gente no dejó de luchar, incluso dieron su vida, para que hoy tengamos esta democracia”, indica la periodista. “Y es muy importante saber contextualizar siempre y que si no seguimos esa línea de mejorar la vida de la clase trabajadora, movilizándonos y organizándonos, podemos vernos como hace unos años”, avisa. Isabel Serrano, socióloga y politóloga. Antifascismo con acento andaluz Otra clave de su tarea divulgativa es el feminismo. “Las mujeres siempre hemos estado relegadas más a un trapo que a la historia y ahora tenemos los ovarios de hablar ante una cámara, escribir, dar el salto al espacio público… nuestras madres y abuelas no pudieron y de eso no hace tanto, por eso es revolucionario”, ilustra Carmen Romero. “El feminismo lo atraviesa todo, los temas que elijo siempre tienen esa perspectiva y como mujer feminista soy consciente que la exposición que tengo en redes sociales es diferente a los compañeros que hagan un trabajo parecido”, atiende Isabel Serrano. Además “la diferencia en porcentaje de voto a la extrema derecha no es tanto por edad sino más bien una brecha de género, se habla de jóvenes ultras y las mujeres suelen ser más progresistas aunque haya un auge de las tradwives ”, analiza Josefa Mesa. “Y si somos jóvenes nos llegan más críticas porque muchas cosas no han cambiado tanto”, incide la periodista, “como si fuéramos secundarias y tuviéramos que tener papel de subordinación”. Luego está el acento andaluz, un pilar de sus vídeos que genera acoso virtual –que reciben por ser mujeres, jóvenes, progresistas…– y discriminación lingüística. “La andalufobia persiste y recibo a diario comentarios de quien dice que no me entiende, y yo no me lo creo, sencillamente no quieren y no se acostumbran que las andaluzas podamos hablar de cosas serias y no solo de un chiste, a día de hoy no está superada esta cuestión”, denuncia Josefa Mesa. “Reivindico el acento, nos han enseñado que si quieres parecer seria y te entiendan, tienes que pronunciar todas las letras, pero no hay que ocultarlo, es una riqueza, y el que no quiera entender tampoco necesita mucho”, en palabras de Serrano. “A las periodistas nos dicen que tenemos que cambiar el registro, como si fuera algo malo”, enlaza Carmen Romero, “y que tengamos un acento muy marcado en redes es algo muy político y hay mucha gente que lo defiende”. “Andalucía es mi raíz, es imposible desligarla de lo que hago, uno de los ejes cardinales de mi ideología es el andalucismo y la creencia en una España diversa cultural y de sentimiento, la mirada la tengo en verde y blanco”, continúa la politóloga. “Con Andalucía pasa algo muy bonito, lo llevamos dentro y la gente lo percibe a través del acento”, enfatiza la historiadora. “De Despeñaperros para arriba a veces salta el comentario tonto de ‘no te entiendo’, la gente no está acostumbrada a que tengamos tanta voz y está claro que hay que romper esa línea de subalternidad de Andalucía”, robustece la periodista. Trincheras ante el abismo “Soy consciente de que vamos a caer en el abismo, antes o después, somos casi la excepción en Europa, tendremos un gobierno que provocará muchos retrocesos… pero creo en la resiliencia de nuestro pueblo, vamos a defenderlo, y nada más veamos la grieta, vamos a colarnos para recuperarlo”, según Isabel. “La deriva no la tienen ganada, parece muchas veces porque tienen más medios, pero los movimientos sociales siguen siendo la respuesta y las opciones populistas no miran por la mayor parte de la población sino por uno minoritario y elitista”, dice Josefa. “Una sociedad no aguanta tanta tensión y tanto odio tanto tiempo, en los últimos meses veo respuesta en redes sociales, hay mucha más gente que antes contestando las barbaridades a los fascistas”, según Carmen. “Compartimos trinchera” para “combatir el odio”, dicen. Josefa haciendo “píldoras históricas” como “labor pedagógica y divulgativa” que “sirva para el presente”. Isabel con un “contrarelato” que aterriza el mensaje al uso cotidiano para “contar de forma sencilla lo complejo”. Carmen apelando a “la obligación del cuarto poder”, el periodismo, para “construir democracia” desde “el coraje, que me sale solo, por la rabia de cómo está el mundo”. Por eso, quizás, las tres defienden también un sentimiento: la esperanza. Un anhelo que va del “pesimismo esperanzador” por el futuro, de la politóloga, al canje “de la resignación a perder la batalla ideológica” por el “no está perdida”, de la periodista, y el “podemos hacer algo, estamos a tiempo”, de la historiadora. En aquellas historias de dioses, héroes y criaturas de la mitología griega, por cierto, también había figuras femeninas. Y poderosas. Caso de las diosas Hera, Afrodita y Artemisa, heroínas como Medea, Penélope y Andrómeda, y personajes como Circe, Psique y las Musas. Ahora tres mujeres andaluzas andan por las redes desactivando a esa especie de Hidra de Lerna que es el fascismo: Josefa Mesa, Isabel Serrano y Carmen Romero, armadas de memoria y feminismo.

Trump, Groenlandia y el orden mundial en general

Trump, Groenlandia y el orden mundial en general

Tanto Estados Unidos, como China y Rusia, juegan con la ventaja de no tener que rendir cuentas a nadie. Estados Unidos, además, en su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, desprecia sin tapujos a Europa y vuelve a la Doctrina Monroe en el continente americano El presidente Trump ha vuelto con su obsesión de hacerse con Groenlandia, por las buenas o por las malas. Lo puede comprar fácilmente mediante el soborno, ofreciendo medio millón de dólares para cada habitante del territorio, 56.000, lo que supondría un gasto muy asumible, 28.000 millones de dólares, el 3% del gasto militar anual de Estados Unidos. Recuerdo que este país ya compró Alaska a Rusia en 1867 por 7,2 millones de dólares, que a precios actuales serían unos 170 millones de dólares, una ganga. El tema coincide con la publicación de su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, que, entre otros aspectos muy jugosos de comentar, se refiere a volver a la Doctrina Monroe, es decir, que el continente americano es de los Estados Unidos, su patio trasero, y de ahí su intervención en Venezuela. Todo ello en el marco de la guerra de Ucrania, que Rusia no considera una ocupación, sino la “recuperación” de un territorio que forma parte de la Gran Rusia, y con China incrementando su potencial militar para disuadir a Taiwán, que también considera forma parte integral de la gran China. Siguiendo con los intervencionismos, recuerden también que Israel ha ocupado Gaza y gran parte de Cisjordania, pues también considera que son territorios suyos. El intervencionismo está de moda. En estos días también hemos sabido que el presidente Macron quiere visitar a Putin de nuevo, para hablar sobre Ucrania. Trump ya lo ha hecho, pero excepto Macron y el húngaro Orbán, los mandatarios europeos no han visitado Moscú. Es interesante recordar que, de las 50 guerras no yihadistas que han existido en el mundo desde 1990, en 29 casos, el 58%, durante la guerra hubo encuentros directos entre los líderes del Gobierno y de los grupos armados, y de los dos mandatarios si se trataba de conflictos armados interestatales. Este dato subraya que la diplomacia directa suele ser un punto de inflexión, ya que estos contactos permiten destrabar bloqueos que rara vez se resuelven por delegación, porque concentran la autoridad para tomar decisiones, permiten asumir los costos políticos y ofrecer garantías creíbles. No tener un puente aéreo permanente con Moscú, ha sido un enorme error de la diplomacia europea. Pongo esta introducción para comentar otro tema que está vinculado con todo lo anterior, y es la insistencia de China y Rusia, junto a muchos países del sur, de que hay que cambiar las reglas de la geopolítica a escala global. Parece claro que estamos a las puertas de un cambio de paradigmas en lo político, económico, lo social, lo ecológico y lo geopolítico, pero con grandes dudas en cuanto a su definición y diagnóstico, y, por supuesto, la forma de abordar los desafíos que suponen estos temas. Lo que es indudable es que existe un serio cuestionamiento sobre cómo se ha gestionado hasta ahora la gobernanza en el mundo, muy dominada por Estados Unidos, puesta cada vez más en entredicho por los países emergentes, y más después del segundo mandato de Trump. Entre las manifestaciones de este cambio a la vista, está también el debate sobre lo que se ha venido a llamar el “orden basado en reglas”, y el cuestionamiento de las “normas” dominantes en el sistema global. Existe una enorme paradoja y contradicción en esta cuestión, pues tanto Rusia como China insisten en defender y apoyarse en Naciones Unidas para sus políticas, pero al mismo tiempo no quieren cumplir ni con su Carta Fundacional, con muchos de sus tratados, y menos con el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, pues va en contra de las autocracias. Curiosamente, Trump se está comportando como un autócrata de manual, y no disimula su desprecio hacia el sistema de Naciones Unidas, una piedra en sus zapatos. Trump es una ególatra antisistema a quien también le molestan las reglas existentes, y por eso quiere imponer las suyas. En este contexto, la división interna de Europa no ayuda a clarificar el horizonte, y menos para ofrecer una alternativa a este desconcierto global. El debate sobre si existen o no unas normas o reglas en la actualidad es en buena parte falso, pues hay multitud de textos y declaraciones que aclaran su contenido, que además tiene una relación con los valores que se defienden: inclusión social, democracia, respeto a los derechos humanos y a las libertades básicas, Estado de derecho, soberanía, integridad territorial, igualdad de género, multilateralismo con transparencia y rendición de cuentas, etc. Quienes critican la falta de concreción, como Rusia y China, en realidad lo que pretenden es imponer sus propias normas y reglas, más acorde con sus características autocráticas. Esa trampa de semántica política no excluye que el “orden” imperante sea deseable cambiarlo por otro más equitativo, pero esa eventualidad dependerá no tanto de una lucha encarnizada por los conceptos, aunque sea dialéctica, sino a través de la cooperación en busca de consensos prácticos en cuestiones concretas, y en este sentido hay que diferenciar los textos, pactos y tratados de la ONU, defendibles, con las reglas del juego de los organismos financieros y comerciales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la Organización Mundial de Comercio, que sí necesitan correcciones. En septiembre, el presidente chino, Xi Jinping, propuso la Iniciativa de Gobernanza Global (GGI), “un sistema de gobernanza global más justo y equitativo y avanzar hacia una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”. Insistió en que no debería haber dobles raseros, y que las normas caseras de unos pocos países no debían imponerse a otros, por lo que se debería practicar el multilateralismo. Es un mensaje que lleva más de una década repitiendo constantemente, pero que no practica en cuanto a ponerse firme ante intervenciones externas. Si hubiera querido, habría podido parar la guerra de Ucrania desde el primer día. Puede que hayamos entrado en una era del pensamiento de suma cero, donde unos ganan y otros pierden, todo lo contrario de lo que predica China con su mensaje de “ganar-ganar”, y de los criterios hasta ahora dominantes de integración global. Las tendencias actuales apuntan hacia un mayor aumento de la competencia geopolítica, un aumento del proteccionismo económico y la fragmentación, y un aflojamiento de las estructuras del orden internacional, pero, al mismo tiempo, la necesidad de cooperación es todavía intensa, por lo que no es previsible una revolución en el orden mundial existente, pero sí a que se produzcan cambios sustanciales. En cualquier caso, el mundo unipolar surgido en 1990 ya es historia. Estamos ya en una era bipolar, con Estados Unidos y China a la cabeza, aunque también en los inicios de un sistema multipolar, donde entraría Rusia e India. Lo cierto es que los líderes de los países democráticos no están dando la talla para afrontar los grandes desafíos del planeta, empezando por el cambio climático y terminando por la gestión de los conflictos armados. Tampoco para cambiar el rumbo de muchos problemas en el interior de sus países, en un clima muy extendido de desinterés y desconfianza hacia la política convencional. Eso ha dado alas a los sectores populistas, muy próximos a las ideologías autocráticas, cuyos líderes sí son conscientes de las debilidades de las democracias liberales, pudiendo presentarse como la alternativa a sus deficiencias, pues ellos no tienen que rendir cuentas a nadie. Tanto Estados Unidos, como China y Rusia, juegan con esa ventaja. Estados Unidos, además, en la mencionada nueva Estrategia de Seguridad Nacional, desprecia sin tapujos a Europa, donde, en su opinión, está desapareciendo la civilización y se ha perdido la identidad nacional y la confianza en sí misma. Le falta “patriotismo” a nivel nacional, argumenta Trump. Mientras, hace pocos días Putin ha vuelto a insistir que hay que “moldear un mundo multipolar justo, el orden basado en los principios de igualdad soberana, el respeto a los intereses legítimos de los demás y la primacía del derecho internacional”. El cinismo es la norma discursiva de los mandatarios de las grandes potencias. Termino señalando que el énfasis que puso la Carta fundacional de la ONU respecto al no uso de la fuerza, continua vigente como la regla principal que ha de presidir las relaciones internacionales. Ver si se cumple o no, será el indicador esencial para evaluar si entramos realmente en un nuevo orden, sea global o regional, pues el viejo ha violado de forma repetida ese principio fundamental. En suma, se trataría de hacer realidad la definición estandarizada de la gobernanza global, entendida como el sistema de gestionar los asuntos globales por medio de instituciones y normas que intenten articular los intereses colectivos del planeta, y con el mayor consenso posible. La lucha y el enfrentamiento es estéril para gestionar mejor los problemas del planeta, pero, en cambio, el diálogo permanente para buscar consensos es lo único que puede proporcionar un resultado fructífero a medio plazo. Si queremos gestionar adecuadamente los problemas globales, no nos queda más remedio de unirnos para cooperar en la búsqueda de soluciones, y la mentalidad intervencionista y militarista actual, va en contra de ello. Por fortuna, el Gobierno español no practica esta nueva estrategia belicista, y sería deseable que otros países europeos siguieran esta estela el próximo año.

"Las ostras son un riesgo, al igual que la carne cruda": por qué se produce la intoxicación alimentaria y cómo evitarla

"Las ostras son un riesgo, al igual que la carne cruda": por qué se produce la intoxicación alimentaria y cómo evitarla

Hay varios tipos de bacterias que pueden provocar malestar estomacal. A continuación, te explicamos cómo evitar los peores casos y qué hacer si se producen Cómo te avisa tu cuerpo cuando te faltan nutrientes como hierro, magnesio o vitamina D Probablemente, sea justo decir que muchas personas en el mundo moderno no se toman muy en serio la intoxicación alimentaria. Sí, la mayoría de la gente se lava las manos después de manipular pollo crudo y utiliza tablas de cortar diferentes para la carne de vacuno y las judías verdes, pero ¿quién de nosotros puede decir honestamente que nunca ha utilizado las mismas pinzas para toda una barbacoa o que nunca ha dejado arroz cocido en el aparador durante un par de horas? Ignora esa pregunta retórica por un momento, antes de comentar que por supuesto que todo el mundo hace esas cosas, hablemos de lo que ocurre en tu cuerpo cuando todo sale terriblemente mal. A riesgo de decir algo obvio, la intoxicación alimentaria se produce cuando se ingieren alimentos contaminados con bacterias, virus o toxinas nocivas, pero eso no significa que siempre funcione de la misma manera. “Algunas bacterias, como el Bacillus cereus , que a veces se encuentra en el arroz recalentado, producen toxinas antes de que se ingiera el alimento, lo que significa que pueden causar síntomas como vómitos repentinos en cuestión de horas”, afirma el Dr. Masarat Jilani, especialista del Servicio Nacional de Salud británico que trata habitualmente a niños y adultos con intoxicación alimentaria. El Bacillus cereus también produce otro tipo de toxina en el intestino delgado, que puede causar diarrea. “Otras, como la Salmonella y la E. coli, actúan después de haber comido y suelen causar síntomas más duraderos a través de la inflamación del intestino”. Técnicamente hablando, un experto podría adivinar qué tipo de bacteria o virus ha ingerido una persona basándose en la rapidez con la que enferma después de comer. Pero, en la práctica, eso rara vez ocurre. “Todas estas bacterias actúan de forma diferente”, afirma la Dra. Emma Doughty, científica especializada en enfermedades infecciosas. “La bacteria Campylobacter jejuni , que se encuentra a menudo en las aves de corral, tiene forma de espiral y se abre camino a través del revestimiento intestinal. Es diferente, por ejemplo, de la E. coli shigatoxigénica, que excreta toxinas Shiga. Ambas provocan inflamación intestinal y diarrea”. Esto significa que, aunque existen algunos tratamientos eficaces para la intoxicación alimentaria, como los antibióticos, no siempre es fácil para los médicos saber cuál recetar. “Si tienes un virus estomacal y vas al médico, lo normal es que no te recete antibióticos”, afirma Doughty. “La razón es que, si tienes la variante de E. coli que produce toxinas Shiga y matas todas esas bacterias con antibióticos, estas liberarán todas las toxinas que contienen y te pondrán aún más enfermo. Por lo tanto, sin un diagnóstico específico de la infección, a menudo es más seguro dejar que las cosas mejoren por sí solas”. Cuidado con las bacterias... pueden acechar en cualquier grieta. ¿Qué se debe hacer para evitar todos estos inconvenientes? “Algunos de los consejos más clásicos siguen siendo válidos”, afirma Doughty. “Las ostras siempre son un riesgo, al igual que comer cualquier tipo de carne cruda. Últimamente, está de moda comer hamburguesas poco hechas, lo cual es un poco preocupante”. Para explicarlo: si vas a comer carne de vacuno, debes dorar las partes que han estado expuestas al aire para matar la mayoría de las bacterias que puedan vivir en ella. En el caso de los filetes, eso solo significa la parte exterior, pero en el caso de la carne picada, eso es casi todo. Lavar el pollo, algo que sigue siendo extrañamente popular en TikTok , es totalmente desaconsejable, ya que es probable que se propaguen las bacterias por toda la cocina y los utensilios, en lugar de reducir las posibilidades de infección. Obviamente, hay que mantener todo limpio, separar la carne cruda de otros alimentos, enfriar rápidamente los alimentos cocinados y refrigerarlos en las dos horas siguientes a su cocción, y asegurarse de que los alimentos estén bien cocinados, quizás utilizando un termómetro para carne. “Al igual que con muchas otras infecciones, lavarse las manos es muy importante para evitar enfermarse”, afirma Doughty. “En este caso, significa lavarse bien las manos después de manipular alimentos y después de ir al baño”. Si todo sale mal, la mayoría de las personas no tendrán mucho de qué preocuparse, siempre que no pertenezcan a un grupo de riesgo. “El principal riesgo de la intoxicación alimentaria es la deshidratación, por lo que es importante beber mucha agua y complementarla con sales de rehidratación oral cuando se sufre”, afirma Jilani. “Reintroducir una dieta equilibrada también es importante para la recuperación, y en las etapas iniciales a menudo recomendamos una dieta Brat (plátanos, arroz, manzana cocida y tostadas) si se siente incapaz de reintroducir su dieta normal de inmediato”. Los alimentos de color beige, como los plátanos, el arroz, la compota de manzana o las tostadas de pan blanco, entre otros, son los más adecuados para el malestar estomacal En casos más extremos, la intoxicación alimentaria puede provocar sepsis, cuyos síntomas pueden incluir taquicardia y mareos. Si crees que es lo que te ocurre, ve al médico inmediatamente. “En una minoría de casos, también se puede desarrollar el síndrome del intestino irritable (SII) postinfeccioso, que se caracteriza por dolor abdominal e hinchazón”, dice Jilani. De nuevo, acude al médico si persiste. La buena noticia es que la mayoría de los casos de intoxicación alimentaria se curan por sí solos en unos días, a medida que el sistema inmunológico los elimina. Solo hay que tener más cuidado con las pinzas la próxima vez.

"Las ostras son un riesgo, al igual que la carne cruda": por qué se produce la intoxicación alimentaria y cómo evitarla

"Las ostras son un riesgo, al igual que la carne cruda": por qué se produce la intoxicación alimentaria y cómo evitarla

Hay varios tipos de bacterias que pueden provocar malestar estomacal. A continuación, te explicamos cómo evitar los peores casos y qué hacer si se producen Cómo te avisa tu cuerpo cuando te faltan nutrientes como hierro, magnesio o vitamina D Probablemente, sea justo decir que muchas personas en el mundo moderno no se toman muy en serio la intoxicación alimentaria. Sí, la mayoría de la gente se lava las manos después de manipular pollo crudo y utiliza tablas de cortar diferentes para la carne de vacuno y las judías verdes, pero ¿quién de nosotros puede decir honestamente que nunca ha utilizado las mismas pinzas para toda una barbacoa o que nunca ha dejado arroz cocido en el aparador durante un par de horas? Ignora esa pregunta retórica por un momento, antes de comentar que por supuesto que todo el mundo hace esas cosas, hablemos de lo que ocurre en tu cuerpo cuando todo sale terriblemente mal. A riesgo de decir algo obvio, la intoxicación alimentaria se produce cuando se ingieren alimentos contaminados con bacterias, virus o toxinas nocivas, pero eso no significa que siempre funcione de la misma manera. “Algunas bacterias, como el Bacillus cereus , que a veces se encuentra en el arroz recalentado, producen toxinas antes de que se ingiera el alimento, lo que significa que pueden causar síntomas como vómitos repentinos en cuestión de horas”, afirma el Dr. Masarat Jilani, especialista del Servicio Nacional de Salud británico que trata habitualmente a niños y adultos con intoxicación alimentaria. El Bacillus cereus también produce otro tipo de toxina en el intestino delgado, que puede causar diarrea. “Otras, como la Salmonella y la E. coli, actúan después de haber comido y suelen causar síntomas más duraderos a través de la inflamación del intestino”. Técnicamente hablando, un experto podría adivinar qué tipo de bacteria o virus ha ingerido una persona basándose en la rapidez con la que enferma después de comer. Pero, en la práctica, eso rara vez ocurre. “Todas estas bacterias actúan de forma diferente”, afirma la Dra. Emma Doughty, científica especializada en enfermedades infecciosas. “La bacteria Campylobacter jejuni , que se encuentra a menudo en las aves de corral, tiene forma de espiral y se abre camino a través del revestimiento intestinal. Es diferente, por ejemplo, de la E. coli shigatoxigénica, que excreta toxinas Shiga. Ambas provocan inflamación intestinal y diarrea”. Esto significa que, aunque existen algunos tratamientos eficaces para la intoxicación alimentaria, como los antibióticos, no siempre es fácil para los médicos saber cuál recetar. “Si tienes un virus estomacal y vas al médico, lo normal es que no te recete antibióticos”, afirma Doughty. “La razón es que, si tienes la variante de E. coli que produce toxinas Shiga y matas todas esas bacterias con antibióticos, estas liberarán todas las toxinas que contienen y te pondrán aún más enfermo. Por lo tanto, sin un diagnóstico específico de la infección, a menudo es más seguro dejar que las cosas mejoren por sí solas”. Cuidado con las bacterias... pueden acechar en cualquier grieta. ¿Qué se debe hacer para evitar todos estos inconvenientes? “Algunos de los consejos más clásicos siguen siendo válidos”, afirma Doughty. “Las ostras siempre son un riesgo, al igual que comer cualquier tipo de carne cruda. Últimamente, está de moda comer hamburguesas poco hechas, lo cual es un poco preocupante”. Para explicarlo: si vas a comer carne de vacuno, debes dorar las partes que han estado expuestas al aire para matar la mayoría de las bacterias que puedan vivir en ella. En el caso de los filetes, eso solo significa la parte exterior, pero en el caso de la carne picada, eso es casi todo. Lavar el pollo, algo que sigue siendo extrañamente popular en TikTok , es totalmente desaconsejable, ya que es probable que se propaguen las bacterias por toda la cocina y los utensilios, en lugar de reducir las posibilidades de infección. Obviamente, hay que mantener todo limpio, separar la carne cruda de otros alimentos, enfriar rápidamente los alimentos cocinados y refrigerarlos en las dos horas siguientes a su cocción, y asegurarse de que los alimentos estén bien cocinados, quizás utilizando un termómetro para carne. “Al igual que con muchas otras infecciones, lavarse las manos es muy importante para evitar enfermarse”, afirma Doughty. “En este caso, significa lavarse bien las manos después de manipular alimentos y después de ir al baño”. Si todo sale mal, la mayoría de las personas no tendrán mucho de qué preocuparse, siempre que no pertenezcan a un grupo de riesgo. “El principal riesgo de la intoxicación alimentaria es la deshidratación, por lo que es importante beber mucha agua y complementarla con sales de rehidratación oral cuando se sufre”, afirma Jilani. “Reintroducir una dieta equilibrada también es importante para la recuperación, y en las etapas iniciales a menudo recomendamos una dieta Brat (plátanos, arroz, manzana cocida y tostadas) si se siente incapaz de reintroducir su dieta normal de inmediato”. Los alimentos de color beige, como los plátanos, el arroz, la compota de manzana o las tostadas de pan blanco, entre otros, son los más adecuados para el malestar estomacal En casos más extremos, la intoxicación alimentaria puede provocar sepsis, cuyos síntomas pueden incluir taquicardia y mareos. Si crees que es lo que te ocurre, ve al médico inmediatamente. “En una minoría de casos, también se puede desarrollar el síndrome del intestino irritable (SII) postinfeccioso, que se caracteriza por dolor abdominal e hinchazón”, dice Jilani. De nuevo, acude al médico si persiste. La buena noticia es que la mayoría de los casos de intoxicación alimentaria se curan por sí solos en unos días, a medida que el sistema inmunológico los elimina. Solo hay que tener más cuidado con las pinzas la próxima vez.

Trump, Groenlandia y el orden mundial en general

Trump, Groenlandia y el orden mundial en general

Tanto Estados Unidos, como China y Rusia, juegan con la ventaja de no tener que rendir cuentas a nadie. Estados Unidos, además, en su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, desprecia sin tapujos a Europa y vuelve a la Doctrina Monroe en el continente americano El presidente Trump ha vuelto con su obsesión de hacerse con Groenlandia, por las buenas o por las malas. Lo puede comprar fácilmente mediante el soborno, ofreciendo medio millón de dólares para cada habitante del territorio, 56.000, lo que supondría un gasto muy asumible, 28.000 millones de dólares, el 3% del gasto militar anual de Estados Unidos. Recuerdo que este país ya compró Alaska a Rusia en 1867 por 7,2 millones de dólares, que a precios actuales serían unos 170 millones de dólares, una ganga. El tema coincide con la publicación de su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, que, entre otros aspectos muy jugosos de comentar, se refiere a volver a la Doctrina Monroe, es decir, que el continente americano es de los Estados Unidos, su patio trasero, y de ahí su intervención en Venezuela. Todo ello en el marco de la guerra de Ucrania, que Rusia no considera una ocupación, sino la “recuperación” de un territorio que forma parte de la Gran Rusia, y con China incrementando su potencial militar para disuadir a Taiwán, que también considera forma parte integral de la gran China. Siguiendo con los intervencionismos, recuerden también que Israel ha ocupado Gaza y gran parte de Cisjordania, pues también considera que son territorios suyos. El intervencionismo está de moda. En estos días también hemos sabido que el presidente Macron quiere visitar a Putin de nuevo, para hablar sobre Ucrania. Trump ya lo ha hecho, pero excepto Macron y el húngaro Orbán, los mandatarios europeos no han visitado Moscú. Es interesante recordar que, de las 50 guerras no yihadistas que han existido en el mundo desde 1990, en 29 casos, el 58%, durante la guerra hubo encuentros directos entre los líderes del Gobierno y de los grupos armados, y de los dos mandatarios si se trataba de conflictos armados interestatales. Este dato subraya que la diplomacia directa suele ser un punto de inflexión, ya que estos contactos permiten destrabar bloqueos que rara vez se resuelven por delegación, porque concentran la autoridad para tomar decisiones, permiten asumir los costos políticos y ofrecer garantías creíbles. No tener un puente aéreo permanente con Moscú, ha sido un enorme error de la diplomacia europea. Pongo esta introducción para comentar otro tema que está vinculado con todo lo anterior, y es la insistencia de China y Rusia, junto a muchos países del sur, de que hay que cambiar las reglas de la geopolítica a escala global. Parece claro que estamos a las puertas de un cambio de paradigmas en lo político, económico, lo social, lo ecológico y lo geopolítico, pero con grandes dudas en cuanto a su definición y diagnóstico, y, por supuesto, la forma de abordar los desafíos que suponen estos temas. Lo que es indudable es que existe un serio cuestionamiento sobre cómo se ha gestionado hasta ahora la gobernanza en el mundo, muy dominada por Estados Unidos, puesta cada vez más en entredicho por los países emergentes, y más después del segundo mandato de Trump. Entre las manifestaciones de este cambio a la vista, está también el debate sobre lo que se ha venido a llamar el “orden basado en reglas”, y el cuestionamiento de las “normas” dominantes en el sistema global. Existe una enorme paradoja y contradicción en esta cuestión, pues tanto Rusia como China insisten en defender y apoyarse en Naciones Unidas para sus políticas, pero al mismo tiempo no quieren cumplir ni con su Carta Fundacional, con muchos de sus tratados, y menos con el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, pues va en contra de las autocracias. Curiosamente, Trump se está comportando como un autócrata de manual, y no disimula su desprecio hacia el sistema de Naciones Unidas, una piedra en sus zapatos. Trump es una ególatra antisistema a quien también le molestan las reglas existentes, y por eso quiere imponer las suyas. En este contexto, la división interna de Europa no ayuda a clarificar el horizonte, y menos para ofrecer una alternativa a este desconcierto global. El debate sobre si existen o no unas normas o reglas en la actualidad es en buena parte falso, pues hay multitud de textos y declaraciones que aclaran su contenido, que además tiene una relación con los valores que se defienden: inclusión social, democracia, respeto a los derechos humanos y a las libertades básicas, Estado de derecho, soberanía, integridad territorial, igualdad de género, multilateralismo con transparencia y rendición de cuentas, etc. Quienes critican la falta de concreción, como Rusia y China, en realidad lo que pretenden es imponer sus propias normas y reglas, más acorde con sus características autocráticas. Esa trampa de semántica política no excluye que el “orden” imperante sea deseable cambiarlo por otro más equitativo, pero esa eventualidad dependerá no tanto de una lucha encarnizada por los conceptos, aunque sea dialéctica, sino a través de la cooperación en busca de consensos prácticos en cuestiones concretas, y en este sentido hay que diferenciar los textos, pactos y tratados de la ONU, defendibles, con las reglas del juego de los organismos financieros y comerciales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la Organización Mundial de Comercio, que sí necesitan correcciones. En septiembre, el presidente chino, Xi Jinping, propuso la Iniciativa de Gobernanza Global (GGI), “un sistema de gobernanza global más justo y equitativo y avanzar hacia una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”. Insistió en que no debería haber dobles raseros, y que las normas caseras de unos pocos países no debían imponerse a otros, por lo que se debería practicar el multilateralismo. Es un mensaje que lleva más de una década repitiendo constantemente, pero que no practica en cuanto a ponerse firme ante intervenciones externas. Si hubiera querido, habría podido parar la guerra de Ucrania desde el primer día. Puede que hayamos entrado en una era del pensamiento de suma cero, donde unos ganan y otros pierden, todo lo contrario de lo que predica China con su mensaje de “ganar-ganar”, y de los criterios hasta ahora dominantes de integración global. Las tendencias actuales apuntan hacia un mayor aumento de la competencia geopolítica, un aumento del proteccionismo económico y la fragmentación, y un aflojamiento de las estructuras del orden internacional, pero, al mismo tiempo, la necesidad de cooperación es todavía intensa, por lo que no es previsible una revolución en el orden mundial existente, pero sí a que se produzcan cambios sustanciales. En cualquier caso, el mundo unipolar surgido en 1990 ya es historia. Estamos ya en una era bipolar, con Estados Unidos y China a la cabeza, aunque también en los inicios de un sistema multipolar, donde entraría Rusia e India. Lo cierto es que los líderes de los países democráticos no están dando la talla para afrontar los grandes desafíos del planeta, empezando por el cambio climático y terminando por la gestión de los conflictos armados. Tampoco para cambiar el rumbo de muchos problemas en el interior de sus países, en un clima muy extendido de desinterés y desconfianza hacia la política convencional. Eso ha dado alas a los sectores populistas, muy próximos a las ideologías autocráticas, cuyos líderes sí son conscientes de las debilidades de las democracias liberales, pudiendo presentarse como la alternativa a sus deficiencias, pues ellos no tienen que rendir cuentas a nadie. Tanto Estados Unidos, como China y Rusia, juegan con esa ventaja. Estados Unidos, además, en la mencionada nueva Estrategia de Seguridad Nacional, desprecia sin tapujos a Europa, donde, en su opinión, está desapareciendo la civilización y se ha perdido la identidad nacional y la confianza en sí misma. Le falta “patriotismo” a nivel nacional, argumenta Trump. Mientras, hace pocos días Putin ha vuelto a insistir que hay que “moldear un mundo multipolar justo, el orden basado en los principios de igualdad soberana, el respeto a los intereses legítimos de los demás y la primacía del derecho internacional”. El cinismo es la norma discursiva de los mandatarios de las grandes potencias. Termino señalando que el énfasis que puso la Carta fundacional de la ONU respecto al no uso de la fuerza, continua vigente como la regla principal que ha de presidir las relaciones internacionales. Ver si se cumple o no, será el indicador esencial para evaluar si entramos realmente en un nuevo orden, sea global o regional, pues el viejo ha violado de forma repetida ese principio fundamental. En suma, se trataría de hacer realidad la definición estandarizada de la gobernanza global, entendida como el sistema de gestionar los asuntos globales por medio de instituciones y normas que intenten articular los intereses colectivos del planeta, y con el mayor consenso posible. La lucha y el enfrentamiento es estéril para gestionar mejor los problemas del planeta, pero, en cambio, el diálogo permanente para buscar consensos es lo único que puede proporcionar un resultado fructífero a medio plazo. Si queremos gestionar adecuadamente los problemas globales, no nos queda más remedio de unirnos para cooperar en la búsqueda de soluciones, y la mentalidad intervencionista y militarista actual, va en contra de ello. Por fortuna, el Gobierno español no practica esta nueva estrategia belicista, y sería deseable que otros países europeos siguieran esta estela el próximo año.