Los parkings eran la gallina de los huevos de oro del ladrillo en España. Hasta que alguien creó el mamotreto de Las Teresitas

Los parkings eran la gallina de los huevos de oro del ladrillo en España. Hasta que alguien creó el mamotreto de Las Teresitas

La historia del mamotreto de Las Teresitas en Tenerife no es una excepción, sino un capítulo más de una larga tradición de intentos de pelotazo en la costa española , donde durante décadas el ladrillo avanzó sobre playas, marismas y acantilados al calor de recalificaciones exprés, convenios opacos y la promesa de un desarrollo turístico que casi nunca llegó como se había anunciado. Esta fue su historia. Pelotazos con vistas al mar. De Marbella a El Algarrobico , pasando por urbanizaciones fantasma, hoteles ilegales y frentes marítimos convertidos en moneda de cambio política, el litoral ha sido uno de los grandes escenarios de la especulación, y cada nuevo caso recuerda hasta qué punto el conflicto entre interés público y ambición privada ha marcado la transformación (y a menudo la degradación) del paisaje costero en España. En Xataka Móvil Después de que un hacker demostrara los riesgos de la baliza Help Flash IoT, Vodafone y el fabricante han tenido que dar explicaciones Un símbolo que nació torcido. El mamotreto de Las Teresitas empezó a levantar sospechas mucho antes de convertirse en un caso judicial en la isla de Tenerife porque apareció donde no debía y como no debía, emergiendo sin explicaciones en pleno dominio público marítimo terrestre, sin carteles visibles y sin que nadie supiera con claridad qué se estaba construyendo frente a la playa ni bajo qué amparo legal. Fue la mirada persistente de vecinos como Lola Schneider la que activó las primeras alarmas y convirtió aquel esqueleto de hormigón en algo más que una obra fea: en la prueba física de que en el frente de la playa se estaba ejecutando un proyecto que parecía caminar por delante de la ley y de la lógica urbanística. Cambiar la playa. Detrás del mamotreto estaba la ambición de transformar Las Teresitas en una gran playa urbana de referencia europea, con un plan firmado por Dominique Perrault que prometía soterrar aparcamientos, crear plazas abiertas y reorganizar los accesos al mar. Sobre el papel, la mole visible debía quedar enterrada y convertirse en infraestructura invisible al servicio del espacio público, pero la ejecución parcial y la ruptura del equilibrio entre administraciones convirtieron esa promesa en una estructura abandonada, gris y dominante que acabó siendo justo lo contrario de lo que el proyecto decía perseguir. El pelotazo. La construcción del aparcamiento se insertó en el corazón del llamado pelotazo de Las Teresitas , ocupando servidumbres y suelo de dominio público sin las autorizaciones preceptivas de Costas y con modificaciones sustanciales del proyecto original. Las sentencias posteriores dejaron claro que no se trataba de un defecto menor ni de un trámite olvidado, sino de un incumplimiento global de la normativa urbanística, con obras iniciadas sin respaldo legal mientras, en paralelo, el Ayuntamiento había comprado los terrenos del frente de playa por más de 52 millones de euros en una operación que ya estaba bajo la lupa judicial. La justicia llega. La paralización de las obras en 2007 marcó el punto de no retorno y abrió el camino a la investigación de la Fiscalía de Medio Ambiente, empujada por denuncias ecologistas y vecinales. El proceso judicial acabó con condenas por prevaricación urbanística y delitos contra la ordenación del territorio, confirmadas por la Audiencia, que establecieron sin ambigüedades que el mamotreto se levantó sin autorización válida y en suelo protegido, desmontando cualquier intento posterior de reducir el problema a una simple cuestión de legalización parcial. El coste político y penal. No solo eso. Las condenas alcanzaron a exconcejales, técnicos y altos cargos, algunos de los cuales ya han cumplido íntegramente sus penas de prisión e inhabilitación, mientras otros siguen vetados para ejercer cargos públicos hasta finales de la década. El caso quedó así fijado como un ramal más del gran escándalo de Las Teresitas, con responsabilidades penales claras y una obligación expresa de restitución del daño causado, que incluía el derribo del edificio a cargo de los condenados. El derribo. En el año 2017 se puso fin físicamente a una mole horrible que había quedado frente a la playa durante años. La llegada de la maquinaria pesada a la playa y el inicio visible del derribo marcaron el final material de una historia que se había prolongado durante más de una década. La destrucción del hormigón, ejecutada en cumplimiento de una sentencia firme y tras años de retrasos, simbolizó el cierre de un ciclo en el que el mamotreto pasó de promesa urbana a ruina abandonada y, finalmente, a escombro, devolviendo al paisaje una playa que había quedado secuestrada por el fracaso de un “pelotazo”. En 3D Juegos Cambiar "lo siento" por otra palabra demuestra que tienes una inteligencia emocional superior a la media. Steve Jobs nos enseñó el poder de esa jugada Una más. Si se quiere también, aunque el mamotreto desapareció físicamente y las penas se dieron por cumplidas, su historia queda como advertencia permanente (una más) sobre los límites del urbanismo sin control, la fragilidad del dominio público frente a intereses políticos y económicos y el precio que puede pagar una ciudad cuando los proyectos se imponen a la legalidad. Las Teresitas de Tenerife recuperó espacio y horizonte, pero el mamotreto se colocó en esa fila monstruosa que forma parte de la memoria colectiva de Canarias y España: la de los emblemas de cómo no se debe construir una ciudad ni, por supuesto, gestionar su patrimonio natural. Imagen | CARLOS TEIXIDOR CADENAS En Xataka | El mamotreto de Añaza: el megahotel abandonado en la costa de Tenerife desde hace 40 años que nunca se terminó En Xataka | Canarias se enfrenta al dilema irremediable de limitar el turismo. Empezando por cobrar para subir al Teide - La noticia Los parkings eran la gallina de los huevos de oro del ladrillo en España. Hasta que alguien creó el mamotreto de Las Teresitas fue publicada originalmente en Xataka por Miguel Jorge .

Ahora que compiten con la IA, ni siquiera los mejores recién graduados en ingeniería de software tienen asegurado ya un buen empleo

Ahora que compiten con la IA, ni siquiera los mejores recién graduados en ingeniería de software tienen asegurado ya un buen empleo

Durante décadas, estudiar ingeniería informática en una universidad de élite ha sido sinónimo de estabilidad laboral y salarios elevados . Un título de la Univ. de Stanford, por ejemplo, era poco menos que un billete de acceso libre a Silicon Valley. Sin embargo, en apenas tres años, ese panorama se ha transformado radicalmente por la irrupción acelerada de la IA generativa. Y esto está afectando, de forma especialmente dura, al a cceso de los jóvenes graduados a sus primeros empleos. Porque hoy en día, incluso los mejores expedientes en el campo de la ingeniería de software tienen hoy enormes dificultades para encontrar trabajo. La excelencia ya no basta Los estudiantes que comenzaron sus carreras universitarias antes de 2022 entraron en un mundo distinto. Durante su primer año de universidad, herramientas como ChatGPT aún no existían . Sin embargo, ahora, al graduarse, se enfrentan a sistemas capaces de escribir código durante horas, depurar errores y generar soluciones funcionales a gran velocidad. Los profesores de Stanford ven esta situación como un giro de 180º con respecto a años recientes, cuando casi todos los graduados encontraban empleo rápidamente en grandes tecnológicas. Hoy, tan sólo una pequeña élite que cuenta con currículos repletos de proyectos, investigación y experiencia previa , logra acceder a los pocos puestos atractivos disponibles. Programador junior: la IA es tu competidor directo La causa más citada por estudiantes, profesores y ejecutivos es clara: la IA ya no es solo una herramienta de apoyo, sino un competidor directo para los perfiles de entrada. Tanto, que los directivos de startups de IA reconocen abiertamente que ya no necesitan grandes equipos de ingenieros junior . Según este nuevo paradigma, donde antes hacían falta diez desarrolladores, ahora bastan dos ingenieros experimentados y un modelo de lenguaje avanzado. Y las empresas de IA como OpenAI o Anthropic necesitan y contratan talento, claro, pero no en un volumen capaz de compensar la contracción general del sector. Las cifras refuerzan esta percepción: el empleo de desarrolladores de software entre 22 y 25 años ha caído cerca de un 20 % desde finales de 2022 , y la contratación en puestos altamente expuestos a la IA se ha reducido de forma significativa en comparación con ocupaciones menos automatizables, como la enfermería. En Genbeta Si eres programador y no tienes experiencia, el 'Infojobs de los dev junior' está en WhatsApp y es un filón para encontrar trabajo Productividad sin prosperidad Resulta tentador concluir que la IA simplemente 'reemplaza' a los trabajadores humanos. Sin embargo, los datos muestran una realidad algo más compleja: por un lado, algunos estudios indican que el uso de herramientas de IA puede incluso ralentizar a desarrolladores experimentados, que deben invertir tiempo adicional revisando y corrigiendo código generado automáticamente . Quienes logran empleo describen cargas de trabajo más intensas: la IA anima a las empresas a exigir a un solo ingeniero lo que antes requería de la colaboración de varios Por otro, informes económicos señalan que las ocupaciones más expuestas a la automatización están creciendo en salarios y productividad. ¿Cómo se explica entonces que los jóvenes graduados queden fuera del sistema? Porque el problema no es solo tecnológico, sino estructural: la IA permite a las empresas obtener beneficios a corto plazo reduciendo la contratación y la formación de talento junior, pero lo hace a costa de erosionar sus futuros pilares de conocimiento y experiencia. Reajustado las expectativas Ante este panorama, los graduados adoptan distintas estrategias: muchos, sencillamente, rebajan sus expectativas y aceptan empleos que antes no habrían considerado . Otros optan por crear startups propias, con la esperanza de atraer inversión. Y un número creciente de graduados decide prolongar su estancia en la universidad mediante másteres y programas de posgrado, buscando diferenciarse en un mercado saturado. ¿Qué papel deben jugar las universidades? ¿Están acaso preparando a los estudiantes para un mundo donde la IA es omnipresente? Los profesores coinciden en que ya no basta con enseñar programación tradicional. Los futuros ingenieros deben aprender a supervisar, evaluar y corregir sistemas de IA, a integrarlos de forma crítica y a desarrollar habilidades que no se automaticen fácilmente: pensamiento sistémico, diseño, ética y comprensión profunda de los problemas. Vía | Futurism Imagen | Marcos Merino mediante IA En Genbeta | Desde que la IA está arrasando puestos de desarrolladores junior, los bootcamps ya no son lo que eran: un análisis a la situación - La noticia Ahora que compiten con la IA, ni siquiera los mejores recién graduados en ingeniería de software tienen asegurado ya un buen empleo fue publicada originalmente en Genbeta por Marcos Merino .

El inesperado origen de la bandera de España en belenes de Madrid: el malentendido de Aguirre con un político ahora en Vox

El inesperado origen de la bandera de España en belenes de Madrid: el malentendido de Aguirre con un político ahora en Vox

Un error de interpretación propició que el rojigualda rodeara el tradicional montaje de la Puerta del Sol, una anécdota que Almeida ha convertido en costumbre como respuesta al referéndum en Cataluña Las mofas en redes sociales con el nuevo logo del Ayuntamiento de Madrid: “La próxima no habrá árbol” Uno de los elementos de la Navidad en Madrid que más sorprende a los que llegan de fuera a la capital es ver cómo muchos belenes situados en instituciones públicas vienen acompañados de la bandera de España, colocada por metros para cubrir las mesas sobre los que se asientan los montajes. El origen actual tiene que ver con la respuesta desde los gobernantes del PP al referéndum independentista de Cataluña del año 2017, en forma de fervor nacionalista español que políticos como Almeida desplegaron en elementos tradicionalmente madrileños como las luces de Navidad o la representacién del nacimiento de Jesús. Pero la primera política en montar esta combinación inesperada fue Esperanza Aguirre. Lo hizo de forma inesperada, por un malentendido que tuvo con su entonces director general de Relaciones Institucionales de la Comunidad de Madrid, Fernando Martínez Vidal, por aquel entonces dirigente también del PP y ahora concejal por Vox en el Ayuntamiento de Madrid. Cuentan las crónicas de la época, en un error que reconoció la propia Esperanza Aguirre, que en la Navidad del año 2004, cuando ostentaba el cargo de presidenta de la Comunidad de Madrid, puso objeciones al nacimiento que había montado en el patio de la Casa de Correos, sede del gobierno regional. “Fernando, este belén no tiene la bandera”, le dijo al responsable, que tomó buena nota y movió hilos para adaptar el montaje a los gustos de la mandataria. Al día siguiente el belén de la Puerta del Sol lucía una enorme bandera de España, llamando la atención de cuantos por allí pasaban y también de la propia Aguirre, que volvió a reclamar la presencia de Martínez Vidal, para volverle a llamar la atención y asegurarle que no le había entendido: en lugar de “la bandera”, la presidenta regional le había pedido que colocara una “lavandera”, como es tradicional en este tipo de montajes. La historia la recordaba en TikTok hace unos días el periodista David Andújar, que calificaba la anécdota como “el mejor cuento de Navidad de la historia”. Suscríbete a las informaciones más cercanas Recibe las noticias más importantes de Madrid con un boletín escrito para ti, todos los viernes en tu correo. Apúntate aquí y recíbelas junto a los mejores planes para el fin de semana. También puedes seguirnos desde tu red social preferida, en Facebook , Bluesky o Instagram