De la ayuda invisibilizada al liderazgo real: el 23% de las explotaciones agrícolas en Aragón están lideradas por mujeres
También aumenta el número de titularidades compartidas a 32 en la comunidad. La presencia de la mujer en el sector primario aporta estabilidad, innovación y futuro al desarrollo al rural aragonés Entrecabritos, una ganadería turolense que pide auxilio: “Sin apoyo institucional, no hay premio que valga” El perfil del sector primario en Aragón está experimentando una transformación histórica. Si hace dos décadas la presencia femenina en agricultura y ganadería era difusa y en la mayoría de los casos estaba relegada a tareas invisibilizadas dentro de las labores familiares, hoy las mujeres son protagonistas de una revolución cada vez menos silenciosa y más estructural que está redefiniendo el rostro del campo aragonés. Los últimos informes oficiales dibujan un panorama de crecimiento sostenido en la participación de las mujeres en el medio rural, no solo como trabajadoras, sino como titulares y gestoras de explotaciones agrarias. Según el informe 'Ser mujer rural en Aragón 2010-2024', presentado recientemente por el Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón, el 23% de las explotaciones agrícolas están encabezadas por mujeres encargadas también de su gestión directa, un avance del 20% respecto al anterior informe. Más de 1.200 mujeres se han incorporado de manera formal y regulada al sector agrario en los últimos 20 años. Un cambio que está siendo posible, en parte, debido a los movimientos sociales y de las organizaciones profesionales agrarias que se han traducido en políticas públicas que están priorizando las solicitudes de mujeres en programas de incorporación y modernización de explotaciones. Una nueva forma de concebir el sector que rompe con la visión del trabajo de las mujeres en el campo como un hecho complementario o “de ayuda”, sin reconocimiento formal, incluso por parte de las mismas familias y de las propias mujeres. Un cambio estructural en el sector a nivel laboral El informe recalca que no se trata solo de cifras aisladas, sino de una tendencia que se ha consolidado con el tiempo. “El avance de las mujeres en el medio rural aragonés ya no es una tendencia puntual, es una realidad estructural”, afirma Miriam Ferrer, jefa de Planificación e Igualdad del Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón. En la última década, la población activa femenina en el sector agrario ha aumentado en más de 24.000 mujeres, mientras que la masculina ha descendido desde 2010 en 10.750 hombres. En términos de empleo, el informe publicado por el Gobierno de Aragón refleja que el número de mujeres ocupadas ha crecido un 16% en el mismo periodo, frente a la estabilización relativa de los hombres. Ellas también piden ayudas y se incorporan más Además, la proporción de solicitantes femeninas de ayudas para la incorporación a la agricultura también ha aumentado de manera significativa, pasando del 17,4 % en 2001 a más de 26% en 2024, un indicador claro de que cada vez más mujeres jóvenes encuentran en el campo una salida profesional viable, de manera especial en la franja de 36 a 40 años, donde las mujeres superan a los hombres en solicitudes. Este último dato refleja que muchas mujeres que deciden vivir en el medio rural encuentran en la agricultura y la ganadería una vía laboral a través de la que poder conciliar y ser madres, sin dejar de tener una actividad profesional remunerada. En las líneas de modernización de explotaciones, el porcentaje de mujeres beneficiarias también ha experimentado un notable crecimiento, pasando del 7,60% al 19,97% en los últimos 21 años. Asimismo, este crecimiento ha tenido impacto en áreas complementarias del desarrollo rural, donde la mujer es un pilar clave como reflejan los datos: cerca del 40 % de los proyectos apoyados por programas LEADER están liderados por mujeres, con una presencia destacada de emprendedoras mayores de 55 años. Más agricultoras, más ganaderas y más cotitulares El 23% de las explotaciones agrícolas de Aragón ya tienen a una mujer como titular y jefa de explotación, lo que supone un incremento de casi el 20% respecto a la encuesta anterior. Ahora, además, el 83% de las titulares son también responsables directas de la gestión de sus explotaciones en comparación con el 62% que publicaba el anterior informe de la consejería. En el sector ganadero, el porcentaje de mujeres titulares de explotaciones ha alcanzado el 12,47%. Más del 16% de estas mujeres se localizan en la provincia de Teruel. Y el sector cunícola es el que más protagonismo tiene, con el 18% de las explotaciones con una titular mujer. Por otra parte, el número de explotaciones acogidas al régimen de titularidad compartida también ha seguido creciendo. El informe recoge que son ya 32 las explotaciones registradas en esta modalidad en toda la comunidad autónoma, la mayoría de ellas en la provincia de Huesca. Recordamos que en la titularidad compartida ambas partes comparten la gestión, administración y responsabilidad al 50%, visibilizando y reconociendo el trabajo de ambos, facilitando el acceso a ayudas, subvenciones y cotización en la Seguridad Social de forma conjunta y equitativa. Una figura legal en España, que está regulada por la Ley 35/2011. El campo mira hacia un futuro en femenino lleno de retos La incorporación de las mujeres al campo no es solo cuantitativa, sino también cualitativa. Con más mujeres asumiendo la titularidad de explotaciones, accediendo a ayudas, liderando proyectos y ocupando espacios de decisión, el campo aragonés no solo gana en números, sino también en estabilidad y resiliencia. Sin embargo, ahora, la tarea se centra en consolidar estas conquistas y ampliar las oportunidades para que el crecimiento de la participación femenina no se detenga. Y es que, a pesar de estos avances, las organizaciones agrarias, las protagonistas y expertas, como Miriam Ferrer, consideran que, a pesar de que “vamos por buen camino”, también “hay que seguir trabajando en todas las áreas para consolidar y mejorar estos resultados” para alcanzar una igualdad plena. La brecha salarial, por ejemplo, sigue siendo una realidad que lastra a muchas mujeres del sector primario. En 2024, la diferencia de salario entre hombres y mujeres en el sector agrario se redujo considerablemente, situándose por debajo de cifras preocupantes de años anteriores. La diferencia es del 3,77% para contratos indefinidos (frente al 12,09% en 2022) y del 7,27% para temporales. Otro de los retos es el tamaño de las explotaciones. Históricamente, las ganaderías o tierras lideradas por mujeres tienden a ser más pequeñas y, por consiguiente, registran una facturación menor. La brecha que aquí se abre refleja desigualdades que persisten en el acceso a recursos y mercados. En estas condiciones, la representación femenina sigue siendo muy reducida en los principales espacios de peso económico y político dentro del sector. La mujer sigue quedándose fuera de los lugares donde se toman las decisiones, foros tan importantes como por ejemplo los consejos rectores de las cooperativas. “Cuando las mujeres acceden en igualdad a las ayudas, a la titularidad y a los procesos de modernización, el territorio gana en estabilidad, innovación y futuro. La igualdad no es solo una cuestión social, es una palanca clave para el desarrollo rural sostenible”, alega Miriam Ferrer. Por ello se sigue apostando por la creación de mesas de diálogo, campañas de visibilización y plataformas de apoyo como herramientas para consolidar la presencia femenina y fomentar redes de colaboración entre mujeres rurales que, muy importante, se sostengan en el tiempo.