Efemérides de hoy 26 de diciembre de 2025: ¿Qué pasó el 26 de diciembre?
Consulta las efemérides de hoy 26 de diciembre de 2025 y descubre, quién nació, quién murió y qué pasó a lo largo de la historia un día como hoy.
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España afrontaba el final de 2020 sumida en una situación inédita. Tras meses de confinamientos, restricciones de movilidad y estados de alarma, el COVID-19 seguía golpeando con fuerza hospitales y residencias. Las UCI estaban al límite, el personal sanitario exhausto y la población vivía entre la prudencia y el cansancio emocional.
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Es una de las elecciones más difíciles al llegar a una administración, conoce las claves.
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Nacida en Pola de Siero (Asturias) en 1976, Vallina es periodista, historiadora del arte, conservadora de museos estatales y escritora. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, cuenta además con estudios de Arte Moderno y Contemporáneo por la Universidad de Cambridge. Es máster en Formación del Profesorado de Enseñanza Secundaria —especialidad... Leer más La entrada Ilustración, poder y amor en la España napoleónica aparece primero en Zenda .
Es otra tradición navideña; como el panetone, los (odiosos) calendarios de Adviento o el empacho de turrón. El año enfila diciembre y las secciones de cultura se llenan de listas con «lo mejor del año», estadillo general del quehacer de las industrias culturales y sentencian, en una parca enumeración, sobre la multitud de eventos que caben en un año. "Lo mejor", ¿qué será eso? ¿Lo más interesante? ¿Lo más arriesgado? ¿Lo más correcto? ¿Lo más novedoso? Vaya por delante: no tengo nada en contra de estas listillas. No solo las leo con fruición; a veces, incluso, he colaborado en su elaboración. Sin embargo, me fascina el acontecimiento: que, como si fuera un evento cósmico, el año se remate con esa pedrea que fija el canon de la flor y nata. Puestos a dictaminar algo tan rotundo ("¡lo mejor!"), uno esperaría un complejísimo sistema de valoraciones : tablas con decenas de casillas en las que críticos y redactores venidos desde todos los rincones del imperio se dejasen las pestañas calibrando méritos y reproches. Hasta donde sé, el procedimiento es más pedestre. El responsable de la cabecera pide a sus colaboradores unas preferencias enumeradas y, tras evaluarlas al peso, las que se repitan y las de los primeros puestos acaban consagradas en el decálogo del año en curso. Tiene su gracia: en cualquier otro momento, un crítico necesita entre seiscientas y mil palabras para argumentar qué le parece tal o cual cosa pero, cuando se trata de fijar "lo mejor" en la hemeroteca, basta con una enumeración de diez líneas y santas pascuas. El formato también me parece intrigante. Un podio con diez escalones. ¿Por qué no doce? ¿O siete? ¿Será que «lo mejor» se manifiesta más puramente en una escala decimal que en una ternaria? ¡Cuántas preguntas! Reconozco que semejante atracón de arbitrariedades empieza a desconcertarme y que, quizás a causa del mareo, comienzo a sospechar que el objetivo de la dichosa lista tiene menos de ejercicio crítico que de mascarada. De quedar bien con tal institución ("mira, te he incluido entre lo más sensacional"), remediar cuentas pendientes ("la verdad es que no le hemos dedicado media línea a tu exposición, pero llega el aguinaldo") y reajustarnos los chakras del bienquedismo y la geopolítica interior. Los seleccionadores se dan lustre mientras los beneficiarios comparten en las redes, ufanos, su inscripción en ese efímero paseo de la fama: todos contentos. Aunque aquí nos dediquemos al negociado plástico, no hay gremio que no disfrute de su top ten antes de las uvas. Series, novelas, películas, poemarios, teatros de pulgas, prestidigitadores o boticarios. "Los diez mejores antidepresivos del 2025", miren, ojalá . Entiendo lo conveniente de que, en plena campaña navideña, los periódicos de relumbrón señalen los libros más bellos, buenos y verdaderos del año: al lector le facilitan la elección de algún regalito y las librerías dan palmas mientras sueñan con estanterías vacías. Lo mismo con el audiovisual o las discográficas; incluso en las escénicas, porque hay obras que se reponen o itineran. En el ámbito de las artes plásticas, me parece, las cuentas del Gran Capitán son esencialmente honoríficas: un marchamo para poner en el currículo. Anunciado en televisión, seleccionado por tal revista como chachipiruli en este año de nuestro señor. Aunque toda crítica sea publicidad (entre el maremágnum de propuestas que uno tiene por delante, escoger una —para bien o para mal— y dedicarle espacio es señalarla) hay artefactos que son más publicitarios que otros. El de las listas parece serlo plenamente: con todas las justificaciones normalmente exigidas haciendo mutis por el foro, los críticos nos ponemos el gabán de prescriptores para despacharnos (¿será cosa del espíritu navideño?) con una indisimulada ligereza. Así sale lo que sale: una ensalada sin matices, con mucho de Madrid, algún museo nobletón más allá de la M30 y de lo pequeño no me preguntes. Los vicios del sistema resumidos en diez sinopsis.
Sobre el papel, Europa nunca ha parecido tan pro palestina . Francia ha reconocido oficialmente al Estado de Palestina en las Naciones Unidas. El presidente Emmanuel Macron insiste en que “el pueblo palestino no es un pueblo sobrante” y pide una misión internacional de estabilización en Gaza. Varios gobiernos europeos presentan eso como un giro moral, una corrección tardía tras casi dos años de devastación. Pero si dejamos de lado los discursos y nos fijamos también en las negociaciones de contratos , las misiones en las fronteras, la financiación del control de la migración y los nuevos mapas de Gaza, aparece otra historia . Una historia en la que Europa construye las infraestructuras de una Franja de Gaza donde los palestinos ya no son un pueblo con derecho a vivir y regresar allí, sino que han desaparecido, han sido encerrados o son gobernados como un problema que hay que gestionar, sin tener voz ni voto. No pretendo afirmar que exista un plan maestro secreto. Pero cuando se comparan la destrucción física de Gaza, la defensa abierta de las autoridades israelíes a favor de la “emigración voluntaria”, las inversiones masivas de Europa en el control de las fronteras y la promoción de programas de gobernanza internacional, se puede ver una orientación coherente. Esta orientación dibuja un futuro en el que Gaza subsiste, pero en el que sus habitantes son prescindibles . Cualquier debate sobre “el día después” de la guerra debe comenzar por el día que estamos viviendo actualmente. Porque una comisión de investigación de las Naciones Unidas ha concluido que Israel es responsable de cuatro actos de genocidio en Gaza. Amnistía Internacional llegó a una conclusión similar. Sobre el terreno, esos términos jurídicos se traducen en cifras y ruinas. Las agencias de las Naciones Unidas estiman que han sido desplazadas al menos 1,9 millones de personas , es decir, alrededor del 90 % de la población de Gaza, a veces en varias ocasiones. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas informa de que alrededor del 86 % de la Franja de Gaza se encuentra ahora bajo órdenes de desplazamiento israelíes o ha sido designada como “zona militarizada”, lo que obliga a los palestinos a agruparse en zonas cada vez más pequeñas y peligrosas. Las familias se enfrentan ahora a un tercer invierno en tiendas de campaña que se inundan con aguas residuales cuando llueve . Hacer que un territorio sea físicamente inhabitable no es un accidente de guerra, es un método. Y este método va acompañado de mecanismos políticos y militares que persiguen un único resultado: menos palestinos en Gaza, menos tierras palestinas y un control externo permanente. No se trata de una especulación. Los responsables israelíes lo dicen abiertamente. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, declaró que Israel debería ocupar Gaza y “animar” a la mitad de sus 2,2 millones de habitantes a emigrar en un plazo de dos años. En julio de 2025 , la ministra israelí Gila Gamliel publicó un vídeo generado por inteligencia artificial que mostraba un futuro Gaza lleno de complejos hoteleros de lujo y torres con el logo Trump . Un paraíso costero construido sobre la promesa de la desaparición de los palestinos, con una leyenda inequívoca: “Son ellos o nosotros”. Palabras aplicadas con la fuerza de los bulldozers. Es en este contexto en el que Europa elabora su política. Oficialmente, insiste en que el desplazamiento de los palestinos a Egipto es inaceptable . Extraoficialmente, paga a El Cairo precisamente para que gestione y contenga las consecuencias humanas de la situación. En marzo de 2024 , la Unión Europea (UE) y Egipto firmaron una “asociación estratégica y global” respaldada por una dotación de 7.400 millones de euros para el periodo 2024-2027. Esta cantidad incluye 5.000 millones de euros en préstamos blandos, 1.800 millones en inversiones y 600 millones en subvenciones, de los cuales 200 millones se destinan explícitamente a la “gestión de la migración”. Los documentos de la UE indican claramente que esta financiación está destinada a reforzar las fronteras egipcias y permitir que El Cairo acoja a los exiliados para que no se dirijan a Europa . Se trata de un acuerdo clásico de externalización: Europa paga a otros países para que mantengan a las personas desplazadas fuera de su vista. Poco después, las imágenes de satélite revelaron que Egipto está construyendo una zona tampón fortificada y un complejo rodeado de muros de hormigón en el Sinaí , cerca de Rafah, lo que se ha interpretado en gran medida como una infraestructura destinada a acoger a un gran número de palestinos si se veían empujados a cruzar la frontera. Las autoridades egipcias niegan cualquier intención de aceptar un desplazamiento masivo. Pero las bases están ahí. Al mismo tiempo, las instituciones europeas han acelerado la concesión de ayuda financiera adicional a Egipto, invocando explícitamente su “papel estratégico” en el contexto de la guerra en Gaza y las presiones migratorias regionales. No se trata de una ayuda neutral. Al invertir masivamente en la fortificación y el cierre de las fronteras , mientras un Estado vecino habla abiertamente de dejar Gaza sin población, Europa se convierte en cómplice de una posible limpieza étnica, independientemente de sus declaraciones de intenciones. Europa no actúa sola. El futuro de Gaza se debate cada vez más como si se tratara de un territorio vacío que debe ser administrado por fuerzas de seguridad, donantes y dirigentes extranjeros. El famoso “plan Trump” prevé la creación de un órgano internacional, el “consejo de paz”, presidido por él mismo, que supervisaría la reconstrucción de Gaza durante al menos dos años bajo el mandato de las Naciones Unidas (ONU). Una fuerza multinacional de estabilización, aún por constituir, controlaría la seguridad, mientras que un comité tecnócrata palestino se encargaría de la administración ordinaria. El propio Trump ha hablado públicamente de la “limpieza” de Gaza y del reasentamiento de los palestinos en otros lugares . Francia se ha sumado a la idea de una presencia internacional en materia de seguridad. Macron, en el discurso ante la ONU en el que reconoció a Palestina, propuso una administración transitoria en la que participarían la Autoridad Palestina, una nueva generación de palestinos y fuerzas de seguridad formadas por Francia y sus socios, con el apoyo de una misión internacional de estabilización. En ninguna parte de esta propuesta se garantiza la posibilidad de que los gazatíes desplazados regresen a las zonas transformadas en “zonas tampón» o zonas de tiro. En ninguna parte se rechaza claramente la apropiación de territorios por parte de Israel. Mientras, la UE ha reactivado y ampliado su misión fronteriza en Rafah (EUBAM Rafah) para supervisar los pasos fronterizos y facilitar las salidas de Gaza, principalmente a los heridos, los estudiantes y los “casos excepcionales”. Su mandato se ha prorrogado hasta 2026. Como periodista que ha abandonado Gaza este año, en el marco de un proceso de evacuación gestionado por el consulado francés y las autoridades de ocupación, sé cómo es la situación sobre el terreno : filas de autobuses con los logotipos de la ONU y la UE; listas de nombres “aprobados” decididas en oficinas lejanas; un estrecho pasillo de salida para unos pocos y una mayoría que queda atrapada. Esto se puede calificar de gesto humanitario. También es un laboratorio para un futuro en el que los palestinos son seleccionados y sacados de un recinto controlado que se convierte en permanente. Europa argumentará que el reconocimiento de Palestina demuestra su compromiso con nuestra presencia allí en lugar de con nuestra partida. Pero un reconocimiento sin confrontación carece de sentido. En mi habitación en París, no paran de llegarme vídeos al teléfono: tiendas de campaña que se derrumban bajo la lluvia de noviembre; niños que intentan dormir en colchones empapados de aguas residuales; una abuela que murmura que ahora teme más a las nubes que a las bombas. No son personas “sobrantes”. Son personas cuyos abuelos perdieron sus pueblos en 1948 y a quienes se les repite, entre los escombros y las fronteras, que no hay lugar para ellos. Si los dirigentes europeos se oponen realmente a una Gaza sin palestinos, deben expresarlo con sus políticas, no en discursos poéticos. Esto significa rechazar explícitamente los programas israelíes de “emigración voluntaria” y condicionar las relaciones con Tel Aviv al abandono de la ingeniería demográfica y las zonas tampón permanentes. Significa vincular la reconstrucción y las misiones fronterizas al derecho al retorno de todos los gazatíes desplazados, incluso a las zonas actualmente declaradas “zonas prohibidas”. Significa cancelar los acuerdos de control de la migración que convierten a los Estados vecinos en carceleros de Europa , a menos que estén condicionados a garantías firmes contra el reasentamiento forzoso o bajo coacción económica. También significa garantizar que cualquier fuerza internacional u órgano rector en Gaza sea responsable ante los palestinos (y no ante Washington, Bruselas o Tel Aviv), y que ese órgano proteja nuestro derecho a vivir en nuestra tierra, y no el deseo de Europa de no vernos. De lo contrario, la conclusión es sencilla. Europa será recordada como el continente que lloró por Gaza, que reconoció a Palestina en Nueva York y que contribuyó discretamente a diseñar un futuro en el que los palestinos se encontrarán dispersos en campamentos a lo largo de sus fronteras o atrapados bajo administración internacional en una franja de tierra reducida y segura. No escribo estas líneas como “mujer enojada de Gaza”, como a algunos les gusta llamarme, sino como testigo que ha vivido las dos realidades: la tienda inundada y las conversaciones de “paz” en París . Si mi voz tiembla es porque sé hasta qué punto el lenguaje político se transforma fácilmente en pies descalzos en el barro y en la tos de mi hermana pequeña durante toda la noche bajo una lona de plástico. Europa ya está decidiendo cómo será Gaza después de las bombas. La única pregunta honesta que queda es: ¿seguirá habiendo palestinos? Traducción de Miguel López
“Llámalo democracia o llámalo socialismo democrático. Lo que creo es que debe haber una mayor redistribución de la riqueza para todos los hijos de Dios en nuestro país”. Zohran Mamdani, de 34 años, recita de memoria esta frase de Martin Luther King Jr. para explicar, en cada entrevista, lo que significa para él socialismo democrático . Aunque nunca abrazó públicamente esa etiqueta de forma explícita, es sabido que King se identificaba en privado con sus ideales. Mamdani, en cambio, luce con orgullo esa bandera . Nada de esto debería sorprendernos. “¿De qué sirve tener el derecho a sentarse en la barra de un restaurante –preguntaba King en otra de sus citas más conocidas– si no puedes permitirte comprar una hamburguesa?”. En Where Do We Go From Here (1967), el líder del movimiento de los derechos civiles lanzó una serie de propuestas que hoy sonarían utópicas: ingreso anual garantizado, fuerte expansión de la vivienda pública, sistema de salud universal, reforma de la sacrosanta Constitución estadounidense para blindar la igualdad social y económica. El programa con el que Zohran Mamdani alcanzó la alcaldía de Nueva York con más del 50% de los votos es más modesto. A lo largo de su sorprendente campaña, que lo llevó de ser un completo desconocido hace apenas un año a prepararse para tomar posesión, el 1 de enero de 2026, de la metrópolis más importante del país (y una de las más significativas del mundo), insistió en tres medidas directas, sencillas y estrechamente ligadas a las problemáticas económicas de los neoyorquinos: el congelamiento de los alquileres, la gratuidad de los autobuses y la universalidad de las guarderías. Mamdani también habló de crear una red de supermercados municipales sin fines de lucro , reformar el modelo policial para poner un mayor énfasis en la salud mental y la atención comunitaria, elevar el impuesto a las sociedades hasta igualar el 11,5% de la vecina Nueva Jersey o aplicar un impuesto fijo del 2% al 1% más rico de Nueva York. La lista continúa, pero el hilo conductor de su plataforma es evidente: el costo de la vida. “Durante demasiado tiempo la libertad ha sido un privilegio reservado a quienes podían pagarla ”, bramó el candidato en el mitin principal de campaña, flanqueado por Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez. “La dignidad es libertad”. Las reminiscencias del populismo económico de Sanders, que plantea el antagonismo entre la mayoría trabajadora y la elite oligárquica, son innegables: Make America Affordable Again . Mamdani suele decir que fue la primera campaña del senador por Vermont en las primarias demócratas, una década atrás, la que le proporcionó el “ lenguaje del socialismo democrático” , al articular en un proyecto coherente ideales que hasta entonces existían, para él, como intuiciones dispersas. Pero Mamdani posee algo que Sanders nunca tuvo: un amplio apoyo entre las minorías étnicas y una comprensión más sensible y audaz del papel de la identidad en la vida política y social del país. Nacido en Uganda, de ascendencia india y fe musulmana, obtuvo la ciudadanía estadounidense apenas en 2018. Su padre, Mahmood Mamdani, es un académico nacido en India y de nacionalidad ugandesa; su madre, también de origen indio, es la cineasta Mira Nair. Han corrido ríos de tinta sobre la ecléctica biografía del alcalde electo , el potencial transformador de sus propuestas, la magnitud de su campaña puerta a puerta o su impresionante estrategia comunicacional. Es posible, sin embargo, abordar este fenómeno desde otro ángulo: la influencia del padre político del DSA (Socialistas democráticos de América), Michael Harrington, y del padre biológico del candidato, Mahmood Mamdani. Dos figuras que, desde trayectorias diferentes y posiciones incluso divergentes, permiten comprender más a fondo su singularidad. El ala izquierda de lo posible “¿Por qué no hay socialismo en Estados Unidos?”. Con esta pregunta, formulada en 1906, Werner Sombart inauguró un debate que sigue abierto más de un siglo después. El sociólogo alemán ya intuía una posible respuesta: en un país donde incluso los trabajadores disfrutaban de un nivel de vida elevado, donde abundaban la tierra y las oportunidades de ascenso social, resultaba difícil que prendieran las ideas socialistas. “En los arrecifes del roast beef y del pastel de manzana”, escribió Sombart, “las utopías socialistas están condenadas a naufragar”. Hasta Karl Marx y Friedrich Engels se plantearon en repetidas ocasiones el mismo problema, sin alcanzar nunca una conclusión definitiva. Aun así, ambos mantuvieron la esperanza hasta el final de sus vidas. Más adelante, en 1952, el sociólogo Daniel Bell, quien se veía a sí mismo como un socialista moderado , abordó en un controvertido artículo académico el “infeliz problema” del socialismo democrático en Estados Unidos, el “dilema irresoluble” de cómo “estar en el mundo sin ser parte de este”; de operar, siempre de forma insuficiente, como fuerza moral, más que política, en el marco de una sociedad inmoral. Según Bell, los comunistas estadounidenses poseían una posición más clara (la de ser los “antagonistas declarados” del sistema dominante), pero los socialistas se hallaban condenados a la ambigüedad. Pese a este infeliz problema , la historia del socialismo democrático en el país es extensa y fecunda. Hay incluso quien la remonta hasta Thomas Paine (1737-1809), el founding father que mostró una sensibilidad más radicalmente democrática e igualitaria –y el principal defensor, en su tiempo, de una forma embrionaria de Estado social–. Pero en la amplia mayoría de estos relatos, un nombre destaca por encima del resto: Eugene V. Debs, fundador del Partido Socialista (PS) en 1901 y en cinco ocasiones candidato presidencial. Debs, más un intérprete radical de la tradición republicana de Estados Unidos que un socialista “estilo europeo”, llegó a alcanzar el 6% del voto en 1912, el mejor resultado histórico del partido . En aquel momento el PS tenía más representantes electos que el laborismo británico (a pesar de no contar con el beneplácito de figuras como León Trotsky, quien denostaba el “carácter burgués y complaciente” del socialismo estadounidense, al que veía como una agrupación de “dentistas exitosos”). Si bien mantuvo una influencia considerable en el movimiento sindical, tras la muerte de su líder en 1926 el partido comenzó un prolongado declive causado por divisiones doctrinales , persecuciones policiales y, paradójicamente, por el éxito del New Deal de Franklin D. Roosevelt –mencionado con frecuencia por Mamdani–, que, aunque se nutrió de muchas de sus ideas, acabó dejándolo fuera de juego. La larga noche socialista derivó en la proliferación de grupúsculos que cambiaban sus siglas con regularidad. Por si fuera poco, en plena agitación de la década de 1960, la problemática relación con la New Left surgida del movimiento estudiantil y las posiciones divergentes en torno de la Guerra de Vietnam produjeron nuevas escisiones. No fue hasta 1982 cuando se fundó DSA, a partir de la convergencia de dos pequeñas organizaciones: una muy vinculada al viejo socialismo sindical y la otra, más abierta al incipiente activismo feminista y antirracista. El principal artífice de su creación fue Michael Harrington, figura controvertida y prolífica, quizá la más influyente en el desarrollo orgánico del socialismo democrático en Estados Unidos. (Sin olvidar a Barbara Ehrenreich, pensadora de mayor peso en el ámbito cultural y activista, y con quien mantuvo desacuerdos recurrentes). Criado en una familia católica de ascendencia irlandesa , pero neoyorquino por adopción, Harrington saltó a la fama dos décadas antes de la creación del DSA gracias a The Other America , un breve ensayo que sacudió la conciencia nacional. Su tesis era tan sencilla como elocuente: la pobreza, en una sociedad tan opulenta como la estadounidense, estaba mucho más extendida de lo que la mayoría de sus ciudadanos suponían. El libro, que abogaba por la intervención estatal para enfrentar la exclusión material (sin mencionar en una sola ocasión la palabra socialismo ), fue ampliamente discutido por los medios de comunicación y leído por importantes asesores de los gobiernos de John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson. Consolidado ya como intelectual público —el conservador William F. Buckley Jr. llegó a burlarse de él en un debate, al decir que ser el socialista más conocido de Estados Unidos era “ como ser el edificio más alto de Kansas” —, Harrington mantuvo en sus numerosas conferencias y libros el propósito común de dar forma al “ala izquierda de lo posible”. En sus ensayos, especialmente The Twilight of Capitalism (1976) y Socialism: Past and Future (1989), desarrolla su tesis del “gradualismo visionario”: la convicción de que todo cambio sustancial solo puede gestarse a lo largo de un periodo prolongado; de que la complejidad de las sociedades contemporáneas (en particular la estadounidense) exige una orientación clara sobre el rumbo a seguir y, sobre todo, una dosis inagotable de paciencia. De hecho, él fue el principal impulsor de la “estrategia del realineamiento” que debía guiar las acciones de DSA: infiltrar el Partido Demócrata y empujarlo hacia posiciones más progresistas. En sus propias palabras: “Comparto con los liberales de este país [ liberals , en el sentido estadounidense] un programa inmediato, porque el mejor liberalismo, llevado hasta sus últimas consecuencias, desemboca en el socialismo. Soy radical pero procuro evitar los discursos grandilocuentes. Aspiro, simplemente, a situarme en el ala izquierda de lo posible”. Este pragmatismo antecede y desborda la figura de Harrington. Tal vez donde mejor se manifiesta sea en el ámbito local, donde el socialismo democrático cuenta con una historia larga y singular. Destaca, sobre todo, el caso de Milwaukee: entre 1910 y 1960, los candidatos socialistas dominaron la política municipal de esta ciudad de Wisconsin. Por su enfoque constructivo y su empeño en modernizar y sanear la red pública de alcantarillado , Morris Hillquit, líder fallido del PS en Nueva York, más dado a la retórica grandilocuente que a la gestión, bautizó a aquellos alcaldes como “socialistas de las alcantarillas”, un mote del que ellos mismos se reapropiaron con orgullo. En una extensa entrevista en The Nation , Mamdani recuperó este legado para definir su campaña neoyorquina: “Para mí, el socialismo de las alcantarillas encarna la convicción de que el valor de una ideología se mide por sus resultados. Significa mejorar los bienes y servicios que las personas de clase trabajadora utilizan cada día: el alcantarillado, el agua potable, los parques”. Mamdani no será el primer alcalde de Nueva York vinculado al DSA. Aunque renegó de la etiqueta durante su mandato, este título corresponde a David Dinkins, primer alcalde negro de la ciudad y una figura moderadamente progresista, que gobernó entre 1990 y 1993 en medio de una crisis fiscal, pánico moral por la inseguridad y crecientes tensiones raciales . Sin embargo, cuando en uno de los debates le preguntaron quién había sido, a su juicio, el mejor alcalde en la historia de la ciudad, Mamdani respondió sin vacilar: Fiorello LaGuardia. Miembro del Partido Republicano y alcalde entre 1934 y 1946, LaGuardia amplió los programas sociales, abarató el transporte público, construyó autopistas, piscinas y parques infantiles, creó la primera autoridad pública de vivienda del país e impuso controles de los precios de los alquileres. Con todo, LaGuardia gobernó en plena era del New Deal, cuando la intervención pública encarnaba una nueva promesa de prosperidad, y mantuvo una relación privilegiada con Roosevelt , pese a pertenecer a partidos diferentes. “No existe una manera republicana o demócrata de recoger la basura”, repetía con asiduidad. El momento de Mamdani es, como mínimo, muy distinto. El actual DSA es igualmente una organización diferente de la de los tiempos de Harrington. Hoy cuenta con más de 80.000 miembros, frente a los apenas 7.000 de la década de 1980. Si antes de la primera campaña presidencial de Bernie Sanders la mediana de edad superaba los 68 años, hoy se sitúa por debajo de los 33. En el pasado, el respaldo público de figuras conocidas se reducía prácticamente a la periodista y escritora Gloria Steinem y el filósofo y activista Cornel West; ahora, numerosas celebrities (de la Academia y de fuera de ella) expresan su apoyo sin ambages a los socialistas democráticos. También ha cambiado su relación con el mundo sindical: de un vínculo estrecho con el sindicalismo clásico ha pasado a una colaboración más flexible con el llamado “nuevo sindicalismo” . Hasta 2017 formó parte de la Internacional Socialista, pero hoy, en cambio, tiende a identificarse con partidos situados más a la izquierda. Su estrategia reciente se centra en concebir la participación en las primarias demócratas como el principal terreno de influencia política. Aunque muchos en la organización interpretan esta táctica como una preparación (indeterminada en el tiempo) para una futura ruptura con ese partido del sistema, el realineamiento que Harrington teorizó hace casi medio siglo –mover al Partido Demócrata hacia posiciones socialdemócratas– sigue, en buena medida, operando en la práctica. En su autobiografía, publicada en 1989, consciente de que su enfermedad pondría pronto fin a su vida, Harrington escribió que el socialismo estadounidense “fue, y continúa siendo, un fracaso histórico” . En esas mismas páginas se definía a sí mismo como un “corredor de larga distancia”, alguien con la determinación suficiente para continuar la lucha en las circunstancias más adversas, sin esperar recompensas inmediatas. “Corro hacia el reino de la humanidad”, confesaba, “plenamente consciente de que nunca lo alcanzaré. Tal vez nadie lo haga”. Hoy, esa carrera de relevos encuentra en Mamdani a un socialista dispuesto a recoger el testigo, decidido a hacer de aquel “fracaso histórico” un diagnóstico provisional y no una profecía derrotista. Hasta qué punto este nuevo éxito puede extrapolarse a otros lugares y cómo afectará al crecimiento de DSA –“mi plataforma no es la misma que la de DSA en el ámbito nacional”, dijo Mamdani durante la campaña– es una cuestión que, de nuevo, solo el tiempo saldará . Es la misma lucha Corría el año 1965. Un joven activista nacido en la India y criado en Uganda es detenido en Montgomery, Alabama, tras participar en una marcha por los derechos civiles. Desde el calabozo, hace uso de la única llamada a la que tiene derecho para contactar con el embajador ugandés en Estados Unidos. Molesto por el incidente, el diplomático lo reprende por “inmiscuirse en los asuntos internos de un país extranjero”. La respuesta no se hace esperar: “No es un asunto interno”, replica el joven, “¿acaso olvida que logramos la independencia hace apenas unos años? Es la misma lucha por la libertad”. Ese joven era Mahmood Mamdani, hoy un prestigioso antropólogo de la Universidad de Columbia y una de las figuras más reconocidas de los estudios poscoloniales. La anécdota figura en Slow Poison (2025), su ensayo más reciente, una historia de la Uganda independiente contada a través de sus autócratas, Idi Amin (quien deportó al propio Mamdani por sus orígenes asiáticos) y Yoweri Museveni (todavía presidente, 39 años después). En el fondo, el libro funciona como una autobiografía intelectual y política, y deja entrever una vida tan trepidante como comprometida, vivida a caballo entre los círculos activistas y los pasillos de las universidades de la Ivy League. Mahmood Mamdani es, además, el padre de Zohran, y la ambivalencia que desprende su trayectoria atraviesa también la de su hijo. Es más: el segundo nombre del candidato a la Alcaldía de Nueva York es Kwame, en honor a Kwame Nkrumah, líder de la independencia ghanesa y teórico del panafricanismo, una tradición intelectual con la que Mahmood Mamdani ha mantenido un constante diálogo crítico. Así, a lo largo de más de cuatro décadas, Mamdani ha abordado cuestiones que van desde el legado del imperialismo en la economía ugandesa hasta las causas y consecuencias del genocidio en Ruanda, la tragedia bélica en Sudán o los efectos globales de la llamada “guerra contra el terror”. Lo que subyace a esta prolífica obra (sorprendentemente poco traducida al español) es un análisis sostenido del papel de las identidades políticas. En Neither Settler nor Native: The Making and Unmaking of Permanent Minorities (2020), donde examina los casos de Sudáfrica, Israel, Sudán y Estados Unidos, Mamdani muestra cómo el colonialismo impulsó “la creación de minorías permanentes y su mantenimiento mediante la politización de la identidad”. De ahí que, para él, la verdadera descolonización requiera “desarticular la permanencia de estas identidades”. En consecuencia, con la Sudáfrica posterior al apartheid en mente, aboga por superar las dicotomías entre “perpetrador y víctima” o “mayoría y minoría”. A este respecto, en Define and Rule: Native as Political Identity (2012), Mamdani sénior explica cómo la administración colonial pasó del principio de “dividir y gobernar” ( divide and rule ) al de “definir y gobernar” ( define and rule ). Bajo esta nueva lógica, la identidad del nativo no remite a una condición esencial, sino que aparece como una construcción del Estado colonial. La tecnología moderna de gobierno, sostiene Mamdani, se basa precisamente en la producción de identidades artificiales destinadas a ser administradas. En oposición a esta dinámica, el libro destaca el caso de Julius Nyerere, primer presidente de la Tanzania independiente, cuyo proyecto nacionalista buscó forjar una ciudadanía común frente a la herencia colonial de privilegios raciales y tribales, que había fragmentado al país en 126 grupos étnicos con distintos grados de reconocimiento y dignidad. En un debate parlamentario de 1961 sobre si la ciudadanía tanzana debía fundarse en la raza o en la residencia, Nyerere se inclinó con firmeza por lo segundo: “glorificamos a los seres humanos, no el color de su piel”. Antes, en Good Muslim, Bad Muslim (2005), Mamdani había escrito que “después del 11 de septiembre, tener un nombre identificable como musulmán en Estados Unidos implica ser consciente de que el islam se ha convertido en una identidad política”. La retórica de la época –encabezada por George W. Bush con su distinción entre “musulmanes buenos” y “musulmanes malos”– convertía, de hecho, a todo musulmán en sospechoso hasta que demostrase lo contrario. Su hijo Zohran ha relatado en numerosas ocasiones, a lo largo de la campaña, sus propias vivencias como joven musulmán en la Nueva York posterior al atentado contra las Torres Gemelas: los controles aleatorios, las miradas inquisitivas, las experiencias traumáticas en los aeropuertos. La islamofobia, lejos de ser un mero trauma adolescente, ha ocupado un lugar central en la campaña. Su rival demócrata Andrew Cuomo se rió cuando su entrevistador insinuó que Mamdani celebraría un nuevo 11 de Septiembre; la congresista trumpista Marjorie Taylor Greene publicó una imagen de la Estatua de la Libertad cubierta con burka; y el New York Post lo asocia, un día sí y otro también, con el yihadismo. No es un detalle menor: Zohran Mamdani será el primer alcalde musulmán de Nueva York, una ciudad donde casi 10% de la población profesa el islam. Tras estos ataques, el candidato difundió un extenso video en el que afirmaba que “el sueño de todo musulmán es ser tratado igual que cualquier otro neoyorquino”. Para Mahmood y Zohran Mamdani, la identidad no es un mero artificio ni una declaración performativa; en su horizonte se vislumbra siempre una dignidad común donde la diferencia pueda celebrarse, un terreno de igualdad en el que lo plural y lo distinto encuentren espacio para florecer. Frente a la cooptación elitista que el Partido Demócrata ha hecho de la identity politics , el núcleo de la plataforma del joven Mamdani es otro: “mi política es la universalidad”, ha repetido en numerosas ocasiones. Así, más allá del énfasis en la capacidad adquisitiva, la universalidad es el nexo que une su visión de los programas sociales con su política exterior. Por un lado, la mayoría de sus propuestas, desde el transporte público hasta las guarderías, beneficiarían a cualquier neoyorquino, sin importar su renta ni su posición social. Durante su etapa como asambleísta estatal, Mamdani puso en duda la eficacia del programa ‘Fair Fares’, que pretendía reducir en 50% el costo de metro y autobús para los ciudadanos con menos ingresos. El problema, advertía, era que menos de la mitad de ellos lograba acceder a esa ayuda. De ahí su defensa de la universalidad por razones de justicia social y, sobre todo, de eficacia. “Cuando se le pide a la clase trabajadora que supere una carrera de obstáculos burocrática para acceder a una ayuda, se acaba dejando fuera a la mayoría. En cambio, cuando una medida es universal, los beneficios se multiplican”. Por otro lado, Mamdani, siempre firme en su oposición a lo que califica abiertamente de “genocidio” palestino, ha ido avanzando, a lo largo de la campaña, hacia una retórica de “humanidad común”, una posición que nace de “la defensa de la universalidad de los derechos humanos”. Sin recurrir a un lenguaje frío o legalista, el candidato ha tratado de anclar su apoyo a la causa palestina en el carácter necesariamente universal del derecho internacional, llegando incluso a declarar que ordenaría la detención de Benjamin Netanyahu si este pusiera un pie en Nueva York. Interrogado sobre si reconoce el “derecho a existir” de Israel, respondió afirmativamente. Sin embargo, cuando en otra ocasión le preguntaron por el derecho de Israel a existir como Estado judío, su réplica cambió: “Ningún Estado debería existir con un sistema de jerarquías basado en la raza o la religión”, subrayando que ese criterio aplica por igual a cualquier proyecto etnonacionalista, sea en Israel, Arabia Saudita o India. Más aún, en unas declaraciones que suscitaron un amplio debate, y tras reafirmar por enésima vez su compromiso con la universalidad , añadió: “No encuentro mejor manera de ilustrar mi postura [sobre el conflicto] que con las palabras de las familias de los rehenes israelíes: todos por todos ( everyone for everyone )”. En definitiva, Zohran Mamdani encarna la confluencia de dos tradiciones que rara vez se cruzan con tanta naturalidad: el socialismo democrático estadounidense y el anticolonialismo de su África natal. Su aclamado discurso de victoria es, en sí mismo, una síntesis de ambas herencias. Comenzó citando a Eugene V. Debs: “Puedo ver el amanecer de un día mejor para la humanidad”. Más adelante, flanqueado por su madre vestida con un sari tradicional, evocó las palabras de Jawaharlal Nehru, el primer líder de la India independiente: “Hay momentos, raros en la historia, en los que lo viejo se deja atrás y se abre paso lo nuevo; en los que una era se extingue y otra comienza; en los que el alma de una nación, largamente contenida, por fin irrumpe con voz propia”. Su intervención cerró con una referencia que apunta al futuro y a los desafíos de su gestión. Sin mencionarlo, recuperó las célebres palabras del exgobernador Mario Cuomo, padre del derrotado Andrew Cuomo, al recordar que “ las campañas se hacen en verso, pero el gobierno se ejerce en prosa ”. El reto, ahora, será dar con la prosa adecuada. “En una época de oscuridad, Nueva York puede ser un halo de luz ”. La frase, ya símbolo de su histórica campaña, resonó en casi todos los mítines de Mamdani, desde Brooklyn hasta el Bronx. Aunque el éxito de su aventura política tenga mucho que ver con factores locales —los escándalos sexuales de Andrew Cuomo, el sistema de ranked choice voting (voto por orden de preferencia) y el respaldo cruzado del contralor (judío) de la ciudad Brad Lander en las primarias, la caída en desgracia del alcalde demócrata Eric Adams, marcado por la corrupción, o la presencia de un candidato republicano tan heterodoxo como Curtis Sliwa–, su victoria encierra una promesa universal. Porque, por mucho que Nueva York sea Nueva York –la ciudad universal por excelencia; el epicentro global, al mismo tiempo, del capitalismo y de la diversidad–, pocas veces una contienda municipal había despertado tanto interés (y tanta esperanza) en tantos rincones del planeta. “Es la misma lucha por la libertad”, parece decirnos Zohran Mamdani, evocando las palabras de su padre más de medio siglo después. *Carlos Corrochano Pérez es investigador predoctoral en la City University of New York y autor de ‘Hacer mundo’ (Lengua de Trapo / Círculo de Bellas Artes, 2025). Este texto es una versión ligeramente retocada de “Las raíces ideológicas del socialista que gobernará Nueva York”, publicado en la Revista Nueva Sociedad el 6 de noviembre de 2025. https://nuso.org/articulo/las-raices-ideologicas-del-socialista-que-gobernara-nueva-york/
Desde finales de los años 60, España vio florecer numerosas comunas contraculturales más allá de las grandes ciudades o la meca hippie de Ibiza. La película Aro Berria , primer largometraje de Irati Gorostidi –que obtuvo una mención especial en el Festival de San Sebastián–, retrata la expresión de este movimiento en el valle de Ulzama (Pirineo navarro) durante la Transición. Pese a su diversidad –rurales, urbanas, anarquistas o místicas–, todas estas comunas compartían un objetivo: construir una alternativa a la familia y anticipar la creación de un mundo utópico. Irati Gorostidi no eligió una comunidad cualquiera. Arco Iris, por la que pasaron sus padres, fue una de las más controvertidas. Denostada por una parte de la prensa alternativa y repudiada por sus propios exmiembros, sus métodos no dejaron indiferente a nadie. Tras un extenso trabajo documental , la cineasta revisita aquellos experimentos desde un presente carente de utopías. La cinta presenta la vida cotidiana como un campo de batalla fundamental de la Transición. La primera parte muestra la derrota política de unos jóvenes obreros, desencantados con la izquierda tradicional y los sindicatos de clase, incapaces de entenderse con los más veteranos de la fábrica. Influenciados por el feminismo, el psicoanálisis y la contracultura , para ellos no bastaba acabar con el patrón: querían matar al padre. Estos jóvenes consideraban a la familia nuclear como la piedra angular del sistema social. Inculcaba, desde el nacimiento, comportamientos egoístas y competitivos en los individuos, perpetuando la desigualdad y abocando a la humanidad al colapso. Así, no bastaba con tomar el poder, sino que veían necesario cambiar las relaciones humanas. Las comunas aparecieron como la solución natural al problema de la familia. La segunda parte del largometraje ilustra este tránsito. En Arco Iris, los colores grises de la fábrica se sustituyen por los de una comunidad habitada por jóvenes sonrientes que visten ropas de colores y comparten habitación. Los mantras, meditaciones y expiaciones públicas de este grupo protagonizan una gran parte de la película. Gorostidi reunió a actores y actrices no profesionales y los sometió a algunas de estas terapias. ¿Por qué practicaban rituales tan extraños? ¿Por qué la directora le dedica tanta atención a estas escenas? No se retrata la comuna como simple grupo de jóvenes hedonistas en busca de sexo y drogas, sino como un ambicioso proyecto de revolución vital – Aro Berria significa “nueva era” en euskera– a la altura de los falansterios fourieristas, las colonias anarquistas o los sanatorios naturistas . Al igual que estos, las comunas se basaron en la creencia rousseauniana de que, al cambiar las reglas de socialización, emergería el “buen salvaje” que el sistema social se había encargado de reprimir y enajenar. Las comunas optaron por diversos métodos para anticipar la nueva vida. Algunas crearon arte y otras experimentaron con psicodélicos o iniciaron la vuelta al campo . Arco Iris, en cambio, optó por las terapias más extremas de la época, combinando el esoterismo –al estilo de la Rajneeshpuram de Osho, popularizada por la serie Wild wild country –, con una interpretación radical del psicoanálisis que recuerda a la actitud irreverente de la Kommune 1 de Berlín o, en su deriva más sectaria, la Friedrichshof de Otto Muehl . Por tanto, las largas sesiones que aparecen en la película no son decorativas. Permiten entender el extenuante camino que algunos emprendieron para poder vivir en armonía. Irati Gorostidi no cae en la idealización. Históricamente, estas comunidades arrojaron resultados inesperados y no lograron erradicar de un plumazo los comportamientos que pretendían deconstruir. El hombre y la mujer nuevos no aparecieron por arte de magia al sustituir la familia por la comuna. Persistieron las desigualdades de género, algunas personas vieron amenazada su autonomía individual y surgieron hiperliderazgos. Resulta sorprendente que Gorostidi haya preferido no tratar esta cuestión, pues Arco Iris contó con la figura carismática de Emilio Fiel, también conocido como “Miyo” . A pesar de sus problemas, sería un error calificar estos experimentos de fracaso total. Si bien no culminaron su utopía, la realidad social no volvió a interpretarse en los mismos términos. Donde más evidente se hizo esta ruptura fue en la concepción de la familia y la sexualidad. En sintonía con el feminismo y los movimientos LGTB+, las comunas erosionaron la rígida autoridad patriarcal, impulsaron la autonomía de los hijos y allanaron el terreno cultural para la normalización del divorcio o el derecho al aborto. Además, sin aquella ruptura, hoy carecerían de su significado actual conceptos como “neorrural”, “ cohousing ” o “poliamor”. Cambiaron el mundo, aunque no siempre en la dirección esperada . El estreno de la película abre, pues, un debate necesario. Medio siglo después, todavía experimentamos paradojas similares. Seguimos buscando esa misma autenticidad y conexión con los demás y la naturaleza, pero lo hacemos a través de un prisma individualista y mercantilizado: retiros de yoga de fin de semana, “ colivings ” de diseño y filtros de Instagram. También padecemos una importante crisis existencial –que ilustran el predominio de las distopías y los augurios catastrofistas –, pero carecemos de la capacidad de imaginar utopías igualitarias, justas y resilientes. En definitiva, Aro Berria , devolviéndonos la mirada al pasado, nos permite evaluar con empatía y cierta distancia crítica los intentos recientes más radicales de hacer la utopía realidad. Que active (o no) la imaginación de otros mundos posibles ya es responsabilidad del público. __________________________________________ Luis Toledo Machado. Investigador postdoctoral en Historia Contemporánea, Universidade de Santiago de Compostela. Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation . Lea el original aquí .
Las precipitaciones se espera que sean persistentes y localmente fuertes en el Mediterráneo, especialmente en Catalunya Después del breve respiro dado en Nochebuena, la inestabilidad y el frío vuelven en su máxima esplendor para el segundo día de Navidad, que dejará especial intensidad de heladas y nieve en el interior de la meseta y zonas de montaña, así como precipitaciones persistentes en Catalunya, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para el 26 de diciembre. Así, la jornada de este segundo día de Navidad, festivo en algunas zonas de España, quedará marcada por la lluvia persistente y fuerte en el Mediterráneo, especialmente en Girona, islas Baleares y la costa valenciana, con alerta naranja en Catalunya y amarilla en zonas del litoral de Valencia, con frío que será intenso, sobre todo de madrugada, en Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad de Madrid, donde se ha activado alerta amarilla por bajas temperaturas. Frío con grados bajo cero en el interior El día estará marcado por el regreso de la inestabilidad, con la entrada de una masa de aire polar continental por el norte de Europa, que traerá frío intenso y heladas en el interior peninsular y valles montañosos, que dejará temperaturas mínimas de hasta -3 grados en zonas de Albacete, León o Lugo, y de -2 grados en Zamora, Palencia o Ciudad Real. En el tercio nordeste peninsular, sin embargo, aumentarán, con descenso en mitad oeste, Murcia y Canarias, y pocos cambios en el resto. Así, serán heladas débiles en amplias zonas del interior peninsular, moderadas y localmente fuertes en zonas de montaña de la mitad norte. El frío polar de las jornadas navideñas dejará una cota de nieve que se situará entre los 900 y 1.200 metros en el cuadrante nordeste, que podría incluso descender de forma puntual hasta los 500 metros, y que localmente se podría colocar entre los 400 y 500 metros en puntos de Galicia y Castilla y León. Se podrían dar acumulados significativos en el Pirineo oriental, Ibérica y zonas aledañas. Posibles lluvias fuertes en Baleares y Catalunya En cuanto a las temperaturas máximas, si bien en gran parte del país se situarán entre los 10 y 15 grados, en algunos puntos de la Península se podrían llegar a los 17 grados como es el caso de Almería, o los 16 de Málaga o Alicante, con 22 que se marcarán en islas Canarias. Estas irán en ascenso en la mitad nordeste peninsular, mientras descenderán en zonas de meseta sur. Las precipitaciones se concentrarán mayoritariamente en el tercio nordeste, Baleares, Estrecho y Galicia, pudiendo ser posible también en Melilla y a primeras horas del día en el centro peninsular. Las mayores acumulaciones y tormentas se esperan en Baleares, entorno al cabo de la Nao, y este de Catalunya, donde podrían llegar a ser persistentes y localmente fuertes. Por otro lado, también serán probables lluvias débiles y dispersas en las islas orientales y norte de montañosas del archipiélago canario. Así, este 26 de diciembre el cielo será mayoritariamente nuboso o cubierto en islas, nordeste peninsular, para ser solo poco nuboso o con intervalos de nubes en el resto, y el viento soplará moderado de componente este en el Cantábrico, Baleares y con intervalos de fuerte, en litorales de Catalunya, moderado de componente sur en costa gallega, de poniente en el Estrecho y Alborán, y con posibles intervalos fuertes de componente norte en el resto del Mediterráneo. En el resto, viento flojo de componente norte y oeste.
Las precipitaciones se espera que sean persistentes y localmente fuertes en el Mediterráneo, especialmente en Catalunya Después del breve respiro dado en Nochebuena, la inestabilidad y el frío vuelven en su máxima esplendor para el segundo día de Navidad, que dejará especial intensidad de heladas y nieve en el interior de la meseta y zonas de montaña, así como precipitaciones persistentes en Catalunya, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para el 26 de diciembre. Así, la jornada de este segundo día de Navidad, festivo en algunas zonas de España, quedará marcada por la lluvia persistente y fuerte en el Mediterráneo, especialmente en Girona, islas Baleares y la costa valenciana, con alerta naranja en Catalunya y amarilla en zonas del litoral de Valencia, con frío que será intenso, sobre todo de madrugada, en Asturias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad de Madrid, donde se ha activado alerta amarilla por bajas temperaturas. Frío con grados bajo cero en el interior El día estará marcado por el regreso de la inestabilidad, con la entrada de una masa de aire polar continental por el norte de Europa, que traerá frío intenso y heladas en el interior peninsular y valles montañosos, que dejará temperaturas mínimas de hasta -3 grados en zonas de Albacete, León o Lugo, y de -2 grados en Zamora, Palencia o Ciudad Real. En el tercio nordeste peninsular, sin embargo, aumentarán, con descenso en mitad oeste, Murcia y Canarias, y pocos cambios en el resto. Así, serán heladas débiles en amplias zonas del interior peninsular, moderadas y localmente fuertes en zonas de montaña de la mitad norte. El frío polar de las jornadas navideñas dejará una cota de nieve que se situará entre los 900 y 1.200 metros en el cuadrante nordeste, que podría incluso descender de forma puntual hasta los 500 metros, y que localmente se podría colocar entre los 400 y 500 metros en puntos de Galicia y Castilla y León. Se podrían dar acumulados significativos en el Pirineo oriental, Ibérica y zonas aledañas. Posibles lluvias fuertes en Baleares y Catalunya En cuanto a las temperaturas máximas, si bien en gran parte del país se situarán entre los 10 y 15 grados, en algunos puntos de la Península se podrían llegar a los 17 grados como es el caso de Almería, o los 16 de Málaga o Alicante, con 22 que se marcarán en islas Canarias. Estas irán en ascenso en la mitad nordeste peninsular, mientras descenderán en zonas de meseta sur. Las precipitaciones se concentrarán mayoritariamente en el tercio nordeste, Baleares, Estrecho y Galicia, pudiendo ser posible también en Melilla y a primeras horas del día en el centro peninsular. Las mayores acumulaciones y tormentas se esperan en Baleares, entorno al cabo de la Nao, y este de Catalunya, donde podrían llegar a ser persistentes y localmente fuertes. Por otro lado, también serán probables lluvias débiles y dispersas en las islas orientales y norte de montañosas del archipiélago canario. Así, este 26 de diciembre el cielo será mayoritariamente nuboso o cubierto en islas, nordeste peninsular, para ser solo poco nuboso o con intervalos de nubes en el resto, y el viento soplará moderado de componente este en el Cantábrico, Baleares y con intervalos de fuerte, en litorales de Catalunya, moderado de componente sur en costa gallega, de poniente en el Estrecho y Alborán, y con posibles intervalos fuertes de componente norte en el resto del Mediterráneo. En el resto, viento flojo de componente norte y oeste.
El ayuntamiento del municipio destaca la creación de alianzas locales, la formación técnica y las acciones de sensibilización como pilares del impulso al sector agroganadero y al ecosistema de la dehesa El Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba ha realizado un balance positivo de las actuaciones desarrolladas durante el año 2025 en el marco del proyecto Dehesa Circular ODS , una iniciativa estratégica que apuesta por un modelo de desarrollo rural sostenible basado en la economía circular, la innovación y la puesta en valor de la dehesa como recurso natural, social y económico del territorio. Tal y como se refleja en el vídeo institucional del proyecto, Dehesa Circular ODS nace con el objetivo de impulsar la economía local , reforzar la competitividad del sector agroganadero , preservar el ecosistema de la dehesa y posicionar a Villanueva de Córdoba como referente en innovación rural alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible . El proyecto Dehesa Circular ODS está financiado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, en el marco de la convocatoria de subvenciones para el impulso de la Agenda 2030 en las entidades locales. Dehesa Durante 2025, el proyecto ha centrado sus actuaciones en sentar las bases organizativas, formativas y de sensibilización necesarias para su desarrollo a medio y largo plazo . Entre las principales acciones destaca la creación de un grupo motor , integrado por el Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba, la Denominación de Origen Protegida Los Pedroches y representantes del tejido empresarial local, con el fin de coordinar y orientar estratégicamente el proyecto. En el ámbito de la formación y transferencia de conocimiento , se celebraron varios seminarios y jornadas técnicas dirigidas a agentes locales, profesionales del sector agroganadero y empresarial, centradas en economía circular, nuevos modelos de negocio, digitalización e innovación tecnológica aplicada a la gestión sostenible de las explotaciones. Dehesa El proyecto tuvo también una presencia destacada en la XXV Feria del Jamón de Bellota 100% ibérico DOP Los Pedroches , que se convirtió en un espacio de reflexión y debate sobre los retos del medio rural. En este foro se abordaron cuestiones como la modernización del sector, el uso de la tecnología y los datos, la biodiversidad de la dehesa y las oportunidades que ofrece la economía circular para generar valor añadido en el territorio. Asimismo, a lo largo del año se han desarrollado acciones de sensibilización y comunicación , apoyadas por el vídeo divulgativo del proyecto, que han contribuido a acercar Dehesa Circular ODS a la ciudadanía y a reforzar la participación comunitaria en torno a la sostenibilidad, la innovación y la corresponsabilidad en el cuidado de la dehesa. Dehesa Desde el Ayuntamiento se destaca que 2025 ha sido un año clave de consolidación y planificación , en el que se ha trabajado especialmente en la concienciación, la formación y la creación de alianzas. Los resultados más tangibles en términos de impacto económico, ambiental y social se desarrollarán en las próximas fases del proyecto. El Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba reafirma así su compromiso con Dehesa Circular ODS como herramienta para avanzar hacia un modelo de desarrollo rural sostenible , que combine tradición, innovación y respeto por el entorno natural, asegurando el futuro de la dehesa y del sector del ibérico en el municipio. Esta publicación ha sido realizada con el apoyo financiero del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. El contenido de dicha publicación es responsabilidad exclusiva de la entidad subvencionada y no refleja necesariamente la opinión del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
Hagamos un poco de historia. A finales del siglo XVI abundaban las peleas religiosas en Francia. Los protestantes (hugonotes) andaban a la greña con los católicos, fieles a Roma. Se cuenta que Enrique de Borbón o Navarra quería ser el rey de toda la Francia. Pero la norma decía que solo los católicos eran merecedores de ese derecho. Enrique IV fue rey porque antes se convirtió “supuestamente” al catolicismo, y así pudo ser entronizado con toda solemnidad en la misa convocada al efecto en la catedral de Chartres. Se le atribuye, sin seguridad, la frase “París bien vale una misa”. Dejemos la historia y vayamos a la realidad ecosocial de principios del siglo XXI; la antesala de muchas decisiones importantes. Hubo una celebración en la Cumbre (casi misa) del Clima de París en diciembre de 2015. Allí acudieron, sin distinción de credo religioso en principio, los dirigentes (partes) de casi todo el mundo. Barruntamos que actuarían movidos por sus respectivos dioses. Sea por lo que fuere, una vez allí firmaron un gran acuerdo. Se trataba de un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante. Con el tiempo fue adoptado por 196 partes (países y similares) y entró en vigor el 4 de noviembre de 2016. Su objetivo era limitar el calentamiento mundial por debajo de 2 , preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales. Pero además se establecían compromisos nacionales de reducción de emisiones (junto con mecanismos de transparencia y revisión periódica de metas). No faltó la promoción de la cooperación internacional (financiación climática y apoyo tecnológico a los países en desarrollo). En diciembre de 2025 se ha recordado que han pasado ya diez años, pero sobre todo que se necesitan más “misas”. Ya se han celebrado las que homenajean a las energías renovables en auge, a la transición energética, a la disposición de normas internacionales, a la renovación de los compromisos de países en sus agendas globales y de política interna, y alguna cosilla más que empieza a ser gestionada por las mentes de una ciudadanía cada vez más atenta a su despilfarro energético y la desigualdad social. En España hemos ido junto con otros a “misas con penitencia” . Pero hemos logrado que el Guggenheim se retire del proyecto que pretendía destruir una reserva de la Biosfera; limitar el comercio de armas con Israel, un paso clave para reducir la implicación de nuestro país en el genocidio. También hemos de celebrar el no tajante al proyecto de la macrogranja de Noviercas (Soria), y la aprobación de una ley de movilidad sostenible (un poco coja) . Ahora no me acuerdo en que fase de confusión está el derribo del mastodonte hotel El Algarrobico. Sí, aquel por cuya demolición se ha dejado la piel la gente de Greenpeace. Pero claro, el balance no es perfecto. Las emisiones globales de GEI siguen creciendo por encima de lo deseable, la financiación escasea y la exigibilidad imprescindible se ha relajado. Nos quedan plegarias para enterrar de forma definitiva el proyecto de Altri en Galicia, impedir las prórrogas a las centrales nucleares; proteger el Pirineo de la Administración embustera que quiere convertirlo en un “Pireneland”. Y nuestros grandes retos: impulsar soluciones reales frente a los grandes incendios forestales y exigir medidas de adaptación y mayor ambición climática frente a la dependencia de los combustibles fósiles. En el contexto actual y futuro ha entrado con fuerza el gran fabulador señor Trump, que supongo irá a sus misas redentoras en las que no se habla para nada de París 2015 . Debe de ser porque su inspiración divina le susurró que debía retirarse. ¡Vaya si lo hizo enseguida! A la vez, los europeos iban avanzando hacia la descarbonización, aunque se han relajado un poco (sic) por las presiones de los fabricantes de coches. En fin, que aquel acuerdo se consideró histórico para parar la ignorancia climática; y lo fue. Pero una década después, el planeta sigue calentándose a un ritmo demasiado acelerado. Parte de los tizones son nuestros. La palmatoria que portan algunos países y ONG alumbra poco. En el púlpito mundial, el señor Trump, y otras celebridades políticas o empresariales, siguen vendiendo la falta de sinceridad descarbonizadora y la ausencia de convicciones éticas con las generaciones futuras. Se duermen en un clima general de indiferentismo . No solo en Norteamérica. En Europa, muchos dirigentes y empresarios energéticos le han copiado la letanía al mandatario americano: Yo soy yo, y no quiero saber nada de las circunstancias, de otros claro. Me gustaría invitarlo a un debate con los periodistas de El Mundo Today. Estos recogían algunas caricaturas de las letanías climáticas: “Es falso que los océanos estén subiendo su nivel , quizá nosotros nos estamos hundiendo ”; “Caballeros, ha sido un honor negar el cambio climático junto a ustedes”; “Greta Thunberg y Donald Trump ganan el Nobel de la Paz ex aequo ”. Esos periodistas españoles mal humorados no dejan de “atizar” el tizón climático: “ Europa hace balance tras los últimos comicios y presenta la Agenda 1930 ”; “ Las clases altas empiezan a preocuparse por el cambio climático al ver que no hay nieve en Baqueira ”; “ La llegada del frío a Madrid en enero demuestra que ha sido duro, pero se ha ganado la lucha contra el calentamiento global ”; “ Los osos polares empiezan a buscar piso en tu barrio, pues cerca del Polo ya no pueden estar ”. Y otras muchas más. La “justicia climática” los debería castigar por malvados con misas diarias hasta París 2035; en las cuales las homilías serían negacionistas, retardistas e incluso colapsistas. En fin, vaya para todos el deseo de que 2026 no bata nuevos récords de calor (temperatura) mundial. Aunque para eso tengamos que ir a las “misas” de quienes piensan que los creyentes del cambio climático lo tenemos como un dogma de fe ; similar en dimensión a su religiosidad anticlimática –puede que basada en el creer sin sentir que hubiera dicho Juanjo Millás–. Se me olvidaba la bélica existencia de Gaza, Sudán del Sur, Mali, Ucrania, etc. Cada una de ellas necesita muchos actos de fe global. ¡Hasta París 20235! Un mundo ecosocial por construir nos interpela. ______________________________________ Carmelo Marcén Albero es doctor en Geografía por la Universidad de Zaragoza y especialista en educación ambiental.
La SER, propiedad del grupo Prisa, lidera el crecimiento radiofónico del año y EsRadio, la emisora ultra de Federico Jiménez Losantos, es la que más pierde. Ese es el titular que mejor resume la evolución de la radio española en 2025, un ejercicio marcado por una paradoja cada vez más visible: el medio radiofónico resiste e incluso crece en términos globales, pero lo hace de manera desigual, acentuando las brechas entre cadenas y modelos editoriales. Los datos de las tres olas del año confirman que la radio generalista vive una subida de la marea. En conjunto, el sector crece un 3,7% y pasa de 12,8 a 13,3 millones de oyentes. Es una cifra relevante en un ecosistema mediático sometido a una presión constante por parte de las plataformas digitales y del consumo bajo demanda. Sin embargo, ese crecimiento agregado no beneficia a todos por igual. Cuatro emisoras cierran el año con saldos negativos y una de ellas destaca muy por encima del resto: EsRadio. La emisora dirigida por Federico Jiménez Losantos es la que más oyentes pierde en términos absolutos y relativos. Entre la primera y la tercera ola del año, EsRadio se deja 32.000 oyentes, pasando de 715.000 a 683.000, lo que supone una caída del 4,47%. Es un retroceso significativo en un contexto de crecimiento general y apunta a un problema estructural más que coyuntural. Aunque la cadena experimenta una leve recuperación en la tercera ola tras tocar fondo en la segunda, el balance anual sigue siendo claramente negativo. El contraste con la SER es elocuente. La cadena líder no solo mantiene su posición dominante, sino que capitaliza mejor que nadie la subida global del medio, consolidando su ventaja competitiva. La fotografía de 2025 refuerza una tendencia de fondo: los proyectos con mayor capacidad de adaptación editorial, diversidad de formatos y conexión transversal con el ecosistema digital tienden a absorber el crecimiento, mientras que los modelos más rígidos o altamente ideologizados muestran mayores dificultades para retener audiencia. Junto a EsRadio, también retroceden Catalunya Ràdio, Radio Galega y Radio Euskadi, aunque en magnitudes muy inferiores. La emisora catalana pierde 16.000 oyentes (-2,16%), mientras que las radios públicas gallega y vasca ceden 4.000 oyentes cada una, con caídas del 3,63% y del 2,92% respectivamente. En estos casos, los datos apuntan más a fluctuaciones coyunturales que a un deterioro profundo, aunque confirman que ni siquiera los operadores públicos son inmunes a la fragmentación de audiencias. La radio generalista se aprovecha de la marea ascendente, pero no todos los barcos están en las mismas condiciones. Algunos ganan velocidad y distancia; otros, como EsRadio, arrastran una vía de agua que les impide beneficiarse del contexto favorable. En un mercado cada vez más competitivo y cruzado por lo digital, la audiencia no solo premia la afinidad ideológica o la fidelidad histórica, sino también la capacidad de ofrecer relevancia, credibilidad y adaptación a nuevos hábitos de consumo. Por lo que se refiere a la evolución de las audiencias en la prensa escrita, se mantiene el proceso de contracción sostenida de los últimos años. Las tres olas del EGM dibujan una tendencia inequívoca: el número total de lectores diarios cae de forma continua a lo largo del año, pasando de 5,56 millones en la primera ola a 5,32 millones en la tercera. No hay rebotes ni señales de estabilización: el descenso es progresivo y afecta al conjunto del sector. Esta disminución global confirma que la prensa en papel sigue perdiendo centralidad en los hábitos informativos, incluso entre públicos tradicionalmente fieles. A diferencia de la radio, que crece pese a la presión digital, los diarios no consiguen frenar la erosión estructural de su audiencia. La caída no es abrupta, pero sí persistente, lo que apunta a un desgaste lento y continuo del soporte. Sin embargo, dentro de ese marco adverso, no todos los diarios se comportan igual. El caso más llamativo es el de El País —también del grupo Prisa, al que pertenece la SER—, que se consolida como el gran ganador del año. Entre la primera y la tercera ola suma 72.000 lectores, un crecimiento del 9,3%, hasta alcanzar los 845.000. Es una subida significativa en un mercado en retroceso y refuerza su posición como referencia del sistema mediático impreso. Junto a El País, otros diarios generalistas también logran mejorar sus cifras, aunque de forma más modesta. Abc gana 16.000 lectores (+4,7%) y La Vanguardia suma 10.000, mientras que El Mundo consigue mantenerse prácticamente estable, con una ligera subida de 483.000 a 487.000 lectores. El patrón es claro: los grandes diarios generalistas resisten mejor y, en algunos casos, absorben parte de la audiencia que pierde el resto del mercado. En el lado opuesto se sitúan los diarios de nicho, especialmente los deportivos y los económicos, que concentran las mayores caídas. Marca es el que más lectores pierde en términos absolutos, con 56.000 menos a lo largo del año, seguido de As , que se deja 49.000. Se trata de descensos relevantes en cabeceras históricamente muy dependientes de la compra diaria y del consumo impulsivo, dos hábitos especialmente castigados. El retroceso más severo en términos relativos lo sufre Expansión —del grupo al que pertenece El Mundo—, que pierde más de una quinta parte de su audiencia (-21,4%). También destaca la caída de La Voz de Galicia, que pierde un 9,2% de sus lectores. En ambos casos, los datos apuntan a dificultades para sostener comunidades de lectores estables en un contexto de fragmentación informativa y trasvase hacia lo digital. El balance de 2025 deja una imagen nítida: e l mercado de la prensa escrita se encoge, pero dentro de ese encogimiento se produce una redistribución interna. Los grandes diarios generalistas refuerzan su centralidad relativa, mientras que los títulos especializados y regionales sufren con mayor intensidad la pérdida de lectores. Es una dinámica de concentración en un mercado menguante. El Estudio General de Medios (EGM) es la principal investigación estadística sobre consumo y audiencias de medios en España. Promovido y gestionado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) —una organización que agrupa a medios, anunciantes y agencias—, este estudio ofrece datos detallados sobre cómo y cuánto consumen televisión, radio, prensa, medios digitales y otros soportes la población española de 14 años o más. Sus datos, sin embargo, sólo se utilizan como referencia para conocer las audiencias de la radio convencional y también de la prensa de papel, pero no en el caso de la televisión y los medios digitales. En estos dos últimos supuestos, la referencia de medición de audiencia son las cifras que ofrecen las empresas Kantar Media y GfK DAM, respectivamente. El EGM no es otra cosa que una encuesta. Se realiza mediante una amplia muestra de entrevistas distribuidas a lo largo de todo el año. En su diseño más reciente, el panel anual incluye alrededor de 30 000 entrevistas multimedia —la mayoría presenciales, complementadas con encuestas online— distribuidas en tres oleadas (publicadas normalmente en abril, julio y diciembre). A estas encuestas “multimedia” se suman ampliaciones específicas para radio, prensa o televisión cuando se estudian con mayor detalle, lo que incrementa el total de entrevistas para cada soporte. Como en cualquier otro estudio de demoscópico, la selección de entrevistados se realiza mediante técnicas probabilísticas estratificadas que garantizan la representatividad de la población española residente, y las preguntas abarcan tanto el consumo de contenidos como los perfiles sociodemográficos de los usuarios. Para los anunciantes de radio y también de prensa escrita, las cifras del EGM son esenciales a la hora de planificar campañas publicitarias, negociar tarifas y posicionar contenidos según su alcance real.
Ya se saben los resultados de los últimos sorteos de lotería del día jueves, 25 de diciembre de 2025. Para comprobar los números premiados de los sorteos del Triplex de la Once, el Cupón diario también de la Once y la Bonoloto. Gracias a este resumen de ABC podrás revisar los cupones y juegos de azar de este último miercoles. El premio del cupón diario de la ONCE de hoy jueves, 25 de diciembre de 2025 ha sido para el número 07985, que se lleva 35.000 euros. El número de serie que se llevará la Paga de 36.000 euros al año durante 25 años es para la serie 037. Los números premiados en la Primitiva de hoy jueves, 25 de diciembre de 2025 han sido el [combinacion-ganadora-primitiva], el número complementario es el [complementario-primitiva] y el reintegro el [reintegro-primitiva] El TripleX de la Once del jueves, 25 de diciembre de 2025 dos veces: uno a las 12:00 de la mañana y otro a las 21:00 horas, siendo estos los números premiados del miercoles: La combinación del TripleX de la ONCE premiado del sorteo matinal ha sido: 2,0,6 La combinación del TripleX de la ONCE premiado del sorteo de la tarde ha sido: 1,2,6 El reparto de premios quedaría así: el acertante del TripleX gana 150 euros. Los acertantes de los tres números en cualquier orden son premiados con 10 euros. Los que han conseguido los dos primeros o los dos últimos números obtienen 2 euros. También, los que han acertado el primer número o el último ganan 0,50 euros. El número ganador del primer premio de la Lotería Nacional de hoy jueves, 25 de diciembre de 2025 ha sido el [combinacion-ganadora-loteria-1], que se lleva [premio-loteria-1] euros al décimo, y [premio-serie-loteria-1] euros a la serie. Para hacerse con el máximo premio del sorteo de la Bonoloto de hoy jueves, 25 de diciembre de 2025, el acertante o acertantes deben haber escogido los siguientes números [combinacion-ganadora-bonoloto], además de la cifra complementaria, correspondiente al [complementario-bonoloto] y también el reintegro, siendo este el [reintegro-bonoloto]. Consulta los resultados de todas las loterías en ABC.es para comprobar si te ha tocado algún premio de los siguientes sorteos: ONCE, Bonoloto, Primitiva, Euromillones y Lotería Nacional. Nota: ABC.es no se hace responsable de errores u omisiones que pudieran existir. La única lista oficial válida es la que proporciona la sociedad estatal Loterías y Apuestas del Estado.