
Cromos en el patio, meriendas y mucha diversión: el viaje en el tiempo de Pilar García Muñiz para recrear la vuelta al cole en los 80
Muchas veces echar la vista atrás es muy duro. Que si antes se vivía mejor, qué si antes todo era de otra manera. A toro pasado siempre parece que todo era maravilloso. A veces, sí y otras no y más si miramos atrás, por ejemplo, en esta semana de septiembre de vuelta a la rutina pero en la década de los años 80. Todo un viaje temporal para los más nostálgicos, cuando todo era de otra manera. En especial, en los 80, cuando no había tanta tecnología como pasa ahora. Es una época de recuerdos para muchos, cuando las mañanas sabían a café recién hecho, cuando al mediodía tocaba el patio y te llevabas de casa tu bollo o merienda favorita o cuando llegaba la tarde y te tocaba hacer aquella redacción clásica de ¿Cómo ha sido tu verano? Seguro que ahora mismo te vienen una gran cantidad de recuerdos, como aquella sintonía de tu programa favorito o aquel olor que recuerdas con mucho cariño. Es por ello que, en La Tarde de COPE, con Pilar García Muñiz de la mano de Carlos Gutiérrez se han atrevido a coger la máquina del tiempo y viajar a aquella época en la recuerdos se pueden tocar como la vida misma. La primera parte de este viaje comienza por las mañanas, con el olor café a recién hecho como despertador. La mañana siempre comienza con la radio encendida, mientras que los padres apuran esa última gota a café para afrontar con energía el día. Te vas vistiendo con tu uniforme diario, sin prisa pero sin pausa, preparas la mochilas y enfilas la calle destino a tu clase. Por el camino vas pensando en muchas cosas, las que están pendientes, las que están hechas y las que harás si no eres procrastinador. En ese camino a clase, te paras en la panadería para comprar alguna de las delicias de entonces: un bollicao, un triángulo o un cuerno bañado en chocolate. Como hay tiempo de sobra, te paras también en un kiosko para ver los titulares de la prensa o para ver los cromos de la liga que está por empezar. Hoy no caerás en la tentación. Cuando llegas, siempre son las mismas caras. Torcidas, largas o cariacontecidas ante el inicio de un nuevo curso académico. Veremos a ver si este año no te queda ninguna para siempre y puedes tener un verano tranquilo. En clase todo es un festín de recuerdos. Las pegatinas del mundial de Naranjito, las gomas Milán recién estrenadas que siempre acaban negras de todo el uso que le dabas, los lapices recién afilados o incluso las ceras Alpino, siempre con la falta del color blanco. A saber dónde estaría. Cuando llegas a casa para comer, la radio siempre de fondo. Como una desconocida. Se habla de todo: del Gobierno, del mundial de fútbol o de la crónica rosa. De todo un poco, vaya. La Tarde caía a plomo y era hora de hacer los deberes, que si un árbol para Naturales, que si los mapas de la Península Ibérica para Sociales, que si las divisiones para Matemáticas. Todo un rollo. Ya por la noche toca cenar y acostarse pronto. La tele esta encendida, y con ella una gran cantidad de programas que siguen en nuestra retina, no hay mucho tiempo para la televisión, ya que al día siguiente toca volver a remar lo del día anterior. Te tomas un vaso de leche caliente y te lavas los dientes. Mañana será un nuevo día.