
La «tragedia» con la flota en Argentina resta 170 millones a las firmas gallegas
El único motivo por el que este miércoles había tres buques tangoneros congeladores pescando langostinos en Argentina era el de cumplir el trámite: nadie en la pesca quiere hablar de cierre patronal y sacar algún buque a la mar, aunque sea por un rato, es un modo de esquivar esa bala. Los otros 111 pesqueros congeladores que se dedican a este recurso en el país estaban amarrados. Casi apelmazados, más bien, creando un cardumen de estructuras a flote en Mar del Plata o Puerto Deseado. Podría ser una estampa habitual de un mes de marzo, por ejemplo, para cuando la campaña de langostino salvaje en aguas nacionales no ha empezado. Pero no de julio: el año pasado fueron desembarcadas 39.013 toneladas, cuando ahora —son datos oficiales de la Subsecretaría de Pesca— apenas se han superado las 960. A pesar de la mediación este martes del secretario de Trabajo del Gobierno local, Julio Cordero, las negociaciones entre las confederaciones empresariales y los sindicatos fueron un «gatillazo», en palabras de uno de los directivos de la industria de capital gallego asentada en el país.