
Series y televisión | 'El Ministerio del tiempo' y el reto de no cambiar la historia
Series y televisión: 'El Ministerio del tiempo' y el reto de no cambiar la historia
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La inteligencia artificial se ha convertido en el epicentro de la conversación tecnológica y social. Lo que antes parecía un concepto futurista propio de una película de ciencia ficción o de un capítulo de Black Mirror , ahora es parte fundamental de nuestra rutina tras conquistar móviles, redes sociales, buscadores, aplicaciones de mensajería y correos electrónicos . Así responde preguntas, organiza ideas, resume noticias , facilita procesos, prepara viajes… Desde que ChatGPT irrumpió en escena, la carrera por avanzar en esta tecnología se ha acelerado, despertando tanto entusiasmo como preocupación . Mientras algunos la ven como la herramienta definitiva para la productividad y la creatividad, muchos advierten sobre sus riesgos éticos , sesgos o manipulaciones y otros tantos, algunos incluso desde dentro de la propia industria , lanzan mensajes apocalípticos. Para intentar entender la magnitud de la gran revolución de este siglo que estamos viviendo en directo y poder profundizar más allá del anuncio de turno y el titular llamativo sobre determinada nueva función, la mejor opción a estas alturas de la partida es recurrir a los libros para conseguir un conocimiento fiable, una perspectiva crítica y argumentos sólidos sobre su papel. En pleno descanso estival y para hacerte la tarea más fácil, repasamos diez títulos sobre esta tecnología que se han publicado desde el aterrizaje a finales de 2022 de ChatGPT , es decir, durante los últimos tres años. Y, en la era de la inteligencia artificial en la que a veces no todo es lo que parece, estas obras han sido escritas por humanos (supuestamente y hasta que se demuestre lo contrario). "Por qué lo vi en TikTok" no puede ser tu fuente de información. Con esta premisa tan contundente, y muy propia de la generación Z —porque para los millennials sería "por qué lo busqué en Google"—, Simply IA es la introducción perfecta al mundo de la inteligencia artificial. A base de gráficos e imágenes ilustrativas, explica de forma accesible el funcionamiento de esta tecnología, desde ChatGPT hasta el internet de las cosas pasando por conceptos como las redes neuronales o las burbujas filtradas. Esta guía también describe sus elementos fundamentales y sus aplicaciones prácticas, repasa los hitos de su historia o explora los debates éticos a su alrededor. Mucho más denso y escrito por Carmen Torrijos y José Carlos Sánchez con prólogo de Mario Tascón , este libro no es una defensa ni una crónica de la historia de la inteligencia artificial, ni tampoco un ensayo con enfoque tecnológico o antropológico. Es todo a la vez e intenta explicar de forma clara cómo funcionan los grandes modelos de lenguaje en los que se basan estas herramientas desgranando su trastienda técnica entre el funcionamiento real y las expectativas generadas. Además de desmontar las distopías cotidianas de las máquinas que sustituyen al ser humano, también intenta construir una cultura ciudadana común sobre esta tecnología. Los algoritmos son la base de la inteligencia artificial ya que son el conjunto de reglas y procesos que permiten que una máquina pueda aprender y tomar decisiones por sí misma. Por esto, es tan importante entenderlos para comprender cómo funciona esta tecnología. Y Clara Grima hace en Con algoritmos y a lo loco la perfecta apología sobre su belleza y su importancia en nuestro día a día como "una receta para resolver problemas", pero también explica el origen de su mala fama. "Se habla de ellos como si fueran unos dementores de Harry Potter, y no lo son", aseguró en una entrevista con infoLibre esta doctora en Matemáticas en la que también apuntó la causa: "El problema no es la herramienta, es quién la está utilizando". Y, con la inteligencia artificial, pasa lo mismo: "El problema viene cuando diseñamos algoritmos que aprenden y se adaptan y los usamos para tomar decisiones que nos afectan directamente. Ahí es cuando la ciencia y tecnología más puntera tiene que mirar a los ojos a la filosofía para pedirle ayuda". La singularidad alrededor de la que gira este título es el punto de inflexión a partir del cual las aplicaciones superinteligentes y los robots pasarán a protagonizar el relato , realizarán la mayoría de tareas por nosotros y transformarán la sociedad en algo diferente a lo que es ahora. Así, este ensayo del profesor Carlos Fenollosa desgrana la inevitable transformación económica, laboral y social de la humanidad gracias a esta tecnología al tiempo que arroja luz sobre cómo hemos llegado hasta aquí, enumera sus ventajas y peligros, y analiza los retos que tiene por delante la sociedad. Aunque confesó en una entrevista a infoLibre que la elección de una abeja robótica para la portada de su libro fue una casualidad, la idea está clara: el mundo está cambiando y hasta el insecto más importante para la supervivencia humana tendrá su réplica en la inteligencia artificial. "El problema fundamental de la inteligencia artificial es la creciente externalización de decisiones humanas en ella". Daniel Innerarity propone en este ensayo una reflexión filosófica sobre los principales asuntos que esta tecnología nos obliga a repensar : desde la naturaleza de la automatización y la creatividad, pasando por la fiabilidad de la analítica predictiva o el significado de la transparencia hasta el azar en un entorno mediado por la gobernanza algorítmica. Así, en el gran debate dentro de la inteligencia artificial, este libro revisa el concepto de democracia en la actual encrucijada tecnológica desde una perspectiva crítica y respetuosa . "El desarrollo espectacular de la IA genera histeria digital, esto es, esperanzas y temores igualmente infundados, que hay que moderar", explicó en una entrevista en infoLibre . Además, plantea una idea novedosa del control político de la tecnología que promueva la igualdad, la democratización del entorno algorítmico y un nuevo contrato social entre los humanos y las máquinas. Para Ethan Mollick, el tiempo para entender y usar mejor la inteligencia artificial en el día a día son "tres noches en vela". Y él lo resume en este libro en el que reconoce los riesgos existenciales de esta tecnología, pero centrándose en cómo aprovecharla hoy de manera pragmática. Esta guía práctica y equilibrada, lejos del optimismo desmesurado pero también del catastrofismo, gira alrededor de la cointeligencia , un concepto que entiende la IA como una compañera de trabajo, una profesora o una entrenadora, es decir, ni como una amenaza ni como una salvadora. Este profesor y ahora celebridad en las redes sociales compone así un manual para trabajar, aprender y vivir en esta nueva era y sacar provecho del enorme potencial de esta tecnología . Aunque no tiene todas las respuestas, sí que ayuda al lector a hacerse las preguntas correctas. ¿Son realmente inteligentes los programas de inteligencia artificial? ¿Estamos exagerando su potencial? ¿Debe preocuparnos que las máquinas superen a los humanos? Melanie Mitchell explora en este libro estas preguntas y la profunda desconexión entre el bombo publicitario y los logros reales. Esta científica informática proporciona así un recorrido por esta tecnología desgranando lo que ha logrado, cómo está rehaciendo nuestro mundo y cuánto le queda por recorrer. Aunque este título llegó a España en 2024, la autora terminó de escribir el libro en 2020 por lo que deja fuera, evidentemente, el avance que supone ChatGPT. No obstante, esta obra no pierde vigor al plantearse como una guía para entender la IA, sus extravagantes promesas sobre una superinteligencia y su impacto en nuestro futuro . Ray Kurzweil es conocido por ser el oráculo de la tecnología después de que, en 2005, adelantase en La singularidad está cerca , entre otras muchas cosas, unos dispositivos que serían mucho más que un teléfono, es decir, el iPhone que Apple presentó en 2010 y que dio origen a los smartphone de hoy en día. Ahora, veinte años después, el que es una de las voces más autorizadas de Google vuelve a la carga con La singularidad está más cerca en la que predice que la inteligencia artificial superará los niveles de la mente humana en 2029 y que hacia 2045 se expandirá un millón de veces en formas inimaginables al conectar nuestros cerebros directamente a la nube. Y no se queda aquí: además de evaluar innovaciones tecnológicas en biotecnología, nanotecnología y robótica, anuncia que todos estos avances nos acercan cada vez más a la singularidad. "Son muchas las vidas futuras que nos plantea la inteligencia artificial, tan apasionantes y tan inquietantes como las que queramos imaginar o, mejor aún, como las que queramos crear". En este libro, Cristina Aranda plantea una visión realista sobre esta tecnología que intenta sacudir todos los miedos alrededor de estas herramientas al tiempo que aborda desde la precisión los retos éticos y económicos. Además, intenta mostrar todas las oportunidades que abre detallando qué es, explicando que no es tan reciente ni tan inteligente, o analizando cómo se puede aplicar para el bien común, la IA for Good , que puede mejorar la vida en ámbitos como el trabajo, la salud, la educación o los servicios públicos. Con sentido del humor e ilusión, también saca la bola de cristal para dibujar el futuro y cómo cree que se puede usar la inteligencia artificial. Así plantea desde el uso de drones autónomos, se pregunta si surgirá una moda que apuesta por la desconexión absoluta o va un paso más allá imaginando si un humano se podrá enamorar de un chatbot o si, una vez muertos, se podrá regresar en forma de avatar para interactuar con nuestros seres queridos. Mustafa Suleyman es toda una celebridad de la inteligencia artificial. Cofundador de DeepMind y actual CEO de Microsoft AI, publicó en 2023 uno de los libros más influyentes e interesantes sobre el futuro de esta tecnología en la que plantea que se avecina un nuevo amanecer para la humanidad ya que estamos a punto de cruzar un umbral crítico en la historia en que todo lo que conocemos va a cambiar. "¿Y si lo que se avecina es un tsunami y no una ola?", se pregunta en el el primer capítulo de este título en que desarrolla porque la humanidad no está preparada para vivir rodeados de una inteligencia artificial capaz de ejecutar tareas complejas y con impresoras de ADN, armas autónomas, robots asistentes y energía abundante. Según argumenta, estas herramientas ayudarán a afrontar nuevos retos globales y serán capaces de crear una enorme riqueza, pero también amenazan seriamente las bases del orden mundial al enfrentarnos a los daños de una exposición incontrolada a estas nuevas tecnologías y a la amenaza de una vigilancia abusiva.
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El eslogan, escrito en mayúsculas en un trozo de cartón, es como una bofetada: “¡Mi padre no murió por esto!” , se lee en el cartel que Vitalii llevó el martes por la tarde a la manifestación en Kiev contra la reforma legislativa que debilita la lucha contra la corrupción, el primer movimiento de protesta de tal magnitud desde el inicio de la invasión , en 2022. El padre de Vitalii murió el 9 de mayo de 2023 cerca de Bajmut, en el Donbás, mientras luchaba contra Rusia en las fuerzas armadas ucranianas. «Se alistó el primer día», confiesa su hijo. “Quería que su familia estuviera a salvo del régimen autocrático ruso, que no conoce más regla que la fuerza. Lo que vemos hoy en Ucrania es un intento de consolidar el poder en manos de un pequeño grupo de personas . Exactamente lo contrario de lo que quería mi padre.” Como muchos otros en estas manifestaciones, Vitalii, con quien Mediapart habló extensamente en 2024, establece un vínculo directo entre las dos luchas: contra la agresión rusa y contra las amenazas internas. Ambas ponen en peligro la democracia y el Estado de derecho, que la sociedad está decidida a defender. En Kiev, a pesar de que solo se avisó con unas horas de antelación, el martes por la tarde se congregaron varios cientos de personas frente al teatro nacional Ivan Franko, muy cerca de la sede de la presidencia, tal como había sugerido un veterano en las redes sociales. El miércoles por la tarde volvieron a reunirse varios miles de manifestantes. Se lanzaron convocatorias para manifestarse en más de quince ciudades de todo el país . Esas convocatorias tuvieron eco incluso en Járkov y Sumy, dos ciudades que, sin embargo, se encuentran bajo el fuego diario del ejército ruso. En Zaporiyia, también cerca del frente, se reunieron unas cien personas en el segundo día de protestas, y eran unas 500 en Dnipro y Odesa. En Leópolis, la gran ciudad del oeste, la policía contabilizó al menos 1.500 participantes. En la concentración de Kiev, la indignación proviene en parte del método empleado por el Gobierno: una ley modificada a escondidas para introducir en el último momento cambios significativos en la organización de la lucha contra la corrupción, cuyos dos órganos principales pasan a depender del fiscal general, nombrado por la presidencia. “Solo les llevó unas horas aprobar esta ley”, lamenta Anna, de 27 años. “No pudimos oponernos, todo se hizo demasiado rápido, es muy preocupante”, coincide Oleksander, un programador de 24 años envuelto en una bandera azul y amarilla. “La forma en que han aprobado esta ley... es una falta de respeto hacia nosotros, hacia la sociedad . Queremos demostrarles que queremos que se nos respete y que lo conseguiremos, cueste lo que cueste”, promete Kristiana. El principal eslogan de la primera noche, que instaba a Zelensky a no firmar la ley, no fue escuchado por el presidente, que la promulgó inmediatamente tras su aprobación por el Parlamento. El miércoles por la noche, la petición cambió ligeramente: “¡Anulen la ley!”. La promesa de presentar una nueva ley para reforzar la independencia y la eficacia de la lucha contra la corrupción, hecha el miércoles por la noche por el jefe del Estado, no convenció a casi nadie. Entre la maraña de pancartas que flotan sobre las masas, algunas defienden explícitamente a los órganos afectados por la reforma: “Den independencia al Nabu [el servicio de investigación, ndr] y a la Sapo [la sección especializada de la fiscalía, ndr]”, “No toquen al Nabu”. Pero nadie se hace ilusiones: “El Nabu no es perfecto. Solo que era independiente y lo necesitamos”, precisa, por ejemplo, Oleksander, en consonancia con otros participantes, críticos con el funcionamiento general de la lucha contra la corrupción. Más que esas instituciones, lo que los manifestantes quieren proteger es el símbolo que representan y el ideal que encarnan. Porque detrás de esta reforma de apariencia tecnocrática se esconde una liquidación de los logros de la Revolución de la Dignidad de 2014. En un editorial mordaz , Sevgil Musayeva, redactora jefa de uno de los medios de comunicación más influyentes del país, el Ukrainska Pravda, resumió en pocas frases este sentimiento general: “No se trata de un simple cambio de tutela. Tampoco de una enmienda técnica, como se nos quiere hacer creer. Se trata del desmantelamiento de la infraestructura anticorrupción creada tras la revolución de la Dignidad por la sociedad civil, gracias a la presión de los socios internacionales y a petición de los ucranianos que querían un Estado honesto y transparente.” “Hoy se ha traicionado esa opción”, prosigue, para denunciar “el inicio de una deriva autoritaria del poder”. “Nuestros padres estuvieron en Maidan , ahora nos toca a nosotros”, afirma con vigor Kristiana. Como la mayoría de los manifestantes, tiene menos de 30 años y en 2013 era demasiado joven para participar en la revuelta que derrocó al presidente prorruso y autocrático de entonces. Pero ve una continuidad entre ese movimiento y las manifestaciones que están surgiendo: “Luchamos por la independencia de Ucrania, por un Gobierno honesto, por un país en el que podamos confiar. En estos tiempos difíciles, no podemos permitirnos ninguna debilidad dentro de nuestro sistema. Necesitamos transparencia para asegurarnos de que el frente se mantiene firme frente a nuestro enemigo, y debemos apoyar al frente. No vamos a transigir en nuestros valores, queremos respeto y lo conseguiremos”. El miércoles por la tarde, la protesta fue más allá del mero cuestionamiento de la reforma de la organización de la lucha contra la corrupción. “¡El pueblo hace la ley!”, “¡Vergüenza! ¡Vergüenza! ¡Vergüenza!”, “Somos muchos, no podéis derrotarnos” (un eslogan heredado de la Revolución Naranja de 2004), repiten los manifestantes. A los pies del palacio presidencial, cuyas ventanas a oscuras se ven tras el perímetro de seguridad cerrado con alambre de espinos, la manifestación recuerda ruidosamente a la cúpula del Estado que no podrá gobernar sin la sociedad. Si bien la ausencia de elecciones es ampliamente aceptada, debido a las limitaciones legales y materiales relacionadas con la organización de unos comicios en plena guerra, la nueva generación establece un límite al poder en un momento en que el país debe luchar, a costa de numerosos sacrificios, por su supervivencia y su independencia. Traducción de Miguel López
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Huyendo de las reformas, los cuadros del Hospital de la Caridad han huido al Bellas Artes de Sevilla. El asilo va para largo: hasta comienzos de junio de 2026 puede visitarse Arte y Misericordia . La Santa Caridad de Sevilla , una exposición que reúne diecisiete obras provenientes de la iglesia de San Jorge de la citada hermandad, realizadas por autores tan notables como Murillo, Duque Cornejo, Valdés Leal o Pedro Roldán. La muestra trata de reproducir el discurso estético y espiritual (propagandístico) que ideó Miguel de Mañara para el templo de la corporación sevillana: en la entrada, las postrimerías (el mundo es vanidad, la muerte iguala a todos, etcétera); en la nave, ilustraciones evangélicas de la virtud de la caridad ; en el retablo, ángeles portalámparas, un san Jorge (advocación a la que se dedica esa iglesia), un san Roque (patrón de los menesterosos y los enfermos), un ecce homo y una mater amabilis , que es como se llaman esas vírgenes que sonríen un poquitín. Miguel de Mañara tuvo una de esas biografías de la Contrarreforma: la del noble potentado que, tras un encontronazo con la aridez de la existencia (en su caso, la muerte de su esposa) se entrega a la vida espiritual y a la mortificación. El caso, ya les digo, no es original. Un siglo antes, por ejemplo, le había ocurrido algo semejante al duque de Gandía, Francisco de Borja, que al ver el cadáver de la emperatriz Isabel se dijo aquello de «nunca más servir a señor que se me pueda morir» y pidió el ingreso en los jesuitas. Los conversos son tipos entusiastas, y desean recuperar el tiempo perdido para ganarse el cielo . Mañara se propuso reformar la hermandad de la Caridad no solo aumentando el aforo de su hospital; también, nutriéndola de un programa estético-pedagógico que llevase a otros a la revelación que él había tenido. Felizmente, el barroco estaba en su efervescencia y la despensa de los artistas estaba repleta de recursos con los que conmover a la concurrencia: esqueletos a punto de apagarnos las luces, santos con poses afectadas, obispos y nobles pudriéndose en sus ataúdes (como si fuera lo mismo morirse después de ser marqués que de ser labriego), contrapostos y claroscuros para impresionar al respetable. La teatralidad barroca vence por acumulación: el espectador cae rendido al verse rodeado por la afectada imaginería, la arquitectura alambicada, los retablos desbordantes y una pintura teatrera. La exposición, claro, no puede replicar la misma estrategia, así que sus autores (en la documentación no figura ningún comisario, diseñador o similar) han optado por un montaje neutro (paredes grises, apenas algún muro exento para romper la monotonía rectangular de la sala y un par de peanas). En fin, que más que en una exposición, las obras parece que están en depósito. Conste, es estupendo poder contemplar de cerca los lienzos de Valdés Leal, las delicadas grisallas con las que Murillo expande la profundidad del fondo de La multiplicación de los panes y los peces o el estofado de la armadura del san Jorge de Pedro Roldán. En su ubicación habitual, todas esas piezas quedan lejos del visitante, que no puede engolosinarse con sus minucias. Más allá, Arte y Misericordia es una exposición perezosa, que se contenta con distribuir sin mayores complicaciones sus obras por la escueta sala de exposiciones temporales del museo. Ignoro si habría sido posible reunir para la ocasión los cuatro murillos que nos sisó el mariscal Soult durante la francesada y quisiera evitar esa enojosa querencia que tienen los críticos por rehacer las exposiciones en sus artículos. Pero tras darse de codazos con el público que atesta la muestra, uno sale con la impresión de haber presenciado una oportunidad perdida: la de ofrecer algo más que un acercamiento (en el sentido literal del término) a unas obras bien conocidas por sus espectadores. Terminada la visita, aproveché para recorrer la colección permanente. Bajo cada Zurbarán, Ribera o Pacheco, una cartelita informa de qué convento fue desamortizado el cuadro. Como sé lo que «han perdido» las obras de la Caridad al ser desplazadas, porque he visitado esa iglesia una docena de veces, anduve fantaseando con cuánto habrían perdido esas pinturas formidables de las que, afortunadamente, podía disfrutar perfectamente iluminadas y a la altura de mis ojos en vez de en las alturas del refectorio de la Cartuja, donde, seguramente, ningún monje me dejaría curiosear.
Hemos leído con satisfacción la declaración del foro “Democracia Siempre” de los Jefes de Estado y de Gobierno de Brasil, Chile, Colombia, España y Uruguay, celebrada en Santiago de Chile el día 21 de julio. Los líderes progresistas han trabajado en torno a tres temas centrales : la defensa de la democracia y del multilateralismo; la desinformación y las tecnologías digitales; y extremismos y desigualdad, proporcionando líneas de acción concretas. Esto supone un paso firme en una cooperación efectiva entre estos gobiernos. Sin embargo, echamos en falta una reacción más clara respecto a la política exterior norteamericana del Presidente Trump, que precisamente ahora ha conmemorado los seis meses más un día de su presidencia. Creo que exige, además de la condena que se realiza en esta declaración, medidas concretas. Especialmente, en relación con la necesidad de la profundización de las relaciones entre Europa y América Latina, transformando de una Asociación Estratégica a una Alianza Estratégica. Estas medidas se deben fundamentar en que las decisiones adoptadas por el Presidente Trump contra el derecho internacional, el derecho humanitario, los derechos humanos y los compromisos mantenidos hasta ahora con América Latina y con Europa se están rompiendo de forma bastante definitiva. Frente a esta situación, se necesita una respuesta colectiva eurolatinoamericana, teniendo en cuenta la oportunidad que nos brinda la IV Cumbre Unión Europea-Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC) , a celebrar en Santa Marta (Colombia) el 9 y 10 de noviembre de 2025. Nos encontramos ante una situación excepcional, ya que la ruptura de los compromisos de Estados Unidos con América Latina en el ámbito comercial y de la libre circulación de personas, que está llevando consigo la expulsión de cientos de miles de latinoamericanos, y en condiciones de falta de respeto a los derechos humanos. Por otra parte, en relación con la Unión Europea, Trump está cuestionando los compromisos transatlánticos , sobre todo en el ámbito de los derechos humanos, seguridad colectividad, cooperación económica y comercial e incluso a nivel cultural. Por ello, frente a esta política de Trump de agresividad e incumplimiento de compromisos internacionales ante ambos continentes, quizás sea el momento de una acción colectiva, unificando una estrategia común a ambos lados del Atlántico y con el objeto de hacer frente a las nuevas circunstancias que ha originado la confrontación de Estados Unidos, en lugar de la cooperación que se venía dando hasta ahora. Asimismo, se produce una gran novedad, los Estados Unidos en gran medida deben su hegemonía económica mundial a una cierta liberalización comercial con sus socios, especialmente con Europa y América Latina. Esto le ha proporcionado en los últimos ochenta años un desarrollo económico que se ha trasladado también a sus aliados. Sin embargo, las decisiones ejecutivas adoptadas por Trump en materia arancelaria y comercial, especialmente a partir del 2 de abril de 2025 (el llamado “Día de la Liberación” por el Presidente) y del 12 de julio, donde se amenaza con aranceles extraordinarios, todavía más altos, que llevan consigo una política económica sin precedentes y que tendrá unos efectos comerciales y humanitarios muy dañinos para América Latina y Europa. Por otro lado, respecto a ambas regiones, la reivindicación de Groenlandia, del Canal de Panamá, incluso mediante el uso de la fuerza, así como sus referencias a Canadá como el 51º Estado de los Estados Unidos, exigen una respuesta política, económica y social colectiva. No solo hay que establecer una declaración de principios, sino que hay que tomar medidas de refuerzo estructural entre Europa y América Latina, ya que se enfrentan a los mismos desafíos. En la medida en que, frente a estas decisiones, haya una respuesta alternativa unitaria y sólida entre Europa y América Latina , que están siendo fuertemente agredidos, el posible incremento de socios extremistas vinculados a los Estados Unidos se va a debilitar en ambos continentes. Se trata de establecer esa alternativa, de momento, eurolatinoamericana, y posteriormente global, para el mantenimiento del sistema multilateral que viene funcionando desde el final de la Segunda Guerra Mundial y que permite una cierta convivencia pacífica y un cierto desarrollo económico y social. _____________________________ Francisco Aldecoa Luzárraga es catedrático emérito de Relaciones Internacionales en la UCM y presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo.
La corrupción no es un mal de ahora. Sobre ella han escrito pensadores de épocas pasadas demostrando un gran conocimiento de causa. Maquiavelo señalaba “la facilidad con la que los hombres se corrompen y se vuelven perversos, aunque originalmente fueran buenos y bien educados” . Claro que para corromperse hace falta, aparte de una debilidad de carácter que abra la brecha a la desviación de la honestidad, otro individuo o persona jurídica capaces de descubrir ese desfallecimiento de la voluntad, trabajarlo como el que moldea arcilla y dirigirlo después hacia fines de poder o económicos que le interesen. Corruptos y corruptores entran así en un doble matrimonio de conveniencia sabiendo que un divorcio sería extremadamente doloroso para el bolsillo de unos y muy arriesgado en cuanto a afrontar responsabilidades de ambas partes. Por razones profesionales, he conocido diversas tramas de este estilo . De hecho, la denominada Gürtel, que investigué en sus inicios, y que truncó mi carrera profesional como magistrado mediante una sentencia arbitraria y parcial (según palabras y resolución del Comité de Derechos Humanos de ONU de julio de 2021, pendiente de ejecutar por el Estado español. De nuevo, el Comité en resolución del 18 de julio de 2025 ha mostrado su preocupación por la falta de implementación por el Estado español). Eso sí, prácticamente todos los implicados acabaron condenados al igual que el partido que les alimentó (el Partido Popular, por si alguien no lo recuerda), en este caso a título lucrativo. Desde hace un tiempo, y debido a un extenso informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), estamos conociendo detalles de uno de estos tinglados en los que interviene un tipo peculiar procedente del País Vasco, con sendos contactos de inicio con la Benemérita; un ministro socialista con mando en Transportes y el secretario de Organización que le sustituyó en el partido y que se había desempeñado como tal, inicialmente, en esta formación en Navarra. Todavía no se ha celebrado juicio, pero ya están vistos para sentencia a tenor de lo que clama el Partido Popular que, necesitado de ocupar la Moncloa, echa la culpa al presidente Sánchez. Sin embargo, el principal partido de la oposición debería ser más prudente en sus alocuciones . No solo por las varias decenas de juicios pendientes que tienen militantes, cargos y allegados suyos en los tribunales, definiciones que valen para las 70 y pico personas relacionadas con el PP y que se encuentran en prisión. No. Es que hay mucho más pendiente. “ Colgamos a los ladrones de poca monta, pero a los grandes ladrones los elegimos para cargos públicos ”, aseveró Esopo, hace miles de años, en la Grecia clásica, sintetizando así de manera magistral el concepto de esta corrupción que, hoy día, nos acosa y que ronda, como las moscas cojoneras, en la administración pública para lucrarse a costa de todos. Pienso cuando escribo esto en Cristóbal Montoro, otrora todopoderoso ministro de Hacienda, presunto cerebro fiscal de Aznar y de Rajoy, ahora imputado por una serie de presuntos delitos que van desde la prevaricación a la malversación y a muchas más cosas. Se le acusa de haber dado vía libre a leyes, normas y reglamentos elaborados ad hoc para las necesidades de los clientes –al parecer grandes compañías del sector del gas, entre otras– por el despacho de profesionales que él mismo había creado. Un despacho que, al parecer, era la cantera de los nombramientos que realizaba en su negociado ministerial, es de suponer que para facilitar al máximo estos beneficios a sus clientes que, siempre presuntamente, debían abonar los servicios del bufete. Cristóbal Montoro y su despacho lo niegan todo, como era de esperar . Este hecho configuró una corrupción piramidal, desarrollada de arriba abajo, que supuso la apropiación temporal del Estado al servicio de intereses privados en el mismo nervio central económico de aquel (Ministerio de Hacienda) y con perjuicio de los contribuyentes. Fue precedido, unos años antes, por el otro modelo de corrupción generada desde abajo hacia arriba con la “ Gürtel” y ambos tenían, de alguna forma, su epicentro en Génova 13, y dieron forma a una auténtica “ Tangentopolis” a la española, frente a la cual uno se queda anonadado a la espera de cuál será el siguiente escenario al que nos veremos sometidos en este prostituido sistema que debería ser de servicio público. Llegados a este punto, miro hacia atrás y veo una larga lista de individuos que han saqueado las arcas públicas. Nos podemos remontar al franquismo y pasar después por la transición, y encontraremos casos . Hemos visto corrupción en la política nacional, en comunidades autónomas y diputaciones, en Ayuntamientos; en los bancos, en la policía; en la Iglesia; en la Administración de justicia, en los medios de comunicación e incluso ha afectado a la Familia Real. Un suma y sigue que no para. ¿Tan difícil es prevenirla y afrontarla? Hace unos años (2015) escribí un libro titulado El Fango , en el que tocaba la variada gama de delitos que habíamos conocido en nuestro país, establecía las comparaciones pertinentes y concluía con una serie de medidas que consideraba era preciso abordar para combatir esta lacra. Desde luego, desde entonces hasta ahora, hay material suficiente para hacer una ampliación del mismo , incorporando nuevas técnicas y hechos que afectan a las diferentes instituciones y al sector privado relacionado con ellas. Algunas de aquellas medidas coinciden con las que ahora, oportunamente, ha enumerado el Gobierno. Por supuesto, no basta con el anuncio de medidas cosméticas; toda acción presuntamente delictiva debe llevar aparejada la inmediata asunción de la responsabilidad política sin esperar a una resolución definitiva de la primera. Siempre se ha dicho que el mal radica en la politización de la Administración porque la corrupción política es la negación absoluta del servicio público. Sin embargo, esto no es enteramente cierto, porque, aunque el fenómeno sea verdadero, se constata, cada vez con más frecuencia, que son los miembros de la Administración quienes, corrompiendo su propia labor técnica y profesional, se prestan a manejos y protagonizan acciones con incidencia política impulsando con ello las decisiones políticas subsecuentes. Quienes tienen la potestad y el deber de legislar y gobernar necesitan de otros apoyos que den la cobertura a sus iniciativas y garanticen el éxito posterior que, en algunos casos, deriva en un enriquecimiento personal, corporativo, o de índole no económica, pero que, en otros muchos, genera espacios de poder político en la propia administración , ya sea de justicia o de otro sector del Estado cuya incidencia en el tiempo se vuelve dañina y permanente. La política, en sí misma, no es mala ni perversa, sino un mecanismo imprescindible para el funcionamiento de la democracia. Por ello, es necesario exigir la máxima transparencia en el aparato burocrático del Estado, estableciendo mecanismos de control y técnicas de evaluación y de gestión exigentes en la Administración, pero sin olvidar el seguimiento de quienes tienen la obligación de desarrollar esas medidas. Y cuidando de evitar la generación de espacios de poder que, al socaire de defender intereses profesionales, realmente se convierten en actores políticos y lobbísticos sin control (buen ejemplo de ello son las asociaciones profesionales en el sector de la justicia, su financiación y relación con partidos políticos concretos). Es muy improbable la erradicación de los lobbies (Obama lo intentó y el Tribunal Supremo Norteamericano tumbó su iniciativa) pero, de una vez por todas, es necesario enfrentar el poder de los mismos, y, consecuentemente, su regulación. Así mismo, está arraigada la creencia de que «el dinero compra influencia en la política», algo que no ocurre en los países anglosajones, donde lobby y corrupción no están necesariamente ligados. Los lobbies actúan en todos los ámbitos en los que se cruzan intereses económicos o financieros, convirtiéndose en demasiadas ocasiones en campos de tráfico de influencias. Actúan sobre el poder legislativo y sobre el ejecutivo, sobre todo en España, donde la mayoría de las leyes son presentadas a iniciativa del Gobierno. Recuerdo que la propuesta para regular la actividad de los lobbies fue retirada de entre las medidas propuestas por el gobierno de Mariano Rajoy; tal decisión resulta un tanto sospechosa , sobre todo a la vista de lo que ahora se está conociendo en el caso que afecta al ministro de aquel gobierno Cristóbal Montoro, sin que ello afecte a su presunción de inocencia. Fuera del caso puntual, pareciera que, precisamente, la influencia de estos lobbies ha sido la causa de la inexistencia de una regulación eficaz y transparente de este fenómeno que acompaña al sistema político de cualquier país democrático. La cuestión es la ausencia de una regulación específica que nos permita identificar cuáles son los intereses que persiguen, cómo se financian y a costa de qué se produce la intervención. La opacidad beneficia la corrupción, por lo que es básica la prohibición de los paraísos fiscales . Carece de sentido que un alto porcentaje del capital mundial se encuentre en países con una política de fiscalidad reducida o inexistente y una opacidad absoluta ante investigaciones penales, desatendiendo cualquier petición de cooperación. La cuestión es más sangrante cuando ese capital procede en gran medida de los beneficios ilegales que propicia, bien el tráfico de armas de las corporaciones que las fabrican y facilitan, a través de pabellones de conveniencia y con la ayuda de países amigos, a las zonas de guerra o de conflicto armado. Esto ocurre hoy con Israel en Gaza, donde el genocidio se está produciendo en tiempo real y a la vista de todo el mundo, de la mano de autoridades políticas y militares con responsables del máximo nivel en ambos campos. O bien el tráfico de drogas ; al crimen organizado en general y, asociada a todos ellos, la corrupción . Es precisa su abolición y la prohibición de que las corporaciones financieras españolas trabajen con estos paraísos fiscales. La falta de controles y la opacidad es otro de los ingredientes de la corrupción. La transparencia debe ser la regla en todos los ámbitos, especialmente en la Administración de Justicia. Precisamos una justicia responsable, profesionalmente capaz, garantista, respetuosa con los estándares más exigentes de derechos humanos, sin interferencias ni instrumentación por actores externos o internos que respondan a intereses espurios, sin dilaciones y eficaz en la resolución de los conflictos sometidos a su consideración. Para conseguir estos fines y su correcto funcionamiento, es necesaria su total independencia . Porque la independencia del juez, como tercero imparcial entre partes enfrentadas, es la obligación principal del mismo, y solo si se constata, podremos afirmar que su juicio ha sido imparcial, apegado a la legalidad y, por ende, justo. En este sentido, es urgente abordar la prohibición de mecanismos lobbísticos de facto , a través de los cuales entidades y corporaciones económicas privadas, bancos, despachos de abogados…, pero también funcionarios públicos de alto nivel a quienes se les permite compatibilizar el desempeño público y privado (algunos abogados del Estado o letrados del Consejo de Estado), medren o pretendan hacerlo en la administración de justicia. Así mismo, en un mundo globalizado, en el que las relaciones económicas constituyen el núcleo de las relaciones entre países y corporaciones públicas y privadas, la transparencia y la rendición de cuentas resultan indispensables y ello comporta una agilización y el reforzamiento de las estructuras internacionales de prevención de la corrupción y el blanqueo de capitales. Como también es fundamental, el combate eficaz de la criminalidad organizada , que utiliza como una de sus principales armas, la corrupción como fin en sí mismo o como instrumento para ganar espacios de poder e impunidad. Frente a ello son vitales la coordinación internacional contra la corrupción y la definición de espacios judiciales y policiales más amplios. Un verdadero Estado de derecho se conforma no solo por las normas represivas de conducta ilícitas, sino además –y ello es más importante– por la definición de los mecanismos de prevención y educación sobre la transparencia y la ética en la gestión de lo público , como principios nucleares de toda acción personal y colectiva, de solidaridad e igualdad, de progreso y consolidación de derechos en los escenarios de corresponsabilidad en los que se sustenta una democracia. Lo cierto es que casi todas las normas que se pueden proponer para prevenir la corrupción y combatirla están dadas en nuestro país, solo falta la implementación de las mismas y la voluntad de cumplirlas. No obstante, bienvenidas sean las reformas propuestas tanto en materia de prevención (agencia independiente de análisis, control y sanción por el incumplimiento) como en su investigación penal, que debe pasar a manos del Ministerio Fiscal, en tanto que el juez deberá asumir la suya como garante del debido proceso . En este último campo, me quedan aún algunas recomendaciones, como la obligación de proteger de manera eficaz a los alertadores, ampliando la Directiva correspondiente a los testigos y peritos; la protección frente a las SLAPPs (demandas estratégicas contra la participación pública) que se dirigen contra las voces críticas; una regulación seria, y no solo basada en la reducción de pena, de los denominados arrepentidos. El Comité de Derechos Humanos de la ONU (julio 2025) insta a España a revisar y mejorar su marco legal para garantizar la libertad de expresión y la protección real de alertadores. Se trata de que se conjuguen los mecanismos adecuados que garanticen la veracidad y solvencia de sus testimonios. Haciendo hincapié en una verdadera, pormenorizada y exhaustiva normativización de la financiación de los partidos políticos . En mi lista hay algo más: la responsabilidad de los medios informativos . Dicho de otro modo: definir el marco en el que el derecho a la información y la libertad de expresión se encuentren con las garantías que deben regir en los procesos penales. Y, por supuesto, la necesidad de impulsar mecanismos de control de participación ciudadana y de contrarrestar los ataques a estos espacios de rendición de cuentas, como lo ocurrido recientemente con la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana de la Agencia Valenciana Antifraude. Temo que la apabullante cantidad de procesos abiertos, concluidos, archivados o sobreseídos, hayan conseguido incluso insensibilizar a una sociedad que ya da por sentado que el sistema contamina todos los sectores de la realidad política, económica y judicial y que, por tanto, piensa que nada va a cambiar. Esa desconfianza es la que urge transformar. Los corruptos no pueden ganar la batalla. Es el Estado de Derecho el que tiene la última palabra. En este campo, como en tantos otros, la indiferencia no es una opción , y, tampoco lo es la imputación recíproca de corrupción, que conduce a una parálisis existencial de quienes tienen la obligación de trabajar en favor de la comunidad y se quedan en la defensa de sus propios y mezquinos intereses. _____________________________ Baltasar Garzón Real es jurista y autor, entre otros libros, de 'Los disfraces del fascismo'.
Este miércoles, la Consellería de Educación avanzó que en el próximo curso, 2025-26, “dejarán de funcionar” siete centros educativos “por falta de alumnado”, al contar con menos de los cinco fijados por la Xunta como mínimo para continuar abiertos. Por el contrario, Educación subraya que al mismo tiempo está “reforzando las infraestructuras educativas en aquellos territorios donde se registra un incremento de la demanda”. Con estos siete nuevos cierres, desde 2005 el Gobierno gallego ya ha prescindido de un total de 240 centros educativos. En concreto, los centros que la Xunta cerrará el próximo curso, a la espera de que se haga oficial en el Diario Oficial de Galicia (DOG), son las escuelas de Educación Infantil de A Lagoa (Arteixo, 4 niños), Muros (3 niños), Queiruga (Porto do Son, 1 niño) y Romariz (Soutomaior, 3 niños), así como los colegios de Seráns (Porto do Son, 3 niños), Castromil (Vimianzo, 3 niños) y Negueira de Muñiz (4 niños). “Los niños de estos centros ya tienen plaza en los colegios de referencia más próximos”, asegura Educación. En la década pasada, desde 2005, la mayoría de los centros cerrados fueron, fundamentalmente, escuelas unitarias del interior rural de Galicia, pero en los últimos años también han sido escuelas de educación infantil en municipios costeros , como ocurre esta vez con los casos de Porto do Son, Arteixo o Muros. El descenso de matrículas por debajo de los mínimos establecidos por la Consellería de Educación es la causa de estas supresiones de centros, una situación que obedece, a su vez, a la caída de la natalidad en Galicia y al despoblamiento del rural, que difícilmente logra revertirse con la llegada de población extranjera más joven. El Gobierno gallego justifica los cierres en la necesidad de “ adaptar el mapa escolar a la evolución demográfica para el próximo curso escolar ” y advierte de que “tres escuelas unitarias permanecerán abiertas a pesar de contar únicamente con cinco matriculados”. Además, recuerda que “para atender la creciente demanda de matrícula, se construirán tres nuevos centros y se llevarán a cabo obras de ampliación en otros 18 en municipios de toda Galicia”. En un comunicado, la Xunta recuerda que el cierre de estas siete escuelas unitarias, cuya relación definitiva se publicará en el DOG, se debe a que “ no alcanzan el número mínimo de cinco alumnos que la Xunta rebajó en los últimos cursos, ya que anteriormente estaba establecido en seis”. El Gobierno gallego presume de que, “gracias a esta rebaja en el número mínimo, el curso pasado se mantuvieron en funcionamiento la escuela de Santa Cruz (San Cibrao das Viñas) , que incrementa a ocho los matriculados de cara al próximo curso, y el colegio de Pazos-Comoxo (Boiro), que también aumenta a seis las matrículas”. Además, añade que, “siguiendo esta misma norma, de cara al próximo septiembre, pese a contar únicamente con cinco matrículas, también continuarán prestando servicio las escuelas de Lamas (Moraña) y de Taboadela (que mantiene el mismo número de alumnos que el pasado curso), así como el colegio de Ombre (Pontedeume)”.