
Cuando el ADN resolvió el crimen: cómo el caso de Colin Pitchfork cambió la criminología para siempre
Pitchfork, que violó y asesinó a dos adolescentes en la década de los 80, fue el primer acusado en ser condenado gracias a una prueba de ADN La exitosa escritora de crímenes que cometió uno cuando era adolescente En 1983 y 1986, Lynda Mann y Dawn Ashworth, dos adolescentes de 15 años , fueron brutalmente asesinadas en Leicestershire (Reino Unido). La policía pronto relacionó los casos, al ver que el modus operandi del agresor era el mismo: primero las violó y luego las asfixió. La policía investigó durante meses, pero no encontró pruebas suficientes para encontrar al culpable. Todo cambió gracias a Alec Jeffreys, científico que recientemente había desarrollado la técnica de análisis de ADN , conocida como “huella genética”. Esta técnica permitió por primera vez identificar a una persona a partir de una muestra de su ADN , algo completamente revolucionario para la época. Hasta ese momento, los investigadores utilizaban métodos tradicionales como las huellas dactilares para este tipo de casos. No existían métodos científicos tan precisos que permitieran vincular a un sospechoso con un crimen de una forma tan directa. Jeffreys analizó el semen que se había encontrado en los cuerpos de las víctimas y llegó a una conclusión clave: ambas mujeres habían sido asesinadas por el mismo hombre. Pero todavía quedaba la tarea complicada de encontrar a la persona cuyo ADN coincidiera con los restos que habían encontrado. Para conseguirlo, la policía de Leicestershire pidió a 5.000 hombres de la zona que proporcionaran muestras de sangre o de saliva de forma voluntaria. El trabajo se alargó seis meses, pero no obtuvo ningún resultado positivo. Encontrar al culpable El asesino no quería quedar al descubierto y envió a un amigo suyo a la comisaría para que se hiciera pasar por él y diera una muestra de sangre en su nombre a cambio de 200 libras. Sin embargo, tiempo después, el amigo acabó contando lo sucedido y la mentira llegó hasta oídos de la policía , que ya tenía un nombre. Colin Pitchfork, el verdadero asesino , fue arrestado en su casa el 19 de septiembre de 1987. La policía consiguió analizar su ADN, que coincidió con el de las muestras encontradas en el cuerpo de las adolescentes. Así, la policía consiguió resolver por primera vez un crimen gracias al análisis genético. Este caso marcó un antes y un después en la criminología , ya que a partir de entonces se pudo vincular de forma precisa a un sospechoso con un delito. Con el paso del tiempo, se fueron creando bases de datos de ADN que hoy en día se utilizan con frecuencia a la hora de investigar asesinatos y otros crímenes.