
El Gobierno aprueba la nueva ley antitabaco: no se podrá fumar en terrazas de bares, conciertos ni campus universitarios
El Consejo de Ministros ha dado luz verde este martes a la nueva ley antitabaco por la que, entre otras cosas, no se podrá fumar en terrazas de bares y restaurantes. La norma aprobada amplía el veto al tabaco, pero queda bastante lejos de las intenciones que tenía Mónica García cuando asumió la cartera de Sanidad , pues deja fuera dos de las principales medidas más reclamadas por sociedades científicas: la subida de precios y el empaquetado genérico . La primera, aunque constaba en las primeras versiones del plan de prevención de tabaco —la hoja de ruta que marcaba las normas que se iban a desarrollar al respecto— fue eliminada en el último documento, el que recibió el visto bueno del Ejecutivo. La segunda, que consistía en la desaparición de los diseños de las cajetillas para que todas fueran neutras, independientemente de la marca, tampoco se llevará a cabo por discrepancias entre los socios de Gobierno. Aun así, la norma acorrala al tabaco, especialmente en lo que se refiere a espacios exteriores, pues aumenta los lugares en los que estará prohibido encender un cigarrillo o fumar un váper. Pero aunque las prohibiciones son claras por ejemplo en el caso de las terrazas de los bares o en marquesinas de transporte público, el anteproyecto deja aún en el aire otras situaciones que, según explican fuentes del departamento de Mónica García, se irán definiendo durante la tramitación de la norma, a la que todavía le quedan varios meses —como poco— para entrar en vigor y convertirse en una realidad. El anteproyecto de la ley antitabaco contempla la prohibición de fumar, además de en espacios cerrados, en otros al aire libre, como en terrazas de bares, instalaciones deportivas, parques infantiles, estaciones de transporte o centros educativos. También en recintos donde se desarrollen espectáculos públicos, como conciertos al aire libre. Se puede entender que el tabaco tampoco estará permitido en festivales de música o durante las actuaciones de orquestas en fiestas populares, pero fuentes de Sanidad no aclaran si la norma afectará a estos supuestos e inciden en que se esclarecerá durante su tramitación. Tampoco se podrá fumar en los exteriores de centros sanitarios, educativos, universitarios y sociales, como los campus universitarios. Del mismo modo, el tabaco estará prohibido en los vehículos de transporte con conductor o en los de trabajo, como las furgonetas de reparto. Estas prohibiciones no se limitan a los cigarrillos convencionales, pues se extienden también a los electrónicos, tanto con nicotina como sin ella, de manera que afectan también a los váper. La norma impondrá las mismas restricciones que tendrá el tabaco a estos nuevos productos, en los que además de los anteriormente mencionados se incluirán también las bolsitas de nicotina para uso oral, compuestas total o parcialmente por nicotina natural o sintética, en forma de sobres, polvo o comprimidos; los compuestos a base de hierbas como las shishas o los dispositivos para el consumo de productos calentados. La venta de tabaco ya está prohibida para menores de edad. Pero ahora, el anteproyecto veta también el consumo de tabaco y productos relacionados, es decir, de los váper, por ejemplo, para esta parte de la población. Además, se prohíbe la venta y suministro de los cigarrillos electrónicos de un solo uso o desechables, que en los últimos años han ganado popularidad entre los más jóvenes, especialmente en entornos festivos. Además de por este motivo, Sanidad justifica su veto en el impacto que tienen estos productos para el medio ambiente. La ley obligará a los responsables de espacios donde esté prohibido fumar, como a los hosteleros, a colocar señalización visible en sus locales que informen del veto. Además, la nueva regulación también prohibirá todo tipo de publicidad de tabaco y productos derivados, tanto directa como indirecta. Se incluyen en este punto, además de anuncios en medios impresos, audiovisuales, digitales o redes sociales, la distribución de muestras o descuentos, del mismo modo que la publicidad en equipamientos, instalaciones y mobiliario situados en espacios de uso público o colectivo, incluidos los presentes en bares, discotecas, terrazas u otros establecimientos de ocio. Esto incluye rótulos, carteles, mobiliario urbano o de hostelería que incorpore logotipos, imágenes o referencias a marcas de productos del tabaco o productos relacionados. Las empresas del sector del tabaco tampoco podrán patrocinar actividades, eventos o contenidos. Tampoco podrán aparecer sus marcas en publicaciones, festivales, actividades culturales o deportivas, tanto presenciales como digitales. A la norma aún le queda recorrido para ser una realidad, es decir, la prohibición de fumar en terrazas no empieza ya. Lo que ha hecho este martes el Consejo de Ministros es aprobar el anteproyecto de la ley antitabaco, que ahora sale a audiencia pública, lo que significa que las sociedades, comunidades o industria pueden enviar sus alegaciones. Cuando termine ese período de tiempo, el ministerio deberá volver a examinar el texto e introducir o no las que considere oportunas. Cuando ya tenga un texto definitivo deberá volver a pasar por Consejo de Ministros y, tras obtener el visto bueno, pasar por el Congreso y el Senado. Solo si consigue los apoyos suficientes en el Parlamento entrará en vigor, por lo que como mínimo pasarán varios meses hasta que las prohibiciones se materialicen. La nueva ley antitabaco actualiza las infracciones, cuantías y responsabilidades que se contemplan en la actual legislación para incluir las nuevas restricciones. Se establece un periodo transitorio de 12 meses para permitir a los fabricantes adaptar sus productos al nuevo marco legal, así como para permitir el agotamiento de existencias de cigarrillos electrónicos de un solo uso. Es decir, en cuanto entre en vigor la norma, los váper de un solo uso se podrán seguir adquiriendo durante un año.