Digestiones mentales

Digestiones mentales

Cuando tengo una mala digestión de una buena comida, pienso en las termitas, tan pequeñas, triturando con sus potentes mandíbulas la madera, por ejemplo, de una librería a través túneles sombríos, masticándola luego al tiempo de mezclarla con sus jugos digestivos para asimilar la celulosa, que, ya en sus entrañas, se transforma en los azúcares que constituyen la fuente básica de su metabolismo. Todo ello sucede en un trayecto corporal de cinco o seis milímetros en los que cabe un complejo laboratorio intestinal habitado por millones de microorganismos (imagínense de qué tamaño). A la que te descuidas, una familia de termitas devora un palacio de caoba porque trabajan en silencio y desde la invisibilidad absoluta. De vez en cuando, quizá descubras debajo de un sillón que hace tiempo que no mueves un montoncito de serrín que barres sin imaginar siquiera que el mueble está ya prácticamente hueco.

León XIV reconocerá este domingo a más de 1.600 nuevos mártires del siglo XXI: "Que su sangre sea semilla de paz y reconciliación"

León XIV reconocerá este domingo a más de 1.600 nuevos mártires del siglo XXI: "Que su sangre sea semilla de paz y reconciliación"

La Comisión de Nuevos Mártires Testigos de la Fe, establecida en 2023 por el Papa Francisco, dentro del Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano, ha reconocido a 1.624 nuevos mártires en el siglo XXI, es decir, desde el año 2000, según ha informado la Santa Sede, en una rueda de prensa. Y este domingo, coincidiendo con el 70 cumpleaños del Papa León XIV, van a ser reconocidos como mártires. Trescientos cuatro mártires procedentes de América, 43 europeos asesinados en el Viejo Continente y otros 110 caídos durante misiones en todo el mundo, 277 asesinados en Oriente Medio y el Magreb, 357 testigos de la fe en Asia y Oceanía y 643 en África, tierra esta última "donde mueren más cristianos»", señala Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant'Egidio y vicepresidente de la Comisión compuesta por once miembros. Las historias estudiadas han sido señaladas desde todos los rincones del mundo, por diferentes Iglesias y confesiones cristianas, y por diócesis, conferencias episcopales, institutos religiosos y otras realidades eclesiales. Son vidas que dan testimonio de la persecución religiosa, la violencia de las organizaciones criminales, la explotación de los recursos naturales, los atentados terroristas, los conflictos étnicos y otras causas por las que los cristianos siguen siendo asesinados. Su memoria va a ser recordada en la única celebración ecuménica en Roma durante todo el año jubilar, que va a tener lugar este domingo en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, y que coincide con el 70 cumpleaños del Papa León XIV. El papa León "desea que la sangre de estos mártires sea semilla de paz y reconciliación, fraternidad y amor, como escribió con motivo del reciente ataque terrorista en el Congo". Durante la celebración y justo tras la homilía,  la liturgia continuará con la memoria de los mártires testigos de la fe, en la que, tras la proclamación de cada bienaventuranza, seguirán dos intenciones de oración y algunas palabras para recordar las historias de algunos testigos, como la hermana Leonella Sgorbati, asesinada en Somalia en 2006, o un grupo de cristianos evangélicos asesinados por terroristas en 2019 en Burkina Faso.

Digestiones mentales

Digestiones mentales

Cuando tengo una mala digestión de una buena comida, pienso en las termitas, tan pequeñas, triturando con sus potentes mandíbulas la madera, por ejemplo, de una librería a través túneles sombríos, masticándola luego al tiempo de mezclarla con sus jugos digestivos para asimilar la celulosa, que, ya en sus entrañas, se transforma en los azúcares que constituyen la fuente básica de su metabolismo. Todo ello sucede en un trayecto corporal de cinco o seis milímetros en los que cabe un complejo laboratorio intestinal habitado por millones de microorganismos (imagínense de qué tamaño). A la que te descuidas, una familia de termitas devora un palacio de caoba porque trabajan en silencio y desde la invisibilidad absoluta. De vez en cuando, quizá descubras debajo de un sillón que hace tiempo que no mueves un montoncito de serrín que barres sin imaginar siquiera que el mueble está ya prácticamente hueco.

Digestiones mentales

Digestiones mentales

Cuando tengo una mala digestión de una buena comida, pienso en las termitas, tan pequeñas, triturando con sus potentes mandíbulas la madera, por ejemplo, de una librería a través túneles sombríos, masticándola luego al tiempo de mezclarla con sus jugos digestivos para asimilar la celulosa, que, ya en sus entrañas, se transforma en los azúcares que constituyen la fuente básica de su metabolismo. Todo ello sucede en un trayecto corporal de cinco o seis milímetros en los que cabe un complejo laboratorio intestinal habitado por millones de microorganismos (imagínense de qué tamaño). A la que te descuidas, una familia de termitas devora un palacio de caoba porque trabajan en silencio y desde la invisibilidad absoluta. De vez en cuando, quizá descubras debajo de un sillón que hace tiempo que no mueves un montoncito de serrín que barres sin imaginar siquiera que el mueble está ya prácticamente hueco.

Digestiones mentales

Digestiones mentales

Cuando tengo una mala digestión de una buena comida, pienso en las termitas, tan pequeñas, triturando con sus potentes mandíbulas la madera, por ejemplo, de una librería a través túneles sombríos, masticándola luego al tiempo de mezclarla con sus jugos digestivos para asimilar la celulosa, que, ya en sus entrañas, se transforma en los azúcares que constituyen la fuente básica de su metabolismo. Todo ello sucede en un trayecto corporal de cinco o seis milímetros en los que cabe un complejo laboratorio intestinal habitado por millones de microorganismos (imagínense de qué tamaño). A la que te descuidas, una familia de termitas devora un palacio de caoba porque trabajan en silencio y desde la invisibilidad absoluta. De vez en cuando, quizá descubras debajo de un sillón que hace tiempo que no mueves un montoncito de serrín que barres sin imaginar siquiera que el mueble está ya prácticamente hueco.

Digestiones mentales

Digestiones mentales

Cuando tengo una mala digestión de una buena comida, pienso en las termitas, tan pequeñas, triturando con sus potentes mandíbulas la madera, por ejemplo, de una librería a través túneles sombríos, masticándola luego al tiempo de mezclarla con sus jugos digestivos para asimilar la celulosa, que, ya en sus entrañas, se transforma en los azúcares que constituyen la fuente básica de su metabolismo. Todo ello sucede en un trayecto corporal de cinco o seis milímetros en los que cabe un complejo laboratorio intestinal habitado por millones de microorganismos (imagínense de qué tamaño). A la que te descuidas, una familia de termitas devora un palacio de caoba porque trabajan en silencio y desde la invisibilidad absoluta. De vez en cuando, quizá descubras debajo de un sillón que hace tiempo que no mueves un montoncito de serrín que barres sin imaginar siquiera que el mueble está ya prácticamente hueco.

Digestiones mentales

Digestiones mentales

Cuando tengo una mala digestión de una buena comida, pienso en las termitas, tan pequeñas, triturando con sus potentes mandíbulas la madera, por ejemplo, de una librería a través túneles sombríos, masticándola luego al tiempo de mezclarla con sus jugos digestivos para asimilar la celulosa, que, ya en sus entrañas, se transforma en los azúcares que constituyen la fuente básica de su metabolismo. Todo ello sucede en un trayecto corporal de cinco o seis milímetros en los que cabe un complejo laboratorio intestinal habitado por millones de microorganismos (imagínense de qué tamaño). A la que te descuidas, una familia de termitas devora un palacio de caoba porque trabajan en silencio y desde la invisibilidad absoluta. De vez en cuando, quizá descubras debajo de un sillón que hace tiempo que no mueves un montoncito de serrín que barres sin imaginar siquiera que el mueble está ya prácticamente hueco.

Comprar pisos desde 30.000 euros para alquilar: las mejores oportunidades de inversión

Comprar pisos desde 30.000 euros para alquilar: las mejores oportunidades de inversión

A diferencia de lo que muchos creen, no hace falta ser un gran empresario para entrar en el negocio inmobiliario. Hoy en día, es posible encontrar pisos en venta desde 30.000 euros hasta 180.000 euros. Estas viviendas pueden convertirse en una fuente estable de ingresos.El atractivo está en la rentabilidad. Comprar barato y alquilar es … Continuar leyendo "Comprar pisos desde 30.000 euros para alquilar: las mejores oportunidades de inversión"

Los padres no deben tener miedo a retirar las pantallas a sus hijos

Los padres no deben tener miedo a retirar las pantallas a sus hijos

Comienza el curso y..., ¿se acaba la barra libre de tecnología? Así debe ser, según apuntan los expertos. María Solano, profesora de la Universidad CEU San Pablo y autora de 'Pantallas, qué remedio', tiene un mensaje muy alentador para los padres: «Siempre estamos a tiempo de que nuestros hijos consuman menos tecnología. No pasa nada porque en vacaciones hayan estado más horas con pantallas. Cada vez hay más casos de niños y adolescentes con problemas de salud mental por un uso inadecuado de sus dispositivos, pero no se conoce ningún caso de un niño o joven con problemas de salud mental por no usar pantallas . Es decir, retirárselas no les va a provocar ningún mal. Eso sí, les sentará mal, habrá enfados, discusiones, pero los padres no deben tener miedo a la retirada de las pantallas«. Para Laura Cuesta , profesora de Cibercomunicación y Nuevos Medios en la Universidad Camilo José Cela y experta en pantallas y adolescentes , la vuelta al cole es un momento ideal para establecer nuevas normas. «Del mismo modo que les vamos a indicar el tiempo que van a tener para el horario escolar, actividades académicas, deporte, deberes... debemos informarles del que tienen para usar sus dispositivos. Eso sí -matiza- no va a resultar fácil establecer restricciones . Esta adaptación debe ser progresiva, gradual, no podemos esperar que de un día a otro recorten su tiempo de pantallas tras casi tres meses a su libre albedrío». Aconseja ajustar horarios en función de la edad y madurez del menor. «Existen organismos que hacen recomendaciones del tiempo de uso por edades, pero se debe tener en cuenta –los que tenemos varios hijos lo sabemos muy bien– que cada uno tiene un grado de madurez y responsabilidad y, por ello, debemos determinar hasta qué punto podemos tener mayor o menor flexibilidad. Lo importante es ponerles límites porque por ellos mismos no lo harán por su falta de madurez y autocontrol». De la misma opinión es María Solano, quien reconoce que, desgraciadamente, no hay recetas mágicas. «Los límites son necesarios, deben ser muy claros y hay que ser muy tajantes si no los cumplen. No hay que ceder. Los padres debemos asumir que no siempre debemos caer bien a nuestros hijos. El papel de progenitores no va por puntos de 'like', ellos lo único que deben saber es que, aunque no entiendan o compartan nuestra decisión, les queremos mucho. Nuestro rol es de padres, no de amigos «. Indica que ser tajantes no supone poner castigos desproporcionados -«¡un mes sin móvil!- y que lo mejor es explicarles los límites, negociar con ellos y llegar a acuerdos. »Por ejemplo, dejarlos en una cesta al entrar en casa y no cogerlos hasta media hora antes de la cena. Si les decimos que lo pueden coger al acabar los deberes cometeremos un error porque los hará muy deprisa o dejara tareas sin hacer para tenerlo antes entre sus manos. Mejor la opción de hasta las 8 de la noche no hay pantallas. Más vale tener hábitos que batallas cada día «. Igual que establecer límites de uso es fundamental, Laura Cuesta recomienda también establecer espacios libres de pantalla. Es decir, hay que hacerles entender que no pueden tener el smartphone pegado a ellos todo el día en el bolsillo. «Por ejemplo, los dispositivos no se llevan al baño ; no están presentes encima de la mesa durante el desayuno, comida o cena o, incluso, cuando estamos pasando tiempo en familia, en una reunión o una conversación después de haber comido. Tienen que entender esos momentos familiares, escenarios y contextos en los que no se saca la tecnología«. Esta experta añade que un ámbito también muy importante es su habitación. «Lo mejor es que no los tengan en su dormitorio para que entiendan que es el lugar de descanso y de estudio, aunque sí pueden tener libros o juguetes para entretenerse. Más tarde, cuando utilizan tecnología para el ámbito académico pueden tener su ordenador, pero siempre, por supuesto, controlado y supervisado para que se utilice sólo para tareas escolares«. Ambas expertas señalan la importancia de sacar los móviles de su dormitorio por la noche. Aún así, muchas familias reconocen que sus hijos adolescentes no lo hacen con la excusa de utilizarlo como alarma de despertador. En ese caso, según Laura Cuesta, hay que intentar que desactiven las notificaciones , o que lo pongan en modo avión, para que no interfieran en su descanso, en el sueño, ni en su concentración, atención y rendimiento escolar. Además del esfuerzo que se exige a los hijos para ajustarse a las nuevas rutinas, los padres también tienen un papel clave en cuanto a que deben fomentar actividades sin pantallas para asegurar que las horas que pasan conectados no roben espacio al juego al aire libre; al deporte, que tienen que hacer para evitar el sedentarismo; al espacio de socialización presencial con sus iguales, como al tiempo en familia. «Aún así -apunta María Solano- no hay que tenerle miedo al aburrimiento, que también es positivo para pensar, reflexionar o despertar la creatividad». Aunque muchos padres utilicen controles parentales, sobre todo a edades tempranas, porque los progenitores trabajan y los niños están solos en casa, «no hay que olvidar que el mejor control parental siempre van a ser los padres -matiza Cuesta-. Somos los únicos que podemos educarles, orientarles, aconsejarles... pero, para eso, hace falta implicación. Hoy en día, la educación digital es un ámbito más dentro de la educación que sí o sí hay que facilitar a nuestros hijos como obligación que tenemos dentro de la patria potestad«. Por ello, insiste, en que »no podemos dar tecnología a edades cada vez más tempranas sin que nos impliquemos de forma activa para orientarles y educarles en ese buen uso«. El buen ejemplo por parte de los adultos «debe estar presente en todos los hogares porque -añade María Solano- no podemos pretender que nuestros hijos no estén con pantallas si nosotros llegamos a casa y estamos mirando el móvil a cada instante. Con pequeños esfuerzos por ambas partes estamos a tiempo de recuperar nuestra vida real poniendo límites a la online«.