Miura 5, el cohete español hecho en tiempo récord para conquistar el espacio

Miura 5, el cohete español hecho en tiempo récord para conquistar el espacio

El sucesor del Miura 1 , el primer cohete cien por cien español, será lanzado desde el puerto espacial de Kourou, en la Guayana Francesa, durante el primer trimestre de 2026. El Miura 5, un gigante reutilizable de 70 toneladas de peso y una altura equiparable a la de un edificio de 11 plantas, ha sido desarrollado por la empresa PLD Space en su fábrica de Elche (Alicante) en un plazo récord de dos años. Al primer vuelo le seguirá un segundo previsto para el tercer trimestre de 2026. Ambos serán de prueba y llevarán carga experimental de agencias espaciales e instituciones. «Miura 5 es el cohete que se ha desarrollado más rápido en la Historia», afirma Ezequiel Sánchez, presidente... Ver Más

Amrabat trabaja con balón en la ciudad deportiva

Amrabat trabaja con balón en la ciudad deportiva

Sofyan Amrabat ya se encuentra en Sevilla. El centrocampista ha obtenido el permiso necesario de la federación marroquí (estaba concentrado con su selección) para poder regresar a la ciudad y continuar con su puesta a punto en la ciudad deportiva del Betis para poder estar en las mejores condiciones posibles de cara al partido ante el Villarreal. Amrabat ya estuvo ejercitándose en el gimnasio este martes, pero más tarde el Betis difundió un vídeo a través de sus redes sociales en el que se podía ver al futbolista trabajando sobre el césped y tocando balón . El club mostró su orgullo por el «compromiso» del futbolista para estar de la mejor forma posible a las órdenes de Manuel Pellegrini. Sofyan Amrabat llegó al Betis a última hora durante el mercado de fichajes veraniego y lo hizo como cedido procedente del Fenerbahce. Por el momento ha participado en cinco encuentros con el cuadro verdiblanco.

Cómo evitar el doomscrolling y recuperar tu bienestar digital

Cómo evitar el doomscrolling y recuperar tu bienestar digital

Vivimos en una era en la que la información no se detiene nunca. Las redes sociales, los portales de noticias y las aplicaciones en el móvil nos mantienen constantemente conectados al mundo, pero esta conexión permanente también tiene un precio emocional. En los últimos años se ha empezado a hablar del doomscrolling, un hábito que consiste en pasar demasiado tiempo leyendo o viendo noticias negativas, como conflictos, crisis o tragedias, que terminan generando ansiedad o desánimo. Sin embargo, entender este fenómeno también puede ser una oportunidad para replantearnos cómo usamos la tecnología y aprender a hacerlo de una manera más sana y positiva. El primer paso para reducir el impacto del doomscrolling es reconocer que forma parte de nuestro día a día. Muchas veces abrimos el móvil sin pensarlo, buscando una novedad o una actualización que rara vez mejora nuestro ánimo. Esta actitud responde al deseo de estar informados, pero también a una curiosidad emocional que nos empuja a seguir desplazando la pantalla aunque lo que veamos nos incomode. Ser conscientes de ello no es una debilidad, sino todo lo contrario: significa que queremos recuperar el control sobre nuestro tiempo y nuestras emociones. Cuando empezamos a limitar el consumo de noticias o redes, los beneficios se notan enseguida. Dormimos mejor, la mente se aclara y volvemos a tener tiempo para lo que realmente importa. Dejar de leer constantemente contenidos negativos permite volver a conectar con el presente, con las personas que nos rodean y con actividades sencillas que nos hacen sentir bien. Leer un libro, salir a pasear o simplemente disfrutar de un café sin mirar el móvil puede convertirse en un pequeño gesto de autocuidado. Otra forma de combatir el doomscrolling es cambiar el tipo de contenido que consumimos. Si los mensajes que vemos en redes o en los medios nos generan estrés, podemos buscar espacios digitales que inspiren o aporten bienestar. Existen plataformas y comunidades dedicadas a compartir historias positivas, proyectos solidarios o noticias esperanzadoras. Rodearnos de este tipo de información no significa ignorar los problemas, sino recordar que el mundo también está lleno de cosas buenas y de personas que hacen la diferencia. Recuperar la pausa también es clave. En un entorno donde todo ocurre a gran velocidad, desconectar es un acto de salud mental. Reservar momentos sin pantallas, poner límites de tiempo en el uso del teléfono o evitar revisar noticias antes de dormir son hábitos que ayudan a recuperar la calma. Con el tiempo, la mente aprende que no necesita estar al tanto de todo para sentirse segura, y eso genera una sensación de libertad y bienestar. Esta nueva relación con la información nos enseña a cuidar nuestro bienestar digital. La tecnología, bien utilizada, puede ser una aliada: nos conecta, nos enseña, nos acerca al mundo. El secreto está en usarla con equilibrio, eligiendo de forma consciente qué consumimos y cuánto tiempo dedicamos a ello. Cuando dejamos de consumir por impulso y lo hacemos con intención, descubrimos que la red también puede ser una fuente de motivación y aprendizaje. Dejar atrás el doomscrolling no significa vivir desconectados, sino elegir de qué manera queremos estar informados. Reencontrar ese equilibrio nos devuelve el control, la serenidad y el tiempo que la sobreexposición digital nos había robado. Porque al final, más allá de las pantallas, el bienestar empieza en la manera en que miramos el mundo y en cómo decidimos vivirlo, sin prisa, con atención y con una mirada más amable hacia nosotros mismos y hacia lo que nos rodea.