
Y el ganador del Nobel de la Paz es...
La mejor metáfora para representar a Donald Trump es sin duda la del bebé mal encarado que los manifestantes británicos pasearon en forma de globo por las calles de Londres para protestar por su primera visita. No hay que descartar que esa forma infantil de ser, de pensar y de manifestarse le hayan granjeado la admiración de esa parte de la sociedad americana cuyo nivel de educación y sofisticación solo es comparable a la de un párvulo chino o europeo. Hartos de las élites demócratas, distantes e incomprensibles, los deplorables (expresión utilizada por Hillary Clinton y que probablemente le costó la presidencia) se encuentran encantados con un Trump al que se pueden criticar muchos cosas, menos la de que no se le entienda.